La ruptura tiene del lado afín la gobierno a Hugo Yasky como su titular,
mientras que Micheli encabeza la fracción "autónoma".
La
histórica Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) formalizó
hoy su ruptura,
con la firma de un acta acuerdo en el Ministerio de Trabajo por la que se
constituyeron dos centrales independientes: la oficialista CTA de
los Trabajadores y la opositora CTA Autónoma. El
acta fue firmada por el dirigente docente Hugo Yasky,
en representación de la central afín al gobierno y por Pablo Micheli, por la disidente.
En rueda de prensa en la sede de la
CTA de los Trabajadores, de la calle Piedras al 1000, Yasky confirmó la firma
de un acta de compromiso y planteó que con este entendimiento "se pone fin
a una larga controversia" e implica "el "reconocimiento
mutuo" entre ambas centrales.
Por su parte, Micheli, en diálogo con
DyN, consideró que el acuerdo "es algo muy importante" porque saca a
la CTA disidente de "la absoluta ilegalidad" en la que se encontraba.
Yasky -quien estaba flanqueado por el también docente Roberto Baradel y el
secretario de Organización de la central, Gustavo Rollandi- informó que, como
parte del proceso de normalización de la organización, se realizarán las
elecciones de nuevas autoridades "entre el 17 y el 18 de noviembre"
próximos, para lo cual ya "se presentaron tres listas".
Al ser consulado por DyN sobre la
cantidad de gremios que integran la central, Yasky precisó que son "son 51
organizaciones, de las cuales cinco son federaciones nacionales con sus
sindicatos adheridos". Asimismo, explicitó el apoyo de la CTA de los
Trabajadores "a la gestión del Gobierno nacional en la lucha contra los
fondos buitre" y para "enfrentar a los grupos de poder económico
interno que intentan desestabilizar la economía de nuestro país para
convertirse en la infantería de los fondos buitres" en el territorio
nacional. "A partir de ahora conviviremos la CTA de los trabajadores y la
CTA surgida de la escisión", afirmó Yasky, quien apuntó que en la
organización "ha quedado la inmensa mayoría de los gremios que
originariamente constituyeron esta central" y remarcó que la misma
sostiene "la autonomía de la clase trabajadora". Yasky apuntó:
"No queremos ninguna central sindical que termine siendo furgón de cola de
la derecha en este país".
En tanto, Micheli precisó que en las
próximas 48 horas obtendrá por parte de la cartera laboral la personería
jurídica, es decir la inscripción legal para aspirar a la ansiada personería
gremial, y recordó que hasta ahora no podía participar de las discusiones del
Consejo del Salario o integrar las comitivas oficiales en la OIT.
"Es importante porque además lo
conseguimos sin chuparle las medias al gobierno, con dignidad, participando de
los últimos tres paros nacionales contra la política de ajuste contra la clase
trabajadora", reflexionó Micheli. Según el dirigente opositor, "el
gobierno nos da (el reconocimiento legal), no porque sea buenito, sino porque
somos una realidad que no se puede tapar", aunque admitió que todavía
falta el reconocimiento gremial, un reclamo histórico de la antigua CTA.
No obstante, dijo que con "los
últimos tres fallos de la Corte Suprema respecto a la libertad sindical"
existe una base para que la CTA Autónoma pueda "discutir convenios" y
dijo que, en cambio, el sector de Yasky es el que en realidad no consiguió,
dado que "ellos son los que están igual".
Para Micheli, el sector de Yasky es
"una central más afín al gobierno, que necesitaba legalizarla, dado que no
creo que el gobierno confíe en (Antonio) Caló o en Andrés Rodríguez" y
marcó diferencia al detallar que su central tiene de afiliados "a un
1.180.000 y ellos (por la CTA oficialista) tienen un padrón de menos de 500
mil", aunque no pudo precisar la cantidad de organizaciones que integran
su espacio. También, descartó que esta nueva situación implique una confluencia
con la CGT que lidera Hugo Moyano, al responder que "la CTA no cambia
nunca más. Vamos a seguir en la unidad de acción con la CGT de Moyano y con
todos lo que están dispuestos a pelear