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lunes, 7 de diciembre de 2020

Deudas Sociales en Argentina 2010 -2020 / ODSA: Universidad Católica Argentina


Deudas Sociales en Argentina 2010 -2020 / ODSA: Universidad Católica Argentina

El Observatorio de la Deuda Social Argentina tiene el agrado de informar que se encuentra disponible en soporte digital el Informe de avance: "Deudas Sociales en la Argentina 2010-2020. Crisis del empleo, pobrezas y desigualdades estructurales en el contexto COVID-19. Aportes para una Agenda sustentable de desarrollo humano integral".

La apertura estuvo a cargo del Dr. Miguel Ángel Schiavone, Rector de la UCA. El Dr. Agustín Salvia, Director de Investigación del Observatorio de la Deuda Social Argentina presentó el Informe de Avance Deudas Sociales en la Argentina 2010-2020.

Participaron del debate Michelle Muschett de la Universidad de Oxford y Pablo Villatoro de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Moderó la periodista María O´Donnell.

A continuación, destacamos los siguientes informes de avances correspondientes:

Presentación del estudio:"Deudas Sociales en la Argentina 2010-2020. Crisis del empleo, pobrezas y desigualdades estructurales en el contexto COVID-19. Aportes para una Agenda sustentable de desarrollo humano integral". (pdf)

 

"Aportes para una agenda sustentable de desarrollo humano integral" (pdf) 

 

"Pobreza multidimensional: el derecho a formar parte de una sociedad de iguales con un justo bienestar. pobreza y desigualdades estructurales 2010- 2020"(pdf)

 

"Pobreza de ingresos-mínimos de justo bienestar, autopercepción de ingresos y acceso e impacto de los programas sociales y alimentarios". (pdf)

"Trabajo, empleo, inactividad forzada y exclusión social 2010-2020 y efectos de la crisis COVID-19" (pdf)

Fuente: http://uca.edu.ar/es/noticias/deudas-sociales-en-la-argentina-2010-2020-crisis-del-empleo-pobrezas-y-desigualdades-estructurales-en-el-contexto-covid-19-aportes-para-una-agenda-sustentable-de-desarrollo-humano-integral

 




miércoles, 26 de febrero de 2020

Según la UCA, un 32,2% de los argentinos sufre de inseguridad alimentaria y tiene problemas de acceso a la salud

El nuevo relevamiento del Observatorio de la Deuda Social sobre pobreza multidimensional ratificó el 40,8% de pobreza por ingreso en el 2019. Hay un 33,5% de la población que vive en zonas sin agua potable o red cloacal
La Argentina sigue siendo un país de pobreza en su amplio sentido: no solo por los niveles de ingreso sino por la acumulación de carencias, ya que un 32,2% de la gente sufre de problemas de inseguridad alimentaria y de acceso a la atención médica o medicamentos, un 40,8% está bajo la línea de pobreza y al menos un 33,5% vive en zonas sin agua potable o red cloacal.
Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que realiza una radiografía del déficit en siete dimensiones de los derechos y pobreza en la Argentina, reveló que en el 2019 se registraron agravantes en cuanto a la pérdida de derechos y la profundización de situaciones más vulnerables de la población.
"Si bien se pudo visualizar una leve mejora en el acceso de la gente a algunos servicios y vivienda digna, hay datos de elevados niveles de pobreza por ingreso o inseguridad alimentaria que hablan de una Argentina que sigue fragmentada", explicó a Infobae Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
En este sentido, el último relevamiento de esa institución sostiene que la inseguridad alimentaria que implica la reducción involuntaria de la porción de comida o la percepción de manera frecuente de experiencias de hambre pasó del 28,2% en el 2018 al 32,2% de la población en el 2019. Esta cifra también se traduce en un incremento de los problemas de la gente para el acceso a atención médica o a medicamentos y se ubica entre los parámetros más altos registrados en los últimos 10 años en la Argentina.
Algo similar ocurre con la pobreza por ingresos, donde pasó del 33,6% en el 2018 al 40,8% en el 2019 y es la cifra más elevada de los últimos 10 años, que no se veía desde el 2006 o 2007.La encuesta de la UCA se hizo en 5.760 hogares de todo el país y midió las siguientes dimensiones: alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medio ambiente, accesos educativos; empleo y seguridad social y pobreza por ingreso.

