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jueves, 9 de diciembre de 2021

La pobreza en 2021 fue de casi 44% y es récord histórico el porcentaje de argentinos que trabajan e igual son pobres

Así lo indicó un informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, que midió las variables desde 2010 y demostró que la suba de los precios compensó la reactivación y el aumento de los planes sociales

            La Argentina necesita crear 400.000 empleos por año y una reducción sustancial de la inflación si quiere salir en 2030 del actual cuadro de degradación social consistente en mayor desigualdad y precariedad laboral. Así lo señala un informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que señala que en la última década -y más allá de algún efímero oasis- las condiciones socioeconómicas empeoraron, pese a los discursos que declamaron lo contrario y al supuesto aumento de la protección social del Estado.

El director del Observatorio, Agustín Salvia, expresó en diálogo con Infobae que esta situación extremadamente crítica exige un plan de estabilización y shock económico, pero que solo reduzca el gasto social a medida que se genere más empleo.

Este horizonte, aclaró, va más allá del acuerdo que negocia el país con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que la inflación es la principal causa que explica este empeoramiento de los indicadores sociales. En particular, explicó que la fuerte recuperación económica de este año no se reflejó en una mejora nítida en términos sociales porque fue "anulada" por la fuerte inflación, que terminará en torno del 50 por ciento.

Los ejes del informe, se difundieron en un seminario en el cual participó el economista Martín Rapetti, muestran las siguientes:

 

 Conclusiones

 

-El empleo exhibió en la última década una oscilación entre el estancamiento y la caída. Luego del pico de la pandemia y la cuarentena, hubo una recuperación parcial, pero de puestos de trabajo de mala calidad. En este sentido, Salvia advirtió que el 47% de los trabajadores no tienen vinculación con el sistema de la seguridad social, en buena medida porque "se van perdiendo empleos de baja calidad". Además, en los hogares pobres hay una alta tasa de empleo precario o desocupación. Por otra parte, crece el "efecto de desaliento", por el que menos personas salen a buscar trabajo por efecto de la falta de oportunidades y de la caída en los ingresos. A raíz de esta situación, solo el 29% de la población ha podido mantener en los últimos tres años un estatus de "empleo pleno", un porcentaje mucho menor en los sectores pobres. "El Covid agravó una tendencia de un sector informal cada vez más pobre y precarizado", señaló Salvia.

-En materia de pobreza, si bien hubo desde 2020 una "leve caída, fue muy poco significativa, pese a la recuperación del empleo", por la mencionada tasa de inflación, que se mantiene muy alta pese al atraso de varios precios de la economía, como el dólar, las tarifas de los servicios públicos y varios productos de la canasta básica. Tanto en el caso de la pobreza como de la indigencia, "los que más sufren son los niños", indicó Salvia.

-La autopercepción de los ingresos marca que "se empobreció la clase media con capacidad de ahorro: solo el 8% de la población tiene capacidad de ahorro" y corresponde a los sectores medios y profesionales. Hacia abajo, el porcentaje baja en forma drástica.

-Los programas sociales. "El 44,7 por ciento de la población vive con un programa social. Cada vez es más relevante el peso de los planes con transferencias monetarias directas y "el efecto de sacar estos programas sería devastador sin mayor empleo", aclaró Salvia. La cobertura de la asistencia estatal es del 33,8%, contra el 33,4% del último año del gobierno de Mauricio Macri, lo que demuestra que la retórica oficial que apunta mostrar que hubo una mayor protección social no se verifica en las cifras. Sí hubo, aclaró Salvia, un pico de mayor protección durante la pandemia con el IFE y una extensión de la cobertura de la AUH y otros programas. Además, afirmó que se esperaba un mejor panorama social por el fuerte rebote económico de este año, pero la inflación ensombreció este efecto positivo. "La inflación se llevó puesta la recuperación económica y del empleo", sentenció Salvia. Además, el investigador explicó que, si el Gobierno quisiera avanzar en la "reconversión" de beneficiarios de algunos planes sociales en empleo genuino, "no existe demanda para crear empleo para esta gente".

"Los sectores que mueven la aguja son la construcción, textiles, los servicios y parte de la industria dedicada al consumo interno, que, en un año electoral, permitieron que subiera el empleo informal y hubiera más plata en los bolsillos, pero como fue con alta inflación, ese proceso se está agotando", dijo Salvia.

"La situación no es prometedora; tal vez por efecto de arrastre estadístico en el primer trimestre del 2022 la tasa de pobreza sea del 40% en el mejor de los escenarios. Y en el peor no hay techo, si se asume un fuerte desequilibrio macroeconómico e inflacionario", advirtió.

En este sentido, detalló que "si creciéramos como en los últimos seis años, para llegar al 2030 con los niveles de pobreza del 2011, habría que crecer un 4% anual en forma continua, con una menor inflación, porque este nivel de precios imposibilita proyectar cualquier estrategia de productividad, tanto a un inversor como a una familia".

-La infraestructura social mejoró en la última década, con una mayor cobertura de los servicios públicos, pero este fenómeno no impidió un incremento en la desigualdad social. Solo el 28% de los hogares viven sin ningún déficit en materia de cobertura educativa, médica, de servicios y nutricional. En particular, por el extenso cierre de las escuelas que llevó adelante el Gobierno, se incrementó el déficit de la cobertura educativa, sobre todo en los hogares más pobres. "El núcleo que se empobrece tiene un déficit en materia de ingresos y por carencias multidimensionales", indicó; es decir, son pobres tanto bajo la medición del Indec como de la pobreza multidimensional como la que realiza la UCA.

