Mostrando las entradas con la etiqueta Fondos Buitre. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Fondos Buitre. Mostrar todas las entradas

domingo, 11 de noviembre de 2012

Nuestro FONDO BUITRE Kriollo


Todos los fondos buscan ganar lo que más puedan. También los fondos buitre. Pero hay una diferencia: los buitres compran bonos o acciones de países y empresas en bancarrota. Su nombre es una metáfora que los equipara a aves carroñeras que sobrevuelan esperando lanzarse sobre un Estado o una compañía que se debilita rápidamente.
Del que más se habla hoy entre nosotros es de NML Elliot, del norteamericano Paul Singer: logró embargar nada menos que la Fragata Libertad, retenida hace ya 40 días en un puerto de Ghana. Y tiene al Gobierno contra las cuerdas en la justicia de Nueva York.
Elliot adquirió títulos argentinos a precio de remate, no entró a ninguno de los dos canjes y pretende cobrar el 100% de su valor. El ministro Lorenzino ha dicho que el Gobierno nunca le pagará a un fondo buitre y el juez Griesa le respondió que sancionará a la Argentina si no acata los fallos y no reconoce la deuda.
Los fondos buitre tienen acá la peor prensa y Cristina Kirchner lo aprovecha para exacerbar el sentimiento nacionalista en el frente interno: "Lo que me duele y conmociona es que haya argentinos que se pongan al lado de los fondos buitre", dijo el viernes.
Sin embargo, la Presidente no trata de la misma manera a un fondo que, a todos los efectos, resultó un enemigo de la Patria, tanto o más que Elliot. Adquirió sin poner un peso el 70% de las acciones de una empresa estratégica que estaba quebrada. Luego consiguió que un ministro y la principal autoridad tributaria le otorgaran condiciones excepcionales para salir de la quiebra. Y más adelante, jugosos contratos con el Estado.
Cuando las maniobras salieron a luz, el antiguo ministro logró echar a tres funcionarios judiciales.
Y que la empresa fuera estatizada, con la complicidad del Poder Legislativo, para tapar el escándalo. Así se le abrió la posibilidad de ganar un reclamo ante la Justicia y hacerse de nuevos fondos, que pagarán todos los ciudadanos.
Por si el lector todavía no lo descubrió, el fondo buitre es The Old Fund, la empresa que compró a precio vil y estaba quebrada es Ciccone. El ministro es el actual vicepresidente Boudou. La autoridad tributaria es Echegaray, el jefe de la AFIP. Y los funcionarios judiciales son el ex procurador Righi, el juez Rafecas y el fiscal Rívolo.
Ningún fondo buitre ha exhibido aquí tanta influencia: The Old Fund llegó a conseguir un contrato para imprimir billetes. Y pese a que el increíble combo de política y corrupción fue descubierto, los argentinos aún ignoramos quiénes son los dueños del fondo nac&pop.

Duele esta mentira: