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miércoles, 13 de enero de 2021

Los empleados de Google crean su primer sindicato

 

¿Quién dice que los sindicatos son una figura obsoleta? Más de 225 de trabajadores de Google y otras empresas del grupo Alphabet anunciaron este lunes la creación de su primer sindicato, un gesto pionero entre la élite tecnológica de Silicon Valley, históricamente alejada de las políticas sindicales y la negociación colectiva a causa de los elevados salarios y beneficios laborales.

Tras un año de organizaciones en secreto, los trabajadores anunciaron este lunes la creación del Alphabet Workers Union, un gremio afiliado a la organización Communication Workers of America (CWA), referente nacional en el ámbito de las telecomunicaciones, los videojuegos y los medios de comunicación. "Vamos a proporcionar una estructura sostenible para asegurar que se respeten los valores que compartimos como empleados de Alphabet", dijo Nicky Anselmo, un gerente de programas citado por la CWA.

Después de un año de organización en secreto, 226 empleados de Google anunciaron lo que para muchos parecía imposible: la formación de un sindicato al interior de una de las empresas más grandes y poderosas del mundo. En apenas una semana ya son más de 700 afiliados y van por más. El gremio, denominado Alphabet Workers Union (AWU), es el primero abierto a todos los empleados y contratistas de cualquier compañía de Alphabet, multinacional estadounidense cuya principal filial es Google. Los miembros de AWU pagarán cuotas mensuales, elegirán una junta directiva y tendrán representantes permanentes. La mayoría de sus integrantes son de cuello blanco: ingenieros de software, desarrolladores y programadores altamente calificados, muy bien remunerados y ubicados en una región antisindical por excelencia, Silicon Valley

Según avanzó The New York Times , el sindicato de Google quiere ir más allá de las condiciones laborales. Quiere abordar cuestiones como el acoso sexual, discriminaciones por razón de género o de raza en el trabajo y también tratar cuestiones éticas sobre la compañía, como sus políticas de privacidad o posibles abusos de posición dominante en el mercado. Según el rotativo, el sindicato recoge el malestar que hasta la fecha canalizaban movimientos activistas creados por trabajadores de varias empresas tecnológicas. 

Empleados de otras compañías como Amazon, Salesforce o Pinterest se han manifestado por cuestiones similares en los últimos años. De hecho, millares de trabajadores de Amazon en Alabama abordarán la creación de un sindicato durante los próximos meses. Por este motivo, está lejos de conseguir el reconocimiento formal como figura de negociación colectiva en Estados Unidos. La ley exige que estén representados al menos el 30% de los trabajadores de un centro de trabajo o de una división en concreto.

El sindicato ha abierto las puertas a todo el mundo. De momento, entre los primeros afiliados destacan ingenieros, comerciales, administrativos y trabajadores vinculados al proyecto del coche autónomo. La mayoría trabajan en Silicon Valley y el resto se encuentra en Nueva York, Massachusetts y Colorado.

Cerca de 200 empleados de Google y otras compañías de su matriz Alphabet anunciaron la creación de un sindicato, tras un año reuniéndose en secreto por temor a represalias, según informó la organización sindical Communication Workers of America (CWA), una de las mayores organizaciones gremiales de Estados Unidos con más de 700.000 miembros

Actualmente, casi la mitad de los 120.000 trabajadores de Google en compañías de Alphabet son empleados temporales, contratistas o subcontratistas que no tienen los beneficios que gozan los empleados a tiempo completo.  Don Trementozzi, presidente del área local de CWA, indicó que su organización "es un gremio democrático, conducido por los miembros, con experiencia en la formación y el sustento del poder de los trabajadores en algunas de las empresas más grandes de Estados Unidos".

La creación de este sindicato viene a romper una tendencia a la baja de afiliación sindical en Estados Unidos. En 2019, sólo un 10% de los trabajadores estadounidenses estaban sindicados, al tiempo que se han ido deteriorando las condiciones y las perspectivas de la clase media. 'The New York Times' indicó que el nuevo gremio "abre una rara cabeza de playa para los organizadores sindicales en Silicon Valley, un ambiente decididamente anti gremial".

