lunes, 2 de junio de 2014
viernes, 30 de mayo de 2014
Amado BOUDOU fue CITADO a DECLARACIÓN INDAGATORIA
El juez federal Ariel Lijo tomó la
decisión en el marco de la causa Ciccone. El vicepresidente está acusado de
"negociaciones incompatibles con la función pública". Deberá
presentarse el 15 de julio.
También citaron a José María Núñez Carmona, Rafael Resnick Brenner, Alejandro Vandenbroele, Guillermo Reinwick y Nicolás Ciccone
jueves, 29 de mayo de 2014
miércoles, 28 de mayo de 2014
martes, 27 de mayo de 2014
ENCRUCIJADAS del FUTURO / Carta Abierta 16
La Argentina, despertada de su larga
decadencia desde hace más de una década, cuando pocos imaginaban que un viento
sureño renovaría nuestras esperanzas y expectativas, atraviesa momentos de
honda significación para el futuro de una sociedad que sigue estando en
disputa. Mientras el Gobierno sigue dando señales claras de un rumbo asociado a
la defensa de los intereses populares, desde los centros del poder económico y
mediático se conspira contra la estabilidad monetaria y se busca debilitar y
condicionar el camino hacia octubre de 2015. Porque sentimos las urgencias y
los desafíos de la hora, porque nacimos para defender un proyecto capaz de ser
portador de muchos de nuestros sueños de justicia e igualdad, creemos necesario
tomar, una vez más, la palabra. Y lo hacemos con la convicción de la potencia
creadora que se guarda en esta experiencia política que lleva el nombre de
kirchnerismo, una experiencia que deberá batallar duramente para garantizar su
continuidad en los próximos años.
El debate político no es sólo
confrontación de propuestas, diseño de alternativas, análisis racional de los
cambios que la acción de gobierno produce en la sociedad. Si así fuera, no
resultaría difícil coincidir en la significación positiva de la transformación
producida por las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner, enfrentadas por una
oposición ligera de aportes y proyectos. Sin embargo, inciden también en la
vida política pasiones y entusiasmos menos fundamentados, problemas que los
medios de comunicación multiplican, exagerando dificultades y agigantando
temores. De este modo, ha podido sostenerse que algunos hechos criminales,
gravísimos pero aislados, anticiparían un crecimiento indetenible del delito,
poniendo a la sociedad en el límite de la indefensión, mientras que la forzada
devaluación del peso, medida obligada para retomar el control de la coyuntura
cambiaria, derivaría necesariamente en vertiginosos aumentos del precio de las
divisas que llevarían al descontrol de la inflación. Estas señales de alarma
son desmentidas regularmente por la realidad, pero ello no impide que
reaparezcan de modo recurrente. Sería equivocado explicarlo sólo por el
oportunismo de algún político opositor o la persistente ofensiva mediática.
Las políticas en materia criminal, es
decir, las que no sólo afectan intereses sino que deben lidiar con la vida y
con la muerte, se enfrentan al condicionamiento de una opinión pública
altamente sensibilizada. En toda sociedad los resultados de la acción gubernamental
sólo pueden evaluarse en términos globales, en porcentajes sobre la totalidad
social. Pero este necesario imperio de la ley de los grandes números pareciera
desconocer el valor de cada una de las vidas que siega un acto criminal, lo que
cada persona tiene necesariamente de absoluto. Frente a esta tensión entre el
dolor irredimible de los deudos de la víctima y una sociedad que no detiene su
marcha, corresponde brindar a los primeros consideración y solidaridad. Pero
será de mala política asignarles –como ocurrió en el caso Blumberg– el lugar
del juez o del legislador. Por eso la Constitución, priorizando la serena
reflexión, excluye la materia penal de las que pueden ser objeto de consulta
popular. Prefiere ignorarlo el sedicente candidato renovador que sigue
recogiendo firmas interpelando todos los dolores de la sociedad, agitando el
fantasma de un gobierno de los delincuentes para denunciar un proyecto de
Código Penal que representa un significativo avance porque moderniza un viejo
texto desde una perspectiva democrática y ha sido elaborado por un consenso
plural. Los episodios de linchamiento que tanto impactaron a una sociedad no
habituada a estas respuestas no son ajenos a este clima artificialmente creado
por quienes medran con el discurso del miedo para desvirtuar cualquier sentido
de ciudadanía y de solidaridad.