En este contexto, sostuvo que el acuerdo con el FMI requiere un "acuerdo político" como el que enunció el presidente Alberto Fernández la noche de las elecciones del mes pasado, que permita encarar estos problemas estructurales. Además, dijo que el programa con el Fondo permitirá dar mayor "certidumbre".

"Necesitamos seis millones de empleos si queremos salir de este estado de estancamiento hasta 2030 y un millón y medio en forma urgente. O sea, hay que crear 400.000 empleos por año para revertir este proceso", precisó Salvia.

Esto requiere de una agenda de reformas, que forman parte de las conclusiones del documento presentado por la UCA, que exigen estabilidad macroeconómica, cambios tributarios que favorezcan la inversión y político-institucionales que promuevan una descentralización del gasto.

Por Martín Kanenguiser

https://drive.google.com/file/d/1X9MacOQBt8gxzSqH8pdVLBk8pl8xpXz9/view

domingo, 1 de agosto de 2021

El PAÍS de los PLANES SOCIALES: quiénes y cómo manejan la ayuda que llega a 22 millones de personas

En casi 20 años se multiplicó por diez la cantidad de personas que reciben algún tipo de ayuda estatal. Quiénes están detrás de esta caja millonaria

 

La historia de los planes sociales en la Argentina desde 1983 tiene como antecedente las llamadas Cajas PAN del gobierno de Raúl Alfonsín. En el 2002 en plena crisis con Eduardo Duhalde como presidente, había un solo plan social: el Plan Jefas y Jefes de Hogar. Este tenía como principales beneficiarias a las "manzaneras" de Provincia que manejaba Hilda Chiche Duhalde y los pobres superaban el 50 por ciento de la población

 

El total de esos planes (1984) llegaba a 2 millones de personas. En la actualidad, existen una gran variedad y tipos de planes. Lo notable es que la cifra del 2002 se ha multiplicado por 10. Hoy, más de 20 millones de personas tienen alguno de esos planes que pagan el estado algunas gobernaciones y municipios y la pobreza llega al 45 por ciento.

 

Según los últimos datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), hay unos 22 millones de habitantes del país que recibe un programa alimentario y también percibe otros montos como, por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo (AUH), que alcanza a 4 millones de madres y otorga la ANSES.

En la Argentina hay un total de 141 planes y programas sociales los cuales se distribuyen de la siguiente manera: 85 son del Ministerio de Desarrollo Social; 26 del Ministerio de Salud; 13 del Ministerio del Trabajo, Empleo y Seguridad Social, 4 cada uno tienen el Ministerio de Economía y el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y 3 tiene el Ministerio de Turismo y Deporte; 2 tienen el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y con 1 cada uno figuran el Ministerio de Seguridad y al Ministerio de Cultura.

Fuente: https://www.iprofesional.com/economia/344399-la-argentina-del-plan-social-quienes-manejan-una-caja-millonaria

lunes, 7 de diciembre de 2020

Deudas Sociales en Argentina 2010 -2020 / ODSA: Universidad Católica Argentina


Deudas Sociales en Argentina 2010 -2020 / ODSA: Universidad Católica Argentina

El Observatorio de la Deuda Social Argentina tiene el agrado de informar que se encuentra disponible en soporte digital el Informe de avance: "Deudas Sociales en la Argentina 2010-2020. Crisis del empleo, pobrezas y desigualdades estructurales en el contexto COVID-19. Aportes para una Agenda sustentable de desarrollo humano integral".

La apertura estuvo a cargo del Dr. Miguel Ángel Schiavone, Rector de la UCA. El Dr. Agustín Salvia, Director de Investigación del Observatorio de la Deuda Social Argentina presentó el Informe de Avance Deudas Sociales en la Argentina 2010-2020.

Participaron del debate Michelle Muschett de la Universidad de Oxford y Pablo Villatoro de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Moderó la periodista María O´Donnell.

A continuación, destacamos los siguientes informes de avances correspondientes:

Presentación del estudio:"Deudas Sociales en la Argentina 2010-2020. Crisis del empleo, pobrezas y desigualdades estructurales en el contexto COVID-19. Aportes para una Agenda sustentable de desarrollo humano integral". (pdf)

 

"Aportes para una agenda sustentable de desarrollo humano integral" (pdf) 

 

"Pobreza multidimensional: el derecho a formar parte de una sociedad de iguales con un justo bienestar. pobreza y desigualdades estructurales 2010- 2020"(pdf)

 

"Pobreza de ingresos-mínimos de justo bienestar, autopercepción de ingresos y acceso e impacto de los programas sociales y alimentarios". (pdf)

"Trabajo, empleo, inactividad forzada y exclusión social 2010-2020 y efectos de la crisis COVID-19" (pdf)

Fuente: http://uca.edu.ar/es/noticias/deudas-sociales-en-la-argentina-2010-2020-crisis-del-empleo-pobrezas-y-desigualdades-estructurales-en-el-contexto-covid-19-aportes-para-una-agenda-sustentable-de-desarrollo-humano-integral

