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martes, 26 de mayo de 2020

El teléfono celular tuvo que ser inventado en un plazo de 3 meses…



Pocos inventos recientes han cambiado nuestro mundo tanto como el teléfono móvil o celular, particularmente, el de los dueños de los 4780 millones que hay hoy en día en el planeta. Una cantidad respetable para un artilugio que fue usado por primera vez en la historia hace menos de medio siglo. La primera llamada telefónica fue hecha en 1973 en Nueva York, por el ingeniero Martín Cooper , conocido como el padre del teléfono móvil. "Para el público, sonaba como ciencia ficción: habíamos estado amarrados con un cable a la casa o al escritorio durante 100 años", recuerda Cooper en conversación con la BBC."Sin embargo, nosotros pensábamos que la gente era fundamentalmente móvil, que quería estar conectada en cualquier lugar en el que estuvieran. Por eso teníamos que crear un aparato, nunca antes hecho... y lo tuvimos que hacer en un plazo de 3 meses ", relata.

Un cambio profundo.
Se dice que fue el pequeño dispositivo portátil llamado 'el comunicador' que utilizaban los personajes de " Star Trek ", el programa de televisión de ciencia ficción de los años 60, el que inspiró a Cooper.Pero en realidad lo que lo hizo pensar por primera vez en la posibilidad de que existiera algo así fue la radio de muñeca que usaba el detective Dick Tracy en la tira cómica estadounidense, relató el ingeniero."Antes del celular, cuando hacías una llamada telefónica, estabas llamando a un lugar; ahora, llamas a una persona, y ese es un cambio profundo", destaca.
El prototipo del primer teléfono portátil que Cooper y su equipo presentaron en el hotel Hilton de Nueva York en abril de 1973 era muy diferente al delgado dispositivo plegable de Star Trek, el reloj futurista de Dick Tracy o el celular en el que probablemente estés leyendo esta historia."Medía unos 25 x 5 x 10 centímetros y pesaba más de un kilo, y sólo podías hablar durante 20 minutos antes de que se le acabara la batería. La gente se ríe de él, pero era lo mejor que se podía hacer en esa época".

La primera vez

Marty Cooper trabajaba para la compañía Motorola , que en ese entonces era un operador pequeño en el mercado estadounidense de telecomunicaciones.
"Decíamos 'llegará el día en el que cuando alguien nazca le asignarán un número telefónico que tendrá hasta que muera'. Sabíamos que en el futuro todo el mundo tendría un teléfono", asegura el ingeniero."Lo que nunca anticipamos es que iba a tener una supercomputadora, una cámara digital, conexión a internet... ninguna de esas cosas existían en 1973".
Fue el 3 de abril de ese año, en la 6ª avenida de Nueva York, que Cooper hizo la primera llamada. "Estábamos hablando con un reportero de una estación de radio mientras caminábamos por la calle y yo realmente no tenía planeado a quién iba a llamar, así que decidí marcarle a mi contraparte en AT&T, Joel Engel ", relata. AT&T era el gigante de las telecomunicaciones en EE.UU. y el mundo; los presupuestos de Motorola eran muy bajos en comparación... ¿qué le dijo Cooper a Engel en esa primera llamada? "Pues marqué su teléfono y fue un milagro que me contestara él mismo, así que lo saludé y le dije 'Soy Marty Cooper y te estoy llamando desde un teléfono celular: un teléfono de mano, portátil y personal'".

Parecido, pero no igual

El gigante AT&T también había estado pensando en el futuro de los teléfonos. Habían sido pioneros en una nueva tecnología, la tecnología celular, que pasa llamadas a través de una red de células, utilizando frecuencias de radio. Hasta ese momento, tu teléfono tenía que estar conectado por un cable a tu casa u oficina. Pero esa tecnología celular había permitido que los teléfonos fueran más móviles. Pero la idea de AT&T era poner más teléfonos en los automóviles, pues creía que esa era la apuesta correcta para el futuro; no había considerado los portátiles de mano. Fueron esos jóvenes advenedizos de Motorola los que les demostraron a los grandes de AT&T que estaban equivocados. "Su visión era extender los cables hasta los autos pero para nosotros la idea de que las compañías telefónicas nos iban a amarrar a nuestros carros no tenía sentido", dice Cooper.