Tampoco contribuyen ni a la
tranquilidad social ni a la eficacia de la prevención quienes convocan a la
guerra contra el delito, con un tono épico digno de mejor causa, y promueven
drásticas ampliaciones de la fuerza policial que permitirían el retorno a filas
de aquellos que fueron separados por actos de corrupción y vejación a los
ciudadanos. En la provincia de Buenos Aires se inició hace años una reforma
policial inspirada en los criterios de la Seguridad Democrática y fue dejada
sin efecto. Sería deseable una reflexión seria de los responsables de ese
retroceso antes que seguir haciendo silencio sobre las reiteradas denuncias de
la situación en las cárceles y la violencia institucional contra los más
pobres, abusos que, por cierto, no son exclusivos del primer estado argentino.
Nada más elocuente que la caracterización de la Comisión Provincial por la
Memoria, que afirmó al respecto: “El despliegue de uniformados, asentados en la
lógica de ocupación territorial, construye un escenario bélico de control de
los conglomerados poblacionales pobres donde se localiza a los “peligrosos”,
como potenciales enemigos de los sectores que concentran mayores niveles de
bienestar económico. A unos se los controla, a otros se los protege, expresando
en las políticas de seguridad la legitimación de la exclusión social y la
estigmatización de los pobres”.
La presentación de la tarea de
represión al delito como una guerra podría considerarse como un mero exceso
retórico si no fuera que ese discurso propicia hoy en el mundo la reinstalación
de los principios intervencionistas de la Doctrina de la Seguridad Nacional. En
nombre de la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y el crimen
organizado, los Estados Unidos han creado una red internacional de secuestro y
detención de personas en condiciones inhumanas que pisotea las soberanías
nacionales y legaliza la tortura. No sería inteligente de nuestra parte
analizar las bravatas de nuestros paladines de la guerra contra el delito al
margen de esa ominosa perspectiva.
Si la cuestión de la seguridad se
debate en un contexto fuertemente viciado por un discurso intimidatorio que
sólo puede ofrecer mano dura y multiplicación de las cárceles, la discusión
mediática en el campo de la economía apela a un atávico saber convencional que
parece inmune a todos los fracasos del neoliberalismo. Responsabilizando de la
inflación al incremento del gasto público y la mejora de los salarios, el
discurso dominante demoniza la intervención estatal y las políticas
redistributivas y exime de toda culpa a los grandes empresarios formadores de
precios. Frente a esta manipulación que utiliza la inflación para inducir
políticas que favorecen la recesión, el desempleo, la caída del salario y la
concentración del ingreso, la propuesta de Precios Cuidados, apoyada en un
claro reconocimiento del fenómeno de alza de los precios y en una precisa
explicación de sus causas, ha sido muy útil para develar el mecanismo que lleva
a los aumentos, para dar cierta transparencia al funcionamiento de las cadenas
de valor y para cuidar efectivamente el poder de compra de los sectores
populares.
II
Hace algunas décadas la palabra
globalización hizo pensar que se estaba ante un fenómeno nuevo en materia de
ejercicio del poder mundial, en lo político y económico. La irrestricta
movilidad de capitales, esencial a la lógica del neoliberalismo, implicó el
auge de los modos de valorización financiera de ellos, que con el poder de
ingresar y de retirarse sin restricciones de cualquier país, han facilitado un
incremento de las crisis, inestabilidades y turbulencias en las naciones
periféricas, consolidando y profundizando las asimetrías entre las potencias
centrales y el resto de la comunidad internacional. Los inventores de ese
vertiginoso concepto de globalización se basaban en hechos verificables
producidos por una gran mutación tecnológica en el espacio telecomunicacional.
