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lunes, 12 de diciembre de 2022

Hay casi 2 millones de trabajadores en blanco que tienen ingresos por debajo de la pobreza

El 17,7% de los trabajadores formales se encuentra por debajo de la línea de la pobreza (porque aun cobrando un sueldo no llegan a solventar los gastos mínimos de alimentos y viviendas para ellos y sus familias) y debido a la aceleración de la inflación, que no baja del 6% mensual desde julio, podría aumentar hacia fin de año, en un contexto donde la UCA reflejó en un informe esta semana que casi 17 millones de argentinos son pobres y el índice que mide el Indec podría aumentar para el segundo semestre del 2022.

Ese 17,7% surge de un estudio de la CTA, que analiza la incidencia de la pobreza sobre los empleados en base a la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) del Indec, y al que accedió PERFIL.

"El aumento en la pobreza y en la indigencia ocurrió a pesar de la implementación de políticas como el subsidio extraordinario a jubilados y pensionados y el llamado 'refuerzo de ingresos', de masivo alcance, que apuntaron a contener parcialmente esta situación", explicó a PERFIL Cecilia Garriga, investigadora del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cufra) de la CTA.

Para Garriga, "es esperable que esa medición se acreciente considerablemente" y "muestra un nuevo patrón en el mercado laboral argentino. Históricamente en nuestro país el salario de un trabajador registrado era suficiente para sacarlo de la pobreza".
Llegar a fin de mes es una misión cada vez más difícil para muchos argentinos, pero la particularidad actual es que eso le ocurre aun a quienes logran tener empleo, incluso formal.
En la misma dirección, el Observatorio de la UCA que informó un aumento del 43,1% para el 2022 también destacó que tres  de cada diez trabajadores ocupados están bajo la línea de la pobreza.

Otro punto, respecto al impacto de la suba de precios además sobre los índices de pobreza e indigencia, es la poca capacidad de ahorro de las personas, donde apenas el 9,6% de los argentinos consultados dijo haber podido ahorrar este año, en un escenario de inflación muy alta, según la UCA.

A pesar de que el Indec mostró una baja en el índice de pobreza en el primer semestre del 2022, aunque con un aumento de la indigencia, al interior del período se observó que en el segundo trimestre del año se asistió a un nuevo incremento de pobres según el centro de investigación de la CTA.

"La incidencia de la pobreza fue de 38,5% en dicho trimestre, lo que implica que 17,8 millones de personas se encuentran en esa situación. La indigencia, es decir, el porcentaje de personas cuyos ingresos no alcanzan siquiera para adquirir la Canasta Básica Alimentaria, fue de 9,4%, equivalente a 4,3 millones de personas", señaló el informe del Cifra.

Pobres e inflación

Uno de los datos más duros del informe que se conoció esta semana del Observatorio de la Deuda Social de la UCA reveló que para que la pobreza se reduzca entre 10 o 15 puntos la tasa de inflación debe descender un dígito.

Esto dimensiona el tiempo que le tomaría al país, a cualquier Gobierno, desandar este tema estructural y lograr políticas que reinserten a los pobres dentro del sistema. En especial, a quienes aun teniendo un trabajo son pobres y a los niños, ya que la mitad de ellos y el 60% de los menores del AMBA viven en hogares pobres.

El relevamiento de la UCA mostró que el 40% de los hogares en los que habita el 50% de la población recibió, de hecho, algún tipo de asistencia oficial o programa complementario. La institución  no solo toma en cuenta los ingresos sino que también evalúa las condiciones socio económicas generales como el acceso a la salud y la alimentación, a la educación, a la vivienda, a los servicios públicos, al trabajo y a un hábitat saludable.

Publicò: Perfil.com



sábado, 3 de agosto de 2019

La encuesta de hogares ya anticipa un crecimiento fuerte de la pobreza




Son datos del primer trimestre de 2019. Un año atrás estaba en el 25,5% y ahora llega al 34,1%. Afecta a 13,8 millones de personas.

