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martes, 9 de noviembre de 2021

Cómo el HOME OFFICE cambió la vestimenta para ir a trabajar: El fin del “dress code corporativo”

 


El esquema de trabajo híbrido entre la presencialidad y el teletrabajo aceleró un cambio que ya venía en marcha antes de la pandemia. Cuáles son los beneficios.

Un pequeño grupo de trabajadores en la Argentina aún sigue "parapetado" en su casa con la notebook, para bajar los riesgos de contagio de coronavirus. Para todo el resto, la trinchera de las pantuflas se desmoronó. Al menos tres días a la semana, deben abandonar el pijama del home office para volver al traje, los tacos altos o, en los casos menos estrictos, simplemente vestirse para ir al trabajo.

Así como el modelo híbrido hizo que las multinacionales y grandes empresas sean más flexibles con los horarios y los días presenciales, la pandemia también impactó en el código de vestimenta. Chau dress code, hola a una suerte de "informalidad/comodidad cuidada".

El look casual, el de “entre casa” (que dejó de ser sólo ropa de dormir) se convirtió en moda durante el aislamiento. Y las prendas cómodas, como el pantalón pijama, también se usaron en “el afuera”, al salir a la calle por algún tema específico y con permiso de circulación. De la mano de emprendedores, Instagram y el exorbitante crecimiento de las compras por Internet en el país, se sabía que el look se instalaría en la pos cuarentena. Y se instaló.

El trabajo remoto forma parte del ADN de Globant desde siempre. Pero el escenario pandémico llevó a esta gigante empresa de servicios tecnológicos a consolidarlo de una forma que llaman "dinámica". Hoy, los más de 20.000 mil globers -como llaman a sus colaboradores- ubicados alrededor del mundo volvieron a la oficina de una forma flexible. Cuando quieren. El tiempo que quieren. Mientras cumplan con los objetivos. Lo mismo pasó en sus 12 sedes en la Argentina.

Clarín había recorrido sus oficinas de Retiro –también están en 17 ciudades del mundo en la semana previa al comienzo del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). En esa era, el lugar no era "tradicional". No se veían trajes ni tacos de oficina, pero no se podía decir que los globers no estuvieran lookeados. Pese al jean y las zapatillas, había cabellos mitad azul mitad negro y suéteres de emoticones que terminaban de constituir esa burbuja de estética "relajada pero productiva". Todo eso en una sala de música que oficiaba como ámbito de reunión informal.

Una de las particularidades que dejó la pandemia en el mundo de las oficinas es que en el último año y medio muchas personas no conocen a sus compañeros nuevos ni los nuevos a sus espacios de trabajo. Eso les pasó, por ejemplo, a los casi 10.000 globers que ingresaron a la empresa en ese lapso de cuarentena. "Por lo cual, el proceso de inducción cobró gran relevancia porque hay que lograr que no sólo conozcan cómo se trabaja sino que se sientan acompañados", detallan. Empezaron a trabajar en torno al concepto de “camada” y asignando a dos partners para acompañar a cada nuevo glober.

Ahí también, en el acompañamiento, están los mails masivos que otras empresas enviaron para ese primer día de retorno. No sólo especificaron que el barbijo debe usarse siempre -salvo cuando se está solo en el sitio de trabajo- sino que algunas hasta aclararon que no era necesario el uso de corbata porque no iba a haber reuniones con jefes presenciales sino por Zoom.

¿El fin de la vestimenta corporativa para todos?

Entonces, ¿es el fin del home office puro y, a la vez, el del código de vestimenta corporativo? Según pudo saber Clarín, hasta los molinetes más tradicionales ya no exigen tanto como antes en cuestiones de prendas. La corbata es un cliché de la formalidad que hace una década que se cambió, en muchos casos, por el casual Friday que permite lucir chomba los viernes. Eso, en los hombres. En las mujeres, en los ámbitos más afianzados en lo corporativo, aún resta negociar el uso o no de jean en vez de pantalón de vestir, y sandalias bajas en vez de tacos. En pandemia, ese look de "informalidad/comodidad cuidada" del que se habló al inicio de la nota, mostró un mejor balance.

"Desde hace varios años venimos trabajando en la flexibilización de prácticas, procesos y beneficios. Con respecto a vestimenta, hace 2 años, prepandemia, lanzamos la iniciativa #VestiteSegúnTuAgenda para promover que cada uno se vista como quiera, sintiéndose cómodo y, sobre todo, identificado con él/ella misma. Sólo se deben tener en cuenta 3 puntos: seleccionar tu vestimenta según los eventos que tengas en tu agenda; considerar tus compromisos del día, especialmente si vas a visitar o recibir clientes; y sentirte cómodo/a en cada ocasión", dice a Clarín Nicolás Todino, responsable del área de Personas y Cultura de Roche Argentina.