La velocidad de transmisión en un único presente absolutizado de informaciones,
símbolos y mensajes, prometía una transparencia inmediata para visualizar al
mundo como una unidad abstracta que hacía circular millones de datos por
segundo y creaba un ciudadano universal magníficamente “conectado”. Pero esos
datos no son sólo datos, sino modos de vida. Esa ciudadanía irrealmente
postulada, dilapidaba su libertad en un océano de informaciones que hasta
podían cobrar la forma de la escritura íntima, generando la ilusión de una
democracia universal de opinión. Pero paradójicamente eran éstas las formas mismas
que forjaban la dificultad para interpretar los nuevos poderes mundiales,
yacentes en la supuesta inocencia de la “teoría de la información”, una de
cuyas consecuencias es el debilitamiento de los lenguajes argumentativos y el
control de la intimidad. Hay que volver entonces a poner la intimidad, su
autonomía efectiva en peligro, en el marco de una crítica al procedimiento
habitual de las grandes fábricas de ficciones de dominación y también a la
lógica que preside la economía mundial.
III
Cualquier análisis serio debe partir de
reconocer que las perspectivas de la economía argentina se hacen gradualmente
más inciertas como consecuencia de la incidencia de la crisis
económico-financiera internacional, las restricciones de la demanda externa y,
en particular, las expectativas de un crecimiento limitado del Brasil, nuestro
principal socio comercial. En este contexto, el gobierno, con el fin de limitar
la fuga de divisas (comportamiento inmodificado de los grupos económicos y
financieros locales y extranjeros aun en épocas de economía floreciente como la
última década), se ha visto obligado a tomar medidas como el alza de las tasas
de interés que pueden afectar el nivel de actividad económica –aunque sus
efectos negativos son reducidos con medidas compensatorias como el Programa
Fondear–. Así, la conducción económica actuó decididamente afrontando el
intento de golpe de mercado sin recurrir a una política ortodoxa de ajuste por
la que declama y opera el poder concentrado, pero merece una alerta constante
–que por cierto están demostrando tener Kicillof y su equipo– la latente
posibilidad de que, agotada la liquidación de las exportaciones agropecuarias,
se reiteren las presiones sobre el mercado cambiario, siempre utilizadas para
desacreditar y/o desestabilizar gobiernos de signo popular.
La situación que llevó a devaluar la
moneda –medida que incide negativamente en el nivel de actividad económica–
puso de manifiesto la creciente extranjerización de la economía, la
concentración de la producción y el comercio exterior en pocas firmas y la
fuerte propensión a importar de la industria. Los componentes que inciden más
negativamente en la balanza comercial, como el fuerte crecimiento de la
importación de combustibles o la muy alta participación de componentes extranjeros
en la producción automotriz, tienen que ver con las carencias estructurales de
la economía argentina. La debilidad en que se encuentra el Estado para actuar
frente a la presión de las grandes cerealeras que impusieron la devaluación
señala, por otra parte, la imperiosa necesidad de adoptar medidas que avancen
en el control estatal sobre la oferta de exportación. El saldo de la década
tiene un sesgo muy marcado de reparación social y, sin duda, se ha avanzado en
el consenso sobre el rol prioritario que debe asumir el Estado en la
regulación. Pero el control del aparato productivo por agentes empresarios con
limitada disposición a invertir y escaso interés por fortalecer un proceso de
desarrollo tecnológico autónomo, nos enfrenta al dilema de las opciones que
permitan impulsar las tareas que una burguesía transnacionalizada está lejos de
asegurar. Dilema que exige recuperar el debate respecto de la centralidad del
Estado –incluyendo su involucramiento productivo– para un proyecto de
desarrollo nacional que al mismo tiempo concentre el máximo de los atributos en
cuanto a ampliación de derechos, distribución de la renta, nuevos planteos de
incorporación social y medidas autoprotectoras del vivir común.