 




miércoles, 26 de febrero de 2020

Según la UCA, un 32,2% de los argentinos sufre de inseguridad alimentaria y tiene problemas de acceso a la salud

El nuevo relevamiento del Observatorio de la Deuda Social sobre pobreza multidimensional ratificó el 40,8% de pobreza por ingreso en el 2019. Hay un 33,5% de la población que vive en zonas sin agua potable o red cloacal
La Argentina sigue siendo un país de pobreza en su amplio sentido: no solo por los niveles de ingreso sino por la acumulación de carencias, ya que un 32,2% de la gente sufre de problemas de inseguridad alimentaria y de acceso a la atención médica o medicamentos, un 40,8% está bajo la línea de pobreza y al menos un 33,5% vive en zonas sin agua potable o red cloacal.
Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que realiza una radiografía del déficit en siete dimensiones de los derechos y pobreza en la Argentina, reveló que en el 2019 se registraron agravantes en cuanto a la pérdida de derechos y la profundización de situaciones más vulnerables de la población.
"Si bien se pudo visualizar una leve mejora en el acceso de la gente a algunos servicios y vivienda digna, hay datos de elevados niveles de pobreza por ingreso o inseguridad alimentaria que hablan de una Argentina que sigue fragmentada", explicó a Infobae Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
En este sentido, el último relevamiento de esa institución sostiene que la inseguridad alimentaria que implica la reducción involuntaria de la porción de comida o la percepción de manera frecuente de experiencias de hambre pasó del 28,2% en el 2018 al 32,2% de la población en el 2019. Esta cifra también se traduce en un incremento de los problemas de la gente para el acceso a atención médica o a medicamentos y se ubica entre los parámetros más altos registrados en los últimos 10 años en la Argentina.
Algo similar ocurre con la pobreza por ingresos, donde pasó del 33,6% en el 2018 al 40,8% en el 2019 y es la cifra más elevada de los últimos 10 años, que no se veía desde el 2006 o 2007.La encuesta de la UCA se hizo en 5.760 hogares de todo el país y midió las siguientes dimensiones: alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medio ambiente, accesos educativos; empleo y seguridad social y pobreza por ingreso.

Así, en otra de las variables multidimensionales que se detectaron se observó que hubo un aumento de personas con empleo no registrado: este dato se incrementó del 31,3% en el 2018 al 33% en el 2019, llegando así a los niveles del 2010.
El déficit que se observa a nivel de las personas en la dimensión alimentación y salud experimentó un descenso inicial y, marcando un pico en 2014, se ubicaba en torno del 23,2% para el año 2015, mientras que a partir del año 2016 las condiciones de privación comienzan a incrementarse hasta alcanzar al 32,2% de las personas en 2019.
Para Salvia, esta evolución se explica desde 2016 por las dificultades para el acceso a medicamentos y a la atención médica y desde 2018 por el incremento de la inseguridad alimentaria severa, en un contexto de fuertes incrementos de los precios de medicamentos y alimentos y un descenso del consumo en términos generales.
En relación al acceso a servicios básicos se observa una mejora importante a lo largo de todo el período, donde los hogares que presentan privación en esta dimensión pasan de representar del 38% en 2010 al 30% en 2019. Esta dinámica positiva se explica por el mayor acceso por parte de los hogares a los servicios de agua corriente y particularmente del descenso de los hogares con déficit en el acceso a conexión a red cloacal. No obstante, los niveles del 33,5% de las personas con problemas de red cloacal o agua potable siguen siendo elevados para la Argentina.
La situación de la vivienda también experimentó mejoras sostenidas a lo largo de todo el período, para el año 2019 poco más de 2 de cada 10 hogares no accedían a una vivienda adecuada tanto por sus materiales, espacio o disponibilidad de servicio sanitario, al inicio de la serie casi el 29% de los hogares se encontraban en esta situación.
Según la UCA, distintos aspectos podrían explicar esta mejora en los indicadores de vivienda precaria, hacinamiento y déficit en el servicio sanitario, entre ellos la disponibilidad de créditos para refacción de viviendas, la capacidad de ahorro e inversión de los hogares en alguna etapa del ciclo, como así también los efectos de distintos programas de urbanización y mejoras en las condiciones de las viviendas.
En la dimensión educación se observa una evolución irregular, donde la proporción de hogares que tienen al menos una persona que no asiste a instituciones educativas formales o presenta rezago educativo se mantiene cercano al 30%, aproximadamente el 12% de la población se encuentra en esta situación.
Se observa un importante descenso en la inasistencia en los primeros años de la serie que se mantiene en el tiempo, probablemente por efecto de la condicionalidad de asistencia que presenta la AUH. Por otra parte, tras un proceso de incremento del rezago en el nivel medio tras los primeros años, el nivel tendió a estabilizarse en torno del 26%.
En relación al acceso al empleo pleno y la seguridad social, el informe de la UCA observó un "deterioro significativo" particularmente a partir de 2016, donde el nivel de hogares que no perciben ingresos provenientes de empleo registrado ni de jubilaciones o pensiones contributivas se incrementó en 5 puntos. Pasó del 25 al 30% del total. "Esta dinámica estuvo vinculada principalmente al incremento del desempleo y de la precarización laboral, que impactó más fuertemente sobre los sectores más vulnerables. Se destaca, a su vez, que sobre estos hogares se incrementó la percepción de transferencias de ingresos provenientes de programas sociales, aunque la cobertura está lejos de ser universal para este grupo", según el informe de la UCA.

