domingo, 22 de marzo de 2020

El Enacom aconseja el "uso responsable de internet"




En el marco de la cuarentena obligatoria, el ente remarcó que se trata de una "herramienta especial" que permite "trabajar, estudiar y mantenernos conectados e informados".

El Ente Nacional de Comunicaciones lanzó una serie de recomendaciones orientadas al uso de Internet durante la cuarentena por el COVID-19.
Utilizar las líneas fijas para llamadas de voz.

Utilizar SMS (mensajes de texto) en vez del whatsapp para la mensajería instantánea.
Evitar las comunicaciones vía streaming o videollamadas y de ser necesarias minimizar la calidad de transmisión.
Evitar el envío de materiales que no son de suma necesidad.
Ser precisos en los mensajes para no generar idas y vueltas innecesarias.
Utilizar racionalmente plataformas en línea que implican un gran consumo en la red.
No viralizar cadenas o informaciones no verificadas.
Además, el Enacom advierte seguir únicamente las recomendaciones brindadas por los medios oficiales del Gobierno Nacional, Provincial o Municipal

sábado, 21 de marzo de 2020

Los Trabajadores de las Telecomunicaciones de Argentina en las Redes Sociales!!



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Los trabajadores de las telecomunicaciones tenemos varios espacios para divulgar información, conocimientos, opiniones, reclamos, sugerencias, denuncias e  imágenes y vídeos del ámbito laboral de nuestra especialidad y también de aquellos acontecimientos del contexto social de nuestro país; priorizando la pluralidad, el respeto por la diversidad y el sostenimiento del sistema democrático

Te esperamos….

Anticipo de Haberes Marzo 2020 (Telecom)


viernes, 20 de marzo de 2020

COVID - 19 : Alberto Fernández anunció la cuarentena total hasta el 31 de marzo

 Coronavirus: Alberto Fernández anunció la cuarentena total hasta el 31 de marzo

El Presidente recibió a los gobernadores provinciales para coordinar una cuarentena total en el país e intentar achatar la curva de infectados por coronavirus. La medida rige desde las 0 horas del viernes hasta fin de mes.

El aislamiento obligatorio que dispuso Alberto Fernández para enfrentar al coronavirus rige hasta el 31 de marzo. Toda la población debe permanecer en su casa y sólo puede desplazarse en su barrio para la compra de productos esenciales. Hay excepciones para garantizar que nada falte. En las calles hay poco movimiento

 

https://www.youtube.com/watch?v=5CK8txEL2iQ&feature=youtu.be

 

Dnu

https://drive.google.com/file/d/1V_MvOuJAjAShfDFVOg0DKEhUpm53Mg61/view

jueves, 19 de marzo de 2020

martes, 17 de marzo de 2020

Feliz Dìa del Telefónico : Trabajador de las Telecomunicaciones






Día del Telefónico: 1975
Impreso en blanco y negro, está subdividido en dos partes. A la izquierda, con una imagen de un festival, se lee: "El telefónico. Boletín informativo-FOETRA (...) 20.000 telefónicos reunidos celebramos nuestro día y el 27 aniversario de la nacionalización del los teléfonos (...)". A la derecha, se lee: "Día del telefónico. 1948-18 de marzo-1975. 27° Aniversario de la Nacionalización de los teléfonos por el teniente General Perón. (...)".
Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA)-Sindicato Buenos Aires.

