miércoles, 18 de abril de 2018
Las estrellas del congreso mundial del móvil **
domingo, 15 de abril de 2018
1968: el año en que cambió el mundo / Beatriz Sarlo
martes, 10 de abril de 2018
Somos Telefónicos (Trabajadores de las Telecomunicaciones de la Republica Argentina)
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sábado, 7 de abril de 2018
Una de cada tres personas no tiene obra social y crecen las quejas por la atención en hospitales / Rosario Medina
Sólo el 33% de la población cuenta con atención médica. En CABA, sólo un 13% se atiende en servicio público.
El acceso a la salud es un derecho universal. Por eso el 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud. En la Argentina, el derecho a la salud tiene rango constitucional. El sistema está compuesto por el sector público, el privado y las obras sociales. Si bien es universal, al analizar lo que sucede, el acceso y la calidad no son iguales para todos. La Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires elaboró junto al Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA un informe sobre estos aspectos del sistema sanitario.
El trabajo concluyó que 1 de cada 3 personas que vive en el Conurbano y en la Ciudad de Buenos Aires no tiene obra social ni prepaga y se atiende en el sector público. Y la mayoría señala que es frecuente la mala atención en hospitales y salitas.
Del trabajo, una encuesta a 5.729 personas de todo el país, se desprende que el 33% de la población sólo cuenta con una cobertura médica pública. Pero, al observar en detalle, llama la atención que entre el Conurbano y la Ciudad se invierte la proporción de población que tiene atención pública o privada: mientras en el Conurbano el 41% de la población se atiende en el sector público, en CABA el 41% tiene medicina prepaga o plan privado. En ambos lugares, cerca del 36% de la población dice tener obra social o mutual. En la Ciudad, sólo el 13% se atiende en el sector público.
Del trabajo también surge que los habitantes del área Metropolitana bonaerense son quienes más usan la atención pública: el 37% se atendió en un hospital o salita, el 35% lo hizo a través de una obra social o mutual, el 13% utilizó PAMI, el 11% se atendió con su prepaga y sólo el 4% lo hizo pagando un médico.
"La salud funciona mal y esto corrobora algo que se ve. Los dos temas de mayor demanda son por servicios públicos o por salud. Esto ratifica la mala prestación de PAMI y el mal estado de la salud pública", opinó el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino.
"El trabajo mostró cómo el sistema de salud reproduce las condiciones de desigualdad social y cómo los más vulnerables muchas veces no encuentran la forma de hacer valer sus derechos ante la mala calidad de los servicios", añadió.
Sólo el 14% de los residentes del Área Metropolitana de Buenos Aires utilizó el sistema de salud porteño. Y apenas 4% de los porteños se atendieron en GBA, dice el informe.
Otro de los puntos es la calidad. "Los tiempos de espera en la atención médica ambulatoria constituyen una causa frecuente de queja y desalientan el uso de los servicios públicos, generando aún una diferencia mayor entre los distintos usuarios según las condiciones socio económicas", añade el trabajo.
viernes, 6 de abril de 2018
Cuádruple Play: Se abriría el mercado para las telefónicas
En los hechos, el proyecto beneficiará a las empresas Telefónica de Argentina, Claro y Telecom, que podrán llegar con televisión satelital a todo el país. Sin embargo, también contempla protecciones regulatorias a las pymes y cooperativas de televisión por cable, que brindan el servicio en el interior.
Por otro lado, la ley dispondrá la licitación de más espectro de frecuencia para banda ancha móvil 4G para servicios de Internet y telefonía móvil. En la Argentina existen 1000 megahertz de espectro y solo están licitados unos 500. Según explicaron fuentes de la Casa Rosada, "el proyecto buscará mejorar la conectividad en todo el país y reducir la brecha digital de 30% de la población sin Internet y 40% de los que tienen y que no la saben usar".