Así, en otra de las variables multidimensionales que se detectaron se observó que hubo un aumento de personas con empleo no registrado: este dato se incrementó del 31,3% en el 2018 al 33% en el 2019, llegando así a los niveles del 2010.
El déficit que se observa a nivel de las personas en la dimensión alimentación y salud experimentó un descenso inicial y, marcando un pico en 2014, se ubicaba en torno del 23,2% para el año 2015, mientras que a partir del año 2016 las condiciones de privación comienzan a incrementarse hasta alcanzar al 32,2% de las personas en 2019.
Para Salvia, esta evolución se explica desde 2016 por las dificultades para el acceso a medicamentos y a la atención médica y desde 2018 por el incremento de la inseguridad alimentaria severa, en un contexto de fuertes incrementos de los precios de medicamentos y alimentos y un descenso del consumo en términos generales.
En relación al acceso a servicios básicos se observa una mejora importante a lo largo de todo el período, donde los hogares que presentan privación en esta dimensión pasan de representar del 38% en 2010 al 30% en 2019. Esta dinámica positiva se explica por el mayor acceso por parte de los hogares a los servicios de agua corriente y particularmente del descenso de los hogares con déficit en el acceso a conexión a red cloacal. No obstante, los niveles del 33,5% de las personas con problemas de red cloacal o agua potable siguen siendo elevados para la Argentina.
La situación de la vivienda también experimentó mejoras sostenidas a lo largo de todo el período, para el año 2019 poco más de 2 de cada 10 hogares no accedían a una vivienda adecuada tanto por sus materiales, espacio o disponibilidad de servicio sanitario, al inicio de la serie casi el 29% de los hogares se encontraban en esta situación.
Según la UCA, distintos aspectos podrían explicar esta mejora en los indicadores de vivienda precaria, hacinamiento y déficit en el servicio sanitario, entre ellos la disponibilidad de créditos para refacción de viviendas, la capacidad de ahorro e inversión de los hogares en alguna etapa del ciclo, como así también los efectos de distintos programas de urbanización y mejoras en las condiciones de las viviendas.
En la dimensión educación se observa una evolución irregular, donde la proporción de hogares que tienen al menos una persona que no asiste a instituciones educativas formales o presenta rezago educativo se mantiene cercano al 30%, aproximadamente el 12% de la población se encuentra en esta situación.
Se observa un importante descenso en la inasistencia en los primeros años de la serie que se mantiene en el tiempo, probablemente por efecto de la condicionalidad de asistencia que presenta la AUH. Por otra parte, tras un proceso de incremento del rezago en el nivel medio tras los primeros años, el nivel tendió a estabilizarse en torno del 26%.
En relación al acceso al empleo pleno y la seguridad social, el informe de la UCA observó un "deterioro significativo" particularmente a partir de 2016, donde el nivel de hogares que no perciben ingresos provenientes de empleo registrado ni de jubilaciones o pensiones contributivas se incrementó en 5 puntos. Pasó del 25 al 30% del total. "Esta dinámica estuvo vinculada principalmente al incremento del desempleo y de la precarización laboral, que impactó más fuertemente sobre los sectores más vulnerables. Se destaca, a su vez, que sobre estos hogares se incrementó la percepción de transferencias de ingresos provenientes de programas sociales, aunque la cobertura está lejos de ser universal para este grupo", según el informe de la UCA.

