martes, 30 de abril de 2019

El 1º de Mayo de 1890 en la Argentina / Por Leónidas F. Ceruti



El 1º de Mayo de 1890 en la Argentina / Por Leónidas F. Ceruti

Sumario:
 Introducción
 La convocatoria del Club Verein Vorwärts
 El acto en Buenos Aires
 Organización, movilización y acto en la Barcelona argentina
 En el resto del mundo
Introducción
En la Argentina desde 1890 a la actualidad nunca se dejó de conmemorar el 1º de mayo. Se lo hizo en las calles, sindicatos, plazas, cines, teatros, escuelas, colegios, en la clandestinidad o en forma festiva, violenta o pacífica, legal o ilegal, oficialmente o en la oposición; con actos, marchas, obras de teatro, conferencias, festivales artísticos, misas con bendiciones de herramientas, tratando de superar récord de producción, competencias deportivas, etc. Lo protagonizaron desde sindicalistas de distintas ideologías, anarquistas, socialistas, comunistas, peronistas, radicales, hasta políticos liberales, conservadores, demoprogresistas, como también los integrantes de la Iglesia Católica y los militares golpistas de las distintas épocas.
La convocatoria del Club Verein Vorwärts
Desde principios de 1870, la clase obrera comenzó a organizarse en sindicatos y mutuales, siendo los primeros los tipógrafos, ebanistas, carpinteros y obreros de la construcción. La difusión de las ideas anarquistas y socialistas habían comenzado luego de la segunda mitad del siglo XIX y hacia 1878 los tipógrafos crean su sindicato y protagonizaron la primera huelga por aumento de salario y por la reducción de la jornada de trabajo. En la década del 80, se conformaron varias sociedades obreras, como carpinteros y ebanistas (1885), panaderos (1886), maquinistas y fogoneros (1887), y ya en 1895 había en el país más de cincuenta sindicatos, pero no todos fueron reconocidos ni por los patrones ni por el Estado. Entre 1889 y 1890 se dio una avalancha de huelgas por la caída del salario debido a la devaluación de la moneda y algunas organizaciones obreras exigieron el pago de sus salarios en oro.
En 1889, asistieron al Congreso Obrero y Socialista, realizado en París, delegaciones de 21 países, incluido un representante por los obreros argentinos, el maestro socialista Alejo Peyret.
Para hacer realidad en la Argentina lo resuelto sobre la jornada de protesta, el Club Verein Vorwärts, que agrupaba a los socialistas alemanes en Buenos Aires, decidió sumarse a la resolución organizando la protesta para 1º de Mayo de 1890, a cuyos fines designó una comisión integrada por José Winiger, Gustavo Nohke, Guillermo Schulze, Augusto Kuhn y Marcelo Jackel, quienes dieron a conocer un comunicado dirigido «a todos los trabajadores de las Repúblicas del Plata" proclamando: «Hermanos nuestros: ¡Salud a todos! La Europa entera y la república de los Estados Unidos se preparan en los actuales momentos para la gran festividad universal que debe iniciarse el 1º de Mayo del corriente año. El importante movimiento que será un hecho grandioso en el Viejo y parte del Nuevo Mundo, constituirá seguramente una de las páginas más gloriosas de la historia contemporánea. No se mueven nuestros hermanos para obtener pingües aumentos en los salarios, casi siempre inútiles porque se elevan después los artículos de primera necesidad, sino en demanda de que las horas de producción no sean más que ocho". (2)
A la vez, invitaron a una reunión para «el domingo 30 de marzo de 1890, a las 2p.m. en el local de Verein Vorwärts, calle Comercio 880", con el siguiente temario: «1.-Informe que dará la comisión en varios idiomas; 2.-Elección de un comité definitivo; 3.-El 1º de Mayo, día de fiesta; 4.-Meeting Internacional; 5.-Proceder a una petición al Congreso Nacional reclamando la sanción de leyes protectoras de la clase obrera".
La asamblea obrera tuvo una importante concurrencia y, entre las primeras resoluciones, estuvo elegir el Comité Internacional Obrero (CIO). Luego de intensas deliberaciones, se decidió convocar al proletariado para el acto del 1º de Mayo, crear una federación de obreros, un periódico para defender los intereses de la clase obrera y a la vez elevar al Congreso Nacional un petitorio reclamando leyes laborales. Asimismo, se aprobó el Manifiesto que se dirigió «a todos los trabajadores de la República Argentina", en el cual se planteaba:

Manifiesto a todos los Trabajadores de la República Argentina

¡1 DE MAYO DE 1890!
 ¡Trabajadores!
Compañera: Compañeros: Â ¡Salud!
 ¡Viva el primero de Mayo: día de fiesta obrera universal!
Reunidos en el Congreso de París el año pasado los representantes de los obreros de diferentes países resolvieron fijar el primero de Mayo de 1890 como fiesta universal de obreros con el objeto de iniciar de nuevo y con mayor impulso y energía, en campo ampliado y armónica unión de todos los países, esto es, en fraternidad internacional, la propaganda en pro de la emancipación social.
 ¡Viva el primero de Mayo! Pues este día la unión fraternal, fundada por los pocos de aquel Congreso, se debe aprobar por las masas de millones de todos los países para que a esta fecha de confederación conmemorada y renovada cada año, vuele por cima de los postes de límites de los países y naciones con un eco de millones y en los idiomas de todos los pueblos el alerta internacional de las masas obreras:  ¡Proletarios de todos los países, uníos!
Es esta la primera y grande importancia de la fiesta obrera del primero de mayo de 1890, a cuya solemnidad os invitamos con esta hoja, a todos los trabajadores y compañeras en la lucha por la emancipación.
«Compañeros y compañeras:

Para indicar a este movimiento internacional un camino recto y seguro al fin común, nuestros representantes en el Congreso de París han marcado ciertos puntos del programa, los cuales se deben tomar en consideración con particularidad para el proceder práctico e inmediato.

