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sábado, 10 de mayo de 2014

Sólo queda Un Teléfono Público cada 28 cuadras y Nadie Los Usa



Hace 10 años había 10 mil y hoy apenas sobreviven 1.140. La Ciudad los retira y se acumulan en un depósito, donde llegan hasta con las monedas. Las empresas no los reclaman y no se pueden reciclar.

La pila asoma por encima de las chapas del corralón de Montes de Oca y Osvaldo Cruz, al final de Barracas. Arrumbados, casi un millar de teléfonos públicos dan cuenta de una realidad que excede a esa montaña de chatarra en la que se están convirtiendo y muestra como la evolución tecnológica cambia los usos, lo que influye directamente en el espacio público. En las calles de la Ciudad sólo quedan 1.410 cabinas con teléfonos públicos y desde las telefónicas indican que se utiliza con frecuencia no más del 5%. Por el momento el destino de estas cabinas es incierto: a las empresas les resulta más costoso hacerse cargo que abandonarlas y, si bien el Gobierno porteño retira y acumula las que están vandalizadas o no funcionan, no tiene el poder de disponer de sus restos.

El punto de partida es obvio: en poco más de tres décadas cambió por completo la manera de establecer comunicaciones. De las viejas burbujas de Entel que explotaron a principios de los 80 (cuando solo una de cada tres casas de familia tenía línea telefónica) a las torres alargadas con predominio de grises y azules de las empresas privatizadas. En el medio, la proliferación y el declive de los locutorios. Y, claro, la explosión de los dispositivos móviles: en la actualidad se estima que en el país hay un celular y medio por persona.

“La Ciudad cuenta con una cantidad de cabinas telefónicas que fueron instaladas antes del crecimiento de la telefonía celular. En su mayoría se encuentran vandalizadas o son utilizadas para la pegatina ilegal. En ese estado de abandono y desuso generan un perjuicio para los vecinos ”, explica Patricio Di Stéfano, subsecretario de Uso del Espacio Público porteño. Vale decir que, en 2004, en las calles de la Ciudad había 10 mil teléfonos públicos. En 2009 la cifra se redujo a 4.800 y en 2012 eran alrededor de 2.400. El año pasado se desmantelaron 820 y en lo que va de 2014 unas 170.

“La telefonía móvil es el medio de comunicación más elegido actualmente. Este comportamiento se evidencia en el uso que se registra en el parque de teléfonos públicos instalados. Los que se encuentran en la vía pública tienen un índice de uso casi nulo y por otra parte son objeto de vandalización indiscriminada. Cada vez más, los comerciantes o vecinos se oponen a su existencia. Solo es utilizado con frecuencia un 3% de los teléfonos públicos, que son mayormente los que están en sitios cerrados como terminales de ómnibus y trenes, hospitales, shoppings, aeropuertos y dependencias de gobierno”, confirman fuentes de Telecom.

Formalmente, se trata de una situación heredada de los tiempos en que Buenos Aires no era autónoma y no existe regulación específica. “Como el resto de los servicios públicos, pueden colocarse con un permiso de uso de Espacio Público y deben mantenerse en condiciones de higiene y seguridad de modo que no constituyan un riesgo para las personas”, explican en esa dependencia.

Si bien son propiedad de las empresas, la falta de uso hace que tampoco se cumpla con el mantenimiento. Los teléfonos no funcionan, las cabinas acumulan suciedad y los techos y vidrios rotos (o los cables pelados) se vuelven riesgosos para la gente. El Gobierno porteño retira de la vía pública aquellos que están inutilizados apelando a la Ley 4013, que establece que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público debe “proteger, mejorar y mantener el Espacio Público”. Tanto la avenidas San Juan y Rivadavia, por ejemplo, ya están totalmente despejadas.

“Se las guarda por un tiempo y las empresas pueden retirarlas del depósito de la Ciudad, pero por ahora no han mostrado interés en hacerlo ya que argumentan que el valor del traslado es superior al valor de las cabinas ”, responden desde el Ministerio. En algunos casos los teléfonos todavía tenían monedas adentro, que tampoco están siendo reclamadas.

En este punto aparece otro problema que sigue creciendo en la Ciudad: la falta de circuitos que permitan reciclar y recuperar lo que habitualmente se conoce como “basura electrónica”. “Hay desarmaderos y centros de acopio. Y se reciclan materiales como chapa, cobre, hierro, cartón y papel. Pero otros elementos como las placas de los teléfonos no se reciclan acá, se mandan al exterior, a veces la placa entera y otras en forma de molienda. Los costos del proceso y la logística son importantes. ¿Qué se obtiene de ahí? Por ejemplo oro y plata, es lo que se llama minería urbana ”, explica Juan Martín Ravettini, al frente de quereciclo, dedicados al reciclado de informática y electrónica.