"Esperamos que Google respete nuestro derecho de organización laboral y la companía esté dispuesta a colaborar con nosotros para negociar las condiciones laborales", advierte Morales, quien llegó desde Guatemala a Estados Unidos para desarrollar su carrera en el campo de la tecnología. "Una de las razones por las cuales el sindicato se creó es precisamente para obtener la atención de la companía y recibir una actitud receptiva de la companía hacia los deseos de los empleados. Confio que en cuanto más crezca el sindicato, tendremos más poder para negociar y tener la recepción de la compañía a nuestros deseos como empleados", advierte Morales.

La afiliación de los trabajadores estadounidenses ha disminuido desde un 35 por ciento en 1954 a un 20 por ciento en 1984 y un 10 por ciento en 2019 de acuerdo a la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos. Este nuevo gremio abre una esperanza para la organización sindical en la burbuja de Silicon Valley. "No estoy tan preocupada como emocionada de que las cosas puedan cambiar este año", asegura Muthukumar. Para esta mujer nacida en Chennai, "muchos otros trabajadores tecnológicos y de cuello blanco se darán cuenta de que un sindicato podría serles útil, y eso nos permitirá ver una expansión de los derechos de los trabajadores y la solidaridad en otras industrias también".

Fuente: web lavanguardia.com , P12, et al

viernes, 13 de noviembre de 2020

El Atlas de la revolución digital: del sueño Libertario al capitalismo de vigilancia

 


El Atlas de la revolución digitaltal como su nombre lo indica, COMPILA decenas de artículos sobre cómo internet cambió nuestra vida y es una suerte de cartografía que nos permite entender mejor ese mundo del que todos somos parte.

 Hay muchos temas que están relacionados a la tecnología y que, generalmente, no los asociamos: “Es posible pasar del enfrentamiento entre Estados Unidos y China en torno a las comunicaciones móviles y la soberanía de los datos a los desafíos de la inteligencia artificial para el mundo del trabajo, la polarización de la política, la violencia de género en línea, y los cambios que provocó internet en las relaciones afectivas, el turismo, el periodismo o la lectura, entre otros temas, sin perder de vista el panorama general y el hilo que conecta todas estas cuestiones”, explica  Pablo Stancanelli, el periodista, filósofo y editor de Le Monde

 Reseña: La revolución iniciada por la masificación de Internet y las tecnologías digitales está modificando profundamente las relaciones geopolíticas, económicas, sociales y culturales. Asociada en sus comienzos a un movimiento libertario horizontal y cooperativo, la Red de redes está siendo cooptada por las grandes corporaciones del capitalismo global y convirtiéndose en un peligroso dispositivo de vigilancia ciudadana. Un proceso que la disrupción provocada por la pandemia del coronavirus ha acelerado bruscamente. A través del análisis de destacados intelectuales, apoyado en un amplio despliegue de mapas, gráficos, infografías y cronologías, 'El Atlas de la revolución digital' constituye un aporte a la comprensión de las vertiginosas mutaciones que están cambiando el mundo tal como lo conocíamos. Una herramienta para reflexionar sobre los alcances de la revolución digital y recuperar el control sobre las tecnologías que se están apoderando de nuestras vidas.

 https://www.eldiplo.org/wp-content/uploads/2020/09/pdf-atlas-digital.pdf


domingo, 8 de noviembre de 2020

El verdadero dilema de las REDES SOCIALES: cuánto nos manipulan, cuánto nos dividen, cuánto nos reflejan ***

Un documental de Netflix impulsó el debate. Dice que separan a las familias, nos radicalizan y usan nuestros datos. ¿Y si tan solo desnudan nuestros modos de ser?

"Nada extraordinario llega a la vida de los mortales separado de la desgracia", dice el documental, como para arrancar "en clima". Desgracia, dice. Y el documental se llama El dilema de las redes sociales Ponga el título al lado de la advertencia. Listo.

Un éxito fue -es- el documental, dirigido por Jeff Orlowski, que emite Netflix. No es para menos. Se trata de gente "del riñón" de empresas como Facebook, Twitter, Google e Instagram, que se "arrepintieron" y se paran frente a la cámara a contarlo. Uno termina de verlo y se iría derecho a desinstalar cualquier red social del teléfono. Pero ¿es para tanto?

"Me fui de Google por inquietudes éticas, no sólo con Google", dice Tristan Harris, ex diseñador ético -¿?- de la compañía. "Me sentía adicto al correo electrónico y me sorprendía que no hubiera nadie en Gmail que trabajara para hacerlo menos adictivo", explicará más tarde.