En ese laboratorio, el modelo híbrido que profundizó la pandemia también ahondó la flexibilización previa del dress code.

Así como la pandemia puso sobre la mesa que la flexibilidad de poder elegir el lugar de trabajo según la necesidad del momento es una ventaja tanto para colaboradores como para la organización, para Ayelén Culaciati, manager de PR&Marketing del desarrollador inmobiliario HIT, con la vestimenta pasa algo análogo.

"Si la nueva normalidad nos enseñó que es saludable poder elegir desde donde trabajar según el momento de la semana, sea la oficina, nuestra casa o un espacio alternativo ¿por qué no lo sería elegir la forma de vestirnos según nuestra forma de ser, la temperatura o como nos sentimos ese día? Esto no significa abogar por estar todos en pijama, pero si por la libertad de que el foco y la energía estén puestos en otro lugar que nos sirva más a todos", puntualiza.

Ante las nuevas formas de trabajo que trajo la pandemia, aclara, "más que nunca es importante que las organizaciones pasen del paradigma del control a la confianza". Ese concepto de "poner a los colaboradores en el centro de la estrategia". Y en esta época donde todo va más rápido y se impone la necesidad del pragmatismo, la flexibilidad es la herramienta que permite ganar tiempo y agilidad de decisión a los buenos talentos.

"Si la cultura de nuestra organización nos ayuda a sentirnos tranquilos y a ser nuestra mejor versión, tendremos nuestra energía 100% disponible para enfocarnos en objetivos, pensar diferente y desde allí innovar ¿qué mejor?", cierra.

MG

https://www.clarin.com/sociedad/fin-dress-code-corporativo-home-office-cambio-vestimenta-ir-trabajar_0_xMV_NOrtV.html


sábado, 8 de mayo de 2021

Teletrabajo vs. Trabajo presencial: a revisar esas proyecciones apocalípticas

 


Gigantes tecnológicos como Google y Amazon invierten en oficinas y destacan la necesidad del encuentro personal. Se puede trabajar a distancia, pero hay una ineludible necesidad de la gente por estar con otra gente.

Hace algunas semanas el mundo se sorprendió con una noticia, podríamos decir, inesperada: Google anunció que invertirá u$s 7.000 millones durante este año en nuevas oficinas en Estados Unidos. "Juntarnos en persona para colaborar y construir comunidad es esencial para la cultura de Google, y seguirá siendo una parte fundamental de nuestro futuro", dijo su CEO, Sundar Pichai.

No es una empresa de "brick and mortar" ni una desarrolladora inmobiliaria la que toma esta decisión estratégica, sino la principal empresa tecnológica del planeta.

Otro gigante del sector, Amazon, había anunciado hace algunos meses su decisión de aplicar u$s 1400 millones en nuevos espacios de oficinas en seis ciudades de EE.UU., incluyendo el emblemático edificio que ocupara la tienda Lord & Taylor en el centro de Manhattan.

A nivel local, muchos desarrolladores de edificios de oficinas (nuestra empresa, entre ellos) en medio de la pandemia y con incertidumbres por los plazos de construcción en función de las restricciones impuestas por los sucesivos lockdowns, están planificando, pre-comercializando y hasta inaugurando nuevos predios, por lo general con significativas mejoras respecto de desarrollos previos en lo que hace a sustentabilidad y seguridad sanitaria.

Me parece (y dado que es una columna de opinión la que se me pide, me permito usar la primera persona) que los gurúes del fin del trabajo presencial deberían revisar sus predicciones apocalípticas.

No voy a repasar ni rebatir los argumentos que sustentan esta afirmación; permítaseme decir que esas predicciones no toman en cuenta el simple hecho de que la humanidad es una especie gregaria, que necesita de sus congéneres para desarrollarse, progresar, realizar todas sus potencialidades y -en definitiva- compartir éxitos y fracasos con sus pares.

Cuando pase esta pandemia ¿todo volverá a ser igual o habrá cambiado todo? Parece aventurado suscribir cualquiera de esas afirmaciones. Claramente, los nuevos edificios serán "verdes", amigables y tomarán en cuenta la nueva realidad sanitaria que parece haber llegado para quedarse.