Desde enero de 2017, Telefónica Argentina, de capitales españoles, reclamó el ingreso al mercado audiovisual ante el Gobierno. Es que luego de la desregulación del decreto 1340 de diciembre de 2016 y de la fusión entre Telecom y Cablevisión-Nextel, del Grupo Clarín, este multimedio podría prestar el servicio de cuádruple play: telefonía fija, celular, Internet y televisión por cable.
Sin embargo, esto no ocurrirá hasta que la Comisión de Defensa de la Competencia del Ministerio de Producción apruebe la fusión entre Telecom y Cablevisión (Clarín).
La televisión satelital hoy solo la presta DirectTV. Telefónica hizo reclamos enérgicos y llegó a analizar la posibilidad de recurrir al tribunal internacional del Ciadi, del Banco Mundial, pero nunca lo hizo. En cambio, Claro se dedicó a esperar un decreto o una ley. El proyecto ingresará en la Comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión del Senado.
Según confiaron fuentes oficiales, será una señal diplomática amigable hacia el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, quien visitará el país la semana próxima. Telefónica es la nave insignia de las inversiones de ese país en el mundo y Rajoy intercedió ante Macri para equiparar la fusión Telecom-Cablevisión. El Gobierno, además, les habló de este proyecto a todos los jefes de bloques del Senado.
"Las telefónicas no podían dar televisión por cable ni satelital, ahora podrán dar el servicio satelital; habrá mayor oferta, bajarán precios y habrá más competencia e inversiones. Y en lugares alejados del país donde no se puede hacer inversiones de fibra óptica llegará la TV paga", dijo un funcionario oficial.
El proyecto de ley de fomento de despliegue de infraestructura y competencia TIC (tecnologías de la información y comunicación) impulsa además el uso compartido de la infraestructura, en edificios públicos y construcciones de las empresas, entre todos los prestadores de los servicios. Esto promovería la competencia y la inversión: busca más despliegue, más cobertura y más calidad y baja de los precios.
El proyecto está siendo pulido en el Ministerio de Modernización, que dirige Andrés Ibarra , y fue anticipado en el discurso del Presidente en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso en marzo último y durante la conferencia de prensa de ayer en Puerto Iguazú.
El Plan de Conectividad y Comunicaciones persigue los siguientes objetivos: conectar 2.000.000 de hogares a Internet; mejorar la velocidad de banda ancha en 3.500.000 hogares; alcanzar 20 megabytes por segundo de velocidad promedio (hoy es de 8,5); generar marcos regulatorios para mejorar la calidad, las inversiones y la competencia, y reducir la brecha digital.
El proyecto dice que se buscará continuar con el Plan Federal de Internet; la Conectividad en Escuelas Rurales; el Despliegue 4G en todo el país; el Plan País Digital (Wi-Fi gratuito); el Plan Nacional de Inclusión Digital (capacitaciones); el Fondo de Servicio Universal, y la Política Satelital y la Gestión del Espectro.
Nueva ley de telecomunicaciones
- Televisión satelital: Telefónica, Telecom y
Claro podrán dar servicio de televisión satelital y cuádruple play (TV,
telefonía fija, móvil e Internet). Protegerá a prestadores pyme y
cooperativas de TV por cable del interior profundo
- Infraestructura
compartida:
Se dispondrá el uso compartido de la infraestructura, edificios públicos y
privados, entre todas las empresas para mejorar los costos y la
competencia
- Licitarán más espectro: Se habilitará la
licitación del doble de espectro de frecuencia actual para banda ancha
móvil 4G, que incluye Internet y telefonía celular
lunes, 2 de abril de 2018
domingo, 1 de abril de 2018
Que pasa en tu oficina…??
sábado, 31 de marzo de 2018
martes, 27 de marzo de 2018
La unidad de la CGT en marcha…
lunes, 26 de marzo de 2018
BRECHA DIGITAL: Conectados vs. Desconectados, la peor grieta
Sin ocultar su frustración, encaró el micrófono, frente a muchos periodistas, e hizo oír su reclamo: "No puede ser que apenas salimos a la ruta 2 se nos corte el celular". El indignado no era un viajero frecuente a Mar del Plata, ni un dirigente de la oposición, ni pertenecía a una entidad de defensa del consumidor. Era el presidente Mauricio Macri, y estaba hablando, al cabo del retiro con sus ministros en Chapadmalal, el mes pasado, de conectividad: el acceso a Internet y a las nuevas tecnologías de información y comunicación. Las ya célebres TIC, que han dividido la historia en antes y después. En el Primer Mundo, la conectividad es un tema virtualmente superado; en la Argentina, llega a ser dramático.