18 de Marzo - Día del Trabajador de las Telecomunicaciones

domingo, 15 de marzo de 2020

Albert Camus y "La peste". Algunas lecciones / Por Rogelio Alaniz


I
Leí "La peste", de Albert Camus, hace muchísimos años. Después, a la novela la debo de haber releído tres o cuatro veces, porque se trata de un libro al que siempre se le puede encontrar algo nuevo, un costado, una arista que no tuvimos en cuenta en su momento o que no estábamos preparados para tener en cuenta. "La peste", Camus la escribió en 1947, cuando la guerra mundial había finalizado hacía dos años, esa guerra que en Francia incluyó la ocupación nazi, el colaboracionismo de muchos franceses y que lo contó a Camus entre quienes resistieron esa ocupación. Los críticos nunca se pusieron de acuerdo -probablemente no haya manera de hacerlo- si "La peste" de Camus es una metáfora acerca de la ocupación nazi en Francia, si es una crónica sobre una peste efectiva ocurrida en Orán en el siglo XIX, o si es un "pretexto" para debatir acerca de la condición humana y en particular acerca de Dios, su presencia, su ausencia o su silencio. La riqueza del libro es probable que resida precisamente en esa ambigüedad.
II
La novela se inicia describiendo una ciudad de Orán donde sus habitantes realizan su habitual vida cotidiana: trabajan, pasean, toman café, leen los diarios, se aman y se pelean, se divierten y se aburren. De pronto, una rata muerta. Luego, más ratas muertas. Y antes de los diez días el primer hombre muerto. La peste ha llegado. Claro, hay que tomar medidas. Y comienzan las dudas. No hay que alarmar, dicen algunos. Pasará pronto, dicen otros. El "pueblo" ignora o se empeña en ignorar. Mientras tanto las víctimas crecen. La peste ha llegado y no hay manera de eludirla. Cuarentena. Estricta cuarentena. Nadie puede entrar o salir de la ciudad. Por supuesto, hay protestas. Están los que se resisten a aceptar algo que "cayó del cielo" y que amenaza sus vidas. No puede ser, si hasta ayer al día le sucedía la noche, y a la noche el día y todo trascurría como Dios manda. De pronto, la peste. Lo mejor y lo peor de los hombres se empieza a manifestar. La peste, por decirlo de alguna manera, nos pone a prueba. Y en ello nos va la vida.
III
¿Qué decir y qué hacer? No hay una exclusiva respuesta. El doctor Bernard Rieux decide cumplir con su deber de médico. Darle la lucha a la peste sin medir riesgos. No pretende la Salvación porque no es creyente, pero pretende salvar vidas. Tampoco pretende la felicidad con su gesto, porque la felicidad está con su mujer y ella no vive en Orán, vive en otra ciudad y está enferma. No es una apestada, pero está enferma. Rieux tiene la oportunidad de abandonar a Orán para acompañar a su esposa, pero decide quedarse. Su imperativo moral laico así se lo exige. El padre Paneloux, sacerdote jesuita habla. Lo hace a través de un sermón. Esta sociedad frívola, indiferente, una sociedad que supone que la relación con Dios solo se establece yendo a misa los domingos, ahora se encuentra con el rostro de Dios. "No se han acercado a Dios, pero Dios se acerca a vosotros con su rostro más severo". Son culpables, dice el cura. Raymond Rambert es un periodista francés que ha llegado a Orán para hacer unas crónicas sobre la vida de la ciudad. Es joven, está enamorado y su novia lo espera en París. De pronto la cuarentena. No puede salir de la ciudad. No puede ir al encuentro de la felicidad. ¿Por qué renunciar a ella? Lo conversa con Rieux. ¿El deber o la felicidad? Rieux no predica. Pero insiste que él se queda, no se va. Lambert está decidido a coimear a policías. Finalmente se queda. La felicidad vale, pero en ciertos momentos hay imperativos más fuertes que la felicidad.
IV
No todos son comportamientos nobles. La peste enriquece a comerciantes que especulan con el dolor y la muerte. Monsieur Tarrou está a punto de ir preso, pero la emergencia lo deja libre. Para él, la peste es la libertad. Si ella se fuera, su lugar sería la cárcel. Se coimea, se chantajea, se merca con el dolor. Se roba. Las burocracias políticas hacen lo que pueden. Y lo que se puede hacer nunca alcanza. El pueblo se somete o se resigna a la desgracia. Obedece, no por convicción, sino por miedo o falta de alternativas. La peste se impone. Los muertos se multiplican. Y además, no se sabe muy bien qué hacer con los muertos que han desbordado los cementerios.