Nada, sin embargo, reemplazará la presencialidad.

Es sólo mi opinión, pero la realidad de algún modo parece darme al menos la mitad de la razón

En este sentido, y para que el reencuentro sea lo más gozoso y productivo posible, nuestro rol como comunicadores es crucial. La gente, tanto nuestra gente como el público externo, debe saber que es seguro regresar a los escritorios. Obviamente, las áreas de seguridad, recursos humanos, operaciones, etc. deben hacer su tarea pero sin una comunicación adecuada es posible que esa gente no se sienta tranquila volviendo.

Permítanme contar, entonces, el caso de nuestra empresa. Hace algunos meses, nuestra compañía (coincidiendo con la apertura de nuestro edificio de Catalinas) propuso a nuestro personal volver a la oficina. En su inmensa mayoría (me atrevo a decir que más de 90%) la gente no sólo aceptó volver sino que expresó la inmensa alegría de poder hacerlo. Obviamente ese regreso se hizo en condiciones de extrema seguridad sanitaria, que incluyen burbujas de dos/tres días a la semana. Pero también tras una comunicación que explicó "todo" lo que hacía falta saber para una vuelta segura.

La realidad demostró que se puede trabajar a distancia, pero también la ineludible necesidad de la gente por estar con otra gente. Ningún zoom, teams o reunión virtual reemplaza el almuerzo con los compañeros el lunes para contarnos qué hicimos el fin de semana, qué bueno nos salió el asado familiar, cómo atajó el arquero de San Lorenzo o la exhibición de las últimas fotos del bebé que cumplió seis meses.

Eso es tan fundamental para la eficiencia en el trabajo como cualquier otra herramienta académica o tecnológica. Trabajo desde los 16 años y el aprendizaje informal que obtuve de mis compañeros no puede ser transmitido en una reunión diaria a distancia citada casi siempre para tratar temas puntuales.

Las predicciones del fin de los tiempos, además, ni siquiera son originales. Hace algunos años, cuando aún era periodista, entrevisté a un señor llamado Jeremy Rifkin. En ese momento era "el sabor del mes", con su libro "The End of Work". Su teoría era que, para el año 2000 (la nota la hice en 1993) "ya nadie trabajará, todos seremos reemplazados por la automatización y nos dedicaremos a labores sociales o solidarias". Los gurúes del fin del trabajo presencial deben haber abrevado de esa fuente, pero la realidad es que TODOS seguimos trabajando. Incluido el señor Rifkin, claro, hoy uno de los principales asesores del gobierno chino...

 © SERGIO DATTILO  ***-Miembro del Círculo Dircoms


jueves, 30 de julio de 2020

El Senado aprobó la ley de Teletrabajo




La iniciativa obtuvo 40 votos a favor del oficialista Frente de Todos y el Frente Renovador de Misiones, y 30 en contra de Juntos por el Cambio, el Interbloque Parlamentario Federal y del Frente Juntos Somos Río Negro
El Senado convirtió hoy en ley, sin el apoyo de la oposición, la normativa que regula el teletrabajo, en momentos en que la modalidad está en expansión como consecuencia del aislamiento social y obligatorio que rige en el país por la pandemia de coronavirus.