En realidad, esas resoluciones son las importantes que, aun publicadas ellas en el anterior manifiesto, nos parece conveniente, a más de urgente necesidad de proponérselas otra vez a los trabajadores, tanto más por deber ellas servir como fundamento para los primeros pasos positivos que las clases obreras de esta república quieran hacer en la lucha práctica de su emancipación.

He aquí las resoluciones del congreso obrero de París:

El Congreso resuelve y reconoce como de absoluta necesidad:
1º – Crear leyes protectoras y efectivas sobre el trabajo para todos los piases, con producción moderna. Para fundamento de lo mismo considera el Congreso:
a) Limitación de la jornada de trabajo a un máximo de ocho horas para los adultos
b) Prohibición del trabajo de los niños menores de catorce años y reducción de la jornada a seis horas para los jóvenes de ambos sexos de 14 a 18 años
c) Abolición del trabajo de noche, exceptuando ciertos ramos de industria cuya naturaleza exige funcionamiento no interrumpido
d) Prohibición del trabajo de la mujer en todos los ramos de industria que afecten con particularidad al organismo femenino
e) Abolición del trabajo de noche de la mujer y de los obreros menores de 18 años
f) Descanso no interrumpido de treinta y seis horas, por lo menos cada semana, para todos los trabajadores
g) Prohibición de cierto género de industrias y de ciertos sistemas de fabricaciones perjudiciales a la salud de los trabajadores
h) Supresión del trabajo a destajo y por subasta
i) Inspección minuciosa de talleres y fábricas por delegados remunerados por el Estado: elegidos, al menos la mitad, por los mismos trabajadores

2º – El Congreso reconoce y declara que es preciso fijar todas estas medidas por leyes o acuerdos internacionales y pide a la clase obrera de todos los países del mundo el inicio, por los medios que les sean posibles, estas protecciones y de veladas

– Fuera de esto, el Congreso declara:

Es obligación de todos los trabajadores de declarar y admitir a las obreras como a compañeras, con los mismos derechos, haciendo valuar para ellas la divisa: Lo mismo por la misma actividad.

4º – Para lograr esto, el Congreso considera la organización de la clase obrera por todos los medios que sean posibles, y también la manera de verificar las pretensiones para verificar la emancipación de la clase obrera, para lo cual reclama: La entera libertad de coalición y conciliación.(3)

El listado de las organizaciones que adhirieron a la convocatoria nacional fueron: Club Vorwärts, Sociedad Internacional de Carpinteros, Tipógrafos Alemanes, Sociedad Cosmopolita de Oficiales Sombrereros, Asamblea General de Obreros Alemanes, Círculo Socialista Internacional, Sociedad L'ancora, Sociedad de Italianos de Barracas, Centro Republicano Italiano, Alianza Republicana, Sociedad Escandinava Norden, Sociedad Figli del Vesubio, Circulo República Componelen, Sociedad de los Países Bajos, Unione Calabresa, Sociedad Italia Unita, Círculo Mandolinistico Italiano, Circulo Republicano G. Mazzini, Confederación Obrera Sud-Americana de La Plata, Unione e Benevolenza de 25 de Mayo, Unione e Fratelniza de Lobos, Societá de Socorros Mutuos Italiana de Chivilcoy, Societa Forze Unite de Pergamino, Societá Italina Roma de Capilla, Asamblea Internacional de Rosario, y Asamblea Internacional de Santa Fe.

En medio de ese clima político, los dirigentes obreros de Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca y Chivilcoy, continuaron con la organización de la primera gran manifestación del incipiente proletariado argentino.
El acto en Buenos Aires
El mitin en Capital Federal reunió a tres mil personas. Los patrones amenazaron a sus obreros con despedirlos si concurrían al mitin; la policía prohibió colocar en la calle los carteles de invitación.
La comisión organizadora tomó medidas para asegurar el completo orden del mitin. Para asegurar igualdad y libertad a todos los que deseaban hablar y distribuir con equidad el tiempo disponible, se concedió a cada orador quince minutos; en la discusión en detalle, cinco minutos. Para asegurar el perfecto orden y reprimir cualquier perturbación del mitin se organizó un cuerpo de guardianes (entre los mismos obreros) cuyos miembros llevarán un signo colorado en el pecho.
Los anarquistas agrupados en el Círculo Socialista Internacional se habían reunido el 29 de abril en una cervecería de la calle Cerrito 334, en número aproximado de cincuenta, con el objeto de resolver si debían o no concurrir a la manifestación obrera que se organizaba para el 1° de mayo. Después de un largo debate se decidió que «a pesar de los principios radicales que profesaban, asistirían a la manifestación salvando sus disidencias con los marxistas, que son los iniciadores de este movimiento universal".
Los obreros fueron concentrándose después de las 14 horas en el Prado Español. Un destacamento policial controlaba a corta distancia lo que se realizaba. El primer orador fue José Winiger, presidente de la comisión organizadora. «Señaló lo angustioso del presente que vivía la clase obrera y lo luminoso del destino que la historia le tenía preparado. Destacó la importancia del hecho que en todos los países del mundo, en ese mismo momento, los trabajadores estuvieran manifestando por sus derechos conculcados, reivindicando su razón de participar con honor en el destino de las naciones. Aludió al calor con que los trabajadores argentinos habían hecho suyas las reclamaciones que se elevarían ante el Congreso Nacional y a cuyo pie se habían recogido ocho mil firmas". Y concluyó: «La victoria del socialismo es sólo cuestión de tiempo. Entusiasmados por este lisonjero porvenir, confiados a nuestras fuerzas invencibles, persuadidos de la victoria de la gran causa del proletariado, declaramos abierto el mitin con un saludo a los millones de hermanos y compañeros de todos los países reunidos en este momento con el entusiasmo de sus corazones y las aspiraciones de su alma con nosotros, en solidaridad y fraternidad internacional.» (4)
A continuación, se leyó el Manifiesto dirigido a la clase obrera argentina, después de lo cual hicieron uso de la palabra de manera espontánea numerosos obreros. «La religión, la política, la sociedad, el gobierno -decía La Nación al día siguiente- llevaron recias sacudidas.» Y resumía: «Todo necesita ser reformado, en el sentido de la igualdad ante el trabajo». Al terminar el acto partió de la tribuna un triple viva al socialismo, a la libertad y a la República Argentina, que fue contestado entusiastamente. Con aplausos fue recibida también la advertencia, repetida varias veces durante el transcurso del mitin, que los obreros que quedasen sin trabajo por haber concurrido a esta concentración o por otra causa de análogo carácter, podrían concurrir a la sede de la comisión, Comercio 880, donde les sería proporcionada ayuda y solidaridad. (5)
Finalmente, el mitin aprobó sus resoluciones: 1°) Crear una Federación de Obreros en la República; 2°) Crear un periódico para la defensa de la clase obrera;. 3°) Enviar una petición al Congreso Nacional para solicitar la sanción de leyes protectoras de la clase obrera.

Organización, movilización y acto en la Barcelona argentina
En Rosario, anarquistas y socialistas se reunían en el café «La Vieja Bastilla" o «La Bastilla" en calle Rioja entre Libertad (Sarmiento) y Progreso (Mitre), en donde funcionaba un ateneo de internacionalistas franceses, italianos, alemanes, austriacos y españoles. Por otra parte, se había conocido y discutido en la ciudad el «Manifiesto de Constitución de la Primera Internacional", redactado por Carlos Marx.
Conocidas las actividades que se desarrollaban en Buenos Aires y, una vez recibida la invitación para concurrir a la convocatoria del Club Vorwärts para la organización de la jornada internacional de protesta, los activistas internacionalistas, que se habían agrupado en la denominada «Asamblea Internacional de Rosario", designaron a Virginia Bolten y Rómulo Ovidi para representarlos. Por otra parte, el periódico editado en la ciudad «El Obrero Panadero" publicó el llamado del Comité Internacional de Buenos Aires para la difusión de los actos programados para el 1º de mayo de 1890.
Las reuniones se sucedían, concurriendo entre otros Rómulo Ovidi, Virginia Bolten, Francisco Berri, Domingo Lodi, Juan Ibaldi, Guillermo Schutlze, Alfonso Jullen, Rafael Torrent, Teresa Marchisio, María Calvia, Paulino Pallas. La policía, que vigilaba a quienes asistían a las tertulias, en uno de sus informes advirtió al gobierno provincial que «se habían incrementado las reuniones de los gringos extravagantes que usan corbata negra y moño volador". El día previo al gran acto fue detenida Virginia Bolten por distribuir el manifiesto del Comité Internacional de Buenos Aires. El sumario policial destacó «que fue demorada por distribuir propaganda anarquista ante los trabajadores de la Refinería Argentina, atentando contra el orden social existente". El gobernador dio instrucciones de no molestar a los obreros.
La plaza López fue el lugar elegido para la concentración y ese día desde las 11 horas los manifestantes se fueron acercando al lugar, portando carteles negros con letras rojas, uno de ellos con la inscripción «1º de Mayo de 1890 – Fraternidad Obrera Universal". La columna de 1000 manifestantes partió custodiada por seis bomberos a caballo con sus flamantes rémington, y debió cambiar el recorrido original debido a la lluvia, concentrándose en la esquina de Entre Ríos y Urquiza y se congregaron en la quinta Hutteiman (que era usada por los circos que visitaban la ciudad, las crónicas destacan que el último fue el Frank Brow). Una casualidad de la historia haría que muchos años después, en una casa ubicada en esa esquina rosarina, pasaría sus primeros meses de vida el revolucionario Ernesto «Che" Guevara.
En ese sitio diversos oradores expresaron las demandas proletarias en varios idiomas. Para algunos investigadores fueron siete los disertantes, entre ellos Domingo Lodi, Juan Ibaldi, Guillermo Schutlze, Alfonso Jullen Rafael Torrent, Paulino Pallas y Virginía

Rafael Torrent entre otros conceptos dijo: «Siendo la Argentina un país democrático por excelencia, debe apoyar el progreso y el desarrollo de cuanto tienda al mejoramiento de la clase obrera, y en ese concepto debía solicitarse a los representantes de la Patria, la sanción de los acuerdos del Congreso Obrero de París". A su turno, Juan Ivaldi, «en el bello idioma del Dante, pronunció un discurso sobre el derecho de gentes y encomendó a los obreros calma y tranquilidad, instrucción, templanza, unión y solidaridad, explicó que era el Congreso de Obreros de París, señalando que «˜el 1º de mayo constituía un hecho único en la acción de los trabajadores por sus reivindicaciones sociales' y explicó que «˜hemos constituido una sucursal del Comité Obrero Internacional para adherir a las acciones tomadas por el Congreso de París'." (6)

A continuación, se dio lectura al Manifiesto aprobado en Buenos Aires. Finalmente, la activista Teresa Marchisio leyó las resoluciones del Congreso Obrero de París.

Posteriormente, la columna se dirigió al café «La Bastilla" para celebrar y brindar por el acontecimiento. Se resolvió conformar un Comité Provisorio, quedando constituido en dicho bar para recibir adhesiones y que se organizaran comités por nacionalidades, enviándose a Buenos Aires el siguiente telegrama: «Al Comité Internacional de Buenos Aires, Comercio 880: los obreros de Rosario reunidos en números de 1000 festejamos el 1º de Mayo. Orden del día: Solidaridad con el Congreso Internacional Obrero. Tiempo malo. Demostración imponente. Orden, tranquilidad y animación. Comité provisorio". (7)

El matutino La Capital editorializó sobre lo acontecido en un artículo titulado «La fiesta universal de los obreros", expresando «El día de ayer era el elegido por los obreros de todos los países para hacer una manifestación internacional. Este bello ejército que defiende el bello ideal de la democracia sublevándola contra el antiguo y feudal orden de cosas, conseguirá, a fuerza de la lucha pacífica y perseverancia, el triunfo de su causa, cimentando las bases de una nueva era de paz y prosperidad. No es el socialismo brutal que pretende oponerse con la fuerza, el que ayer se reunía bajo el pabellón negro de la «˜Fraternidad Universal', no, era en su mayoría el gremio obrero que, tranquilo y sereno, festejaba el día 1º de Mayo, adhiriéndose al programa lanzado por sus hermanos de la vieja Europa, constituyéndose en comité justos pedidos, que responden todos a la instrucción y mejoramiento de la situación de la clase obrera". (8)

En el resto del mundo
Era la primera vez que en los lugares más diversos del mundo al unísono se sucedieron paros, huelgas generales o marchas, algunas reprimidas, y «se conmovieron los espíritus burgueses al ver ante sus ojos ondear las banderas rojas y negras del anarquismo y las rojas, bandera de la clase obrera universal". Algunas ciudades de Alemania, Francia, Dinamarca e Italia fueron escenario de manifestaciones multitudinarias sin precedentes, o como en Viena donde los asistentes llegaron a 100 mil; en Budapest, 60 mil; en Marsella y Lyon 40 mil; en Praga 35 mil; 30 mil en Varsovia, etc. Mientras que en España e Inglaterra la jornada de solidaridad obrera se celebó el primer domingo del mes, el 4 de mayo. En Barcelona se volcaron a las calles cerca de cien mil personas. Una concentración mayor se dio en Hyde Park, en Londres, donde se reunieron más de 300 mil personas. «Al parecer, toda la población de Londres se lanzó al parque, en el desfile participaron los portuarios que vestían toscos monos de trabajo, los cajistas con guantes de gamuza y chistera, que parecían caballeros, trabajadoras de East End, vistosamente vestidas y adornadas con plumas. Todos pedían la jornada de 8 horas. La manifestación de 1º de mayo de 1890 contribuyó a elevar la organización y conciencia del proletariado ingles".

Ese día, Federico Engels, quien asistió a la manifestación en Londres, escribió «La Internacional está más viva que nunca y de ello no hay mejor testimonio que la jornada de hoy. En el momento que escribo estas líneas, el proletariado europeo y americano pasa revista a sus fuerzas militantes movilizadas y es la movilización de un ejército único que marcha también bajo una bandera única y tiene un objetivo próximo: La fijación por la ley de la jornada normal de ocho horas, reivindicado ya por el Congreso de la Internacional de Ginebra en 1866 y de nuevo por el Congreso Obrero de París de 1889. El espectáculo al que asistirán hoy hará ver a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que en efecto los proletarios de todos los países están unidos".
Citas
1.- Monteverde Mario, «Historia del radicalismo", Editorial Oriente, Buenos Aires, 1984
2.- Víctor García Costa, «La primera celebración del 1º de Mayo en Buenos Aires", en «Todo es Historia".
3.- Víctor García Costa, op. cit.
4.- Iscaro, Rubens, «Historia del movimiento sindical", Tomo 3, pág. 89. Editorial Ciencias del Hombre, Buenos Aires, 1974.
5.- Iscaro, Rubens, op.cit
6.- Iscaro, Rubens, op.cit
7.-La Capital, 2 de mayo de 1890
8.-La Capital, 2 de mayo de 1890
Esta nota pertenece al libro «Historia del 1° de Mayo en Rosario: 1890-2000", de Leónidas Ceruti, Editorial «La Comuna"

domingo, 21 de abril de 2019

Se cumplen 25 años de la primera conexión digital a Internet en la Argentina

Se cumplen 25 años de la primera conexión digital a Internet en la Argentina

Hace 25 años las universidades argentinas se conectaron por primera vez a Internet mediante un enlace digital, un paso que permitió ampliar la conectividad en el ámbito académico y comercial. Hasta entonces, el único servicio que se utilizaba desde la década del 80 era el correo electrónico, como señala el comunicado publicado por NIC Argentina, el organismo gubernamental que administra el dominio de nivel superior .ar.