Si se considera la intensidad de la privación en términos de carencias no monetarias a partir de la cantidad de dimensiones que un hogar/personas presenta en situación de déficit, entre puntas tuvo lugar un descenso de los déficits en privaciones de derechos para los hogares afectados por la presencia de 1, 2 o 3 carencias. La tendencia al descenso de los hogares con déficit en carencias en derechos sociales a nivel agregado se observa entre los años 2010 y 2014, luego tuvo lugar un amesetamiento hasta el final de la serie.
Sin embargo, el informe revela que en 2019 el 65% de los hogares presentaban carencia en al menos una dimensión, el 44% experimentaba privación en dos o más de los aspectos considerados, mientras que el 27,6% se veía afectado en 3 o más de las dimensiones de derechos consideradas.
Los hogares bajo condición de pobreza por ingresos y carencias no monetarias experimentaron un importante descenso en el inicio de la serie en el año 2011 para seguir una tendencia levemente ascendente hacia 2015. En 2016 comienza un proceso que, con la excepción del año 2017, expresa un fuerte incremento de la pobreza multidimensional, que alcanzó al 37,5% de la población en 2019, incrementándose en 8 puntos desde 2010. Esta evolución se explica en gran medida por el deterioro que experimentaron en esta última etapa los ingresos reales de los hogares, como así también el impacto que tuvo en dimensiones clave como el acceso a la alimentación y a la salud y el acceso al empleo y la seguridad social. En el 2019, la pobreza por ingreso llegó al 40,8%.
El análisis de las brechas de desigualdad según estrato ocupacional que revela el informe de la UCA demostró que las personas en hogares cuyo principal aportante de ingresos se encuentra en los estratos ocupacionales más vulnerables (trabajador marginal) presentan más de 5 veces más posibilidades de encontrarse en situación de pobreza multidimensional que las que forman parte de hogares de estrato medio. Al mismo tiempo, también se destaca que la pobreza multidimensional afectó de manera central a las personas en estratos ocupacional menos integrados desde 2015 para los trabajadores marginales.
Por otro lado, la pobreza estructural creció sustancialmente en el conurbano bonaerense (pasó del 28,6% en el 2018 al 30,4% en el 2019) mientras que en la ciudad de Buenos Aires estos parámetros se redujeron del 6% en el 2018 al 2,6% en el 2019.
La nueva serie que mostró el Observatorio de la Deuda Social de la UCA reveló también que los argentinos vieron deteriorada su capacidad de ahorro: mientras que el 13,4% de los hogares mostraba capacidad de ahorro, esa dimensión disminuyó al 11,6% en el 2019. Y la insuficiencia de ingresos por hogar pasó del 47,8% en el 2018 al 53,3% en el 2019.
El informe de la UCA que se hizo sobre una encuesta de más de 5.700 hogares abarca a una serie de grandes y medianos aglomerados urbanos: Área Metropolitana del Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Salta, Neuquén: Plottier - Cipoletti, Mar Del Plata, Salta, Tucumán y Tafí Viejo Paraná, Resistencia, San Juan, Zárate, La Rioja, Goya, San Rafael, Comodoro Rivadavia, Ushuaia y Río Grande
Por Martín Dinatale

miércoles, 1 de enero de 2020

POBREZA: una corrección cercana al papelón / por Gonzalo Abascal


A principios de mes la UCA había informado un 40,8% de pobreza. Ahora bajó la proyección del Indec para ese periodo a 32% o 34%.

La cuestión merece una explicación inicial y cronológica para entender de qué se habla.
El 5 de diciembre, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA difundió que la pobreza en nuestro país en el tercer trimestre había alcanzado 40,8%.

El último sábado, entre la modorra de fin de año, un tuit del mismo Observatorio comunicó una corrección y ubicó la estimación de pobreza del Indec para ese periodo en un 32% a 34%.

Entre 6 y 8 puntos porcentuales menos.

La diferencia fue explicada de la siguiente manera: la estadística de la UCA se hace con datos del INDEC. Algunos datos del tercer trimestre del INDEC fueron distintos a los que la UCA había proyectado.

¿Resultado? Erraron el viscachazo.

Nada para alarmarse sino fuera porque se trata de la estadística más sensible en un país herido, y que se hizo pública apenas unas horas antes de que el ex presidente Macri, ya derrotado electoralmente, hiciera su balance de gestión en cadena nacional.Si alguien tiene dificultades para entenderlo, la confesión de Agustín Salvia, director del Observatorio y hombre cercano al Papa Francisco, no iluminará demasiado. Frente a la brecha porcentual entre un índice y otro, atinó a decir: “Lo estuvimos discutiendo cinco días, y no lo entendemos aún”.

Luego, en un terreno de especulaciones, decidió señalar al Indec. “¿Tercer trimestre le da por debajo del primero y segundo? Es muy raro en el contexto que se vivió. Es de esperar que el Indec registre la crisis y debería dar 39% o 40% de pobreza”, desafió, sobre la estadística que se conocerá en marzo de 2020. La desconfianza sobre un número todavía ignorado sólo se explica en la necesidad de alejar el foco del papelón propio.