En el inicio de este año volvió a aumentar la pobreza. Ascendió al 34,1 % de la población, proyectando a nivel nacional urbano las bases usuarias de la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) del primer trimestre que ayer difundió el INDEC. Un año atrás, la pobreza se ubicaba en el  25,5%. En tanto, la indigencia trepó al 7,9%,contra un 4,9% del primer trimestre de 2018.
Esto significa que, sobre una población urbana de 40.500.000 personas, hay 13.800.000 pobres, con un aumento en 12 meses de 3.600.000 nuevos pobres.
De esos totales, los indigentes urbanos suman 2.900.000, con un incremento de casi un millón de nuevos indigentes.Si esos mismos porcentajes se proyectan a toda la población, incluyendo el sector rural, hay poco más de 15 millones de pobres, los cuales 3,5 millones son indigentes.
Estos datos son similares a los que anticipó a Clarín el director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA (Universidad Católica) Agustin Salvia tomando en cuenta la evolución de los ingresos de la población y las líneas de indigencia y pobreza. Y coinciden con los cálculos del economista Claudio Lozano, luego de procesar la EPH difundida por el Instituto oficial.
En el INDEC le dijeron a este diario que , para el cálculo de indigencia y pobreza, los datos de la base usuaria de la EPH toman en cuenta que en el primer trimestre de cada año, entre otros factores, inciden en el ingreso de los hogares el cobro del medio aguinaldo y de las vacaciones. Y que por lo tanto no pueden compararse contra los del cuarto trimestre del año anterior. Aun así, por esos ingresos extraordinarios, en general la medición del primer trimestre arroja cifras inferiores a las del trimestre anterior.
Por eso, además, el INDEC difunde las cifras de pobreza e indigenciapor semestre por ser la comparación más homogénea ya que, por ejemplo, en ambos períodos se percibe el medio aguinaldo.
El próximo informe del INDEC de pobreza se conocerá en septiembre y abarcará al periodo enero-junio o primer semestre de este año.
En tanto, con esa salvedad metodológica, la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires publica ambos indicadores sociales tanto por trimestre como por semestre. También la medición trimestral porteña arrojó un incremento de 94.000 nuevos pobres entre los primeros trimestres de 2018 y 2019, contabilizando un total de 585.000 pobres, equivalentes al 19,1% de la población de la Capital Federal. De esos números, 52.000 son nuevos indigentes, llevando el total a 184.000 personas –6% de la población- que no cubre el costo de una canasta básica sólo de alimentos.
En la medición semestral del año pasado, el INDEC informó un 32% de pobreza en el segundo semestre y el 27,3% del primer semestre. En relación a ambos semestres, la primera medición trimestral de este año es superior a ambos porcentajes anteriores, a pesar del mayo peso del medio aguinaldo en el período de un solo trimestre.
De estos datos y dada la estructura de las familias, se descuenta que aumentó la incidencia de los niños en el total de pobres . Y por regiones el norte argentino y el conurbano bonaerensevuelven a destacarse con los mayores niveles de privaciones de ingresos,.
Este fuerte incremento de la indigencia y de la pobreza se explica por el deterioro de las condiciones de vida de la población en el ultimo año como consecuencia de varios factores: caída del salario real, deterioro de las jubilaciones y demás prestaciones sociales, como asignaciones familiares, pérdida de empleos, crecimiento del cuentapropismo y de los empleos informales en un contexto de retracción de la actividad económica y caída de poder adquisitivo frente al aumento de la inflación.
Para mitigar este deterioro, el Gobierno adelantó en marzo el incremento de la AUH de todo 2019, pero aún así no pudo evitar el salto tanto de la indigencia como de la pobreza.
La medición del INDEC se denomina de pobreza por ingresos o monetaria porque toma en cuenta los ingresos de las personas y familias y los contrasta contra el valor de la canasta de alimentos básicos y la canasta básica total. Esa comparación arroja que los valores de ambas canastas en esos 12 meses aumentaron entre un 60,9% y 64,2% frente aumentos salarios y de jubilaciones en torno del 35% y de deterioro de ingresos de los cuentapropistas informales y monotributistas registrados.
Como ese deterioro de los ingresos de la población continuó en los tres meses siguientes y el empleo siguió en retroceso se estima que la medición de ambos indicadores sociales del segundo semestre superarán el 35%.

martes, 25 de junio de 2019

Mercado laboral argentino: por qué cada vez hay menos trabajo en blanco


Los datos recientes reflejan que más trabajadores con empleos informales se alejan de una ocupación de calidad. Las razones y las perspectivas a futuro.