Si se considera la intensidad de la privación en términos de carencias no monetarias a partir de la cantidad de dimensiones que un hogar/personas presenta en situación de déficit, entre puntas tuvo lugar un descenso de los déficits en privaciones de derechos para los hogares afectados por la presencia de 1, 2 o 3 carencias. La tendencia al descenso de los hogares con déficit en carencias en derechos sociales a nivel agregado se observa entre los años 2010 y 2014, luego tuvo lugar un amesetamiento hasta el final de la serie.
Sin embargo, el informe revela que en 2019 el 65% de los hogares presentaban carencia en al menos una dimensión, el 44% experimentaba privación en dos o más de los aspectos considerados, mientras que el 27,6% se veía afectado en 3 o más de las dimensiones de derechos consideradas.
Los hogares bajo condición de pobreza por ingresos y carencias no monetarias experimentaron un importante descenso en el inicio de la serie en el año 2011 para seguir una tendencia levemente ascendente hacia 2015. En 2016 comienza un proceso que, con la excepción del año 2017, expresa un fuerte incremento de la pobreza multidimensional, que alcanzó al 37,5% de la población en 2019, incrementándose en 8 puntos desde 2010. Esta evolución se explica en gran medida por el deterioro que experimentaron en esta última etapa los ingresos reales de los hogares, como así también el impacto que tuvo en dimensiones clave como el acceso a la alimentación y a la salud y el acceso al empleo y la seguridad social. En el 2019, la pobreza por ingreso llegó al 40,8%.
El análisis de las brechas de desigualdad según estrato ocupacional que revela el informe de la UCA demostró que las personas en hogares cuyo principal aportante de ingresos se encuentra en los estratos ocupacionales más vulnerables (trabajador marginal) presentan más de 5 veces más posibilidades de encontrarse en situación de pobreza multidimensional que las que forman parte de hogares de estrato medio. Al mismo tiempo, también se destaca que la pobreza multidimensional afectó de manera central a las personas en estratos ocupacional menos integrados desde 2015 para los trabajadores marginales.
Por otro lado, la pobreza estructural creció sustancialmente en el conurbano bonaerense (pasó del 28,6% en el 2018 al 30,4% en el 2019) mientras que en la ciudad de Buenos Aires estos parámetros se redujeron del 6% en el 2018 al 2,6% en el 2019.
La nueva serie que mostró el Observatorio de la Deuda Social de la UCA reveló también que los argentinos vieron deteriorada su capacidad de ahorro: mientras que el 13,4% de los hogares mostraba capacidad de ahorro, esa dimensión disminuyó al 11,6% en el 2019. Y la insuficiencia de ingresos por hogar pasó del 47,8% en el 2018 al 53,3% en el 2019.
El informe de la UCA que se hizo sobre una encuesta de más de 5.700 hogares abarca a una serie de grandes y medianos aglomerados urbanos: Área Metropolitana del Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Salta, Neuquén: Plottier - Cipoletti, Mar Del Plata, Salta, Tucumán y Tafí Viejo Paraná, Resistencia, San Juan, Zárate, La Rioja, Goya, San Rafael, Comodoro Rivadavia, Ushuaia y Río Grande
Por Martín Dinatale

miércoles, 1 de enero de 2020

POBREZA: una corrección cercana al papelón / por Gonzalo Abascal


A principios de mes la UCA había informado un 40,8% de pobreza. Ahora bajó la proyección del Indec para ese periodo a 32% o 34%.

La cuestión merece una explicación inicial y cronológica para entender de qué se habla.
El 5 de diciembre, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA difundió que la pobreza en nuestro país en el tercer trimestre había alcanzado 40,8%.

El último sábado, entre la modorra de fin de año, un tuit del mismo Observatorio comunicó una corrección y ubicó la estimación de pobreza del Indec para ese periodo en un 32% a 34%.

Entre 6 y 8 puntos porcentuales menos.

La diferencia fue explicada de la siguiente manera: la estadística de la UCA se hace con datos del INDEC. Algunos datos del tercer trimestre del INDEC fueron distintos a los que la UCA había proyectado.

¿Resultado? Erraron el viscachazo.

Nada para alarmarse sino fuera porque se trata de la estadística más sensible en un país herido, y que se hizo pública apenas unas horas antes de que el ex presidente Macri, ya derrotado electoralmente, hiciera su balance de gestión en cadena nacional.Si alguien tiene dificultades para entenderlo, la confesión de Agustín Salvia, director del Observatorio y hombre cercano al Papa Francisco, no iluminará demasiado. Frente a la brecha porcentual entre un índice y otro, atinó a decir: “Lo estuvimos discutiendo cinco días, y no lo entendemos aún”.