Puntos Principales

Plazo de aplicación. “Entrará en vigor luego de 90 días contados a partir de que se determine la finalización del período de vigencia del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio”. En el teletrabajo se tendrán “los mismos derechos y obligaciones que las personas que trabajan bajo la modalidad presencial, y su remuneración no podrá ser inferior a la que percibían o percibirían bajo la modalidad presencial”.
Jornada laboral. “Debe ser pactada previamente por escrito en el contrato de trabajo de conformidad con los límites legales y convencionales vigentes, tanto en lo que respecta a lo convenido por hora como por objetivos”.
Desconexión. Se “tendrá derecho a desconectarse de los dispositivos digitales y/o tecnologías de la información y comunicación, fuera de su jornada laboral y durante los períodos de licencias”, y no habrá sanciones “por hacer uso de este derecho”.
Herramientas. “El empleador debe proporcionar el equipamiento -hardware y software-, las herramientas de trabajo y el soporte necesario para el desempeño de las tareas, y asumir los costos de instalación, mantenimiento y reparación de las mismas, o la compensación por la utilización de herramientas propias de la persona que trabaja. La compensación operará conforme las pautas que se establezcan en la negociación colectiva”. Además, en ningún caso “responderá por el desgaste normal producto del uso o el paso del tiempo”, y “en caso de desperfectos, roturas o desgaste en los elementos, instrumentos y/o medios tecnológicos que impidan la prestación de tareas, el empleador deberá proveer su reemplazo o reparación a fin de posibilitar la prestación de tareas”. Por otra parte, “el tiempo que demande el cumplimiento de esta obligación patronal no afectará el derecho de la persona que trabaja a continuar percibiendo la remuneración habitual”.
Compensación de gastos. “La persona que trabaja bajo la modalidad del teletrabajo tendrá derecho a la compensación por los mayores gastos en conectividad y/o consumo de servicios que deba afrontar. Dicha compensación operará conforme las pautas que se establezcan en la negociación colectiva, y quedará exenta del Impuesto a las Ganancias”.
Reversibilidad. “El consentimiento prestado por la persona que trabaja en una posición presencial para pasar a la modalidad de teletrabajo, podrá ser revocado por la misma en cualquier momento de la relación. En tal caso, el empleador le deberá otorgar tareas en el establecimiento en el cual las hubiera prestado anteriormente, o en su defecto, en el más cercano al domicilio del dependiente, en el cual puedan ser prestadas. Salvo que por motivos fundados resulte imposible la satisfacción de tal deber”. Una negativa del empleador “dará derecho a la persona que trabaja bajo esta modalidad a considerarse en situación de despido o accionar para el restablecimiento de las condiciones oportunamente modificadas”.
Derecho a la intimidad. “Los sistemas de control destinados a la protección de los bienes e informaciones de propiedad del empleador deberán contar con participación sindical a fin de salvaguardar la intimidad de la persona que trabaja bajo la modalidad de teletrabajo y la privacidad de su domicilio”.
Protección de datos. “El empleador deberá tomar las medidas que correspondan, especialmente en lo que se refiere a software, para garantizar la protección de los datos utilizados y procesados por la persona que trabaja bajo la modalidad de teletrabajo para fines profesionales, no pudiendo hacer uso de software de vigilancia que viole la intimidad de la misma”.
Tareas compartidas. “Las personas que trabajen bajo esta modalidad y que acrediten tener a su cargo, de manera única o compartida, el cuidado de personas menores de 13 años, personas con discapacidad o adultas mayores que requieran asistencia específica, tendrán derecho a horarios compatibles con las tareas de cuidado a su cargo y/o a interrumpir la jornada. Cualquier acto, conducta, decisión, represalia u obstaculización proveniente del empleador que lesione estos derechos se presumirá discriminatorio”.
Voluntariedad. “El traslado de quien trabaja en una posición presencial a la modalidad de teletrabajo, salvo casos de fuerza mayor debidamente acreditada, debe ser voluntario y prestado por escrito”.
Capacitación. “El empleador deberá garantizar la correcta capacitación de sus dependientes en nuevas tecnologías, brindando cursos y herramientas de apoyo, tanto en forma virtual como presencial, que permitan una mejor adecuación de las partes a esta modalidad laboral. La misma no implicará una mayor carga de trabajo”.
Representación sindical. “Será ejercida por la asociación sindical de la actividad donde presta servicios”, y los empleados “deberán ser anexados por el empleador a un centro de trabajo, unidad productiva o área específica de la empresa a los efectos de elegir y ser elegidas, para integrar los órganos de la asociación sindical”.
Higiene y seguridad. “La autoridad de aplicación dictará las normas relativas a higiene y seguridad en el trabajo con el objetivo de brindar una protección adecuada a quienes trabajen bajo la modalidad laboral del teletrabajo. El control del cumplimiento de esta normativa deberá contar con participación sindical”. Sobre esta cuestión, “la autoridad de aplicación determinará la inclusión de las enfermedades causadas por esta modalidad laboral dentro del listado previsto” en la ley de Riesgos del Trabajo, así como también los “accidentes acaecidos en el lugar, jornada y en ocasión del teletrabajo”.
Prestaciones transnacionales. Se “aplicará al contrato de trabajo respectivo la ley del lugar de ejecución de las tareas o la ley del domicilio del empleador, según sea más favorable para la persona que trabaja”. Para el “caso de contratación de personas extranjeras no residentes en el país, se requerirá la autorización previa de la autoridad de aplicación”, aunque “los convenios colectivos, acorde a la realidad de cada actividad, deberán establecer un tope máximo para estas contrataciones”.