Según cifras oficiales, uno de cada tres argentinos no está conectado a una red de banda ancha fija, y los que sí están no pueden cantar victoria: probablemente su conexión es precaria -lenta, insegura- y, en muchos casos, cara. Además, al menos el 40% de los que acceden a la Web no saben usarla. La distancia entre unos y otros, entre los que la han incorporado a sus vidas a tal punto de no imaginarse ya sin ella, y los que quedan afuera, al desamparo, se denomina "brecha digital". Una suerte de grieta tecnológica, acaso más traumática y disfuncional que la política.
Mal de muchos, consuelo de argentinos. En el mundo hay unos 4500 millones de personas (dos tercios de la población) a las que no les llegan las nuevas tecnologías. La otra brecha se da entre quienes les sacan provecho y los que no saben usarlas. Este déficit, que hace estragos en la calidad de vida, tiene un nombre: analfabetismo digital.
En buena parte del país, comunidades enteras no tienen Internet, están tecnológicamente aisladas, y muchas otras reciben ese caudal con cuentagotas.
El de los excluidos digitales es un mundo de flagrante desigualdad, porque tienen infinitamente menos oportunidades en el campo laboral, social, educativo, de la salud, comunicación e información. Algunos sostienen incluso que hablar de brecha es un eufemismo, porque lo que existe es una fractura feroz, un abismo.
Sustentable: cosecha de quinua en Mina Pirquitas (Jujuy); empezaron a cultivarla en cantidad hace dos años y la venden a través de InternetSustentable: cosecha de quinua en Mina Pirquitas (Jujuy); empezaron a cultivarla en cantidad hace dos años y la venden a través de Internet Crédito: Federico Camarero
La exclusión no es solo un drama de localidades del interior, alejadas de los grandes centros urbanos. Una encuesta de Microsoft entre 100 chicos de 15 a 18 años de la villa 31, de Retiro, reveló que ninguno de ellos tiene Internet en sus casas, salvo en sus celulares y si disponen de crédito. En este caso, la brecha se cuenta en metros: la banda ancha y el Wi-Fi aparecen en la Avenida del Libertador.
La referencia del Presidente a la conectividad no fue casual ni aislada: en la Jefatura de Gabinete dicen que es, junto con la infraestructura y el turismo, la niña de sus ojos. Al frente del Ministerio de Modernización, encargado de achicar la brecha, puso a alguien que hizo gran parte de su carrera ejecutiva en el Grupo Macri y al que primero llevó a Boca, como gerente general, y después al gobierno porteño, también en Modernización: el economista Andrés Ibarra.
Como el objetivo "pobreza cero", el plan de inclusión digital parece estar en pañales. Ibarra lo matiza: "Sobre 12 millones de hogares que hay en el país, hoy tenemos 8 millones conectados a Internet, y en los próximos dos años vamos a conectar dos millones de hogares más. Es cierto que se venía creciendo muy lentamente, pero a partir de este año vamos a dar un gran salto: el tendido de fibra óptica está avanzando muchísimo".