Grandes empresas de telecomunicaciones,
grandes capitales financieros que fluyen de un país a otro maximizando sus
ganancias especulativas, multinacionales de la extracción de minerales,
compañías petroleras con directorios incesantemente intercambiables,
fabricantes de semillas artificiales que crean nuevas clases sociales agrarias
sin conciencia social en la explotación de las tierras fértiles de todo el
planeta, asimismo interligadas a grandes emporios comunicacionales, se aprestan
a teledirigir las acciones de los estados independientes, aun de los medianamente
poderosos. Es cada vez más difícil gobernar estados nacionales independientes
en la era de la globalización, pues en este eufemismo se albergan las razones
mismas que condicionan esa independencia, mientras guerras explícitas o
larvadas de cuño antiguo, nacionales o étnicas, siguen sacudiendo distintos
puntos estratégicos del planeta.
Pero donde hay poder hay resistencia.
Más allá de la obvia transferencia de ingresos a los exportadores y los grandes
tenedores de divisas, entre los que se debe contar la gran banca extranjera,
cuyo rol contribuye poca cosa al crédito productivo, provocada por la
devaluación, quienes la impulsaron imaginaban que la gestión económica perdería
el control de la coyuntura, en un escenario de fuerte presión de las demandas
salariales, creciente alza de los precios internos y de la cotización del
dólar. En ese contexto, el gobierno de Cristina Kirchner se vería obligado a
transitar un sendero de ajustes sucesivos y recurrir sin condiciones al crédito
internacional, preparando de este modo al país para el nuevo rumbo económico
que esos sectores pronostican como inexorable a partir del año 2015. Una
presidenta que así abandonara el camino de sus políticas redistributivas y
transformadoras –sostienen con alborozo los voceros del establishment– quedaría
debilitada para incidir en su sucesión.
IV
Aun así, en un contexto que dificulta
la continuidad de las políticas de expansión de la demanda, la Presidenta se
niega a una drástica reducción del gasto e imagina a diario nuevas medidas que,
como el Plan Progresar, la ley para reducir el trabajo informal y el
significativo aumento de la AUH, hacen a la identidad más profunda del
kirchnerismo. Siguiendo con esta capacidad creativa y renovadora, pero ya en
otro terreno, el Gobierno tomó la decisión de crear el Ministerio de Cultura.
Algunos nucleamientos empresarios,
reunidos en el Foro de Convergencia Empresarial, han optado por plantear un
programa máximo de retorno al neoliberalismo que niega al Estado la posibilidad
de financiamiento, rechazando toda posibilidad de imponer retenciones a la
producción del agro –con un tono que hace pensar que consideran esa medida como
una violación a los Derechos Humanos– y ubicando un derecho de propiedad que no
admite restricciones en la cumbre del orden jurídico, mientras adjudica al
empresariado la exclusividad de sujeto creador de valor y cosifica a los
trabajadores. Otros sectores del gran empresariado prefieren una línea menos
agresiva, pero esta actitud moderada no concurre menos que la anterior a presionar
al Gobierno para imponer un consenso de política económica que excluye toda
radicalidad que sea apropiada para cuestionar las estructuras sindicales
obsoletas, aun intocadas. Estas obturan la intervención política de los
trabajadores y son funcionales a los intereses de los sectores empresariales
mencionados. Las palabras de Hugo Yasky el 1º de Mayo definen otras
aspiraciones: “La clase trabajadora no puede ser convidado de piedra a la hora
de definir las políticas de un país. La clase trabajadora no puede mirar por
televisión el rumbo de los cambios. Ese protagonismo hay que construirlo todos
los días”.
No sólo en el campo de la economía se
encuentran los nubarrones que hacen difícil visualizar una salida política que
garantice la continuidad del proyecto. Los problemas para definir un candidato
identificado con lo realizado en esta década revelan que el kirchnerismo –sin
duda la principal fuerza política en términos de militancia y movilización– no
ha completado aún el proceso de su constitución como movimiento orgánico. Se ha
avanzado mucho en estos años en la adopción de un discurso que cobija en el
Frente de la Victoria tanto a los militantes provenientes del peronismo como a
quienes se identifican con otras tradiciones políticas. Esta confluencia, en su
momento anticipada por los peronistas más lúcidos como John William Cooke,
marca la superación de una larga etapa de divergencias signada por la
afirmación excluyente de un peronismo que pretendía ignorar sus propias
contradicciones, como por la negativa de muchos sectores de izquierda para
reconocer la centralidad de la experiencia política de los trabajadores, en su
singularidad persistente. Sin embargo, aún no se ha logrado constituir una
única fuerza con todos los que se consideran militantes y adherentes al
proyecto democrático, nacional y popular.