“No queremos proponer una cifra de pobreza oficial y otra alternativa. No ponemos en duda la idoneidad del Indec de Todesca”, siguió.Y pasando de la incerteza estadística a la sospecha política, aventuró. “Si la pobreza del Indec para el segundo semestre de este año llega a ser menor al 35%, ahí sí voy a tener una opinión mucho más contundente”.

Seguramente atribulado por el lío en que se encuentra, Salvia parece sugerir una posible manipulación de la estadística que se informará en tres meses. Y le apunta al Indec, un ejemplo de gestión exitosa del gobierno anterior reconocido aún por los opositores.A riesgo del absurdo, vale preguntarse, ¿insinúa acaso que el gobierno de Macri modifique una estadística que se conocerá cinco meses después de que perdió la elección y a cuatro meses de dejar el poder? Sería un caso único en la historia.

Pero no es todo. Sacudidos por el cambio porcentual, desde el kirchnerismo duro intentaron disimular el papelón minimizando la importancia estadística. “No importa cuántos, lo único que importa es que Macri dejó millones de pobres”, esgrimieron como eje conceptual.

Que el gobierno pasado, igual que el de Cristina Kirchner, no logró mejorar la situación de pobreza de millones de argentinos es una realidad. Pero también lo es que 40% no es igual que 32%, y que toda una evaluación del gobierno anterior se construyó o se consolidó apoyada en ese 40% de pobres que ahora se descubre no era tal.

Es cierto que el resultado electoral estaba definido, y que el destino político de Macri y de Alberto Fernández había sido escrito.

No se trata de eso. Sino de separar de una vez la imprescindible verdad estadística de la interesada especulación política.

jueves, 5 de diciembre de 2019

La crisis agudizó la pobreza: saltó al 40,8% y afecta a 16 millones de personas





Se presentó el informe anual del Observatorio de la Deuda Social. La indigencia creció al 8,9%. Casi el 60% de los chicos menores de 17 años viven en hogares pobres.
Por la agudización de la crisis, la pobreza superó los pronósticos más adversos. Ya es del 40,8% de la población urbana: son 16 millones de pobres. Si se incluye a la población rural, hay  18 millones de pobres. De esos totales el 8,9% o 3.6 millones son indigentes urbanos o más de 4 millones si se incluye al sector rural.
La pobreza e indigencia durante los últimos diez años
Los datos son del Observatorio de la Deuda Social, de la UCA (Universidad Católica Argentina) del tercer trimestre de este año y son los más altos de toda la serie que arranca en 2010. Corresponde a la "pobreza de ingresos" que surge de comparar los ingresos de los hogares con los valores de la canasta de indigencia y de pobreza.
Con relación a las mediciones del INDEC después de 2016, las cifras de la UCA son muy similares. Se estima que en este cuarto trimestre, la pobreza habría seguido en aumento.
Con relación a diciembre de 2015, cuando se ubicó en el 30%, la pobreza aumentó 10,8 puntos: son 4.500.000 de nuevos pobres urbanos. Con relación al tercer trimestre de 2017, momento en que la pobreza alcanzó el menor valor durante la gestión actual, “representa un incremento de alrededor de 7 puntos y de 12 puntos con respecto al mismo período de 2017”, dice el Estudio que reconoce que “hay una persistente pobreza estructural que golpea a 10 millones de personas”.
Por grupos de edad, con el 59,5%, sobresale la pobreza entre los menores de 17 años, reflejando “una persistente infantilización de la pobreza en la Argentina urbana”. Son más de 7 millones de chicos y adolescentes que viven en hogares con carencias básicas. Es un aumento de 13,4 puntos con relación al 46,1% de la medición de 2015. Por su parte, “más de 1,5 millones de niños/as y adolescentes viven en hogares indigentes”.
El Informe dice que en 2019, más de 3 de cada 10 hogares percibe algún tipo de programa social, y que se incrementó respecto de 2018, pero igualmente crecieron la indigencia y la pobreza. "Si bien se considera necesaria la ampliación de las políticas de transferencia de ingresos y asistencia alimentaria directa, las mismas no resuelven los problemas estructurales". En base a todos estos números, el Informe señala que, entre la clase trabajadores marginal y los hogares del conurbano bonaerense, la indigencia se incrementó de manera significativa a partir de 2013-14. También aumentó entre los obreros y empleados al saltar del 4,5 al 8,5%.
A su vez, “la pobreza afecta con más intensidad a los segmentos sociales de trabajadores marginales ( 66,4%) y el de obreros y empleados formales (51,8%) así como a los hogares del conurbano bonaerense (51,1%)”. Y agrega que “después de 2017, se destaca un aumento importante en la tasa de pobreza de los segmentos de clase media no profesional: de 4,9 a 14,2%”.
“Las reiteradas devaluaciones, el aumento de la inflación, el estancamiento, el aumento del desempleo y las medidas de ajustes acordadas con el FMI explican el deterioro”, dice el Informe de la UCA.

Publicado en Clarin .com

lunes, 25 de marzo de 2019

Duro informe de la UCA: llegó a 31,3% la pobreza multidimensional y hoy existen 12,7 millones de argentinos con carencias



El estudio del Observatorio de la Deuda Social registró un aumento en el número de personas que tienen una o más necesidades básicas insatisfechas; un 28,2% de la población tiene problemas alimentarios


Un incremento de la pobreza estructural, nuevos hogares que ya no logran cubrir la canasta básica y un fuerte impacto social por la inflación o la pérdida de empleo en millones de argentinos. En medio de este escenario de grave crisis socioeconómica, el #Observatoriode laDeudaSocialdelaUniversidadCatólicaArgentina (UCA) dio a conocer los últimos números de pobreza multidimensional que arrojan resultados alarmantes: la pobreza medida por diferentes derechos sociales -más allá del índice por ingreso- aumentó del 26,6% al 31,3% de la población en la Argentina, del 2017 al 2018, lo que implica que hoy existen 12,7 millones de personas con carencias importantes para su vida.
El enfoque multidimensional
A diferencia del #INDEC, que esta semana dará a conocer los nuevos números de pobreza y que mide las necesidades de la población por ingreso, el enfoque multidimensional de la UCA realiza una medición sobre 6 dimensiones de carencia humana como son: la alimentación con indicadores de inseguridad alimentaria, sin cobertura de salud o sin acceso a la atención médica ni acceso a medicamentos; los servicios básicos, que incluyen los indicadores de conexión a red de agua corriente, a red cloacal y acceso a red de energía; la vivienda digna, que comprende hacinamiento, vivienda precaria y déficit de servicios sanitarios; el medio ambiente que revela si hay población sin recolección de residuos, presencia de fábricas contaminantes y espejos de agua contaminada; los accesos educativos como ser inasistencia, rezago educativo en escuela media y en escuela primaria; el empleo y la seguridad social medidos como falta de afiliación al sistema de seguridad social y desempleo de larga duración.
Así definida la pobreza multidimensional, el estudio, que registró a las personas que sufren una o más de estas carencias para vivir en la Argentina, revela que en el 2017 había un 16,7 por ciento de pobres estructurales y que en 2018 ese porcentaje creció al 18,6, mientras que los pobres no estructurales pasaron del 9,9% al 12,7 por ciento. Todo ello suma una pobreza multidimensional del 31,3% en el 2018.
El último informe de la UCA al que accedió Infobae, titulado "Enfoque de pobreza multidimensional basado en derechos", reveló además que la población con inseguridad alimentaria severa pasó del 6,2% en el tercer trimestre del 2017 al 7,9% en el mismo período del 2018. Por otra parte, la población con carencias en materia de atención médica, medicinas y alimentos pasó del 26,6% al 28,2 por ciento.
En otra de las carencias graves que mide la pobreza multidimensional del informe del Observatorio de la Deuda Social sostuvo que el nivel de desempleo e inseguridad social se agravó del 33,5% de la población al 34,3% el año pasado. También aumentó la cantidad de gente que en las zonas urbanas de la Argentina reside en viviendas precarias, en condiciones de hacinamiento o con déficits de servicios sanitarios: en este caso el porcentaje pasó del 26,6 al 27,1.
"El estudio destaca que la pobreza multidimensional por derechos sociales e ingresos ha experimentado un fuerte crecimiento en el actual contexto inflacionario y de estancamiento. El aumento se debe fundamentalmente a la caída en la pobreza por ingresos, por caída del salario, pérdida de empleo y mayor precarización laboral", explicó a Infobae Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
A la vez, Salvia dijo: "La falta de un trabajo formal y el aumento del desempleo de larga duración explican también el aumento de la pobreza estructural, la cual está afectada por múltiples carencias además de los ingresos. Este segmento de la sociedad, casi el 20% de la población, está sumergido en la exclusión y la marginalidad, parecen sobrar para este tipo de modelo económico, solo se los atiende con asistencia monetaria pero no con políticas efectivas de desarrollo económico, social y humano. Todavía esas políticas están ausentes del debate político y de la agenda pública".
La pobreza multidimensional en la población de la Argentina aumentó sustancialmente desde el 2012 (24,4%) pasando por el 27% en el 2015 al 31,3% del cuatro trimestre del año pasado.
Según el informe de la UCA, en la población del conurbano bonaerense es donde más se profundizaron los incrementos de la pobreza multidimensional, donde se pasó del 34,9% en el 2017 al 41,1% en el 2018. En tanto, en la gente que vive en otras áreas metropolitanas pasó del 21,9% al 26,1% mientras que en la Ciudad de Buenos Aires el incremento de la pobreza multidimensional fue más leve de un año al otro: se pasó del 7% al 8,6%.
En los sectores medios no profesionales es donde más pegó la crisis socioeconómica. Se pasó de una pobreza multidimensional en el 2017 de 55,6% a 59,8% en 2018. Y entre los obreros integrados, del 32,7% al 39,2%. No obstante, hay un núcleo duro del 54,3% de los hogares de trabajadores marginales que se mantienen en el tiempo desde el 2010 a la fecha.
Hay indicadores de pobreza multidimensional que reflejaron una leve mejora en la calidad de vida de la gente. Por ejemplo, la población sin servicios básicos (cloacas, agua corriente y energía) se redujo del 37,7% al 34% en el 2018. En tanto que la población con vivienda precaria disminuyó levemente del 17,4% en el 2017 al 16,8% en el 2018.
Salvia remarcó en este sentido que esta leve mejora pudo darse por algunas políticas sociales implementadas por el gobierno para la mejora de redes cloacales y servicios de agua potable. Sin embargo, el director del Observatorio de la Deuda Social remarcó que "el núcleo de la #pobrezaestructuralArgentina se agravó en estos últimos tiempos porque hay más gente con una o más carencias registradas y esto marca que la brecha social cada vez se va ampliando más en el país".
En este sentido, el informe de la UCA pudo determinar que en el 2018 se registró el 62,6% de los hogares con una carencia, el 41,9% con al menos dos carencias y el 26,1% con tres o más carencias.
El informe de la UCA afirma que "la pobreza es mucho más amplia que la sola falta de ingresos y que tanto la pobreza como las condiciones de vida que experimentan las personas y los hogares no pueden ser medidas por un solo indicador". Asimismo, evalúa que no son pocos los actores sociales que denuncian que las exclusiones sociales incluyen privaciones en distintas dimensiones, tales como: educación, salud, vivienda, empleo, empoderamiento, discriminación, seguridad personal, y muchas otras que difícilmente pueden ser identificadas por el nivel de ingresos.
La encuesta de la UCA mide los conglomerados urbanos con 80.000 habitantes o más de la Argentina; el universo son hogares con población de 18 años o más, mientras que el tamaño de la muestra es de aproximadamente 5.800 casos por año. El dominio de la muestra es de aglomeraciones urbanas agrupadas en tres grandes áreas según tamaño de las mismas: 1) Gran Buenos Aires: Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Conurbano Bonaerense (30 partidos de Zona Norte, Zona Oeste y Zona Sur); 2) Otras Áreas Metropolitanas como el Gran Rosario, Gran Córdoba, San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo, y Gran Mendoza; y 3) Resto urbano: Mar del Plata, Gran Salta, Gran Paraná, Gran Resistencia, Gran San Juan, Neuquén-Plottier-Cipoletti, Zárate, La Rioja, Goya, San Rafael, Comodoro Rivadavia y Ushuaia-Río Grande.
Fuente: Por #MartínDinatale / Infobae.com

