Lo afirma un informe del Servicio
Jesuita a Migrantes. La cifra se acerca cada vez más al de drogas y armas.
La trata de seres humanos y el
tráfico de migrantes mueven al año hasta 35.000 millones de euros, “casi
tanto dinero como el comercio de drogas y armas”, según revela el último
informe del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) “La trata de seres humanos. El
negocio del comercio con personas”, publicado con motivo del Día Mundial contra
la Trata, que se celebra el 30 de julio. El estudio, escrito por la
investigadora de la Universidad Pontificia de Comillas María José Castaño
Reyero, subraya que, solo el comercio de personas mueve entre 6.000 y 9.000
millones de euros y si se suman los beneficios obtenidos del tráfico de
migrantes, la cantidad asciende, según la INTERPOL a 39.000 millones de dólares
(más de 35.000 millones de euros) al año, “cada vez más cerca del tráfico de
drogas y el de armas”.
Según indica el informe citando datos de la ONU, combinando el
tráfico a larga distancia con el contrabando transfronterizo, emerge un
panorama global de “comercio de seres humanos” que afecta al menos a 4 millones
de personas cada año. Aunque la forma de trata detectada con más frecuencia es
la explotación sexual (un 79%), existen otras dos formas de explotación de
personas: la que tiene como fin la explotación laboral y la trata para el
tráfico de órganos.
La autora del documento también diferencia entre esclavitud y
trata y explica que una de las peculiaridades de la trata es la ausencia de un
hecho violento en el momento de reclutamiento, puesto que suele realizarse con
el engaño de obtener un empleo. Además, revela que las mujeres y los niños son
las principales víctimas de la trata de personas y apunta datos de la
Organización Internacional de las Migraciones que cifran en 500.000 el
número de mujeres que entran
todos los años en Europa Occidental para ser explotadas sexualmente. Los
encargados de reclutarlas, según señala el informe, pueden llegar a cobrar
hasta 450 euros por cada mujer. Mientras, ellas aceptan porque piensan que van
a ir a trabajar como modelos, secretarias o dependientas en un país rico.
El documento cita algunas de las numerosas rutas de esclavitud
sexual como la que va de Myanmar, China, y Camboya hasta Tailandia; la que va
de Rusia a los Emiratos del Golfo; la que recorre desde Filipinas y Colombia a
Japón; o la que se mueve desde Brasil, Paraguay, Colombia y Nigeria hacia
España. Asimismo, apunta que, desde la desaparición del Cortina de Hierro,
decenas de miles de mujeres y niñas han sido trasladadas desde Rusia, Ucrania,
Moldavia y Rumanía para ser explotadas en las ciudades de Europa Occidental y
Japón.
En cuanto a los menores, el estudio cita a UNICEF para indicar
que hasta dos millones de niños están sujetos a la prostitución en el comercio
sexual alrededor del mundo. Además, avisa de que la trata de menores presenta
otras manifestaciones: la adopción ilegal de niños extranjeros; el tráfico de
órganos; el secuestro de menores para ser utilizados en los conflictos armados
o el ejercicio de la mendicidad.
Fuente: La Vanguardia