V
El kirchnerismo se conformó como
movimiento apoyándose en la identidad del peronismo y en una estructura de
poder conformada por gobernadores, intendentes y dirigentes sindicales de la
que resultaría difícil prescindir. Son fáciles de comprender las razones
políticas e históricas que explican el rol del Partido Justicialista, pero es
necesario recordar que los rumbos principales de la acción política en la
última década no surgieron de decisiones orgánicas del PJ sino de una
iniciativa audaz desde lo alto del poder de gobierno, que no tardó en recoger
grandes adhesiones.
En la perspectiva de la renovación
presidencial, la relación entre kirchnerismo y peronismo es nuevamente puesta
en cuestión y se debate cuál es el espacio más abarcador. Cuando algunos
dirigentes sostienen que el kirchnerismo es sólo una parte del peronismo, debe
tenerse en cuenta que una fracción significativa de la dirigencia proveniente
del justicialismo se encuentra en la oposición. En consecuencia, cualquier
propósito de reunificación indiscriminada del peronismo supone el apartamiento
de la línea seguida desde la asunción de Néstor Kirchner. Si aceptamos que el
tema central de la disputa política se refiere hoy a la continuidad de este
proyecto, queda claro cuál es la convocatoria que debemos formular.
La perduración de las identidades
políticas plantea un debate teórico difícil de saldar. A medida que se extendía
a sectores amplios del electorado, el peronismo ha ido perdiendo perfiles
claros y albergando propuestas contradictorias. El menemismo representó el
intento oportunista de adecuarse a la hegemonía neoliberal y someterse a los
dictados del poder económico; el kirchnerismo significó el rescate de las
mejores tradiciones peronistas y de otros legados equivalentes del pensamiento
emancipador. Aquella experiencia de gobierno tuvo, naturalmente, el apoyo del
poder económico y la derecha política; la que estamos transitando convocó a un
arco muy amplio de fuerzas populares. Esta y no otra es la contradicción
central en la política argentina y, aunque parezca paradójico, es necesario
preocuparse tanto por la consolidación del peronismo que apoya a CFK como por
asegurar la más amplia unidad popular en torno del gobierno nacional.
Por cierto que esta unidad popular nada
tiene que ver con agrupamientos recientemente constituidos, como el FA/UNEN,
que no han podido siquiera llegar al mínimo de coincidencias imprescindible
para un pronunciamiento colectivo. Los límites para el asombro no dejan de
ensancharse en la política argentina: después de la indefendible gestión del
presidente expulsado en 2001, se consideró que la Alianza no podía repetirse.
Sin embargo, aquella desafortunada iniciativa tenía por lo menos la disculpa de
haberse constituido para enfrentar a un gobierno reaccionario y, además, era un
acuerdo de partidos, no un conglomerado de aspirantes al liderazgo mediático.
No ha pasado inadvertida la recurrente
invocación en el discurso presidencial de la figura de Raúl Alfonsín. No
significa esto, seguramente, que hayan dejado de considerarse discutibles
algunas de las medidas de su gobierno y gravemente reprochable al haber cedido
ante la amenaza de golpe otorgando a los sediciosos las leyes de impunidad,
sólo que el juicio histórico tiene que ser favorable a quien en su afán de
profundizar la democracia enfrentó el hostigamiento de las corporaciones y los
medios hegemónicos. Ese rescate de la mejor historia del radicalismo también
alcanza a otras tradiciones populares a las que no son fieles quienes se
consideran hoy sus seguidores. Alfredo Palacios, adversario del peronismo, en
su momento, participó de los primeros movimientos antiimperialistas de América
latina y fue un decidido defensor de la Revolución Cubana. Difícilmente podría
soportar la vergüenza de saber que algunos de sus correligionarios hubieran
votado contra el gobierno popular de Hugo Chávez, blanco de todos los ataques y
maniobras de los Estados Unidos.