Fuente: TÉLAM. Ámbito. P12  entre otros.

martes, 16 de junio de 2020

Se inicia en Diputados el debate sobre la regulación del teletrabajo y buscan el apoyo de los gremios / Laura Serra




La discusión comenzará hoy en comisión y se espera la participación de la CGT y las dos CTA
La Cámara de Diputados dará inicio hoy al debate para regular el teletrabajo o home office, una modalidad que la cuarentena impuso forzosamente con la aparición de los primeros casos de coronavirus. Con el aporte de las centrales obreras y del ministro de Trabajo, Claudio Moroni , la intención de los legisladores es avanzar en una iniciativa acordada con dos ejes fundamentales : que esta modalidad sea opcional para el empleado y que éste goce de los mismos derechos laborales de los que ejercen el trabajo presencial.
La discusión arrancará hoy en la Comisión de Legislación del Trabajo, que preside la diputada y sindicalista Vanesa Siley (Frente de Todos); en la primera jornada está prevista la participación de los principales dirigentes de la CGT , de las dos CTA como así también de representantes de las entidades sindicales del sector informático y de telecomunicaciones.
Mañana, el ministro Moroni, acompañado por el presidente de la Comisión de Trabajo del Senado, Daniel Lovera , cerrarán el debate, tras lo cual se firmaría un dictamen. Los más optimistas confían en llevar la iniciativa al recinto el próximo jueves; sin embargo, los más cautos prefieren no apurar la discusión porque aún prevalecen algunas diferencias.
En efecto, si bien el Gobierno, los sindicatos y los legisladores están de acuerdo en la necesidad de regular el teletrabajo, lo cierto es que el jueves último la cúpula de la CGT anticipó sus reparos al borrador de la iniciativa que comenzó a circular en el Ministerio de Trabajo y los principales despachos oficialistas de la Cámara baja. Los gremios reclaman que esta modalidad se discuta por actividad, en cada convenio colectivo y plantearon sus objeciones a que una ley marco -en este caso, el régimen de contrato de trabajo- imponga las condiciones generales.
En ese sentido, Sergio Romero , integrante del consejo directivo de la CGT, apuntó que "es insostenible avanzar en esta materia sin amplios acuerdos sociales y sindicales".
Por de pronto, la intención de los legisladores oficialistas y opositores es acordar una iniciativa común. "Los asesores de los distintos legisladores avanzaron en los últimos días y hay un alto grado de coincidencias. Este es un tema de larga data, aunque ahora la coyuntura que impone la pandemia nos da la oportunidad para sancionar una ley", destacó el diputado Albor Cantard (Juntos por el Cambio) quien, junto a Siley y Sergio Massa , presidente de la Cámara baja, trabajan en un dictamen consensuado.
Entre los puntos más importantes del borrador figuran:
Ámbito de aplicación . Se establece que la ley regirá para aquellas prestaciones que se efectúen en forma parcial o total en el domicilio del trabajador o en lugares distintos al establecimiento del empleador y que requieran la utilización de tecnologías de la información y comunicación. De aprobarse la norma, la negociación colectiva deberá establecer dentro de un plazo de 180 días el régimen y las condiciones de teletrabajo en el sector representado. Vencido ese plazo, el Ministerio de Trabajo dictará las normas complementarias que fueran necesarias.
Principio de igualdad . Los trabajadores gozarán de igualdad de trato y derechos respecto de aquéllos bajo relación de dependencia que se desempeñen en forma presencial.
Voluntariedad y reversibilidad . La prestación de tareas bajo la modalidad de teletrabajo está sujeta a la voluntad del trabajador, que tendrá la opción de retornar a la modalidad presencial conforme las pautas que se establezcan en la negociación colectiva.
Principio de indemnidad . Los empleadores deberán proveer el equipamiento tecnológico y el complementario para el correcto desempeño y el soporte técnico para garantizar su correcto funcionamiento, así como el acceso a internet sin costos económicos para el trabajador. Para el caso de no proporcionar dichos elementos, se deberán compensar los gastos, con resguardo de la indemnidad patrimonial de los trabajadores.
Protección de datos personales . Se garantizará el derecho a la protección de la intimidad de los trabajadores que presten tareas bajo la modalidad de teletrabajo. Los empleadores deberán informar en forma previa al acceso a los dispositivos informáticos en forma remota, lo que deberá limitarse a aspectos vinculados con el objeto del contrato o la relación.
Domicilio ámbito protegido . Los controles de los empleadores y las inspecciones de la autoridad de aplicación que impliquen un acceso al domicilio deberán contar con autorización previa de los trabajadores.
Desconexión digital . Se garantizará el pleno derecho a la desconexión digital durante tiempo de descanso y durante las licencias. No se podrán adoptar conductas o prácticas discriminatorias ni imponer sanciones por el ejercicio de este derecho.
Régimen de cuidados . Se deberán contemplar en los Convenios Colectivos de Trabajo normas de protección de las personas que tengan a su cargo tareas de cuidado en el ámbito del hogar.
Derechos colectivos . Quienes se desempeñen en forma total o parcial en régimen de teletrabajo gozarán de los derechos colectivos y serán considerados, a los fines de la representación colectiva, como parte del conjunto de trabajadores que se desempeñan en forma presencial.

