miércoles, 7 de septiembre de 2016

El mismo perro con distinto collar


Un paraguas donde siguen entrando todos
La "renovación" convocó a los que ganaron las elecciones y también a los derrotados.
El peronismo que quiere volver, el que todavía sangra por haber tenido que resignar los dos mayores premios del poder en diciembre -la Nación, la Provincia- se juntó ayer en el NH City de la calle Bolívar, el mismo hotel que fue búnker del FpV la noche de la derrota de la fórmula Scioli-Zannini.
Pero no hubo llantos desgarrados como en la noche del 22 de noviembre, sino una puerta abierta a las ilusiones de reagruparse para ganar las legislativas del año que viene, paso previo al ansiado retorno. La épica peronista encontró en su historia el capítulo de “la Renovación” encarnada en la figura de Antonio Cafiero para darle un anclaje histórico a la nueva batalla por el resurgimiento. La “Renovación” (de la que fue parte Carlos Menem) surgió de la derrrota de 1983, y se constituyó formalmente en 1985.
“Organizás o te manotean el peronismo”, resumió un ideólogo de la movida. “¿Quién manotea? Massa, Cristina, Vidal desde la Provincia”, analizó. Puertas abiertas: “Si tenemos que ir a Tigre, vamos, pero todos juntos, no de a uno”. Todo vale si es para volver, es el mensaje.
Los “renovadores” de hoy son todos ex K, algunos furiosos y con los más altos cargos en la última década. Pero en una docena de discursos, al matrimonio Kirchner jamás se los mencionó. El plan es gestar un “centro de gravedad” que meta presión a Massa, de un lado, y del otro al cristicamporismo.
La foto mostró arriba del escenario a intendentes y gobernadores peronistas, a “los ganadores”, con lugar para el titular del PJ, José Luis Gioja, Ginés González García y la sorpresa del massista Felipe Solá. Scioli debió contentarse con verlo desde abajo, junto a otros “perdedores”. “Esto es el peronismo”, se explicó con laconismo. Abajo estaban Alberto Fernández, el triunviro cegetista Héctor Daer, el canillita Omar Plaini, el taxista Omar Viviani. Y un grupo importante del bloque Justicialista en Diputados -que rompió con el FpV en febrero- encabezado por Oscar Romero. Diego Bossio se fue porque no lo dejaron subir, según se contó.
Junto a caras más frescas y jóvenes, otras muy lejos de la renovación, como los intendentes Julio Pereyra (Florencio Varela) y Alberto Descalzo (Ituzaingó), o el gobernador formoseño desde hace 21 años, Gildo Insfrán. Pero la cosa era tomar distancia de Cristina y del kirchnerismo, hoy el pasado, el escollo que arrastra el descrédito de la corrupción y un rosario de causas judiciales. De las listas se hablará en marzo, aseguran. Resumió un armador del encuentro: “Somos una comparsa que arrancó, con alegría”.

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