jueves, 3 de enero de 2019

Radiografía de la asistencia social en la Argentina: hay más planes, menos punteros y escasa capacitación






Aumentaron los hogares con programas sociales. Más de la mitad de los beneficiarios no tienen los estudios terminados. El 87,4% de los niños de Argentina tiene cobertura del Estado. Más del 30% de los hogares percibe alguna ayuda estatal. Esa cifra sube al 40% en la población urbana. Estas y otras tantas son las características centrales de la radiogfrafía de asistencia social que hoy ofrece una Argentina sumergida en el 33,6% de la pobreza.
Según un relevamiento que hizo Infobae con datos del Ministerio de Desarrollo Social, la ANSES y del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, la política social del macrismo modificó en cierta medida el esquema prebendiario para evitar la intermediación de punteros; aumentó el nivel de cobertura de la Asignación Universal por Hijo (AUH); y realizó intentos por ofrecer trabajo genuino a los beneficiarios de planes sociales.
Sin embargo, hay una realidad que supera todos esos esfuerzos: los niveles de pobreza no sólo no bajaron sino que aumentaron al 33,6% según los datos de la UCA y los estratos medios de la sociedad empezaron a recibir más ayuda estatal en una curva ascendente que no parece tener fin.
"Después de tres años de trabajo, podemos decir que todas las personas que cobran un programa social son personas en situación de vulnerabilidad que necesitan de la protección social del Estado. Porque una de las cosas que hicimos fue conocer y entrevistar a cada una de las personas que tenía un plan social", expresó a Infobae el Secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social, Matías Kelly.
En un relevamiento de datos de los planes sociales que hizo recientemente la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley, y al cual accedió Infobae, se destacan los siguientes puntos:
Capacitación y estudio: el programa Hacemos Futuro llega a 241.966 beneficiarios en todo el país. Está concentrado en su mayor medida en las provincias de Buenos Aires(166.850), Tucumán (23.723), Chaco (6.532), Salta (6.063), Santiago del Estero (4.843) y Corrientes (5.200), entre otros distritos. Paradójicamente, en provincias con altos niveles de pobreza estos programas son sustancialmente escasos. Así sucede en Jujuy (835 beneficiarios), Santa Fe (417), Neuquén (129), Córdoba (137) o Tierra del Fuego (111).
Este es un programa social que implica que quien lo reciba debe estudiar y capacitarse.Según Desarrollo Social, así potencian sus posibilidades de inserción laboral e integración social. "Hoy, es un programa de transferencia condicionada de ingresos a través de la transparencia y la desintermediación", dijo Kelly en relación al plan Hacemos Futuro.
Este programa consolidó a los antiguos programas Argentina Trabaja y Ellas Hacen, y lo hizo con la idea de atender la emergencia de manera transparente. Cada titular de este programa se presentó en las oficinas de ANSES con su documentación, hizo una entrevista social de más de 20 minutos y cobra en una cuenta del Banco Nación con una tarjeta de débito personal e intransferible.
En el sistema de actualización de datos se determinó que el 66,5% de los beneficiarios de este plan no completó sus estudios secundarios mientras que el 21,7 % no terminó sus estudios primarios.
Actualmente hay unos 10.846 titulares con empleo formal, 2.506 personas cursaron secundario con oficios y otros miles trabajan en el mejoramiento de los barrios. Más de 150.000 titulares a lo largo del año pasaron por alguna formación propia del Ministerio y la terminaron.
La AUH en aumento: según explicó Stanley a Infobae este año hubo un refuerzo económico en la AUH, que hoy llega a unos 4 millones de chicos, y los beneficiarios recibieron un bono adicional de $ 1.200 por chico en septiembre y $ 1.500 por chico en diciembre. Este programa social se amplió en los últimos tres años y ahora el 87,4% de los niños y niñas de Argentina recibe alguna cobertura por parte del Estado. La AUH hoy cubre según registros históricos a la mayor cantidad de niños del país. A través de las Asignaciones Familiares y la Asignación Universal por Hijo se ha alcanzado una cobertura máxima de 9,1 millones de niños y niñas.
Programas Alimentarios: se reforzaron con más de $ 1.200 millones los programas alimentarios. Así, el gobierno incrementó la compra de alimentos y la asistencia a merenderos y comedores. Se reforzó la inversión en compra de alimentos secos en $1.057 millones de septiembre a diciembre y se amplió la entrega de módulos.
