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miércoles, 20 de noviembre de 2019

20 de noviembre, día de la soberanía Nacional ***




El 20 de noviembre, se recuerda el Aniversario de la "Guerra del Paraná" que diera lustre a nuestra Patria con los distintos hechos que marcaron significativamente nuestro pasado. Por eso el 20 de noviembre, aniversario del combate de Vuelta de Obligado, es para los argentinos desde hace muchos años el "Día de la Soberanía".
Allí el 20 de noviembre de 1845 en las costas del Río Paraná, se batieron con alma y vida las tropas argentinas hasta quedar sin munición, y vencidos por la superioridad de las fuerzas invasoras, con armas de alta tecnología como los nuevos "barcos de guerra a vapor" y los cañones estriados de carga posterior. La Flota Inglesa al mando del Almirante Inglefield y la francesa al mando del almirante Lainé. Después del bombardeo y al desembarco, las cargas de bayoneta se repitieron y los principales jefes argentinos fueron heridos en combate. Los gritos de Viva la Patria se repetían y en medio del combate, la banda de Música del Regimiento Nº 1 de Patricios por orden del General Lucio Norberto Mansilla, tocó el Himno Nacional Argentino, coreado a gritos de rabia por los bravos que defendían la posición. Por eso el 20 de noviembre, recordamos en nuestra Patria, el Aniversario del Día de la Soberanía Nacional ".
La defensa de la "Vuelta de Obligado"
Vuelta de Obligado El Brigadier Gral. Juan Manuel de Rosas, ordena organizarla sobre el río Paraná en el lugar denominado Vuelta de Obligado (San Pedro), donde las fuerzas al mando del Gral Lucio Norberto Mansilla habían fortificado la costa y colocado una fila de chalupas y pontones sosteniendo gruesas cadenas de costa a costa, para impedir el paso de los buques.
De buques de guerra se habían desmontado los cañones para la defensa, eran 5 baterías con un total de 30 cañones antiguos, lisos y de avancarga, con balas de calibres de 8 a 20 libras servidas por 100 artilleros al mando del Capitán de marina Thorne y lo protegían tropas de Infantería y de caballería para repeler posibles desembarcos.
El Regimiento Patricios al mando del Coronel Rodríguez, la caballería a cargo del Coronel Santa Coloma, los cuerpos de milicias rurales al mando del Tte Facundo Quiroga (el hijo del Tigre de los Llanos), fueron los más destacados.
El 20 de noviembre el combate comenzó a las 8 de la mañana con intenso fuego de artillería desde los buques, los cañonazos se confundían con los gritos del paisanaje a órdenes de Mansilla, con vivas y cantos a la Patria.
Barcazas con cadenas cortando el ParanáLa Banda militar de Patricios toca los compases del Himno Nacional que es coreado a grito pelado, mientras las muerte los rodeaba. A la tarde comenzó el desembarco de los invasores. Fueron quedando sin municiones y destruídas las baterías. La pelea se prolongó hasta caer la tarde y con lucha cuerpo a cuerpo, con contraataques de la caballería. Derrocharon heroísmo, dejando a sus jefes heridos, con 250 muertos (incluído el Héroe de la recuperación de Malvinas y Soldado de Patricios, el "gaucho" Antonio Rivero), y 400 heridos de un total de 2.160 combatientes criollos.
El parte de Batalla del Jefe Francés Trehouart a su gobierno, es el mejor homenaje e los héroes argentinos, que dice: "Siento vivamente que esta gallarda proeza, se halla logrado a costa de tal pérdidas de vidas, pero considerando la fuerte oposición del enemigo y la obstinación con que fue defendida la plaza, debemos agradecer a la Divina Providencia que no haya sido mayor".
Mientras el Almirante inglés Inglefield, en su informe de guerra lo califica, "Bizarro hecho de armas, desgraciadamente acompañado por mucha pérdida de vidas de nuestros marinos y desperfectos irreparables en los navíos. Tantas pérdidas han sido debidas a la obstinación del enemigo", informa a la Corona Inglesa el bravo marino.