¿En serio lo sorprendió eso? Parece que sí. Otro de los entrevistados se confiesa: "Pensé que era una fuerza para el bien".

Pero no era una fuerza para el bien, según el documental. A lo largo del film nos dirán que somos "adictos a los dispositivos", que hay jóvenes con "trastornos dismórficos" de Snapchat, que se quieren parecer a sus imágenes en la red; que vivimos un "capitalismo de vigilancia", que estamos en la desinformación y, claro, que la democracia está en peligro. Familias que se ignoran -todo el día con el teléfono-, fotos que circulan no se sabe por dónde, soledad, radicalización política, manipulación y de la intimidad, ni rastros. Eso muestra el documental. ¿Tiramos el teléfono al río?

"Si vamos a hacer teorías conspirativas, yo vengo observando un contramovimiento de ciertos sectores para demonizar las tecnologías", arranca Adriana Amado, doctora en Ciencias Sociales y analista en Comunicación. "No creo esa mirada que unos cerebros se sientan a ver cómo nos pueden joder la vida y entonces inventan Facebook. La sociedad también fue impulsando esas tecnologías de la conversación. ¿El botón 'Me gusta' cambió a la humanidad, o los cambios que ya venía haciendo la humanidad propiciaron el 'Me gusta'?"

Y aunque Amado y ella no llegarán a las mismas conclusiones, la investigadora Lila Luchessi, doctora en Ciencias Políticas, también lo toma con pinzas: "Es un cuco extraño porque manipula a todos menos a mí; todos creemos que los demás son manipulables menos nosotros mismos.

¿Separan a las familias?

Se sabe: una tiene ese primo al que quiere tanto. El primo pone fotos de la vacaciones de la infancia, la sombrilla en Gesell. Después sus hijos, los gatitos. Un día, una posición política que es un cachetazo. Esa contra la que peleamos. ¿Cómo vamos al próximo cumpleaños?

"Esa es la verdadera crisis", dice Amado. "Que todo lo comunicamos, todos publicamos nuestras cosas y eso hace que se develen diferencias. Y ahí se cae el gran mito del siglo XIX: la familia como estructura básica. Ahora te das cuenta que tu afinidad está más en un grupo de extraños que con la gente conocida".

Pero, ¿y si quiero seguir hablando de Gesell? "Lo que vos likeas es lo que te viene", dice Amado. "Si le das "me gusta" a las noticias te va a venir esa noticias aunque vos no coincidas. Si le das a las fotos, Facebook te va a mostrar fotos de esa persona. Las redes están trabajando mucho en esa depuración, ya depuraron cuentas falsas, publicidad política..."

Amado cree que se culpa a las redes de problemas de otro orden. "Me pasó con una amiga que descubrió que el chico estaba en un chat de suicidas y la pregunta es: ¿era el chat o la cuarentena, que lo hizo estar más en la computadora, o eran los problemas del chico? El debate que tenemos que dar es qué pasa con lo vincular. Es como la crisis de la educación: se la podemos achacar al coronvirus, pero creo que tiene que ver con que hay cosas que quedaron expuestas: los padres están viendo lo que hace la maestra, porque antes la maestra cerraba el aula".

"Siempre existe eso de ir a buscar lo que confirme lo que ya pienso", dice Luchessi. "Si tenés alguien muy crítico que te va a decir que todo lo que te pongas te queda feo, le vas a ir a preguntar a tu abuela para que te diga que todo lo que te pongas, aunque te quede horrible, te queda lindo. Me parece que los tipos de las redes funcionan sobre una cosa muy básica de la humanidad que es que todos queremos que nos quieran, que nos acepten y todos queremos tener razón. Desde ese lugar el algoritmo lo que hace es llevarte con aquellas personas que piensan que eso que vos pensás es lo razonable, es lo bello, es lo aceptable, es lo querible y a partir de ahí todo lo que no encaje es excluido. Las condiciones de otra edad existen desde que la humanidad existe, la plataforma lo que hace es acelerarlo y ponerlo de manera más bestial. Pero pertenecer a una determinada comunidad en Facebook, Twitter, o Instagram no es muy distinto a pertenecer a una tribu".