David y Goliat

Cooper y su equipo sabían que AT&T estaba presionando a la Comisión Federal de Comunicaciones, que regula las ondas aéreas en EE.UU., para que le otorgaran derechos exclusivos al espectro de radio que necesitaría para poner teléfonos en millones de automóviles utilizando esta tecnología celular. Motorola sabía que si AT&T ganaba ese monopolio, perderían todas las posibilidades de usar la red para un nuevo teléfono portátil. "AT&T era la compañía más grande del mundo. Tenían dos cabilderos en Washington por cada comisionado federal de comunicaciones haciendo lobby a su favor", dice. Fue una lucha entre David contra Goliat. Cooper se dio cuenta de que para que Motorola tuviera algún chance de persuadir a los comisionados de comunicaciones, necesitaban algo espectacular. Tenían que mostrarles el futuro: tenían que hacer un teléfono móvil.
"Había 20 personas creando el teléfono en sí, que trabajaban día y noche . Pero ten en cuenta que también teníamos que construir las estaciones de radio y las celdas, así que otras 20 o 30 personas estaban encargadas de eso, mientras que otros preparaban la demostración en Nueva York".Sólo tenían tres meses para lograrlo. La gerencia de Motorola los respaldó con mucho dinero, pero el desafío era enorme.

Juguete de ricos

Cuando Cooper fue a hacer la gran revelación ante la prensa, llevó consigo dos prototipos, en caso de que uno se rompiera. Pero no llegaron muchos periodistas, si acaso unos 15 o 20."Ciertamente no nos prestaron mucha atención. Pero una vez hicimos la demostración, empezaron a salir historias sobre un teléfono con el que podías hablar desde cualquier lugar del mundo", recuerda el ingeniero. "Había una periodista australiana que nos preguntó si podía llamar a su madre en Australia, y le contestamos: '¡Por supuesto!', mientras cruzábamos los dedos. La llamada funcionó y quedó encantada", cuenta. Sin embargo, se necesitaron de varios años más -y la intervención del presidente Ronald Reagan-, para que los reguladores federales le garantizaran el acceso de Motorola a las frecuencias de radio que necesitaba. Y fue solo en 1983 que Motorola pudo lanzar su primer teléfono celular disponible comercialmente.
"La mayoría de las personas pensaron que nunca podrían darse el lujo de tener un teléfono como ese. Costaba más de US$ 4000 y el servicio era extraordinariamente caro. Así que, al principio, realmente era un juguete para los ricos", recuerda Cooper.

Un soñador que sigue soñando

El que recibió el apodo de 'teléfono zapato' se convirtió en un ícono. "Yo lo llamé DynaTAC , la abreviación de DYNamic Adaptive Total Area Coverage (cobertura dinámica adaptativa del área total)", explica Cooper; quien  sólo se dio cuenta de la dimensión del cambio que su creación había generado después de unos años: "cuando salieron al mercado otros modelos que competían; cuando había filas de personas comprándolos; cuando me di cuenta que en los países del Tercer Mundo había más teléfonos móviles que fijos"."Fue entonces que supimos que habíamos tenido razón", valora. Al preguntarle a Cooper cuánto ganó con su invento, responde que "en términos de satisfacción, muchísimo"; en términos de dinero, no tanto . "Cuando empecé a trabajar en Motorola, firmé un documento que decía que todas mis creaciones eran propiedad de la firma, y por ellas me pagaban US$1", cuenta Cooper."Fue el mejor negocio que hice jamás: Motorola me trató muy bien y el mundo ha sido muy amable conmigo", le dijce al programa de la BBC Click.
Fuente: La Nacion 

martes, 29 de octubre de 2019

Treinta años de telefonía celular en la Argentina: cómo fue el lanzamiento del primer Movicom




