Felipe Vallese representa la Resistencia Peronista. A 50 años de su secuestro es justo resaltar su figura en nombre de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Felipe Vallese comprendió el peronismo y la dignidad que este les dio a los trabajadores. Con tan sólo 18 años fue elegido delegado metalúrgico, no sólo por su actividad gremial sino también por su lucha incansable por el regreso de Perón.
Por esas razones fue desaparecido con una metodología que después se transformaría en un plan sistemático para terminar con el país que se inició el 17 de octubre del '45.
La Juventud Sindical rescató su figura hace dos años junto a Néstor Kirchner y lo vuelve a realizar hoy. Recordar de ninguna manera es un ejercicio individual, sino una tarea colectiva que nos proponemos como generación de militantes gremiales.
La Juventud Sindical rescató su figura hace dos años junto a Néstor Kirchner y lo vuelve a realizar hoy. Recordar de ninguna manera es un ejercicio individual, sino una tarea colectiva que nos proponemos como generación de militantes gremiales.
Héroe, mártir o militante serían adjetivos fáciles, pero debemos ser justos con Vallese. Y comprenderlo como un símbolo de la epopeya que fue la Resistencia. Para homenajearlo es necesario zambullirse en las entrañas del Movimiento Nacional del cual emergen las gestas populares, realizadas por hombres y mujeres anónimos que no tienen voz en forma individual. Queremos traer a uno de esos del montón, no a un mito. Felipe Vallese fue un joven peronista, delegado de base, hombre de su tiempo, hijo del Movimiento Nacional y hermano de millones de trabajadores de una generación, templada en la lucha y el sacrificio.
Recordar a Vallese es recordar a Gustavo Rearte, Dardo Cabo, Cacho El Kadri, Jorge Di Pascuale, Amado Olmos y miles de hombres y mujeres. Uno de los tantos que permitió con su lucha que se mantuviera viva la llama del peronismo. Recordarlo es revivir al pueblo insumiso, que viene peleando generación tras generación, adquiriendo conciencia, organizándose cuando se lo permiten y peleando cuando se lo niegan.
El ejemplo de Vallese demuestra algo que algunos prefieren esconder y es que la Historia, al final de cuentas, sólo pueden construirla los pueblos.