 

El enlace digital se concretó en los primeros días de abril de 1994 gracias al trabajo de un grupo de estudiantes y especialistas que lograron establecer la conexión mediante Telintar, un enlace satelital provisto por las compañías de telecomunicaciones Telecom y Telefónica que se instaló en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

De forma previa, la Argentina se conectó a Internet cuando el router configurado en la sede de Cancillería se comunicó con su par ubicado en Maryland, Estados Unidos, el 17 de mayo de 1990. Y un par de años más tarde,en 1993, la Web lograba tomar vuelo propio y se convertiría en el servicio que fue la punta de lanza del despliegue y adopción de Internet en todo el mundo.

 

El primer enlace digital a Internet en la Argentina en 1994 fue el primer paso para que el resto de las universidades argentinas y organismos gubernamentales se sumaran a Internet, una medida que contribuyó a bajar los costos de conexión y aumentar la velocidad. En 1994, a su vez, fue el año que nació NIC Argentina, el organismo que se encargó de llevar el incipiente pero demandado registro de los dominios .ar.

Después de este hito, un año más tarde, en abril de 1995, se comenzó a vender las primeras conexiones comerciales a Internet en la Argentina.

Fuente: La Nación 10.04.2019


…El fin de los 49 días de la primavera Camporista… **



Los primeros signos que revelaron que Perón se preparaba para volver al poder
Entre marzo y abril de 1973 el líder justicialista comienza a manifestar diferencias con la conducta del presidente electo Héctor J. Cámpora. Una de esas diferencias era sobre la actitud que debía tener el futuro mandatario con las Fuerzas Armadas y la violencia armada en la Argentina. Tras los acontecimientos del 25 de mayo y el desorden en el poder, Perón termina los 49 días de "la primavera" camporista y se prepara para asumir en la Casa Rosada
El 11 de marzo de 1973 la fórmula del Frente Justicialista de Liberación, integrada por Héctor J. Cámpora y Vicente Solano Lima, ganó la elección presidencial dejando atrás varios lustros de presidentes constitucionales condicionados por la proscripción del Partido Justicialista (Arturo Frondizi y Arturo Illia) y cinco mandatarios militares de facto.
El 25 de marzo de 1973 el presidente electo partió hacia Roma para entrevistarse con Juan Domingo Perón y la capital italiana fue el centro de atención de la Argentina al establecerse ahí la cabeza de puente para contactos con empresarios italianos y comunitarios que –decían– intentarían invertir en la Argentina.
Era notorio que el gesto dejaba al margen al gobierno español y sus intereses (no pertenecía a la Comunidad Económica Europea).
El gobierno de Francisco Franco pagaba, entre otras cosas, el gesto de haber invitado al teniente general Alejandro Agustín Lanusse en plena contienda electoral (febrero de 1973), los reiterados informes de su embajada que señalaban que el FREJULI no lograría una victoria contundente y –como hemos visto– el largo silencio de 12 años entre Franco y Perón. España reaccionó e invitó a Cámpora a Madrid con tratamiento de Jefe de Estado.
Sin decirlo, también había un mensaje implícito para el gobierno de Richard Nixon: la idea era alejarse de la influencia económica de los Estados Unidos.
El 24 de marzo, el matutino La Opinión publicó una crónica sobre Perón en Roma, los días previos a la llegada de Cámpora, escrita por Emilio Abras (meses más tarde secretario de Prensa durante la presidencia de Perón), en la que sostenía que el ex presidente, durante gran parte del tiempo, había hablado sobre su "preocupación principal: cambiar la estructura vigente en Iberoamérica, terminando con todo tipo de dependencia y logrando la unidad de los países ubicados al sur del río Bravo".
Las gestiones realizadas en Italia y luego en París conducían a posicionar a la Argentina en la privilegiada ruta de las inversiones de origen europeo. Algo que una década más tarde ensayaría -otra vez sin éxito- el radical Raúl Ricardo Alfonsín.
En Roma, Perón eligió albergarse en el exclusivo Hotel Excelsior, en plena Via Veneto, y, desde ese momento –relatan las crónicas–, desplegó una intensa actividad, algo que hizo exclamar a su secretario, José López Rega: "Estamos como locos de trabajo… no habrá descanso para nadie".
En su segunda jornada, Perón le concedió una audiencia a José Antonio Jiménez Arnau, el representante de España ante el Quirinal. Ahí se concretó el viaje de Cámpora a Madrid horas más tarde. También volvió a encontrarse con el presidente, Giovanni Leone, el primer ministro, Giulio Andreotti, y el cardenal Agostino Casaroli.
Héctor Cámpora llegó a Fiumicino el 26 y, en un claro reconocimiento de su investidura por parte del gobierno de Alejandro Lanusse, que todavía no había oficializado la victoria del FREJULI, fue recibido por el embajador argentino, vicealmirante (RE) Constantino Argüelles.
Los cables internacionales, mientras tanto, repetían conceptos de Gianfranco Elia Valori, a quien se señalaba como "comisionista" en Roma de los intereses del Mercado Común Europeo: "Estamos armando un andamiaje desde la base para que Europa apoye al gobierno justicialista".
Los datos estadísticos expresaban que, en 1971, la Argentina tenía una balanza comercial favorable con los nueve países de la Comunidad Europea. Bordeó los 1.300 millones de dólares, con un superávit de 220, y en 1973 la expectativa era 2.000 millones de dólares de intercambio.
Durante sus jornadas en Roma, Perón escuchó a una gran cantidad de empresarios. Antes de cualquier emprendimiento, los europeos deslizaban tres condiciones: seguridad, continuidad para sus inversiones y la capacidad del Estado de velar por la integridad física de sus habitantes, el monopolio de la fuerza para el cumplimiento de las leyes