Luego, en un terreno de especulaciones, decidió señalar al Indec. “¿Tercer trimestre le da por debajo del primero y segundo? Es muy raro en el contexto que se vivió. Es de esperar que el Indec registre la crisis y debería dar 39% o 40% de pobreza”, desafió, sobre la estadística que se conocerá en marzo de 2020. La desconfianza sobre un número todavía ignorado sólo se explica en la necesidad de alejar el foco del papelón propio.

“No queremos proponer una cifra de pobreza oficial y otra alternativa. No ponemos en duda la idoneidad del Indec de Todesca”, siguió.Y pasando de la incerteza estadística a la sospecha política, aventuró. “Si la pobreza del Indec para el segundo semestre de este año llega a ser menor al 35%, ahí sí voy a tener una opinión mucho más contundente”.

Seguramente atribulado por el lío en que se encuentra, Salvia parece sugerir una posible manipulación de la estadística que se informará en tres meses. Y le apunta al Indec, un ejemplo de gestión exitosa del gobierno anterior reconocido aún por los opositores.A riesgo del absurdo, vale preguntarse, ¿insinúa acaso que el gobierno de Macri modifique una estadística que se conocerá cinco meses después de que perdió la elección y a cuatro meses de dejar el poder? Sería un caso único en la historia.

Pero no es todo. Sacudidos por el cambio porcentual, desde el kirchnerismo duro intentaron disimular el papelón minimizando la importancia estadística. “No importa cuántos, lo único que importa es que Macri dejó millones de pobres”, esgrimieron como eje conceptual.

Que el gobierno pasado, igual que el de Cristina Kirchner, no logró mejorar la situación de pobreza de millones de argentinos es una realidad. Pero también lo es que 40% no es igual que 32%, y que toda una evaluación del gobierno anterior se construyó o se consolidó apoyada en ese 40% de pobres que ahora se descubre no era tal.

Es cierto que el resultado electoral estaba definido, y que el destino político de Macri y de Alberto Fernández había sido escrito.

No se trata de eso. Sino de separar de una vez la imprescindible verdad estadística de la interesada especulación política.

jueves, 13 de diciembre de 2018

La pobreza creció al 33,6% en la Argentina y es la más alta de la década, según un informe de la UCA **


Son cifras correspondientes al tercer trimestre. Aumentó 19% respecto del mismo período de 2017. Más de 13 millones de argentinos son pobres

En lo que constituye un verdadero retroceso en términos de desigualdades en la Argentina el índice de pobreza se disparó al 33,6% en todo el país durante el tercer trimestre de este año y constituye así un aumento de 19% respecto de las cifras difundidas por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) un año atrás.
Según los datos emitidos hoy, en la Argentina existe un 33,6% de personas que viven por debajo de la línea de la pobreza mientras que hay un 6,1% que se encuentran en la indigencia. Esto constituye un estimado de más de 13,2 millones de personas que sufren la pobreza. Un año antes había medido 28,2% de la población.
"Este es un informe que no responde a una intencionalidad política o partidaria sino que es el reflejo de un estudio científico que responde a una Argentina que vive con muchas desigualdades, una inflación que pegó mucho en la población y una importante franja de los argentinos que no tienen trabajo", expresó a Infobae Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
Estos datos de pobreza arrojan los índices más elevados en la última década en Argentina y se estima que en el último trimestre estos datos se mantendrán.
Los números arrojados por este índice se realizan en unos 5.800 casos de todos los conglomerados urbanos del país con más de 80.000 habitantes y toma en cuenta una muestra por ingreso aunque tiene datos más ampliados de la situación de las personas pobres o indigentes.
El incremento en los niveles de pobreza que registró ahora el informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA implica un retroceso ya que vuelven a darse cifras superiores a las que había en el 2015 cuando finalizó el mandato de Cristina Kirchner (29,2%) y al momento en que comenzó la administración de Mauricio Macri (32,3%).
Salvia explicó que la pobreza golpeó más a los sectores medios por la inflación y la falta de trabajo que a los sectores indigentes que tienen una protección social que hizo mantenerlos en su situación.
De esta manera, el Gobierno no logró, al evaluar estos datos, una reducción de la pobreza y se mantiene muy lejos de la promesa presidencial de alcanzar una pobreza cero en la Argentina.
En el primer semestre de 2018, el INDEC arrojó el dato de que el 19,6% de los hogares en la Argentina está por debajo de la línea de pobreza, lo que comprende al 27,3% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 3,8% de hogares indigentes que incluyen 4,9% de las personas.
Allí también el INDEC había registrado una suba de la pobreza y la indigencia con respecto al segundo semestre de 2017 y una disminución respecto de los consignados en el primer semestre de 2017.
Por otra parte, el dato llamativo del índice de ahora de la UCA es que la pobreza golpea más en el Conurbano y en los chicos de 0 a 17 años donde se vio un incremento del 44% al 51,7%.
En este caso llama mucho la atención otro dato alarmante del Observatorio de la Deuda Social: el nivel de inseguridad alimentaria en la Argentina hoy es del 20% del total de la población y la inseguridad alimentaria severa, es decir aquellos que pasan hambre, es de 7,9%.
Salvia atribuyó todas estas cifras alarmantes en la Argentina a que no existe en la última década una clara política distributiva del ingreso y a que la pobreza estructural no logró desterrarse.
El trabajo que presentó la UCA bajo el título de Estancamiento estructural, pobreza crónicas y desigualdad crónica en Argentina 2010-2018 sostiene también que la economía vinculada al sector externo y necesario para el crecimiento no logró una derrame hacia los sectores más productivos.
En marzo, la UCA presentará un informe sobre pobreza multidimensional en donde se registrarán mayores niveles de inseguridad alimentaria y una mejora en la infraestructura de salud y hábitat.
** Martín Dinatale / Infobae