V
El padre Paneloux y Rieux discuten. El sacerdote jesuita y el médico; el hombre de fe y el científico. Paneloux insiste en la culpa de una sociedad indiferente, consumista y frívola, aunque no va a renunciar al compromiso. Se arriesga y al riesgo lo va a pagar con su vida. Paneloux está en los hospitales, visita en sus domicilios a los enfermos. Hay un momento intenso en que la relación entre Paneloux y Rieux. Un niño muere después de sufrir atrocidades. "Este por lo menos era inocente. Bien lo sabe usted, padre", le dice al sacerdote. Paneolox le responde: "Debemos amar lo que no podemos comprender". Y la respuesta de Rieux: "No puedo admitir una Creación en la que los niños sufran". Paneloux lo escucha y piensa: "Estoy empezando a comprender lo que es la Gracia". El cura empieza a cambiar. Ya no dice "Vosotros" sino "Nosotros". Y en uno de sus sermones más dolorosos, él, que de alguna manera predicaba la aceptación de la tragedia porque éramos culpables, ahora convoca a resistir la peste, a quedarse en la ciudad y dar la lucha.
VI
El duelo entre el médico y el sacerdote continúa. Ahora se habla del silencio o de la ausencia de Dios, ¿Por qué permite esta tragedia? ¿Por qué creer en un Dios que calla, que no se manifiesta? Para Rieux no hay otra alternativa que luchar contra la muerte sin levantar la vista al cielo donde mora un Dios que calla. El sacerdote insiste en luchar y rezar. "Es preciso luchar, pero también ponerse de rodillas... la Salvación lo exige.". El médico admite que no pretende tanto, que la Salvación lo excede, que se conforma en principio con salvar vidas. "No voy tan lejos como es la Salvación, por lo pronto es la salud lo que me importa... no creo en Dios ni en el más allá, pero creo en los valores humanos. Se trata de ser honesto, no heroico". Entonces el periodista Lambert le pregunta: "¿Qué es la honestidad?". La respuesta de Rieux es sencilla y práctica: "Hacer bien mi oficio, salvar vidas". Tácitamente, el periodista, el médico y el sacerdote refuerzan la convicción de trabajar juntos por algo que los une más allá de las blasfemias y las plegarias.
VII
En algún momento la peste se retira. La ciudad recupera su ritmo. El cielo recupera su azul; el sol, su brillo, y la noche las estrellas. La gente sale de sus casas, se encuentra en la calle. Los enamorados se aman, los padres abrazan a sus hijos, a la noche se abren los locales de fiesta. La vida reinicia su rutina. Pero también hay luto. Rieux, el héroe de la lucha contra la peste, se entera que su mujer, su querida mujer ha muerto en el sanatorio a muchos kilómetros de distancia. También ha muerto en Orán su mejor amigo. El "héroe" ha perdido en pocos días lo que más importa en la vida, lo que le da sentido, lo que la justifica: el amor y la amistad. Sin embargo, Camus insiste: "Hay en los hombres más motivos de admiración que de desprecio". 
VIII
Cerremos por ahora el libro. Él nos habla de la peste en 1947. Nosotros padecemos una pandemia que -quisiéramos creer- no matará con la contundencia de la peste bubónica. El mundo de 1947 salía de la guerra y de la pesadilla de los nazis y empezaba a globalizarse. Hoy estamos globalizados y la peste se manifiesta como pandemia. Hay más herramientas para enfrentarla, pero ya no se reduce a una ciudad porque su escenario es el mundo. El mundo ha cambiado, pero la condición humana con sus miserias y sus grandezas, con su heroísmos y sus miedos, persiste. Como diría Camus, la peste no se va nunca, puede ocultarse, pude quedar suspendida, agazapada, acechando, pero siempre está y en algún momento regresa. Y nos pone a prueba. De pronto la seguridades, las certezas, parecen esfumarse. ¿La peste es la manifestación del pecado original por el cual siempre tendremos que rendir cuentas? ¿Llega para recordarnos nuestros límites, nuestra condición de mortales, la certeza de que estamos condenados a muerte desde nuestro nacimiento? Camus intenta elaborar algunas respuestas a estos interrogantes: "Todo lo que el hombre puede ganar al juego de la peste y de la vida, es el conocimiento y el recuerdo". Después, como diría Rieux, seamos honestos y hagamos lo que corresponda. 
Noticia de: www. El Litoral