– Precios Cuidados: este programa cuenta con más de 520 productos y se encuentra presente en más de 2.250 puntos de venta en todo el país. En mayo pasado se agregaron 100 productos relevantes para las familias argentinas. Entre otros, se sumaron al programa: pollo, galletitas, lácteos, conservas y panificados. El 6 de septiembre se renovó el programa, haciéndose especial foco en los alimentos de la canasta básicapara seguir acompañando a las familias argentinas y permitiendo tener precios de referencia. Estamos trabajando con las empresas productoras de alimentos y los supermercados para mejorar el surtido de los productos que integran el programa.
– Mercado en tu barrio: este programa cuenta con más de 100 proveedores de comida fresca que venden hasta 600 kilos de carne por semana y 2.000 kilos de fruta y verduracon un 30% de ahorro. Participan cerca de 17.000 personas por semana y el ticket promedio de las ferias es de $ 300 por persona. El Mercado En Tu Barrio está presente en 47 municipios de 12 provincias, y realiza más de 300 ferias al mes en todo el país.
– Créditos de ANSES: durante el 2017 se entregaron 3.363.481 de préstamos por un monto total de $ 69.309.072.995. En el 2018 hasta marzo se otorgaron 488.384 préstamos por un monto total de $ 9.949.061.079. Y una encuesta llevada a cabo por ANSES demuestra que el 55,5% de los créditos fueron destinados a arreglos en la vivienda; el 18,5% destino el crédito a el pago de deudas y el 18% para afrontar gastos provenientes del consumo y compra de bienes y/o servicios.
Duro informe de la UCA
Por otra parte, la realidad que muestra el último informe del Observatrio de la Deuda Social de la UCA es muy duro en términos de continuidad de la asistencia social en la Argentina.
Así, se determinó que poco más de 3 de cada 10 hogares en la Argentina percibe algún tipo de programa social, manteniéndose la proporción relativamente estable desde 2014. La cobertura alcanza a casi el 40% de la población urbana.
El alcance de esta cobertura ha tenido un incremento casi sistemático desde 2010,habiéndose estancado durante los último tres años. Mientras que en 2018, menos del 10%de los hogares en CABA percibía algún tipo de transferencia monetaria proveniente de programas sociales, la proporción supera al 30% en el resto de las regiones. Son los estratos más bajos los que registran mayores porcentajes de asistencia y los aumentos en su cobertura son los que explican la tendencia ascendente en las transferencias desde 2014.
En 2018 tuvo lugar un descenso de los hogares y la población en situación de pobreza que accede a transferencias monetarias provenientes de programas sociales. Esta tendencia se explica por el empobrecimiento de sectores pertenecientes en los estratos medios que no acceden a transferencias por parte del Estado, en 2017 el 43% de los hogares pobres de estrato medio no profesional estaba cubierto por políticas asistenciales, este porcentaje desciende al 23% en 2018.
A la vez, en la globalidad de los programas sociales, el relevamiento que hizo la UCA determinó que las personas en hogares pobres con planes sociales pasó del 72% en el 2017 al 67,3% en el 2018.
En este caso hubo un aumento de los hogares de clases medias profesionales que empezaron a recibir una ayuda estatal: 3,3% en el 2017 contra el 4,8% en el 2018. Y en la Ciudad de Buenos Aires y en otras áreas metrolpolitanas del país también creció levemente los programas de asistencia social.
Agustin Salvia, el director del Observatorio de la Deuda Social expresó a Infobae que "el aumento de los planes sociales no es nueva ya que más del 30% de los hogares urbanos esta asistido por estos programas y esto esta relacionado con la falta de empleo".
Para el investigador de la UCA estos programas vienen creciendo de manera ininterrumpida desde 2007 y lo hacen mucho más en la etapa de estancamiento productivo.
De hecho se supo que el programa Empalme que quiso imponer el gobierno de Macri para dar trabajo genuino a los beneficiarios de planes sociales por medio de un traspaso de los planes a las empresas fue un gran fracaso: menos de un 5% de los beneficiarios lograron pasar a los empleos formales en empresas ya que no contaban en su gran mayoría con capacitación o nivel de estudios adecuado.
"Este gobierno hizo mejoras a los programas sociales ya sea ampliando las transferencias como hizo un esfuerzo en captar a los sectores donde la AUH no había llegado aunque todo esto hace que nadie pueda vivir en holgura. Sólo se crea un colchón para no caer en situación de indigencia", finalizó Salvia.
Por Martín Dinatale /INFOBAE