Reconoce, sí, un déficit estructural: la velocidad de conexión. Unos 3,5 millones de hogares -prácticamente la mitad de los conectados- tienen una banda ancha lenta. En el campo digital, desarrollo y subdesarrollo se miden en cantidad de megabits por segundo (mbps: la velocidad de descarga de datos). La Argentina, con un promedio de 6,3 mbps (ver gráfico), está a distancia sideral de países como Corea del Sur (el de mayor promedio: 28,6 mbps), Japón (20,2) y Estados Unidos (18,8). La Unión Europea oscila entre 15 y 20. También está por debajo, aunque mucho menos, de sus vecinos Uruguay (9,5), Chile (9,3) y Brasil (6,8). El mundo ya había llegado a la velocidad promedio que hoy tiene la Argentina hacia 2008. "Atrasamos 10 años", se lamenta Ibarra.
"Mi hijo, que vive en Amsterdam, en su casa tiene 30 megas [mbps], ¡y gratis!", dice Enrique Hofman, director del máster en Business & Technology de la Universidad de San Andrés. Para personas de mercados tecnológicos avanzados, llegar al país es, en ese rubro, una suerte de regresión a la edad de piedra. Hoy, cuando más del 50% de tráfico mundial de Internet son videos e imágenes, tener poca velocidad de descarga equivale a desplazarse por una ruta en el lomo de un burro.
En la geografía digital de la Argentina conviven el burro, la moto y las 4x4. "Algunas ciudades tienen buena conectividad, pero muchísimas localidades están desconectadas o con conexiones malas", dice Enrique Carrier, experto en telecomunicaciones y tecnología digital. Muestra el mapa del país (ver infografía) para señalar las desigualdades: de más de un 50% de hogares con banda ancha fija en Capital, Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, Chubut, Neuquén y Tierra del Fuego, se pasa a menos de 30% en Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones.
Recorrer el norte por la mítica ruta 40, que atraviesa el país desde Santa Cruz hasta La Quiaca, es encontrarse con una sucesión de postes blancos clavados a un costado del camino. De solo un metro, hay que acercarse para leer en letra chica: fibra óptica. Esos postes no llaman la atención del turista, pero son como maná caído del cielo para los lugareños. Quizá no sepan que es la mejor tecnología digital, pero sí saben que ahí debajo está el cable salvador, el que los conectará con el país y con el mundo.
Carrier sostiene que si bien el Gobierno está atacando el principal déficit estructural, que es llevar la fibra óptica a todo el país, con eso no alcanza. "Está perfecto extender la red, pero es como una gran autopista: se necesitan bajadas y después calles que lleguen hasta las casas. Una autopista sin bajadas no sirve".
En Modernización argumentan que ese tramo final de la conexión, el que va del cableado subterráneo hasta los hogares -lo que se denomina "última milla" o capilaridad- es responsabilidad del sector privado: empresas telefónicas o de TV por cable, y cooperativas. "Perdimos 10 o 15 años de oro. Estábamos bien y nos quedamos -dice José Crettaz, especialista en comunicaciones y director de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE)-. Se llevan gastados hasta 20.000 millones de pesos en distintos planes de desarrollo y el atraso subsiste. Los más pobres son los que peor conectividad tienen, si es que tienen, y la pagan más cara". Atribuye este rezago a cuatro factores: mezquindad política de los gobiernos kirchneristas, que lo veían como una oportunidad de condicionar a los medios; ignorancia de los legisladores; poca inversión privada, y falta de presión social.
Llamada desde la Puna
En la secretaría privada de Ibarra recibieron, en agosto de 2016, una llamada inesperada: Rufino Llampa, comisionado municipal de Mina Pirquitas, 350 kilómetros al norte de San Salvador de Jujuy, pedía una entrevista con el ministro. Un par de días después estaba en Buenos Aires.
Llampa, piel cobriza, retacón, de 34 años, es un personaje. Nacido en Loma Blanca, una de las cinco localidades (en total, 1600 habitantes) que conforman la comuna de la que él es una suerte de intendente, su primer trabajo fue en la mina de plata y cinc que le dio nombre al caserío de trabajadores que fue creciendo a sus pies: Mina Pirquitas. Ahí, en la mina, conoció Internet, y también ahí descubrió su vocación por lo público. Las dos cosas le cambiarían la vida. También a esos parajes de la deslumbrante Puna jujeña, a 4100 metros de altura y a 90 km de la frontera con Bolivia.