Licitado por Rodolfo Terragno y Raúl Alfonsín, la primera llamada fue entre Carlos Menem y María Julia Alsogaray el 1° de noviembre de 1989. Al principio el servicio era muy caro y tenerlo era símbolo de status
La telefonía celular arrancó en la Argentina el 1° de noviembre de 1989, pocos meses antes de la privatización de ENTel. El servicio comenzó en el Área Múltiple de Buenos Aires (AMBA). Era muy caro y fundamentalmente para empresas, millonarios y aquellos que no conseguían líneas fijas de la estatal Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTel). También había unos modelos especialmente diseñados para usar en autos, de gran tamaño y conectados con un cable a la batería del automóvil. Todos eran de Movicom. Y el proveedor tecnológico era Motorola.
Tener un Movicom era símbolo de status. Podía ser el Modelo Vehicular, especialmente diseñado para usar en los autos, de 1,2 kilogramo, que se conectaba con un cable a la batería del automóvil; y el Modelo Transportable, que se podía llevar como un pequeño maletín, de 4 kilos de peso -luego se transformó en el famoso ladrillo- y usarlo en cualquier parte, con una batería que tenía una autonomía de uso de dos horas.
En la Argentina la telefonía celular comenzó seis años después que en los Estados Unidos, con un evento protocolar en el que la interventora de ENTel, María Julia Alzogaray, llamó desde las oficinas de Movicom con una valijita portátil al presidente Carlos Menem, que se encontraba en la residencia de Olivos. El diálogo entre ambos funcionarios se vio interrumpido por el ingreso en línea de los periodistas Bernardo Neustadt y Enrique Llamas de Madariaga, que llamaron a Menem desde sus programas radiales; hasta que la ingeniera Alsogaray los cortó, para continuar con el acto protocolar y dejar en línea a Menem con el secretario de Comunicaciones, Raúl Otero.
"Los inicios tenían más que ver con la falta de líneas de telefonía fija, que con una necesidad de movilidad. Yo fui uno de los primeros usuarios, en 1990", recuerda el especialista Enrique Carrier. Y agrega: "Trabajaba en una empresa que había puesto un aviso en un diario para promocionar una terminal de autoservicio. Y el único teléfono que pusieron para esa oferta era el de Movicom. Así que yo iba a todos lados con la valijita, esperando que la gente llamara ahí".
"Los primeros seis meses fueron duros, con un desarrollo lento, alcanzando en mayo de 1990 la cifra de 3.000 suscriptores", aseguraban por entonces los voceros de Movicom. Para noviembre, la empresa ya tenía 12.000 abonados. En los dos primeros años llevaba invertidos US$ 60 millones y había conseguido 25.000 clientes del servicio. En ese entonces, la compra del equipo básico de Movicom costaba US$ 1.320 de contado (440 dólares por la conexión y 880 por el equipo de Motorola), a los que había que agregar otros US$ 200 de depósito, que se reintegraban al año de servicio.
Era la época en la que ENTel no invertía casi nada y sólo instalaba muy pocas líneas telefónicas, a través del Plan Megatel, que tenía un costo sideral por cada línea en servicio.
Hay vida más allá del celular
"El proyecto de traer la telefonía celular a la Argentina fue de Rodolfo Terragno, ministro de Obras y Servicios Públicos. En 1988 se hace la licitación, bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, y al año siguiente arranca la prestación del servicio, ya con Menem", explica Henoch Aguiar, ex secretario de Comunicaciones y actual director de la empresa estatal Arsat.
La empresa que ganó esa licitación fue Movicom, que "comienza a instalar antenas de telefonía celular desde el microcentro para afuera", dice Aguiar. Y explica que "les llevó por lo menos un año y medio instalar la red de antenas, conseguir las terrazas, hacer los nodos", hasta que lanzaron el servicio en noviembre de 1989.
La Compañía de Radiocomunicaciones Móviles, cuya marca era Movicom, había participado en un concurso público internacional, convocado bajo el gobierno de Alfonsín, a fines de 1987, para brindar en el AMBA el Servicio de Radiocomunicaciones Móviles Celulares (SRMC). De ese concurso también participaron otros tres consorcios liderados por SADE, Alcatel y Telefónica de España.