VI
Esta convocatoria que hoy formulamos
para seguir avanzando requiere del concurso de todos aquellos que, más allá de
críticas y diferencias, reconocen los logros de la década transcurrida y
quieren asegurar la continuidad de la expansión de derechos y las profundas
transformaciones de estos años. El desafío es complicado porque la
desaceleración del crecimiento y las simpatías de algunos gobernadores y
dirigentes del PJ por una candidatura moderada son las dos pinzas que
dificultan una acción más decidida del Gobierno en la perspectiva del 2015.
Sería poco serio, casi podría
considerarse una humorada, levantar esta propuesta emancipadora y ponerla en
manos de un candidato que no comparta en lo esencial el rumbo seguido por
Néstor y Cristina, a quienes siempre animó la idea clave de la autonomía de la
política respecto del poder económico, idea opuesta a la concepción corporativa
de la articulación con los grandes intereses, ajena a la lógica del conflicto
como signo vital de una democracia transformadora, que reivindicara Kirchner
cuando visitara por primera vez nuestra Asamblea. Carta Abierta no elige
candidatos, aunque no renuncia a apoyar en su oportunidad a quien se
identifique más con el programa popular, pero tiene la obligación de decir que
el postulante hoy mejor instalado en las encuestas está lejos de cumplir esa
condición. El mejor candidato para esta patriada difícil será aquel que se haya
expresado en defensa de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, aspecto
central de la acción de gobierno, constituido, además, en reaseguro ético del
proyecto kirchnerista. Aquel que asegure seguir avanzando en el camino marcado
por Néstor Kirchner, cuando dijo ¡no al ALCA! en 2005, y hubiera condenado los
intentos de desestabilización de Venezuela, así como expuesto sus diferencias
con las políticas de los Estados Unidos para la región.
Las amables sugerencias para que el
Gobierno llegue sin tropiezos al fin del mandato, formuladas por miembros del
establishment empresario, la dirigencia política y la corporación mediática, se
parecen demasiado a una amenaza que señala los peligros que podría generar
cualquier radicalización del rumbo económico o una más decisiva intervención
presidencial en el proceso electoral. Actuando con responsabilidad en tan
difícil coyuntura, la Presidenta muestra a diario su vocación por no renunciar
al camino emprendido. Ese es también el deseo de millones de argentinos,
dispuestos a seguir acompañándola para iniciar en 2015 una nueva etapa del
proyecto popular.
No obstante, cierto es el innecesario
arbitrio al que se recurrió con las cifras del Indec. Ciertas son otras
circunstancias merecedoras de críticas atinadas, pero no sobre la base de un
rociador permanente de acusaciones combinadas con acciones desestabilizadoras
propias del mundo financiero –que nadie duda de que existen–, por lo que se impone
un cambio profundo de la legislación financiera, que no sólo combata las
presiones sigilosas y las que además toman forma declarativa, sino que contenga
la limitación de las superganancias obtenidas por entidades concentradas. Por
otra parte, asombra que buena parte de las corrientes de opinión no favorables
al Gobierno, vaya tan lejos en su complacencia con el elenco permanente de los
agronegocios que no aceptan ningún tipo de tributación fiscal, del empresariado
insatisfecho con todo lo que sea control estatal, acciones que todos ellos
conocen muy bien. Lo mismo ocurrió con la ley de medios: un gobierno que se
empeñó en ampliar derechos y democratizar los medios de comunicación recibió
ataques brutales de los intereses afectados que redoblaban en ensañamiento el
tenor de las medidas con que eran concernidos en nombre de un obvio sentido de
democratización en la esfera política y productiva, que debiera ser normal en
cualquier democracia avanzada, en tanto rumbos comunicacionales no sometidos a
la lógica del capitalismo de la manufactura coercitiva de imágenes, plusvalía
evidente del neocapitalismo sin más.
VII
La oposición que comulga con la
creencia de que la Democracia existe (o subsiste) si la protegen los grandes
medios de comunicación (o una buena parte de ellos) volatilizó cualquier noción
de espacio nacional autónomo, cuando festejó la acción de los fondos buitre.