Gracias a esa conexión pudo estudiar a distancia una tecnicatura en Seguridad e Higiene y una diplomatura en Gestión Pública. En 2010 lo eligieron presidente de la comunidad de Loma Blanca, y lo primero que hizo fue gestionar la instalación de una antena satelital que pudiera darles señal de Internet y telefonía. Lo consiguió en 2013. Hoy lo recuerda casi entre lágrimas: "Fue increíble. El pueblo festejaba en las calles, porque por fin íbamos a dejar de estar aislados". Al poco tiempo llegaron las primeras PC, y la gente, dice, "no se animaba a tocarlas".
En diciembre de 2015, Llampa ganó las elecciones, como candidato del PJ, para el cargo de comisionado municipal de las cinco localidades, con cabecera en Mina Pirquitas. Su mayor preocupación era que esas comunidades dejaran de depender de la mina, que más de una vez había cerrado (la última, en 2016), lo que provocó un shock económico y social en la zona. Con ese reclamo se presentó ante el ministro Ibarra. Le explicó que necesitaban un desarrollo sustentable y que estaban empezando a cultivar quinua, un grano que se da bien en la Puna y es muy requerido en todo el mundo por sus propiedades nutritivas. "Pero necesitamos más y mejor Internet, señor. Sin Internet no se la podemos vender a nadie".
Meses después, Mina Pirquitas ya había mejorado sensiblemente su conexión satelital y el equipamiento, se abrieron nuevos "puntos digitales" (oficinas públicas con banda ancha, PC y cursos de capacitación) y el Gobierno los ayudó a hacer su primera página web, orientada a la producción. "Ahora tenemos mail -suspira Llampa-. Empezamos a recibir órdenes de compra de quinua y eso incentivó a otros a sembrar. Un día nos escribieron de Italia: ¡querían una tonelada por mes! Imposible llegar a esos volúmenes, pero poco a poco vamos incrementando la producción. Es increíble lo que estamos consiguiendo. El gobernador Morales, que también está colaborando mucho, ya vino tres veces a visitarnos".
El bendito cable: avance de la red de fibra óptica -la mejor tecnología digital- entre Mar de Ajó y San Bernardo; faltan 8000 kilómetros para que llegue a todo el paísEl bendito cable: avance de la red de fibra óptica -la mejor tecnología digital- entre Mar de Ajó y San Bernardo; faltan 8000 kilómetros para que llegue a todo el país Crédito: Federico Camarero
A las afueras de Loma Blanca, Gabriel Martínez (19 años) revisa una plantación de quinua, el nuevo emprendimiento de su familia. Antes tenían un esquema de autosustentación: verduras, gallinero y algunas cabras. El año pasado, su primera cosecha, de media hectárea, les rindió 600 kilos: unos 54.000 pesos. "Nos fue muy bien. Ahora vivimos de la quinua y vamos a sembrar un terreno más grande", dice.
"El padre de Gabriel me contó que jamás en la vida había visto tanta plata. En esta zona, 54.000 pesos rinden mucho", cuenta Llampa.
En Coranzulí, una localidad a 55 kilómetros de Mina Pirquitas, la mayor atracción no es un bar, el almacén de ramos generales o el polideportivo. Es el Colegio Secundario N° 18, que tiene la única bajada de Internet. Entre las 18 y las 21, cuando ya no quedan alumnos, las autoridades del colegio dejan pasar a los vecinos para que puedan usar el Wi-Fi. Y los fines de semana lo dejan prendido para que se puedan conectar desde afuera. "Vienen familias enteras y toman la señal en la vereda", dice Nirma Lamas, directora de la primaria.