Fuente :   Laura Serra  / La Nación

domingo, 3 de mayo de 2020

La economía post-pandemia: los cambios que llegaron para quedarse en el mundo del trabajo luego del aislamiento **




Teletrabajo, distanciamiento social, fin de los viajes laborales; trabajo por objetivos son algunas de las tendencias que los analistas avizoran que permanecerán luego del Covid-19
La conmemoración del 1 de mayo, Día Mundial del Trabajador, tuvo este año un condimento especial. El coronavirus COVID-19 y las medidas de aislamiento obligatorias que rigen en todo el mundo -en algunos lugares, ya con algo de flexibilidad- modificaron, a la fuerza, las políticas a las que el mercado laboral venía acostumbrado. Trabajo remoto en muchas actividades; protocolos y y esquemas de distanciamiento físico; menor movilidad por viajes, reuniones y eventos; y extremos cuidados sanitarios son algunos de los cambios más notorios que se produjeron en el mundo del trabajo, y que, según coinciden muchos analistas, llegaron para quedarse.
“En un contexto en el que se extiende el aislamiento preventivo y obligatorio, donde muchas empresas están imposibilitadas de operar o debieron modificar radicalmente sus pautas de funcionamiento, con muchos trabajadores confinados en sus hogares y teniendo que conciliar su vida profesional y laboral en un mismo espacio, y muchos otros sobre-exigidos por prestar servicios en actividades consideradas esenciales, es indiscutible que el mundo del trabajo ya no será el mismo y todo indica que algunos cambios llegaron para quedarse”, destaca un informe realizado por Randstad, compañía global de servicios de recursos humanos.
Andrea Ávila, CEO de la firma para la Argentina y Uruguay, dijo a Infobae: “de un día para el otro se armó el mayor experimento mundial de home office que ni la mente más visionaria pudo imaginar jamás, y eso no tiene vuelta atrás, muchas cosas no volverán a ser como antes en el mundo del trabajo cuando la cuarentena termine y volvamos a una cierta, y nueva, normalidad”.
Al respecto, desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtieron sobre los riesgos de esa “nueva normalidad” y plantearon que, como sucedió en otras crisis globales, “se requiere de una respuesta internacional que sea integral y coordinada y que tenga como eje prioritario a las personas”, aseguró, ante la consulta de Infobae, el director de la OIT Argentina, Pedro Furtado de Oliveira.
“Necesitamos dejar atrás la desigualdad, la falta de garantías y de acceso a derechos, con sistemas más amplios de protección social, entendiendo que la seguridad y la salud en el trabajo son derechos, apostando a una transición justa, el aprendizaje permanente y una mayor formalización. Hoy 6 de cada 10 trabajadores del mundo están en la informalidad”, aseguró Oliveira, al agregar que “la experiencia de 2008 muestra el riesgo que existe al final de la catástrofe, de restablecer una normalidad que ya era injusta".
“Por esto, cuando superemos esta crisis, debemos procurar que esta experiencia nos deje como legado una mejor normalidad, que elimine las injusticias reveladas por la COVID-19 y nos dé herramientas para construir un futuro del trabajo más inclusivo y sostenible”, remarcó el titular de la OIT en el país.
 Cuando superemos esta crisis, debemos procurar que esta experiencia nos deje como legado una mejor normalidad, que elimine las injusticias reveladas por la COVID-19 y nos dé herramientas para construir un futuro del trabajo más inclusivo y sostenible (Pedro Furtado de Oliveira -OIT Argentina-)
Los expertos de Randstad aseguran que las principales tendencias que sentarán las bases de un nuevo escenario laboral a nivel mundial cuando pase la pandemia son las siguientes:
1) Pautas de distanciamiento en oficinas, plantas y ámbitos laborales
El estudio sostiene que, aún cuando se levante de cuarentena y se reanude la actividad productiva, habrá que seguir conviviendo con los protocolos de distanciamiento físico que afectarán sustancialmente la forma de vinculación en los distintos ámbitos laborales. Las empresas deberán esforzarse para generar ambientes de trabajo seguros para los trabajadores, adecuando sus instalaciones, procesos y estándares de trabajo en línea con los nuevos parámetros de distanciamiento. Así, mamparas divisoras, zonas de seguridad y circulación monitoreada, estaciones de sanitización, kits de elementos de protección personal y estrictos protocolos de ocupación en espacios comunes serán protagonistas de la nueva normalidad en el trabajo, creen en Randstad.