Y Luchessi señala la ira: "en las redes se elige llamar 'eliminar' y 'bloquear' a lo que hacemos con alguien que no nos gusta. Hay una elección en eso, en asimilarlo con otro tipo de cuestiones que todos reprimimos en la vida offline porque si no terminaríamos a los garrotazos. Bueno la red te permite eliminar: mi abuela decía 'te mataría', pero lo ponía en condicional. Esto es te elimino, te mato. No existís, te borré. Alguien que planifica la aplicación y que el botón se llame 'eliminar' tiene mucho de conocimiento de la psicología social, que dice que, efectivamente, te mataría".

¿Radicalizan?

Amado relativiza: "Si fuera tan burbuja uno no vería cosas que ve: todos los estudios serios hechos sobre consumos de noticias en redes sociales demuestran fehacientemente que vos tenés más pluralidad de consumos en redes sociales que en otros formatos. ¿Y dónde está dicho que uno está obligado a ver las cosas que no quiere ver?"

Luchessi no cree que sea tan grave: "En Estados Unidos tenés dos partidos políticos que compiten y en Argentina, históricamente, los partidos competitivos eran el peronismo y el radicalismo, que ahora puede expresarse en Juntos por el Cambio. No me parece tan grave en términos de alternancia que sea bipolar. Lo que sí me parece que hay que atender es la gran cantidad de haters -gente que odia, coléricos- que genera, o como se llega al extremo. Eso tiene que ver con las burbujas que se arman: si yo estoy en una microburbuja pero creo que es multitudinaria -que lo es, porque de repente tengo cinco mil amigos, que es un montón- y todos estamos de acuerdo en que no vivimos en una República, o que está el sistema en peligro... Vos a un tipo que es claramente minoritario le podés hacer creer que es mayoría y desde ese lugar puede salir a hacer algo que no haría si cree que es minoría".

Amado no se asusta: "Todos estos fantasmas de antivacunas o terraplanistas son mínimos y siempre existieron. Lo que pasa que ahora los vemos consolidados en un grupo, pero si vos ves la cantidad de seguidores que tienen no son millones, tiene mucho más seguidores el Rubius -un youtuber- pero nadie piensa que es una amenaza para la humanidad".

¿Nos manipulan?

"Hay programas -dice Luchessi- que te permiten acceder a cierto tipo de información que no es tan secreta, como geolocalizar determinados posicionamientos. Si querés medir el uso de lenguaje en Buenos Aires en época electoral, por ejemplo, incluso te va a tirar como se van agrupando los posicionamientos políticos hasta por barrio y si vas más en profundidad podés saber a quien va a votar cada uno".

-Fuerte.

LL-Pero me parece más serio cuando los Estados, para poder comunicarse con los ciudadanos, tienen que estar en este tipo de lugares: Twitter, Facebook y todo lo demás. Porque en la medida que los Estados aceptan términos y condiciones de las aplicaciones, les están diciendo a estas empresas, que son privadas y que no sabemos qué van a hacer con nuestros datos, que eso que está adentro de sus servers puede ser utilizado. Entonces una de las cosas que más me preocupa es el Ministerio de Salud: si llegamos a la digitalización de historias clínicas: ¿por qué yo le tengo que dar mi historia clínica a Marc Zuckerberg?

-¿Por qué la digitalización tiene que ver con Zuckerberg, el creador de Facebook?

LL -Cuando os aceptás términos y condiciones, estás aceptando que todo tu material pueda ser utilizado y si no lo aceptás te quedás afuera de un espacio de relacionamiento social. ¿Se van a enterar de con quién salgo? No me importa, pero por ejemplo si los bancos están en las redes no es tan confidencial su información.

Lucchesi cree, entonces, que algunos recaudos de privacidad no está mal tomar. ¿Desinstalo? "Desinstalá si tenés fotos de tus nietos, de tus hijos, fotos tuyas, si te da gusto sacarte fotos íntimas, desinstala o pasate a un disco rígido y bórralo. Siempre queda huella, siempre se puede rescatar. O por lo menos tené cuidado, tratá de saber qué puede pasar".

Adriana Amado señala: "Lo que está claro es que usan nuestros datos pero no saben lo que hace Adriana o Patricia. ¿Cómo lo sabes? Porque te siguen mandando ofertas para Uruguay dos semanas después de que fuiste, ellos saben que pusiste la palabra 'Uruguay', porque es al bulto, pero no saben qué estás haciendo".

-¿No saben?