viernes, 3 de agosto de 2018

Según el nuevo índice de la UCA, hay datos alarmantes sobre la "pobreza escondida" de la Argentina


El Observatorio de la Deuda Social reveló que el 63,9% de los pobres presenta un malestar psicológico. A un 40% de los chicos nunca le leyeron un libro y un 49% no tiene acceso a Internet
Esta "pobreza escondida" que revelan los informes del Observatorio de la Deuda Social habla de deudas sociales relacionadas con "privaciones injustas que afectan el pleno ejercicio de las capacidades de desarrollo humano y de integración social". También se consideran "injustas" en tanto que implican una violación a los derechos fijados por las normas internacionales.
En el documento de la UCA al que accedió Infobae se revela, por ejemplo, que el 63,9% de los pobres indigentes (34,3%) y pobres no indigentes (29,6%) presenta un malestar psicológico.  Esto implica que en el último año presentaron síntomas de ansiedad y depresión con un riesgo moderado.
A la vez, el 22,8% de los pobres y pobres indigentes sostiene que siente "infelicidad" en su vida. Se trata de una percepción de la vida y que está vinculada con el espacio en que vive, según aseguran los especialistas.
En tanto, un 73,6% de aquellos argentinos que viven en la pobreza perciben un sentimiento "afrontamiento negativo". El informe de la UCA aclara que esto implica el "predominio de conductas destinadas a evadir ocasiones para pensar en la situación problemática sin realizar intentos activos por afrontar o tratar de resolver la situación".
Y están también aquellos pobres (37,4%) que presentan un síntoma de "creencia de control externo". Esto es, que sienten que están a merced del destino y consideran que sus conductas están exteriormente dirigidas.
"Las dimensiones invisibles de la pobreza en general no son visualizadas por las políticas sociales. Aun estamos muy preocupados por los ingresos de las familias, la falta de cloacas, agua potable o un hábitat digno en muchos hogares argentinos pero las dimensiones que tienen que ver con el día a día y el buen vivir de la gente o la capacidad de resolver problemas y sentirse satisfechos sin ansiedad o estrés nunca son vinculadas o articuladas con la pobreza cuando se diagraman políticas sociales", explicó a Infobae Agustín Salvia, el director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
Así, Salvia destacó que "toda la evidencia muestra que aquella que se percibe por falta de ingresos o falta de un hábitat digno generan un alto nivel de sufrimiento e impotencia o parálisis en las poblaciones pobres".
Para el director del Observatorio de da Deuda Social de la UCA "en la Argentina estas variables no visibles de la pobreza son muy importantes porque en cada crisis se agravan y cristalizan los problemas estructurales en poblaciones de bajos recursos. Esta situación genera problemas de insatisfacción, depresión, impotencia o la paralización de la gente que no encuentra una salida".