La otra fase del “recupero” tiene que ver con los coleccionistas. Pero las columnas grisáceas no lucen como las viejas burbujas naranjas o las cabinas rojas (a la inglesa, sí) que decoran Plaza Francia.

http://www.clarin.com/ciudades/Solo-queda-telefono-publico-cuadras_0_1135686554.html

martes, 9 de octubre de 2012

Adiós a los teléfonos públicos…


Quedan sólo 2.000 y empiezan a sacar los que están en el Centro. En 2004 había 10.000. Pero ante el avance de los celulares y los locutorios cayeron en desuso. Las cabinas son vandalizados y están llenas de pegatinas. Planean dejarlos en hospitales y terminales.

Están, pero son invisibles para la mayoría de los porteños. Desde hace años que casi nadie los usa . Existen: pero sólo como obstáculos en las veredas o como soportes improvisados para publicidades ilegales, para pegatinas, o como objetivo del vandalismo y sus líneas, aunque funcionen, son líneas muertas . Los teléfonos públicos de la Ciudad están en desuso por un cambio de hábitos y por eso, el Gobierno porteño los está sacando de a poco. Ya empezaron con el Microcentro y avenidas céntricas, donde se retiró más de la mitad de las cabinas previstas para una primera etapa que incluirá a 240.
El trabajo se hace en conjunto con Telefónica y Telecom y se basa, sobre todo, en un dato realista: la gente ya no elige el teléfono público para realizar llamadas, prefiere usar el celular, o, en todo caso, una cabina de un locutorio. Ese dato también se ve claramente en los números: en 2004 había 10.000 teléfonos públicos repartidos en los barrios; en 2009 ese número se redujo a 4.800 y hoy, según información aportada por la Ciudad, apenas quedan 2.000. De ese total, además, son muy pocos los que no están vandalizados. Y menos los que se usan.
El mismo informe oficial que detalla los números actuales, también confirma el deterioro, desuso y abandono de las cabinas. Y a su vez demuestra que es imposible mantenerlas, porque el costo de reparación es alto comparado con lo que se recauda. "Hoy su uso cambió mucho: antes era imprescindible para comunicarse. Pero hoy están asociados a la inseguridad y publicidades ilegales, muchas de ellas de prostitución", sostiene el relevamiento, que sirvió para armar un nuevo plan para el parque de teléfonos públicos. La idea: reducir lo máximo posible y dejar sólo la cantidad que establece la ley: un aparato cada 150 metros .
Florida es una postal del cambio de hábitos. Entre Diagonal Norte y Perón hoy hay dos cabinas con cuatro aparatos que funcionan, pero nadie los usa. Están, en cambio, llenos de publicidades y arruinados por pintadas o roturas . En la peatonal, entre Perón y Sarmiento, uno está literalmente destrozado y parte de su cabina está apoyada sobre el piso. En esa zona es donde más se está trabajando en retirar los que están rotos o también en desuso.
El operativo lo está encarando el Ministerio de Ambiente, a través de la Subsecretaría de Uso del Espacio Público, comenzó hace tres meses y ya permitió sacar 145 cabinas. Además del Microcentro, también se retiraron en avenidas comerciales como Corrientes, Santa Fe, o Avenida de Mayo , donde circulan muchas personas y, como no se usan, sólo son obstáculos en las veredas.
Las empresas explican este cambio como "etapa de madurez". Para Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, el gran problema es que el desuso se suma al vandalismo.
"Los celulares y la proliferación de locutorios dejaron un poco de lado a las cabinas telefónicas, que son vandalizadas y utilizadas para la pegatina ilegal . Por eso buscamos retirarlas, para disminuir riesgos y, a la vez, tener la menor cantidad de obstáculos en la vía pública", comentó.
Indispensables en una época (en los 80 era común ver largas colas detrás de aquellas "burbujas" naranjas de Entel que funcionaban a cospeles), olvidados ahora, los teléfonos públicos cayeron en el desuso y hoy apenas sobreviven para cumplir su rol social en hospitales o terminales de transporte.

Publico: http://www.clarin.com/ciudades/Adios-telefono-publico_0_788921205.html