El mercado laboral en Argentina muestra un panorama sombrío en los últimos meses, sobre todo a partir de la crisis económica que desató la "tormenta" cambiaria que comenzó en abril de 2018. La percepción fue confirmada por las cifras oficiales que difundió el INDEC días atrás: el índice de desempleo llegó 10,1% en el primer trimestre de 2019. La medición superó los dos dígitos por primera vez en 14 años, y ascendió además al número más alto alcanzado en lo que va de la gestión de Mauricio Macri.

Algunas estimaciones privadas esperaban una cifra mayor a lo que mostró el organismo estadístico. Desde el oficialismo destacaron incluso que la cantidad de trabajadores efectivamente ocupados creció, pero el desempleo aumentó porque hay más personas buscando trabajo. Un análisis más cercano muestra que si bien la tasa de empleo no tuvo grandes cambios, la calidad del empleo sufrió un fuerte retroceso.

En comparación con las cifras del primer trimestre de 2018, los 143.000 empleos nuevos se dieron en puestos precarios. El documento estadístico "Heterogeneidad y fragmentaciones del mercado del trabajo", elaborado por la Encuesta de la Deuda Social Argentina del Observatorio de la UCA y difundido este lunes, refleja esa realidad: en base a datos relevados en 2018, el estudio expone un escenario en que, entre los trabajadores ocupados, el sector del trabajo informal ascendió al 49,3% impulsado por los años de devaluación de la moneda, aumento de la inflación y la recesión económica

Desde la UCA explican a PERFIL que los datos del informe reflejan una "fragmentación" socio-ocupacional, con una estrecha asociación entre el escenario laboral predominante y la pobreza, lo que impacta en las condiciones y calidad de vida de los hogares. Si bien el Gobierno mira con preocupación las cifras respecto al empleo, entiende que se trata de una situación estructural en la que hay que trabajar, y ratifica la importancia de estabilizar la macroeconomía para poder eventualmente generar empleo de calidad.

Santiago Poy —sociólogo, doctor en Ciencias Sociales y uno de los autores del informe del Observatorio de la UCA— explicó en diálogo con PERFIL que el relevamiento apunta a "entender y poner en agenda qué hay detrás de la pobreza argentina". En ese escenario, el especialista destacó "un mercado fragmentado que produce privaciones para muchos trabajadores", que afectan en consecuencia a los hogares y a las familias. Por eso se busca comprender cómo las características individuales se plasman luego en las condiciones de vida de los grupos familiares.

 De acuerdo al relevamiento, que se realizó en base a datos del año 2018, sólo el 44,1% de los trabajadores activos (se denomina así a quienes tienen y buscan empleo en Argentina) tienen un empleo pleno de derechos, es decir en blanco y con aportes. El 55,9 % restante tiene un empleo precario, o está en situación de desempleo. "Esto significa que menos de uno de cada dos trabajadores tiene un empleo de calidad", resumió Poy. Sin embargo, el especialista desestimó "un empeoramiento significativo" durante 2018, y aclaró que se trata de un aspecto estructural del país que se ve a lo largo de los años
El documento expone además que los años de devaluaciones, con aceleración del proceso inflacionario y recesión económica, incrementaron las ocupaciones en el sector micro-informal. En ese sentido, se detalla que si se tiene en cuenta los trabajadores ocupados, la mitad de ellos (el 49,3%) trabaja en establecimientos de muy baja productividad o de pequeños tamaños, (de hasta cinco trabajadores), o bien en el autoempleo: servicio doméstico, o actividades de baja calificación que se realizan por cuenta propia. Eso explica en gran medida la alta incidencia del empleo precario: el 81,7% de los trabajadores del sector micro informal tenían en 2018 un empleo precario o un subempleo inestable. Casi ocho de cada diez del 49,3% total (un 75,9%) no tiene aportes jubilatorios, y la mitad no cuenta con cobertura de salud en una nómina de contribución (un 51,3%).

Esta "fragmentación" del mercado laboral entre empleo pleno y empleo precario se traslada e indefectiblemente impacta en las condiciones de vida en los hogares de las familias. "Si se considera el acceso de todos los miembros activos de un hogar al empleo, se ve que casi 4 de cada 10 de esos hogares (38,7%) en la Argentina urbana están excluidos de los empleos plenos y sólo disponen de trabajadores precarios o en situación de desocupación", dijo a este medio el especialista en pobreza, desigualdad y mercados laborales.