Al amanecer del día siguiente continuaron su navegación por el Paraná. Los buques de guerra atacantes sufrieron serias averías y de los 90 mercantes que acompañaban la Flota , solo 52 pudieron pasar de inmediato, por el paso forzado. Comerciaron libremente con Entre Ríos, Corrientes y el Paraguay pero no estuvieron tranquilos, siendo atacados en forma contínua desde la costa.
"La Guerra del Paraná" se desarrolla, con los combates del 2 de enero de 1846 , el "2do encuentro de Vuelta de Obligado" con los argentinos al mando de Thorne, con artillería volante y lanceros de caballería que enfrentan el desembarco de 300 infantes de marina al mando del Cap Honthan, que continuará con los combates de "Tonelero" , "Acevedo" , "San Lorenzo" y la "Angostura del Quebracho", donde el 4 de junio de 1846 el Gral Mansilla los enfrenta nuevamente, desde las barrancas del Quebracho, al norte de San Lorenzo, logrando una aplastante victoria argentina, que significa el fin de la aventura colonialista.
"Obligado" fue para Inglaterra y Francia, una victoria militar y una grave derrota política y comercial.
Consecuencias de la Guerra :
El Brigadier Juan Manuel de Rosas, defiende la Soberanía Nacional ante la ambición desmedida de los Gobiernos de Gran Bretaña, de Francia y del Imperio de Brasil.
Se opone e impide con las fuerzas que dispone, que las potencias realicen la "libre navegación" de los ríos interiores de la Confederación Argentina. Que las Grandes Naciones no puedan comerciar libremente con las Provincias Mesopotámicas, sin pagar impuestos ni hacer Aduana.
Hasta Caseros, la Confederación Argentina no reconoció la Independencia del Uruguay y del Paraguay, la incorporación de las Misiones Orientales al Imperio del Brasil y la anexión del Brasil de grandes extensiones de territorio del Norte de Uruguay. ( ex -Misiones Jesuíticas gobernadas desde Buenos Aires antes y durante el Virreynato del Río de la Plata – "Los 30 Pueblos Jesuitas" )
Finaliza el proyecto "secreto" de independizar la Mesopotamia gestionado por los interventores de Francia e Inglaterra en el "Tratado de Alcarás", y firmado entre Urquiza y las Provincias mesopotámicas con acuerdo con los Jefes unitarios exiliados en el Uruguay y Brasil. (Tratado que Rosas rechaza terminantemente)
Se termina la intervención de las Fuerzas navales anglo-francesas, y poco después, el 13 de julio de 1846, Sir Samuel Tomás Hood, con plenos poderes de los gobiernos de Inglaterra y Francia, presenta humildemente ante Rosas:"el más honorable retiro posible de la intervención naval conjunta".
Juan Manuel de RosasEl Restaurador de las Leyes les haría pagar a los agresores con un precio bien ganado, "en honores y laureles":
- El fin del Bloqueo Naval de Francia e Inglaterra a los puertos argentinos.
- Devolver la Flota Argentina capturada.
- Devolver la Isla Martín García.
- Saludar la Bandera Argentina con 21 cañonazos, por parte de cada una de las Flotas intervinientes.
- Reconocer la Soberanía Argentina y la no navegación de los ríos interiores.
Finaliza la posibilidad de Intervenir al Paraguay, y que el Uruguay pase a ser una colonia francesa. Las potencias europeas alejan la posibilidad de la ingerencia del Imperio del Brasil.
Es el momento del máximo poder interno y de la admiración de los pueblos de América y de Europa, hacia el Brigadier General don Juan Manuel de Rosas
"A aquellos argentinos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su Patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempo de la dominación española; una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer." (Carta de San Martín a Rosas. 10 de Junio de 1839). Entre los referidos extranjeros estaba Mitre, que presenció la batalla desde un buque de la flota anglo-francesa
***Leonardo Castagnino

miércoles, 3 de noviembre de 2010

JUSTO HOMENAJE: El 20 de Noviembre vuelve a ser Feriado Nacional [Argentina]