Perón sabía que las condiciones no podían alcanzarse si no se establecían las reglas del juego interno argentino.
Para comenzar, tras el 25 de mayo, los fusiles debían silenciarse… y ahí estaba el meollo del problema.
¿Qué garantía tendrían los europeos en un país donde el año anterior se había asesinado al ejecutivo de la FIAT Oberdan Sallustro? ¿Y el secuestro del cónsul inglés Stanley Sylvester? ¿Qué papel desempeñarían en el futuro las "formaciones especiales"?
Preguntas simples, respuestas difíciles. Por el momento, se decía que con el gobierno constitucional se terminaría la violencia terrorista, ya que la extrema izquierda "no será un problema para mi gobierno porque realizaremos un programa que satisfará las negociaciones populares", dijo Cámpora. La realidad sostendría algo diferente.
El domingo 1º de abril un comando del PRT-ERP secuestró al contralmirante Francisco Agustín Alemán con el fin de canjearlo por "presos políticos", una maniobra que manifestaba la desconfianza de "Robi" Santucho en "una amnistía amplia y generosa".
También había sido secuestrado el gerente de Relaciones Técnicas de Kodak, Anthony da Cruz, un portugués nacionalizado norteamericano por el que se pedían 5 millones de pesos. Igual destino tuvo el gerente del Banco de Boston de Rosario. Menos suerte le tocó al jefe de Inteligencia del III Cuerpo, coronel Héctor Alberto Iribarren, en Córdoba, porque fue asesinado el 4 de abril, de manera artera, cuando salía de su casa en el Cerro de las Rosas.
Poco después, la Unidad Básica de Combate "Mariano Pujadas-Susana Lesgart", de Montoneros, se adjudicaba el hecho y comunicaba cómo sería la actitud de la organización a partir de la asunción de las nuevas autoridades constitucionales.
También explotó una bomba en el propio edificio de la Armada. Murió el conscripto Julio César Provenzano, responsable del atentado.
Por esas mismas horas, el gobierno de Lanusse tuvo que aceptar los resultados electorales y dio a publicidad, oficialmente, los porcentajes finales del escrutinio: el FREJULI, 49,58%, y la UCR, 21,29%.
EL GOBIERNO Y EL PODER
Al finalizar la agenda en Roma, el sábado 31 de marzo, Perón y Cámpora viajaron a Madrid en respuesta al reiterado deseo del gobierno español. Curiosamente, el vuelo se realizó en la misma aeronave privada que Perón había utilizado para desplazarse a Roma el 14 de noviembre de 1972, antes de iniciar su primer regreso a la Argentina, y que –se decía– era propiedad de Giovanni Agnelli.
El Mystère DA-20 aterrizó en Barajas a las 12.18. Descendieron, en este orden, Cámpora, un hijo del presidente electo, Perón, Isabel, López Rega y luego los otros acompañantes.
Al pie de la escalerilla los esperaban el canciller español, Gregorio López Bravo, subsecretarios, directores generales y el introductor de embajadores Emilio Pan de Soraluce y Olmos. También concurrió el embajador argentino, Jorge Rojas Silveyra.
Después de atravesar una doble guardia de honor, en la sala de prensa del aeropuerto, Cámpora enfrentó a un centenar de periodistas para formular unas pocas declaraciones, bajo la atenta mirada de Juan Domingo Perón: "Como presidente electo argentino, próximo a ejercer el Gobierno y el poder en mi país, he de tener una preocupación constante: acrecentar las relaciones entre Argentina y España, no digo sus sentimientos, porque siempre han sido permanentes e inextinguibles a través del tiempo y del espacio".
Quizá sus palabras habían brotado desde lo más profundo de su corazón, pero había cometido un error singular. Había fundido en su propia persona el gobierno y el poder, cuando el lema de la campaña prometía que él llegaría al gobierno y Perón al poder.
El miércoles 11 de abril, en la intimidad de una cena en París, José López Rega le dijo a Magdalena Díaz Bialet, esposa del diplomático y asesor especial del presidente electo: "El doctor Cámpora cree que el poder es de él, pero el poder no es de él".
El matrimonio Perón –presente en el momento—no opinó nada.
Luego de los saludos protocolares en el aeropuerto de Barajas, Héctor Cámpora se dirigió al Palacio Real de El Pardo para dialogar con Francisco Franco. Juan Domingo Perón también participó del encuentro con el caudillo, con quien nunca antes había conversado personalmente durante los 12 años de su exilio en España.
Finalizada la reunión, el ex mandatario y el presidente electo se dirigieron a Puerta de Hierro, donde almorzaron. Al llegar a Navalmanzano 6, un numeroso grupo de periodistas abordó a Cámpora, quien ante la pregunta sobre su encuentro con Franco, dijo que había tratado cuestiones sobre el futuro de la relación de los dos países, la emigración y las posibilidades de inversiones de capitales españoles en la Argentina, y viceversa.
Afirmó que, cuando asumiera, trataría de combatir la desocupación en su país –que estimó en un millón de trabajadores– y que, una vez resuelto el problema, le gustaría que llegasen a la Argentina emigrantes españoles e italianos. Estaba fuera de tiempo, porque ésta ya no era un destino elegido por los que huían de Europa Occidental.
Por la tarde, en Barajas, abrazó a Perón, se despidió de López Bravo, volvió a subirse al Mystère DA-20 para llegar a Roma y, desde allí, el mismo día, voló a Buenos Aires en un avión de línea.
Sobre la llegada de Cámpora con Perón a Madrid y sus detalles íntimos quedó como testimonio la desgravación de un largo relato que el embajador Jorge Rojas Silveyra le hizo al embajador de carrera Guillermo de la Plaza, en ese momento alto funcionario del Palacio San Martín. Años más tarde se sabría que De la Plaza seria uno de los tantos argentinos que integraron la logia Propaganda Due que lideraba Licio Gelli.
Las "cartas orales" eran muy comunes en aquella época. Jorge Daniel Paladino, el ex delegado de Perón las usaba habitualmente.