En aquellos hogares en los que todos los trabajadores tienen empleos precarios y/o se encuentran desocupados, además, el informe muestra que tienen un ingreso total familiar que resulta 40% inferior al promedio, mientras que aquellos en que todos tienen empleos plenos, el ingreso es un 19% mayor al promedio. "Es una brecha de condiciones laborales que impactan en las condiciones y calidad de vida. Esa situación ocupacional incide en la pobreza por ingresos: de los grupos de hogares que tienen todos sus trabajadores en condiciones de precariedad, la mitad son pobres", detalló el autor del informe de la UCA. Y sumó: "Esto permite entendender que cuando se habla de la pobreza y de los valores elevados en Argentina, en gran medida tiene que ver con esta situación", consideró Poy.

Daniel Schteingart, doctor en Sociología e investigador de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), analizó que desde principios de 2015 hasta la actualidad se ve una tendencia hacia la precarización en el mercado laboral. "El empleo de calidad en relación de dependencia está perdiendo peso a manos del empleo en negro y el empleo cuentapropista. El empleo cuentapropista es en sí mismo heterogéneo: un 70, o 75% es informal y de subsistencia, y hay apenas un 25, 30% que es de alta calificación, por ejemplo un programador que trabaja en su casa", expuso ante la consulta de PERFIL.

Respecto al contexto económico que incide en esta configuración del mercado laboral, el sociólogo opinó que "cuando hay recesión o una caída de la actividad económica las empresas despiden gente, o no contratan. El empleo de calidad es lo que más se resiente durante esos periodos", sostuvo. ¿Qué medidas pueden amortiguar esto? "El Estado, que puede generar empleo de calidad. El tema es que el Gobierno no está apelando al empleo público por estar en el marco del ajuste fiscal", amplió el especialista


Entre 2011 y 2015, señaló Schteingart, el empleo perdió dinamismo en el sector privado y parte de los expulsados fue amortiguado por el sector público, que funcionó como "empleador" de cobertura, lo que disimuló la situación de deterioro. Casi cuatro años después, "el sector público ya no absorbe eso, el sector privado expulsa más trabajadores de lo que pasaba durante el segundo mandato de Cristina, y lo que ocurre es que al ser un momento de crisis lo que aumenta es el empleo de supervivencia, empleo informal y cuentapropista. Son estrategias de rebusque en contexto de crisis y están muy lejos de ser lo deseable", interpretó el investigador de la UNMET.
Desde el Ministerio de Producción y Trabajo que dirige Dante Sica manejan las cifras de la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que elabora el INDEC, y que arrojó en el primer trimestre del año que un 35% de trabajadores tienen empleo en negro, y hay unos 4,5 millones de trabajadores informales. "Es una cifra en la que hay que trabajar y una situación estructural que tiene Argentina, por eso es de suma importancia incorporar a este sector a la economía formal para que puedan acceder a la cobertura de salud y a la seguridad social que todo trabajador tiene que tener", dijeron desde esa cartera a este medio. En esa línea destacaron también la importancia del proyecto de ley de blanqueo laboral, que se presentó en el Congreso y quedó sin tratamiento en una de las comisiones.

Para Santiago Poy, todas las medidas que tiendan a mejorar las condiciones laborales van a ser positivas, pero argumentó que "no alcanza" con un blanqueo laboral. "Se requieren además de políticas productivas orientadas a los sectores de economía popular". opinó. Schteingart consideró que es necesario que haya un crecimiento económico para lograr una mejora del panorama. "Lo importante es poder crecer, es una condición no suficiente, pero sí necesaria", apuntó.

El desafío en base a las cifras de desempleo y también del empleo informal, plantearon desde el Ministerio a PERFIL, es en parte generar las condiciones para que en Argentina se genere trabajo de calidad. "Esto tiene que ver con estabilizar la macroeconomía, y con las medidas que se están implementando para lograr el equilibrio fiscal, lo que llevaría a que las empresas tengan estabilidad para tomar trabajadores", dijeron desde la Secretaria de Trabajo y Empleo de la Nación.

Además, sostuvieron que se trata de algo "progresivo" con resultados a largo plazo, y argumentaron que lo que se vio con las cifras del INDEC es una foto del impacto de la crisis del año pasado que tuvo un fuerte impacto en los primeros meses de este año, tendencia que esperan pueda comenzar a revertirse en los próximos meses. Pese a que son cautos a la hora de mostrar optimismo, destacaron que "hay sectores que están creciendo y muestran una mejoría: sectores vinculados a Vaca Muerta, energías renovables y nuevas tecnologías". 