Obligados a dar la vuelta [Sobre el Día de la Soberanía Nacional]
Resistiremos hasta el fin, señor, pero será muy difícil vencerlos -opinó, prudente, el general Lucio N. Mansilla.
-¿Difícil?... imposible -replicó el Restaurador, en un tono vivaz, casi alegre.
Se venían los ingleses y los franceses, máximas potencias planetarias, con una poderosa escuadra provista del armamento más moderno: los "Peysar", primeros cañones rayados, en las naves inglesas. Las francesas contaban con el novísimo cañón-obús "Paixhans", que disparaba balas de ochenta libras. También los cohetes "Congreve" que habían demostrado su eficacia en el reciente sojuzgamiento de China.
-Se trata de una aventura comercial, Mansilla. Tenemos que hacerles la mayor cantidad posible de agujeros -Rosas hablaba con firmeza -. Para que la expedición les dé pérdidas. Esa será nuestra victoria.
Ambos sabían que Paraguay los tentaba con el algodón que las industrias británicas necesitaban para sustituir al tejano. A las potencias europeas les resultaba más cómodo atacar a las expugnables Provincias Unidas del Plata, también debilitadas por el prolongado embargo que les impidió abastecerse de armamento, que a la poderosa América del Norte.
"¡Allá los tenéis! -arengará Mansilla a sus tropas el 20 de noviembre [1845], con el fondo de las tres gruesas cadenas que cruzan el Paraná-. ¡Considerad el insulto que hacen a la soberanía de nuestra Patria al navegar, sin más título que la fuerza, las aguas de un río que corre por el territorio de nuestro país!"
Eran 103 los barcos mercantes, de las más variadas nacionalidades, que avanzaban detrás de los navíos de guerra, relamiéndose por el botín esperado, seguros de que un país lejano, pobre y desarmado, no opondría resistencia.
El jefe de la caballería gaucha en la Vuelta de Obligado fue Facundo Quiroga (hijo) lo que, según el rosismo, demuestra que don Juan Manuel difícilmente pudo haber sido el asesino de su padre.
La invasión anglo francesa contó con el apoyo de los unitarios exiliados. También de José María Paz, gobernador de Corrientes, cuya vida Rosas y Estanislao López habían perdonado cuando su caballo fue derribado por una certera boleadora, quien apoyaba el propósito anglo francés de crear una nueva república: la de la Mesopotamia (Misiones, Corrientes, Entre Ríos y quizás Paraguay). Se sospecha que confiaba en que él sería su primer presidente.
La invasión al Río de la Plata, gracias a la heroica defensa de civiles y militares, fue un desastre militar, económico y político para Francia e Inglaterra.
Inglaterra, deseosa de terminar con el asunto envía a un negociador, el prestigioso diplomático Henri Southern. Don Juan Manuel, arrogante, se niega a recibirlo. El primer ministro lord Aberdeen protestará en la Cámara de los Pares el 22 de febrero de 1850: "Hay límites hasta para aguantar las insolencias, y esta insolencia de Rosas es lo más inaudito que ha sucedido hasta ahora a un ministro inglés. ¿Hasta cuándo hay que estar sentado en la antesala de este jefe gaucho? Habrá que esperar a que encuentre conveniente recibirle... Es una insolencia inaudita".
Finalmente, Francia e Inglaterra aceptaron su derrota y se retiraron sin imponer condiciones, disparando 21 cañonazos de desagravio y homenaje al pabellón argentino.
Alguien quedaría herido: el general Urquiza, jefe de los ejércitos de la Confederación, postergado por Rosas, quien estaba al tanto de sus conversaciones con los unitarios y con los invasores y prefirió a su cuñado, Lucio N. Mansilla.
El último libro del autor **, La gran epopeya, relata los sucesos ocurridos en el combate de la Vuelta de Obligado, hecho que motivó la instauración del Día de la Soberanía Nacional.

** Por Pacho O´Donnell