La victoria de Movicom en esa licitación se anunció en agosto de 1988. El consorcio ganador estaba formado por tres empresas estadounidenses: el mayor operador de telefonía celular de ese país, BellSouth (29%); su proveedor tecnológico Motorola (25%) y el banco Citicorp (8%). Esas tres empresas se habían asociado con las locales Socma/IECSA (Sociedad Macri, 18%), BGH (15%) y Astra (5%).
"Motorola era socia de esa compañía porque había que invertir mucho en redes. Y Motorola tenía no sólo la parte de los equipos, sino también la red de telefonía celular, así que había integración de ambas puntas", dice Germán Greco, gerente general de Motorola Mobility de Argentina.
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Es que BellSouth y Motorola ya eran socios en los Estados Unidos, donde estaban expandiendo el servicio de telefonía celular. Y parte de la inversión en la Argentina la hacían ambas empresas, con financiación del Citicorp.
De hecho, el gerente de Sistemas de Motorola, Martin Cooper, fue el primero en lograr hacer en una llamada telefónica, en 1973, con un modelo Dynatac, que tenía el tamaño de una caja de zapatos y pesaba casi un kilo. Diez años después se implementaron las primeras redes celulares comerciales en los Estados Unidos. Y seis años después en la Argentina.
En un año casi se triplicó la cantidad de teléfonos celulares
El proyecto que había presentado Movicom en la Argentina, en 1988, contemplaba una inversión de US$ 220 millones, para tener 319.700 abonados de telefonía celular en el año 2004. En esos 15 años, a ENTel le ingresarían otros US$ 171 millones, por el uso de la red y alquiler de equipos troncales, según el proyecto que por entonces presentó Movicom.
"En esa época era muy caro tener un celular, así que había muy poca gente que podía tenerlo, era un servicio muy de nicho. Y además no había competidores que hicieran otro tipo de dispositivos, el 100% del mercado era Motorola. Fuimos los que impulsamos la tecnología desde cero", asegura el titular de la filial local del proveedor estadounidense.
En ese mismo 1988, cuando se licitó la telefonía celular bajo el impulso del entonces ministro Terragno, el gobierno de Alfonsín buscó dinamizar a todo el sector de las telecomunicaciones, por lo que envió al Congreso un proyecto de ley para transformar a ENTel en una sociedad de capital mixto, con participación estatal y privada.
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En realidad, había un preacuerdo con Telefónica, que estaba dispuesta a comprar el 40% de ENTel. Pero el Congreso nunca lo aprobó, básicamente por dos motivos: la bancada radical no había hecho suyo el proyecto; mientras que el peronismo se oponía férreamente a privatizar cualquier empresa de servicios públicos, una postura que cambiaría al año siguiente, con la llegada de Menem al gobierno.
En 1990 se privatiza ENTel. Las dos empresas que ganaron esa privatización (Telefónica y Telecom) pudieron ingresar al segmento de la telefonía celular recién en 1993, a través de Miniphone, un operador integrado por ambos operadores en forma conjunta para brindar servicio en el AMBA. Del mismo modo prestaban servicios de comunicaciones internacionales, con Telintar, y transmisión de datos, vía Startel.
En el interior del país, la telefonía celular demoró cuatro años más que en el AMBA: arrancó en mayo de 1994, de la mano de CTI Movil. Telefónica recién lanzó su propio operador de telefonía celular en marzo de 1996, con la marca Unifón, en el sur del país, donde también prestaba telefonía fija; y en mayo de ese año comenzó a prestar sus servicios Personal (Telecom) en el norte del país.
En 1999, Miniphone se dividió en partes iguales entre Unifón y Personal. Ese mismo año Bellsouth compra la totalidad del paquete accionario de Movicom, que pasa a llamarse Movicom Bellsouth. Y en 2004 Telefónica compra la filial latinoamericana de Bellsouth, que cambia su nombre y queda como Movistar. En ese entonces, la nueva compañía fusionada tenía 3,6 millones de clientes, el 47% del total del mercado local. Una cifra que superaba ampliamente los 319.000 abonados que había planificado Movicom cuando presentó su propuesta para lanzar la telefonía celular en la Argentina.
Fuente ; Diario Clarin