A.G./F.F. Perfil.com * 

#Mercadolaboralargentino  #indec  # SantiagoPoy  # EncuestaPermanentedeHogares
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martes, 17 de diciembre de 2013

El ATRASO salarial en la Argentina

Para abundar más en la situación de atraso salarial y los ingresos populares, traemos a consideración un reciente trabajo realizado en la Fisyp (1), dando cuenta sobre información que brinda la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC para el segundo trimestre de 2013.

La información remite a la situación de los trabajadores asalariados. Los elocuentes datos sobre la precariedad laboral (Tabla I) señalan que solo el 49,37% de los trabajadores son ocupados plenos y registrados, ya que entre los trabajadores registrados el 15,76 trabaja menos de 35 horas semanales. Así, solo el 64,97 figuran como registrados, siendo el resto, un 35,03% los trabajadores no registrados. Entre estos, un 17,13% trabaja menos de 35 horas y un 17,74% trabajan 35 o más horas semanales. En la misma información se destaca que el 54,21% de los trabajadores registrados gana menos de $5000 y por ende el 45,79% percibe más de esa suma, tal como destaca la Tabla II.

Por su parte, según la Tabla III, el 59,52% de los trabajadores registrados gana menos de $5000 (sumando ocupaciones principales y secundarias), y el 28,02% de los trabajadores registrados gana menos de $3500 (sumando ocupaciones principales y secundarias).

A modo de resumen, vemos en la Tabla IV, que el 70,32% de los asalariados percibe menos de $5.000, siendo una fiel expresión del retraso de los ingresos de los trabajadores asalariados.
Si a la ocupación principal se le adicionan otras complementarias, los datos no varían sustancialmente. Para ese caso, el estudio de Fisyp señala que el 65,35% de los asalariados gana menos de $5000 al mes en el total de sus ocupaciones y que el 40,67% de los asalariados gana menos de $3500 al mes sumando todas sus ocupaciones.

El estudio concluye que de 8 millones de trabajadores asalariados, 2,6 millones trabajan menos de 35 horas semanales, y 5,4 millones lo hacen por más de 35 horas. Entre los primeros, el 48% están registrados y perciben un ingreso promedio de $4.922, siendo más del doble que el ingreso percibido por los no registrados, que alcanza a $2.386. Entre los segundos, el 74% están registrados y perciben un ingreso promedio de $5.930, un 55% más que el de los no registrados, cuyo promedio es de $3.813.

Son datos que ponen de manifiesto la situación de precariedad laboral y bajo nivel de los ingresos de los trabajadores asalariados, que resume una de las bases materiales de las contradicciones sociales no solo entre el capital y el trabajo, sino entre los trabajadores y el Estado. Al mismo tiempo expresan por si solos, la necesidad de luchar por incrementar y mejorar los niveles de ingresos de los trabajadores, al tiempo que se requiere una demanda específica por la regularización y la ocupación plena.

lunes, 7 de enero de 2013

Más de 11 millones de argentinos viven con $35 por día

También hay un 10% que vive con menos de $17 diarios. Los datos surgen de la Encuesta Permanente de Hogares del tercer trimestre del 2012 que realizó el INDEC.
El 30% de la población urbana argentina, que equivale a más de 11,1 millones de personas, vive con menos de $35,50 por día o $ 1.067 por mes. También existe un 10% que vive con menos de $17 diarios.
Los datos surgen de la Encuesta Permanente de Hogares del tercer trimestre de 2012 que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Esto se debe a que el 30% de la población recibe menos de $ 1.800 por mes. Del total de ese ingreso, en muchos hogares, dependen dos o más personas.
Según anticipa el diario Clarín esta mañana, cabe resaltar que el Gobierno nacional paga 1,2 millones de pensiones no contributivas, 4,5 millones de asignaciones por hijo y por embarazo, más de 1 millón de planes de empleo y más de 2 millones de jubilaciones por moratoria.
Las mediciones alternativas a las estadísticas oficiales ubican que la pobreza actual no bajaría del 20% de la población urbana, más de 7 millones de pobres. Una diferencia, en más o en menos, de 5 millones de pobres.