Estos datos de niveles elevados de desigualdad social no han bajado en los últimos años en la Argentina. Así, Salvia remarcó que "las políticas sociales o de salud actualmente no piensan en la atención de las condiciones psicológicas de las poblaciones pobres para ser contenidos y apoyados desde una perspectiva sanitaria o social".
Por otra parte, en la población mayor de 18 años el informe sobre "pobreza invisible" de la UCA reveló que en el análisis de las variables según la pobreza multidimensional existe un alto porcentaje de personas (68,9%) que tienen al menos tres carencias de déficit de apoyo social estructural. En tanto un 40% aproximadamente presenta carencias en el déficit de proyectos.
Por otra parte, ayer se presentó también el informe sobre los "Indicadores (in)visibles de la pobreza infantil". Estos fueron elaborados por el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia que dirige desde la UCA Iianina Tuñon.
En esos indicadores sobre niños de 0 a 12 años se percibió por ejemplo que al 40,2% nunca le leyeron un libro o un 40,2% que directamente carece de libros infantiles en sus hogares. También hay un 22% de chicos que comparte el colchón para dormir y un 17% que no festejó nunca su cumpleaños.
El 59,9% de los chicos de 5 a 17 años carece de una biblioteca; el 49,5% no tiene acceso a Internet y un 39% no tiene computadora. En esa masa de niños de la Argentina el 39,9% no tiene un idioma extranjero en su educación y el 48,9% tampoco tiene computación como materia curricular.
Al evaluar estos aspectos "invisibles" de la pobreza infantil Salvia explicó que "muchas de estas variables marcan la vida de un niño y su desarrollo pero no son suficientemente bien atendidas por las políticas sociales. No se piensa en blindar a estos sectores entendiendo que es allí donde más necesidades requieren".
En este sentido, el director del Observatorio de la Deuda Social alertó que en la Argentina estas faltantes de un niño no están suficientemente atendidas y los hospitales tardan muchos meses en dar turnos por ejemplo para atención psicológica de las poblaciones vulnerables. "Lo importante al evaluar estos análisis de pobreza no visible es que constituye una herramienta fundamental para erradicar la pobreza".
Dimensiones faltantes y el semáforo
En el foro que organizó ayer la UCA sobre indicadores invisibles de la pobreza también hablaron Ana Botero, directora de innovación Social de la CAF que es el Banco de Desarrollo de América latina y Mieyra Vargas que es directora de Foco Sustentable. Ambas expusieron sobre las necesidad de que en una medición de pobreza evalúa otras variables no visibles o "dimensiones faltantes" como la calidad del empleo, la seguridad física, el empoderamiento, la habilidad de ir por la vida sin sentir verguenza, la connectividad social y el bienestar psicológico subjetivos.
Muchas de estas variables son las que presentó el Observatorio de la deuda Social de la UCA en la medición nacional de la Argentina.
A la vez, Martín Burt, director de la Fundación Paraguaya, presentó su proyecto"semáforo de mi familia" que está desarrollado en más de 20 países del mundo y que contempla una autoevaluación de la situación de pobreza.
En este último trabajo las familias pobres autocalifican su situación en función de variables de salud, empleo, hábitat, educación y participación comunitaria. "La idea es mostrar datos de la pobreza que a veces ni los mismos pobres perciben para que la gente misma defina el destino de su pobreza", destacó Burt.
© Martin DiNatale :  mdinatale@infobae.com

lunes, 28 de abril de 2014

El valor de la Canasta Básica predeterminan los índices de Pobreza e indigencia





Para la CGT: una familia (2 adultos y 2hijos) es POBRE Si percibe menos de $ 7.122 mensuales ($237.40 x día)

En el otro extremo


Para el INDEC : una familia (2 adultos y 2 hijos) es POBRE Si percibe menos de $ 1.783.- mensuales ($59.44.- x día)