domingo, 22 de marzo de 2015

A cuánto debería subir el mínimo no imponible de ganancias?





El llamado impuesto al trabajo volvió a quedar muy atrasado con respecto al alza de los precios y los salarios. Hoy impacta sobre los que ganan más de $15.000 brutos. Algunos especialistas calculan que debería estar en $24.000 y otros hasta $80.000 para no ser tan regresivo. 

El mínimo no imponible de ganancias no se actualiza desde septiembre de 2013 y quedó otra vez muy atrasado con respecto al alza de los precios y de los salarios. Se calcula que unos dos millones de trabajadores hoy pagan el tributo. La CGT oficialista descuenta que la Presidenta subirá el mínimo en los próximos días de cara a las próximas elecciones y a bajar los reclamos de las paritarias que llegan al 40%. Los gremios del transporte harán un paro nacional el 31 de este mes porque no quieren pagar más ganancias.

¿Cuánto sería una cifra razonable?

El titular de la CGT oficialista, el metalúrgico Antonio Caló, es un optimista. Está convencido que "muy pronto" el gobierno modificará el mínimo no imponible y las escalas del impuesto a las Ganancias sobre la cuarta categoría que reclaman todas las centrales sindicales.En declaraciones a DyN, Caló sostuvo: "estoy seguro que el impuesto a las Ganancias será modificado durante el proceso de las discusiones paritarias y para eso, falta poco tiempo".

La gran pregunta es a cuánto debería subir el mínimo no imponible, decisión que, según lo dicho por el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, está en el "joystick" de la Presidenta. Los distintos proyectos de ley para establecer un mecanismo similar al de las jubilaciones, con actualizaciones automáticas de acuerdo a la inflación o al índice de salarios del INDEC, fueron descartados por el gobierno. 

Para Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Responsabilidad Fiscal (IARAF), el mínimo no imponible de ganancias debería subir a sueldos mayores de $24.000 brutos (hoy impacta a partir de los $15.000 por mes tanto para trabajadores solteros como casados). "Así se mantendría el poder adquisitivo contando la inflación de los últimos dos años", le dijo a TN.com.ar. Su equipo armó un plan de reforma tributaria para el precandidato a presidente José de la Sota y allí fijó un nuevo mínimo no imponible de $17.300 pero con cambios en las distintas escalas que se aplican a medida que sube el sueldo, congeladas desde el año 2000, otro punto que suma a la "abierta inequidad" del impuesto, según Humberto Bertazza, presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas.

Esta inequidad del impuesto la creó el ministro de Economía de la Alianza, José Luis Machinea a fin de 1999. Por presión de más recaudación fiscal del FMI para renovar los créditos al país, dio el primer paso para transformar un tributo que era sólo para los altos ejecutivos en otro para aquellos que no ganan tanto. Las subas cada dos años y por debajo de la inflación de precios y sueldos durante la década pasada hizo que más asalariados paguen este tributo.

El mínimo de ganancias pasó en el año 2000 a aquellos que ganaban $4.500 y Machinea armó un esquema de escalas muy seguidas entre sí por las que con un leve aumento del sueldo, el empleado pasa a pagar mucho más del impuesto. 

Para medir la presión impositiva cabe destacar que en el año 2000, el salario mínimo vital y móvil era de $200. Representaba el 5% del piso de $4.500 de sueldo que comenzaba a pagar ganancias. Hoy, el salario mínimo es de $4.716 (creció 2.389% desde ese momento) pero paga ganancias quien gana más de $15.000. La relación salario mínimo- piso de sueldo del impuesto a las ganancias es hoy de 31%. Para volver a un equivalente de 5% como en el año 2000, el mínimo no imponible debería arrancar para sueldos de más de $80.000.

Otra forma más simple de calcular el mínimo no imponible más justo sería multiplicar por la inflación. El IARAF toma un alza de precios real de 1.071% entre 2001 y 2014, por lo ganancias debería hoy arrancar en sueldos de $48.000 aproximadamente

Lo concreto es que si la Presidenta no modifica el impuesto, tomando un alza salarial promedio del 30% para este año, un empleado casado con un sueldo estimado en $23.000 le va a dejar al fisco el equivalente a 1,9 sueldos en impuesto a las ganancias. La tentación para el gobierno de no tocar nada en este punto es grande. En febrero, la AFIP recaudó $25.000 millones por ganancias, un 35% más que un año atrás. La cifra anual podría superar los $220.000 millones, monto muy codiciado para un año que se espera un déficit fiscal en torno al 5% del PBI. 

Otra actualización de ganancias es reclamada por todo el arco sindical, tanto el afín al gobierno como el más opositor. Una suba sería muy bienvenida por los votantes en un año de elecciones. Y serviría también para moderar los reclamos de paritarias luego de una primera ronda con los gremios docentes que osciló entre 28% y 40 por ciento, un acelerador de la inflación que dejó una vara alta para las negociaciones que siguen. 

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