miércoles, 11 de marzo de 2020

La CGT evita confrontar: aceptó prescindir de las cláusulas gatillo y tolerará sumas fijas en paritarias


En una reunión de la "mesa chica", la Central le dio crédito al pedido del gobierno de llegar a acuerdos parciales que acompasen las negociaciones con los acreedores internacional y sin indexación por inflación. Al mismo tiempo buscan agilizar el giro de fondos de la deuda con las obras sociales y ofrecer una central homogénea detrás del gobierno.
En la sede de UPCN se reunió este martes el organismo informal que, en los hechos, conduce la CGT desde hace varios meses. Se trata de la denominada "mesa chica" liderada por el binomio de conducción integrado por Héctor Daer y Carlos Acuña.
Además de los principales dirigentes del Consejo Directivo en funciones, la mesa reagrupó al taxista Omar Viviani (con llegada directa a Mónica Risotto, funcionaria clave en el ministerio de Trabajo), al ferroviario Sergio Sasia y al telefónico Osvaldo Iadarola.
Se trata de tres dirigentes de peso que no integraron el Consejo Directivo electo en agosto de 2016 y que estaban agrupados en el ahora extinto Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) pero que comenzaron a confluir con el binomio de conducción una vez que se produjo la renuncia de una veintena de dirigentes ligados al moyanismo durante 2017 y 2018.
También formó parte del convite en la sede del sindicato liderado por el estatal Andrés Rodríguez el ex triunviro Juan Carlos Schmid a pesar de su renuncia en 2018 y su difuso alineamiento con los movimientos sociales y con la CTA Autónoma de Ricardo Peidró. La invitación podría explicarse a partir de que, en pocas semanas, se dirimirá la renovación del cargo que ostenta como titular de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). Esa elección oficiará de antesala de la renovación de autoridades de la CGT pautada para agosto. En la CATT intervienen dirigentes y sindicatos alineados con prácticamente todas las vertientes que militan dentro de la CGT incluyendo el otrora opositor Frente Sindical para el Modelo Nacional. Una prueba de fuego para la mentada unidad que pregonan los dirigentes y que resulta clave para la contención necesaria para garantizar la gobernabilidad que el ejecutivo necesita en el actual contexto de austeridad.
Deuda, cláusulas gatillo y paritarias "libres"
La cita abordó el análisis de la coyuntura económica en general signada por la negociación con los acreedores de la deuda externa y, en particular, por la ronda de discusiones paritarias que están en curso.  Allí la mesa chica consideró aceptar la eliminación de las cláusulas gatillo que pregona el gobierno y aceptar cierres parciales para acompasar la negociación con los acreedores internacionales, aunque cuestionó la generalización de las sumas fijas y, en su reemplazo, sugerirá un mecanismo con pisos y techos porcentuales.
La actitud dista de las declaraciones realizadas días atrás por algunos dirigentes que participaron de la reunión. Por caso, Omar Maturano de La Fraternidad había "corrido por izquierda" a Hugo Yasky, que se había adelantado en el aval a la eliminación de esas cláusulas de indexación automáticas: "Si vamos a resignar la responsabilidad que tenemos como dirigentes sindicales más vale que cerremos todo y nos pongamos a jugar a la política", sostuvo y, en referencia al posicionamiento del líder de la CTA, continuó, "si no defendemos la vigencia de las paritarias, con cláusula gatillo o revisión concreta y que los jubilados merecen un aumento acorde a la crisis, estamos pifiando feo."
El concepto que primó en la mesa chica es el de pregonar formalmente por "paritarias libres" y que "cada sector negocie por las suyas, sin condicionamientos". Bien leída, la estrategia implica reforzar el poder de negociación de los gremios más fuertes y debilitar a aquellos ligados al sector público o en sectores en crisis. Con todo, para la CGT pretende ser un gesto para marcar un leve distanciamiento con el gobierno.
Roces internos
Al interior de la central la posición con relación al gobierno no es del todo homogénea. De hecho, la reunión se enrareció cuando Carlos Acuña, integrante del binomio que conduce la central y referenciado en el bloque político de Sergio Massa, desafió a su par Héctor Daer a que le explicara "en carácter de que" fue a la cita que mantuvo a solas con el presidente y que no compartió con los miembros de la mesa chica: "Nosotros no sabíamos nada", le dijo. Daer, cortante e incómodo le señaló que fue como "amigo". Horas antes de la mentada reunión, el líder de los estacioneros, Acuña, había criticado duramente al gobierno planteando que no veía "que se preocupen mucho por la deuda interna" y polemizando con el concepto esgrimido por el ejecutivo acerca de que las cláusulas gatillo serían eliminadas porque "indexan la economía". Desafiante, señaló: "pareciera que los responsables de la inflación fueran los salarios". 
Sin embargo, horas después, el secretario de prensa de la CGT, Jorge Sola, había señalado a este diario que "lo que vale es la reunión de Alberto con la CGT a través de Héctor Daer", dándole a la misma un rango oficial y no de carácter amistoso o personal.
Fumata blanca
Con todo, esos roces no impidieron que en la reunión se unificara el discurso cuestionando el paro agrario, promoviendo una lista unitaria para las elecciones de agosto (aunque sin la presencia de dirigentes ligados al opositor FreSiMoNa) y, sobre todo, reclamando al gobierno que se aceitaran los mecanismos para saldar la deuda que arrastra el Estado desde el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con las Obras Sociales por un monto estimado en unos $15 mil millones.
De la cita, sin embargo, no emanó ningún comunicado oficial porque, está dicho, el convite tuvo un carácter informal. Se espera que sea el jueves 19 de este mes, o a lo sumo el jueves posterior, cuando se reúna el organismo de conducción y fije una posición pública frente al escenario político y económico.
La caída del poder adquisitivo de los salarios durante la era Cambiemos acumuló casi un 20%. Por el momento, sin embargo, no ha habido medidas ni acuerdos paritarios que indiquen una recuperación del salario hacia atrás. Tampoco garantías de que los salarios no queden relegados hacia adelante.
La conducción de la CGT tendrá que hamacarse en un equilibrio inestable entre su vínculo con el gobierno, sus contradicciones internas y las reivindicaciones cada vez más acuciantes de los trabajadores que dicen representar. La conducción de la CGT tendrá que hamacarse en un equilibrio inestable entre su vínculo con el gobierno, sus contradicciones internas y las reivindicaciones cada vez más acuciantes de los trabajadores que dicen representar.
Fuente Tiempo Argentino