Como bien aclara "Rojitas", como lo llamaba Perón, el día de la llegada de Cámpora a Madrid el embajador de Lanusse desde hacía varios meses tenía cortada su comunicación con el líder de Puerta de Hierro y aclara que se hizo acompañar por el segundo de la embajada Manuel Gómez Carrillo (h), nada menos que uno de los autores de la Marcha de la Libertad en 1955.
"Yo tenía mis ciertas angustias –le cuenta Rojas Silveyra a De la Plaza—porque me había propuesto firmemente, por razones de principios de gobierno, no personales, no extenderle la mano a Perón si él no me la extendía primero.
"Al descender los pasajeros "cuando yo estaba saludando a Cámpora y me iba a echar hacia atrás, Perón puso cara de sorpresa y de amable, y muerto de risa me dijo:
-Cómo está brigadier ¡Tanto tiempo! ¿Por qué no viene por casa? Hace mucho que no lo vemos.
-Señor –le dije-, usted es que quien cortó el diálogo, así que espero una invitación suya, porque eso de ir a su casa, según mi familia, según mi mujer y según yo, no corre. Hay que fijar una fecha y hora de encuentro.
Espero—te digo entre paréntesis- que no la fije nunca.
"Posteriormente, bajó López Rega y bajó también Isabel Martínez de Perón, quienes estuvieron excesivamente amables con la gente de la embajada. Ostensiblemente amables –te diría—con la gente de la embajada".
Luego "Rojitas" cuenta que fue invitado a presenciar la conferencia de prensa de Cámpora por el ministro español López Bravo y el embajador respondió: "Le dije que no pensaba estar en la conferencia de prensa, porque ante cualquier pregunta que fuera un poco difícil e insidiosa, iba a salir al cruce. Y él me dijo: 'No, lo único que va a hacer el señor Cámpora es saludar, porque hemos arreglado las cosas con los periodistas para que no pregunten nada'; lo que así paso."
En el momento de despedirse de los presentes el embajador de Lanusse ve "que la señora de Perón se me acerca y me dice: 'Brigadier, lo esperamos por casa'. Ante esta actitud de la mujer, Perón, que estaba conversando, se me acerca y dice: 'Bueno, Rojas, acuérdese, después va por casa'".
"Como ves –comenta "Rojitas" a De la Plaza—estas cosas no se entienden.
"Evidentemente hay una cosa ostensible: delante de las autoridades españolas es una especie de acuerdo, digamos, no con Rojas Silveyra, sino con el representante de Lanusse en España, como diciendo 'no pasa nada, tenemos que trabajar en conjunto'. Una cosa así".
Unos párrafos más adelante Rojas Silveyra intenta analizar los gestos de Perón y algunos de sus seguidores para con él afirmando: "Estos no pueden darse el lujo de gobernar solos… porque evidentemente 49,7% no es 50 más 1. No me cabe la menor duda y, evidentemente, sabemos que de ese 49,7 % hay un 9,7 –si vos querés redondear cifras—que no son peronistas".
Seguidamente, tras un corto listado de hechos terroristas de los últimos días, Rojas formuló su sentencia: "Esta gente, evidentemente, que no fue capaz de condenar la violencia cuando estaba en el llano, ahora la va a tener que condenar desde el poder. La violencia no iba dirigida entonces contra el gobierno militarista de Lanusse. La violencia no era engendrada por la violencia de arriba, porque ahora no hay violencia de arriba, según ellos. Quiero decir, que esa violencia que no se atrevieron a condenar porque, evidentemente, no eran capaces de manejarla, hoy la van a tener que condenar desde el gobierno, que es mucho peor. Yo no puedo decirte que me alegro de esto porque, evidentemente, cuestan vidas y otras cosas, pero siento una sensación, te diría, de alivio, al ver en lo que se van a tener que ver ellos y cómo van a tener que recurrir, evidentemente, a los únicos que pueden vencer a la guerrilla urbana, que son las Fuerzas Armadas, declarándole la guerra como lo hizo el negro Sánchez (se refiere al asesinado teniente general Juan Carlos Sánchez), total y absolutamente y con toda violencia. Van a tener que recurrir a nosotros o van a ser sobrepasados por las guerrillas. Y si son sobrepasados por esas guerrillas, tenemos plena justificación para hacer cualquier cosa".
Tras otros relatos íntimos de sus encuentros con los dirigente del conservadorismo popular, Vicente Solano Lima y Julio Amoedo, "Rojitas" vuelve a insistir que "esta gente no está en fuerza para hacer nada que no sea de común acuerdo con el resto del 50% del país que lo está mirando y del mundo que lo está mirando" y le cuenta a De la Plaza que "una vez me dijo este viejo Juan Perón: 'Usted quiere que yo también condene a una izquierda, cosa que no manejo. Yo condeno una izquierda y al día siguiente me hacen cuarenta atentados; y usted, en vez de hablar con una persona, va a tener que hablar con cuatro o cinco que pretenden apropiarse del movimiento'. No sé si es cierto o si no es cierto".
Tras todas estas opiniones e intimidades, Jorge Rojas Silveyra le aconseja al "Negro" De la Plaza: "Entre tus amigos de las Fuerzas Armadas vos tenés que hacer fuerza para que vengan a rogarnos que los ayudemos, sin negarnos a ayudarlos. Es una frase un poco difícil. Te dije recién que había que darles colaboración, pero que vengan a rogarnos la colaboración, si es posible".
De las tantas cosas que ocurrían en esos días Jorge Rojas Silveyra ignoraba que PERÓN PENSABA VOLVER PARA SER PRESIDENTE DE LA NACIÓN.
"La conspiración para sacar de en medio a Héctor Cámpora había empezado antes del 11 de marzo de 1973", le diría Juan Manuel Abal Medina al periodista Miguel Bonasso.
El embajador De la Plaza fue uno de los que conspiraron para desplazar a Cámpora y terminó como embajador en Uruguay con la ayuda de su amigo el canciller Juan Alberto Vignes.
Y si volvía –como lo hizo—Perón no iba a rogarle a nadie que lo ayudara a terminar con el terrorismo. Al revés, le iban a suplicar que terminara con la violencia.
**Por Juan Bautista "Tata" Yofre