Alfabetización tecnológica: clase de computación para adultos en un Punto Digital (centros públicos con conexión gratuita a Internet) en el partido bonaerense de QuilmesAlfabetización tecnológica: clase de computación para adultos en un Punto Digital (centros públicos con conexión gratuita a Internet) en el partido bonaerense de Quilmes Crédito: Federico Camarero
Coranzulí, de 570 habitantes, no parece menos desarrollada que localidades vecinas, pero la desconexión casi total y la falta de trabajo están provocando un lento éxodo de su población. "Hace 16 años que estoy en la escuela -dice Lamas-. Tuvimos hasta 300 alumnos y hoy apenas son 45".
En el pueblo hay una sola cabina telefónica, que muchas veces no funciona. "Vivimos en un gran aislamiento. Hasta que no llegue la fibra óptica, estamos sonados -dice Fidel Sosa, encargado de Obras Públicas de la comisión municipal-. Yo también reparo radios y televisores, y cuando me falta un repuesto tengo que ir a capital porque acá es muy difícil meterse en Internet para buscar algo".
La brecha digital tiene números que asustan. Sobre 2400 municipios, la red de fibra óptica llega a 400, y en los próximos dos años, según el Gobierno, serán 1300. A muchos les faltará todavía la "última milla". Cuando la red esté completa tendrá una extensión de 34.000 kilómetros; hoy son 26.000, de los cuales 14.000 se hicieron en los últimos dos años.
La mayoría de las localidades de menos de 10.000 habitantes no tienen "gobierno digital": seguir online trámites, licitaciones, compras, control de la gestión. "Cuando asumimos, miles de localidades ni siquiera tenían página web. Ya hicimos 348 e instalamos 334 puntos digitales", dicen en Modernización.
El impulsor: Rufino Llampa (izquierda); comisionado de Mina Pirquitas (Jujuy), y un colaborador junto a una antena satelital; Llampa promovió la llegada de Internet para quebrar el aislamientoEl impulsor: Rufino Llampa (izquierda); comisionado de Mina Pirquitas (Jujuy), y un colaborador junto a una antena satelital; Llampa promovió la llegada de Internet para quebrar el aislamiento Crédito: Federico Camarero
Además, confían en que ahora vendrá "un despliegue grande" de las telefónicas, al haberse destrabado un viejo conflicto por el reparto de frecuencias. "El 4G se extenderá a todo el país", prometen en las empresas.
¿Los celulares son una solución para achicar la brecha? La opinión de los expertos está dividida. Para algunos, sí, porque el mundo tiende a conectarse a través de ecosistemas móviles. Para otros, la realidad del país indica que un porcentaje menor de los celulares en uso (38%) son inteligentes, y que la conectividad es todavía cara, además de frágil. Macri lo comprobó en la ruta 2.
Hofman dice que no hay que estar tan atentos a la fibra óptica, satélites, 4G. Que todo eso, más temprano o más tarde, va a estar. Pueden pasar dos o tres años y llegarán. Lo que le preocupa es el analfabetismo digital. "Construir comunicación es fácil. Pero estar conectado no significa nada si no se sabe utilizar esa tecnología. Nuestro déficit en infraestructura es mucho menos grave que el déficit en conocimiento", dice.
Para Hofman, la brecha más grande está ahí. "Si tenés una mala educación escolar, la conectividad no te sirve, no mejora tu calidad de vida. Si no hablás inglés, ¿para qué querés estar conectado con el mundo?".
Crettaz comparte ese criterio: solucionar el problema de infraestructura, sostiene, llevará mucho menos tiempo que instruir a la gente en el uso de las nuevas tecnologías. "No se está viendo talento humano como para generar un 'Sarmiento digital'. Para educar se necesitan educadores, y me pregunto dónde se están formando los educadores digitales".
En Coranzulí encontrará una parte de la respuesta. La directora de la escuela dice que prefiere trabajar con los libros que con la computadora; que usa muy poco el celular, incluso cuando va a su casa de la capital, y que no lamenta mucho que no haya buena conectividad: "Los chicos solo usan Internet para jugar, y los grandes... los grandes se ponen como locos".
https://www.lanacion.com.ar/2120047-brecha-digital-conectados-vs-desconectados-la-peor-grieta