2) Home Office y trabajo remoto
La situación de aislamiento preventivo obligó a muchas organizaciones a generar las condiciones para que sus colaboradores realicen teletrabajo, incluso cuando la cultura predominante se orientaba hacia el trabajo presencial, el control y el cumplimiento de horarios. “Lo positivo de esta situación forzada es que colaboró para derribar barreras culturares, prejuicios y mitos en relación al trabajo remoto y la productividad, la autogestión y el compromiso de los colaboradores. Es altamente probable que después de haber transitado esta experiencia, muchas empresas no quieran volver a tener a todos sus trabajadores en sus oficinas frente al escritorio como antes, e incluso habrá muchos trabajadores que tampoco quieran hacerlo”, dice el informe.
3) Desplazamientos, viajes, eventos y reuniones
La pandemia COVID-19 paralizó el mundo de los viajes y el turismo y se espera que sea una de las industrias que más demore en recuperarse. Esta situación, trasladada al mundo del trabajo, impactará directamente en la organización de convenciones, congresos, capacitaciones y otros eventos corporativos que dejarán de ser presenciales y pasarán a entornos virtuales. Lo mismo ocurrirá con los formatos típicos de reuniones cotidianas en las organizaciones, que mutarán a videoconferencias para sostener el distanciamiento físico que será norma en adelante.
Por otra parte, dice la consultora, “las empresas deberán adaptar con creatividad y flexibilidad los esquemas de horarios laborales para evitar el traslado de los trabajadores en transporte público en horas pico”, así como implementar días alternativos de concurrencia y otras estrategias que permitan cumplir con el distanciamiento de seguridad entre personas en los distintos espacios de trabajo.
4) Se consolida el trabajo por objetivos
El teletrabajo instaurado masivamente por las circunstancias sanitarias tuvo como efecto secundario que muchas empresas se den cuenta de que no requieren basarse en el control de horas para asegurar la productividad de su fuerza laboral. Muchas organizaciones con culturas de gestión que desconfiaban de los formatos de trabajo flexibles, que priorizaban el “estar” por sobre el “hacer”, han podido vivir la experiencia empírica y comprobar que el presentismo no es garantía de resultados. La confianza en el desempeño a distancia y la productividad sostenida durante el aislamiento han puesto en evidencia que el trabajo por horas está quedando obsoleto y va ganando terreno el trabajo por objetivos.
5) Crece el trabajo freelance y otras opciones de formatos de trabajo flexible
Con una menor dependencia de la presencialidad, mayores posibilidades de trabajo remoto y la consolidación de la gestión por objetivos, el mundo del trabajo post COVID-19 ofrecerá mayores posibilidades para formatos y experiencias de trabajo más flexibles y la inclusión de los freelancers como parte del pool de talento de las organizaciones, aseguran los analistas de Randstad.
Con la tecnología como facilitadora, se verá un nuevo crecimiento de la “Gig Economy”, como se denomina la nueva economía del trabajo móvil, remoto, a demanda e independiente. En este sentido, dado que la especialización y el conocimiento no reconocen formatos de contratación, la incorporación de talentos en formato freelance, por proyecto o part-time crecerá de la mano de un contexto en el que las organizaciones necesitarán más que nunca ser competitivas para recuperarse del impacto económico que dejará la pandemia, plantea el informe.
 Dado que la especialización y el conocimiento no reconocen formatos de contratación, la incorporación de talentos en formato freelance, por proyecto o part-time crecerá
El abogado laboralista, vicepresidente de la UIA y titular de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja, coincidió en que el mundo del trabajo sufrirá transformaciones, que ya se venían gestando desde antes de la COVID-19 por el cambio tecnológico.
"Esto no es un viento zonda que pasó; muchas cosas no volverán a ser como antes", planteó el abogado laboralista Daniel Funes de Rioja
El sector de la alimentación fue considerado esencial desde un primer momento y tuvo que adecuar las jornadas de trabajo para respetar la distancia social, ajustar la producción al nivel real de demanda, y contratar personal eventual o dar horas extras por todos los trabajadores que por ser mayores o ser “de riesgo” no asisten a sus lugares de trabajo, además de aplicar todos los protocolos sanitarios correspondientes.