jueves, 18 de abril de 2019

Derechos y obligaciones del trabajador ante las enfermedades




Derechos y obligaciones del trabajador ante las enfermedades

Enfermedades
Existen dos tipos de clasificaciones: Las de origen Laboral denominadas “Enfermedades Profesionales” y las que no son del ámbito laboral llamadas Enfermedades Inculpables.
La Enfermedad Profesional se encuentra enmarcada dentro del Listado de Enfermedades Profesionales que revisa en forma temporal el Poder Ejecutivo Mediante El Comité Consultivo Permanente. Este un órgano tripartito, integrado por representantes de los empleadores, los trabajadores y el Gobierno nacional y determinan entre otras cosas la inclusión de nuevas enfermedades profesionales en el listado.
Por Ejemplo: para algunos de nuestros sectores del gremio, se destaca del listado: “La sobrecarga del uso de la voz”, que se da en la actividad “Telefonista” y provoca:
- Disfonía que se intensifica durante la jornada de trabajo y que recurre parcial o totalmente durante los períodos de reposo o vacaciones, sin compromiso anatómico de las cuerdas vocales.
- Disfonía persistente que no remite con el reposo y que se acompaña de edema de cuerdas vocales.
- Nódulos de las cuerdas vocales
Enfermedad Inculpable se refiere, a que la enfermedad se contrajo por causas ajenas al trabajo, como: gripe, fiebre, otitis, anginas, gastroenterocolitis, conjuntivitis, hasta enfermedades más graves y de reposo más prolongado
Ante una enfermedad inculpable surge el derecho, durante un período determinado, al goce de la licencia por enfermedad remunerada. Esto se determina en el art. 208 LCT y en nuestro CCT.
El plazo de licencia comienza a correr a partir de la ausencia por enfermedad o accidente.

Ante esto el trabajador tiene la obligación de:
Dar aviso a la empresa: En el transcurso de la primera jornada en que no puede tomar servicio, indicando en su caso si se encuentra en un domicilio distinto al que tenga registrado.
Control médico: Por parte de profesional que acredite su condición mediante credencial respectiva y autorización por escrito de la empresa para cumplir dicha función.
Obtener certificado médico: De ser posible a los fines de justificar la enfermedad o accidente en caso de desconocimiento, emitido por médico y en el que conste firma original de este, sello o indicación de su matrícula profesional, diagnóstico y/o período de licencia por imposibilidad de prestar servicio.
En caso de fuerza mayor o imposibilidad de cumplir con los puntos anteriores, la incapacidad se demostrará con posterioridad por los medios que lo acrediten.

Por su parte la empresa no puede:


- Descontar días por enfermedad
- Pedir informes o sancionar por causa de enfermedad
- Desconocer los certificados médicos del trabajador, ni hacer valer como último palabra la decisión del médico de empresa.
En caso que la empresa incumpla sobre estos puntos o creas tener una enfermedad profesional, comunícate con tu delegado o coordinador de zona.

Fuente: Foetra Sindicato Buenos Aires