Los residentes y comerciantes de Carbon Hill, en el
estado de Alabama, recibieron en febrero una carta de AT&T Inc. con una
sorpresa. La compañía les decía que la localidad, donde letreros dan a los
visitantes la bienvenida a "la ciudad con futuro", podría ser parte
de uno de los mayores cambios tecnológicos desde el primer teléfono de
Alexander Graham Bell.
Si los reguladores lo aprueban, los clientes de
AT&T tendrán que cambiarse a servicios inalámbricos o de alta velocidad.
Los nuevos clientes no podrán conseguir una línea fija terrestre tradicional.
Los cambios propuestos representan "una gran oportunidad para nuestros
clientes y nuestra compañía", escribió Fred McCallum, el máximo ejecutivo
de AT&T en Alabama.
Durante la última década, AT&T y Verizon
Communications Inc., los mayores operadores de telecomunicaciones en EE.UU.,
han estado enterrando cables de fibra óptica y modernizando antenas con la
esperanza de reemplazar sus redes telefónicas centenarias con tecnología propia
de la era de Internet. Las correspondientes mejoras en la velocidad de Internet
y la cobertura inalámbrica han impulsado el uso del celular, la creciente
popularidad del streaming de video y las llamadas a través de la web, como con
Skype.
Hoy en día, casi 40% de los hogares en Estados
Unidos no tienen línea fija, y hay más aparatos inalámbricos que personas.
"La revolución está por todos lados",
dice Thomas E. Wheeler, presidente del directorio de la Comisión Federal de
Comunicaciones de EE.UU. (FCC, por sus siglas en inglés). Una red que funciona
solo con Internet podría conducir a mejores productos, precios más bajos y
"ventajas masivas" para los consumidores, señala.
Como la
nueva tecnología está expuesta a menos regulaciones, los cambios preocupan a
competidores más pequeños, como EarthLink Holdings Corp. y TW Telecom Inc., que
usualmente venden a sus clientes servicios donde las tarifas de la "última
milla" sobre las redes tradicionales de AT&T y Verizon, están reguladas. La última milla alude al último tramo que
conecta al usuario con la red.
La
compañía de servicios móviles Sprint, por ejemplo, teme que AT&T pueda
cobrarle demasiado por interconexión cuando sus clientes traten de llamar a
clientes de AT&T."Esta gente cree que con cambiar algún aparato en la
red pueden tirar todas las regulaciones a la basura", dice Chris Murray,
quien supervisa el área de asuntos gubernamentales de EarthLink, con sede en
Atlanta.
AT&T y
Verizon dicen que los rivales podrán usar sus redes, pero que tendrán que
negociar acuerdos comerciales en lugar de pagar precios impuestos por los
reguladores. AT&T asegura que nadie perderá su línea fija hasta que la
compañía pruebe que puede ofrecerles "una alternativa" a sus clientes.
Las autoridades
podrían darle una mano a la nueva tecnología. En enero, la FCC decidió
permitirles a las telefónicas lanzar "experimentos" destinados a
reducir el uso de redes anticuadas. Ahora, AT&T busca aprobación para
lanzar una serie de cambios que impedirían a los residentes de Carbon Hill y
parte de Delray Beach, en Florida, suscribirse al servicio de línea fija.
La
telefónica quiere que sus clientes actuales y futuros usen el servicio de banda
ancha, celulares o un teléfono convencional que se conecte a una caja tipo
router. La caja se enchufa a la corriente eléctrica y envía señales a una torre
celular.
AT&T
podría recibir luz verde para ese primer paso en junio. La transformación total
en las dos ciudades de prueba llevaría varios años y cada paso tendría que ser
aprobado por los reguladores. La FCC dice que no permitirá a las telefónicas
que descuiden su obligación de ofrecer servicio universal, o fácil acceso al
sistema de comunicaciones, y asegura que estará pendiente de la reacción de los
clientes.
La aprobación
alentaría a otras compañías a buscar el visto bueno para sus propios
experimentos y a AT&T a extender sus esfuerzos a otras ciudades. Verizon
dice que pedirá permiso para cancelar su vieja red, pero no ha revelado cuándo.
No está
claro cómo manejará AT&T la dependencia de la tecnología antigua para las
llamadas de emergencia, alarmas de seguridad, marcapasos e incluso sistemas
utilizados por controladores de tráfico aéreo. La FCC promete velar por esos
servicios.
Verizon,
con sede en Nueva York, ha invertido más de US$23.000 millones en la última
década para levantar su servicio FiOS basado en fibra óptica, que hoy cuenta
con más de seis millones de clientes residenciales en una docena de estados.
AT&T planea convertir toda su red en 22 estados a tecnología de protocolo
de Internet (IP por sus siglas en inglés) para 2020. La empresa, con sede en
Dallas, tiene inversiones en marcha por US$6.000 millones para reemplazar
partes de su red de cables por fibra.
Las dos
empresas, con un total de más de 250 millones de clientes, no ocultan su
objetivo final: eliminar para siempre sus viejas redes que, alegan, les cuestan
miles de millones de dólares al año, pese a que cada vez más clientes dejan de
usarlas, atraídos por servicios de los proveedores de televisión por cable.
AT&T
asegura que la transición creará redes más rápidas y baratas que acelerarán la
creación de mejores llamadas de voz y video de alta definición. Además,
librarán a las telefónicas de regulaciones que no se aplican a sus competidores
en la industria del cable, que incursionaron hace mucho tiempo en el terreno de
las telecomunicaciones.
Los
escépticos subrayan que la industria estadounidense de telecomunicaciones está
muy concentrada: AT&T y Verizon tienen casi dos tercios de los abonados a
servicio celular.
La
transición al protocolo de Internet "es una gran promesa para los
consumidores, pero perder acceso a servicios asequibles de voz y banda ancha no
puede ser parte de la negociación", escribió a la FCC el mes pasado
Comptel, un grupo que representa a las telefónicas más pequeñas
Por Ryan Knutson | The Wall Street Journal
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