Según Funes de Rioja, “esto no es un viento zonda que pasó; hay cosas que no volverán a ser como antes”. Planteó dudas sobre cómo se reactivarán rubros como el turismo, la gastronomía, las companías aéreas: “En primer lugar, no sé cuándo pasará esto. Estoy monitoreando 16 países emergentes y desarrollados y coinciden que no será en menos de seis meses. Segundo: esas actividades no sé si levantarán la cabeza como lo hacían antes”, dijo.
También planteó el dirigente de la alimentación y vicepresidente de la Unión Industrial Argentina la posibilidad de que se reduzcan los viajes corporativos para participar de congresos o conferencias. “¿Cuántas demostraciones estamos teniendo de que las cosas se pueden hacer distintas?", se preguntó el abogado, al remarcar que se la pasa conectado a videoconferencias por trabajo.
En las fábricas, en tanto, Funes de Rioja imagina “turnos más rotativos para evitar grandes concentraciones urbanas”. “Esta situación nos vino a plantear alternativas que tal vez sean mejores, por ejemplo, para evitar el hacinamiento”, dijo. Con respecto al teletrabajo, afirmó que “tiende a expandirse”, aunque habrá que ver luego en qué tipo de actividades tendrá mayor participación.
Matías Cremonte, presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, es “escéptico de que después de la pandemia pueda llegar algo bueno”. “¿Realmente el teletrabajo, si vino para quedarse, va a mejorar las condiciones laborales y el trabajador va a disponer más de su tiempo? Le ahorrás al empleador el alquiler de un lugar, los servicios, y la persona se paga su Internet, su teléfono. No hay una regulación en la Argentina del teletrabajo; y veo relativo eso de que la tecnología llegó para mejorar la sociedad”, manifestó el abogado.
Por otra parte, agregó Cremonte, hoy se están firmando acuerdos de suspensiones con reducciones del 25% de los ingresos, por lo que será difícil recomponer el mercado de trabajo una vez que pase la pandemia. “Cuando los trabajadores vuelvan al mercado, lo harán con salarios del 2019 y una importante pérdida real; en algunos casos, inclusos con bajas nominales. Entonces, ¿cómo se regenera el consumo?, y si no hay demanda, ¿cómo abren las empresas?”, se preguntó. Un factor positivo que consideró que podría permanecer es que por la pandemia algunas actividades tuvieron que incorporar elementos de prevención y eso funcionó muy bien donde existen comité mixtos de seguridad e higiene.
“Creo que esta pandemia va a acelerar muchos cambios que estaban ya en curso. En primer lugar, hubo una aceleración de los procesos de digitalización masiva. Los gobiernos de la región están operando en remoto diariamente. Y muchas empresas han reorganizado sus operaciones. Y por otra parte, se abre una oportunidad para cambiar modelos de negocio, el consumo y la producción, hacia sistemas sustentables desde el punto de vista del medio ambiente", aseguró el economista y ex director de la Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Federico Poli.
Poli sostiene que los grandes rescates públicos pueden incluir condicionalidades verdes y que al tener un escenario de hasta dos años con movilidad controlada y medidas de seguridad, habrá que repensar organización del trabajo y movilidad, lo que podría permitir romper las barreras existentes.
 Los grandes rescates públicos pueden incluir condicionalidades verdes y que al tener un escenario de hasta dos años con movilidad controlada y medidas de seguridad, habrá que repensar organización del trabajo y movilidad, lo que podría permitir romper las barreras existentes
“Además, la digitalización junto con la presión para el cuidado del medio ambiente permitirían modificar el modo de producción (con la trazabilidad de la producción y la exigencia de formas de producción cuidadosas del medio ambiente y de standards laborales) y al mundo del trabajo (con  mayor uso del teleworking y las reuniones virtuales)”, añadió.
Está claro que la pandemia y los efectos que está generando en la economía no se resolverán en tres meses, y quizá tampoco en seis, como avizoran en muchos países. Y que el mundo laboral, que ya venía cambiando por el avance tecnológico, será diferente. El desafío será compatibilizar las nuevas formas de trabajo que se avecinan con la necesidad de los trabajadores de contar con una mayor protección social.

**  Natalia Donato /INFOBAE.COM/