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lunes, 2 de julio de 2012

En un año, la fuga de divisas sumó US$ 15.771 millones


 El cepo al dólar motorizó la salida de los depósitos. En 2001 los argentinos tenían en el “colchón”, en el exterior y en cajas de seguridad, US$ 81.800 millones. Ahora la cifra llega a US$ 164.000 millones.

Los argentinos ya tienen en el “colchón”, en cajas de seguridad o en el exterior US$ 163.856 millones , según los cálculos del INDEC al 31 de marzo pasado difundidos la semana pasada. Son US$ 9.473 millones más que los que estimó para fines de septiembre de 2011, cuando comenzaron las restricciones cambiarias y el goteo de los depósitos en moneda extranjera. Y US$ 15.771 millones más que los que registró 12 meses atrás , en marzo de 2011.
En su mayor parte, estos casi 164.000 millones de dólares no están declarados ante la AFIP.
Y son de una magnitud tal que superan la deuda externa (pública y privada) que ronda los US$ 142.000 millones y equivalen a tres veces y media las reservas del Banco Central.
Si bien este atesoramiento extra-sistema no es una novedad, el grueso de esas divisas, casi 55.000 millones de dólares, se fugó en los últimos 5 años, a partir de comienzos de 2007. 

Coincide con la “intervención” al índice de precios al consumidor del INDEC que se hizo para “disimular” la inflación y manipular del coeficiente de ajuste de los bonos (CER). Luego vino el inicio de la crisis internacional, con su impacto recesivo sobre la economía doméstica, el choque con el campo y después los encontronazos por el pago con reservas de la deuda pública a los acreedores privados.El año pasado se agregó el fuerte déficit fiscal y la pérdida del excedente externo de la balanza de pagos que hicieron desaparecer los “superávits gemelos ”, debilitando la capacidad de pago del país.

También la apreciación del peso, generó una expectativa devaluatoria que muchos analistas situaron para después de las elecciones presidenciales. Justamente, el mayor atesoramiento de divisas fuera del sistema se produjo en 2011, superando el récord anterior de 2009.
Por todo eso, en octubre de 2011, Gobierno restringió las importaciones y la compra de moneda extranjera. A la vez las compañías de seguros tuvieron que repatriar sus inversiones en el exterior y las petroleras y mineras a liquidar en el país el 100% de las divisas de sus exportaciones.
Luego, por el agotamiento de las reservas de “libre disponibilidad”, se reformó la carta orgánica del Banco Central para que el Tesoro Nacional pudiera seguir disponiendo de las reservas para pagar la deuda. Y se reforzaron las fuertes restricciones a la compra de moneda extranjera, el freno de las importaciones y del giro de utilidades.

Con todas esas medidas, la apuesta oficial era anular o achicar la fuga de divisas, pero generaron un mercado paralelo, una brecha del 20/30% entre la cotización del dólar oficial y el marginal, le dieron más impulso a la fuga de divisas con la operatoria de bonos en dólares y prosiguió el incesante drenaje de los depósitos de los bancos en moneda extranjera.

Las reservas del BCRA que llegaron a totalizar a fines de diciembre más de US$ 52.000 millones, el viernes sumaron US$ 46.341 millones (incluyendo unos U$S 3.000 millones prestados por la banca europea), retrocediendo a los niveles de 2008.

Un dato que preocupa es el fuerte retroceso de los depósitos en dólares, que están en blanco y totalizan US$ 10.387 millones. Es una baja de 34% respecto a un año atrás.

Por Ismael Bermúdez