Preocupa a la CGT de Caló la pérdida de sindicatos. Buscan armar una estrategia para evitar más pases al massismo.
“Acá respetamos todas las posiciones políticas y estamos para defender a los trabajadores y la actividad sindical”, abrió ayer Antonio Caló la reunión de Consejo Directivo de la CGT oficialista. Más que una declaración de principios, las palabras del metalúrgico apuntaron a evitar que la central sindical que encabeza sufra más fugas por los realineamientos que provocó el fenómeno de Sergio Massa. Un simple dato da idea de cómo están las cosas puertas adentro de la CGT: al encuentro de ayer faltó en pleno el poderoso sector de los “Gordos”.
No fueron el lucifuercista Oscar Lescano, el mercantil Armando Cavalieri ni los dirigentes de Sanidad Carlos West Ocampo y Héctor Daer. Otro que también pegó un faltazo fue el líder de la Fraternidad, Omar Maturano.
“No me parecía ir”, se limitó a explicar a Clarín el maquinista. Tampoco fue el jefe de la UTA Roberto Fernández, quien hace rato dejo de ir a las reuniones de Consejo Directivo de la CGT. Eso sí: el colectivero mandó en su lugar a otro dirigente.
Además de Caló, participaron de la reunión, entre otros, los dirigentes Andrés Rodríguez, Omar Viviani, José Luis Lingeri, Ricardo Pignaneli y Jorge Lobais. Llamativamente, también estuvo el petrolero Alberto Roberti, quien juega abiertamente con Sergio Massa.
Los chisporroteos dentro de la CGT alineada con la Casa Rosada se profundizaron en junio pasado, cuando se supo que Daer iba de candidato a diputado nacional en la lista del Frente Renovador. En ese momento otros dirigentes de la central oficialista criticaron a Daer por jugar por afuera del Frente para la Victoria, pero después se impuso el criterio de intentar mantener la frágil unidad de la CGT.
En la reunión de ayer se celebró la mejora en Ganancias anunciase decidió da la semana pasada por la Presidenta, pero se decidió gestionar una audiencia privada con Cristina para insistir con los reclamos sindicales que siguen pendientes: la universalización de las asignaciones familiares, la millonaria deuda con las obras sociales y la actualización de las cápitas que las obras sociales cobran a monotributistas y personal doméstico.
“Caló quedó a cargo de gestionar la audiencia con la Presidenta. La idea es tener un mano a mano en el que podamos encontrar alguna solución a nuestros reclamos”, se entusiasmó un miembro de la conducción cegetista.
Los gremialistas quieren que esa reunión sea mucho antes de las elecciones de octubre.
En la reunión se analizó también con preocupación el fallo de la Corte Suprema que golpea el modelo sindical argentino. “Buscaremos la forma de neutralizar definitivamente estos embates contra el sindicalismo”, dijeron. Una de las ideas que se barajan en la CGT es la de elaborar un proyecto de reforma a la ley de Asociaciones Sindicales que “proteja a los gremios”.
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