AA -Por ahora esos sistemas son tontos, tienen grandes números, grandes tendencias pero no pueden identificar a cada uno. ¿Y lo van a poder hacer? Es tan caro llegar a tu comportamiento que deberías ser no sé quién para que justificara el dinero que implicaría desagregar cada dato y ver el comportamiento individual. ¿Es riesgoso estar en comunidades que manejan los grandes números, que pueden seguir la inteligencia colectiva?

-¿Es peligroso?

AA -No sé si stá tan mal. La inteligencia colectiva está trayendo muy interesantes temas al debate que estaban clausurados, como el tema del género, el tema del medio ambiente, el tema del racismo. Con lo cual en el dilema yo sigo viendo ganancias.

El fantasma del algoritmo

¿Hay una fórmula, un programa, que nos sigue, se alimenta de todas nuestras decisiones electrónicas, predice lo que haremos y se lo dice a grandes empresas o a los gobiernos? En el documental de Netflix, dos personas que van a mirando a los protagonistas y mandándoles estímulos "son" el algoritmo. ¿Y en la vida?

"La tecnología no es nefasta en sí misma o grandiosa en sí misma -dice Luchessi-, es qué hacemos nosotros con ella. El documental es un tanto ingenuo en algún punto, pero es cierto que la mayoría de la gente no tiene las herramientas básicas como para saber que acceden a tus datos, que pueden manipularte un poquitito, cambiarte un poco la percepción. A mí me parece que lo más complicado que tienen las redes es la posibilidad del cambio de percepción".

"Algunas de las cosas que el documental plantea son ciertas, no creo que sean catastróficas pero son ciertas", dice Adriana Amado. Habla del uso de los algoritmos. "Veo tutoriales de Drag queens, porque me encanta cómo se montan las pestañas postizas. Entonces me mandan ofertas de maquillaje... En lugar de enojarme con YouTube tendré que ver qué estoy viendo. También hay que empezar a entender que uno es su propio algoritmo. Porque yo te miento cuando me hacés una encuesta, me hago la inteligente acá cuando hablo con vos, pero después abrís mi YouTube y vas a ver las tonterías a las que dedico mi tiempo. El algoritmo se ha convertido en nuestro espejo más devastador.

***   Patricia Kolesnicov 

https://www.netflix.com/ar/title/81254224

miércoles, 4 de diciembre de 2019

La VIGILANCIA omnipresente por parte de FACEBOOK y GOOGLE supone una AMENAZA sistémica para los derechos humanos según Amnistía Internacional


La vigilancia omnipresente de miles de millones de personas por parte de Facebook y Google supone una amenaza sistémica para los derechos humanos, ha advertido Amnistía Internacional en un nuevo informe en el que pide una transformación radical del modelo de negocio principal de los gigantes de la tecnología.
"Gigantes de la vigilancia" explica cómo el modelo de negocio basado en la vigilancia de Facebook y Google es intrínsecamente incompatible con el derecho a la privacidad y supone una amenaza sistémica para una serie de otros derechos, como la libertad de opinión y expresión, la libertad de pensamiento, y el derecho a la igualdad y la no discriminación.
"Google y Facebook dominan nuestras vidas modernas, acumulando un poder sin precedentes sobre el mundo digital al recopilar y monetizar los datos personales de miles de millones de personas. Su insidioso control de nuestras vidas digitales socava la esencia misma de la privacidad y es uno de los desafíos que definen los derechos humanos en nuestra era", ha manifestado Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional.
Mientras que otras empresas de las grandes tecnologías – incluyendo Apple, Amazon y Microsoft – han acumulado un poder significativo en otras áreas, son las plataformas propiedad de Facebook y Google las que se han convertido en fundamentales para que la gente se involucre e interactúe entre sí – efectivamente una nueva plaza pública global.
Los gigantes de la tecnología ofrecen sus servicios a miles de millones de personas sin cobrarle a los usuarios. En cambio, los individuos pagan por los servicios con sus datos personales íntimos, siendo constantemente rastreados a través de la web y en el mundo físico también, por ejemplo, a través de dispositivos conectados. Esta recopilación y análisis de los datos personales de las personas a una escala sin precedentes es incompatible con todos los elementos del derecho a la privacidad, incluida la libertad de intrusión en nuestras vidas privadas, el derecho a controlar la información sobre nosotros mismos y el derecho a un espacio en el que podamos expresar libremente nuestras identidades.
Las plataformas de Google y Facebook están respaldadas por sistemas algorítmicos que procesan enormes volúmenes de datos para facilitar características increíblemente detalladas sobre las personas y dar forma a su experiencia en línea. Posteriormente los anunciantes pagan a Facebook y Google para obtener estos datos y poder dirigirse a las personas con publicidad o mensajes específicos. El escándalo de Cambridge Analytica puso de manifiesto la facilidad con la que los datos de las personas pueden ser mal utilizados de forma imprevista con el objetivo de manipularlos e influir sobre ellos.
Los gobiernos deben tomar medidas urgentes para revisar el modelo empresarial basado en la vigilancia y protegernos de los abusos de los derechos humanos de las empresas, incluso mediante la aplicación de leyes sólidas de protección de datos y la regulación efectiva de las grandes tecnologías de acuerdo con la legislación sobre derechos humanos.
Como primer paso, los gobiernos deben promulgar leyes que garanticen que las empresas, entre ellas Google y Facebook, no puedan condicionar el acceso a sus servicios a que las personas "den su consentimiento" para la recogida, el tratamiento o la puesta en común de sus datos personales con fines de marketing o publicidad. Las empresas como Google y Facebook también tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos dondequiera y como quiera que operen.
https://www.amnesty.org/download/Documents/POL3014042019ENGLISH.PDF    

lunes, 29 de enero de 2018

Las redes te estudian tu perfil


Google, Instagram, Twitter, Netflix y YouTube descubren el perfil de los argentinos en Internet. Con el uso de las redes sociales, millones de argentinos dejan sus huellas digitales en Internet, búsquedas de todo tipo de información, consumos de películas y series, publicación de fotografías y videos y discusiones en foros y redes sociales.
Todas las interacciones forman un gigantesco depósito de información que las empresas que proveen esas herramientas analizan minuto a minuto y así les permiten trazar un perfil de los argentinos y su actividad en la red, sustentado en “datos duros”.
A fines de 2017 Google presentó “El año en búsquedas”, su resumen anual detalló cuáles fueron los temas que despertaron mayor interés entre los argentinos durante este 2017.
Las elecciones legislativas, la búsqueda del submarino ARA San Juan y la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, luego de la represión de Gendarmería Nacional a una protesta mapuche en Chubut, encabezaron la lista de los términos que registraron un mayor crecimiento el año pasado. No faltaron tampoco las novedades del año como el juguete que hizo furor durante la primera mitad del año, el “spinner”, o el hit musical “Despacito”. Y de cara a 2018, el Mundial de Rusia ya comenzó a crecer impulsado por búsquedas del fixture y los partidos clasificatorios.
Los partidos y amistosos de la etapa clasificatoria y la hazaña de Perú frente a Nueva Zelanda para alcanzar la clasificación tras 36 años sin Mundial también despertaron el interés de los usuarios de Internet en la Argentina, en especial de la comunidad peruana que vive en el país.
El informe ofrece una perspectiva única de los principales eventos del año con base en las búsquedas de mayor crecimiento realizadas en el país en diferentes categorías.
Una  de las listas más curiosas es la de los términos más buscados con “Qué”: en este caso, fue liderada por la enfermedad de Asperger, seguido de aneurisma, además del mencionado “spinner”.
“Qué significa ATR” (un modelo de avión francés que usará la aerolínea Avianca en el país), y otras preguntas electorales, como “Qué pasa si no voto”, “Qué son las PASO”, y “Qué se vota el 22 de octubre”.
Algo similar sucedió con las búsquedas precedidas por “Cómo”. “Cómo saber dónde voto”, “Cómo saber si estoy afiliado a un partido”, aunque en el podio se metió la gastronomía, con “Cómo hacer huevos de pascua”.
Entre tanta información, se pudo saber que la Argentina está en el séptimo lugar en el mundo donde los usuarios ven Netflix todos los días. Hubo un usuario argentino que vio “Buscando a Nemo” 287 veces en 2017. El usuario promedio vio 60 películas en Netflix este año.
Mientras que Las fechas más “instagrameadas” fueron los días de la madre, del niño, del amigo y del padre y el 9 de marzo, el día después del superclásico que River Plate ganó a Boca Juniors en la Bombonera.

Publicado en la website de Foetra