Cuando admitió la captura de un embarcación militar argentina en un acto de
rapiña internacional. Cuando defendió las piruetas políticas y militares de
Gran Bretaña sobre las islas Malvinas o los informes dudosos del FMI. Y en una
manifestación arrebatada de su “inconsciente antikirchnerista” llegó a
denunciar sin evidencia alguna que no son respetados los “derechos humanos” de
los infaustos represores del pasado. También cuando dijo preferir un
intervencionismo de organismos vinculados al poder mundial financiero, antes
que los actos de un gobierno que estatizaba –con las dificultades del caso– las
empresas de aerolíneas y petrolíferas, entregadas irresponsablemente a
empresarios de la globalización en las décadas anteriores. Podrán hacerse
muchas críticas a estas decisiones, pero es evidente que existe la festejable
noticia de nuevos yacimientos petrolíferos, que necesariamente deberán explotarse
en el marco del estricto control estatal-nacional de las empresas contratistas
internacionales que intervengan. Será el caso, al mismo tiempo, que no se
eviten las consideraciones sobre los dilemas ambientales y ecológicos que
pueden presentarse y deben evitarse. Cuestiones que merecen un debate
consciente y riguroso, que deben evitar llevarnos al “ambientalismo” de la
globalización, preparado por las mismas empresas contaminadoras como ejercicio
de control de los desarrollos regionales, sino a una doctrina efectiva de
convivencialidad tecnológica con una naturaleza a la cual preservar de daños
que perjudiquen la vida humana.
El kirchnerismo toma decisiones
constantemente acosado, responde con medidas avanzadas y muchas otras que
pertenecen a un realismo imbuido de razones que provienen de los
condicionamientos internacionales, medidas que son acerbamente criticadas no
por lo que tienen también de obvias para un conjunto de intereses
empresariales-comunicacionales que harían lo mismo en tales casos, pero peor.
Esto es, sin vestigio de conciencia autonomista y emancipatoria, y con una
población cada vez más despojada de la venerable idea de plena ciudadanía,
modelada evidentemente por la doctrina antiestatalista del gobierno de los
medios. Estos actúan con sus sabuesos y comediantes demoledores del espacio
público, antes que como reales fiscales del pueblo, noción que no es inadecuada
si no alberga el deseo profundo de sustituir el funcionamiento real de las
instituciones de justicia. Nadie anhela negar problemas, pues la esencia de la
política es reconocerlos, revelarlos, resolverlos. Otra cosa es la jerga
globalizada que dicta su semiología obligatoria a las sociedades del
espectáculo –el otro polo de las localizaciones mundiales donde hay guerras nacionales
o intersectoriales–, reemplazando los antiguos conceptos de libertad por los de
seguridad, dejando flotar en el pensamiento colectivo nociones de revanchismo
súbito que abren la puerta para que en ciertos casos puntuales el ciudadano que
sostenía procesos de ilustración y participación democrática pueda esbozar, en
un minuto de terror personal, el rostro terrorífico del linchador. Un ámbito de
ilegalidad en la circulación de nuevas mercancías, el tráfico de drogas como
nuevo orden del valor de cambio y el valor de uso de sociedades que ignoran que
sus instituciones legales crecen a la sombra de este ilegalismo mundial es
también un hecho de la realidad universal cuyo efecto práctico es crear
desdoblamientos clandestinos de los Estados y al mismo tiempo controlar por
dentro instituciones vitales de éste. Como explicación superficial de estas
nuevas condiciones del orden político mundial, se obtiene una línea de trabajo
constante: el vaciamiento de la legalidad democrática de los Estados sería
culpa de los Estados realmente democráticos.
Este es un nuevo tipo de gobierno
globalizado sobre la conciencia colectiva, que crea espacios simbólicos de
fuerte contenido ficcional que tienden a la no política, al cualunquismo, a la
fabricación de personajes del mercado salvaje de consumos culturales, de los
que de alguna forma son tributarias –en su lenguaje y expresividad– las
formaciones pospartidarias como el PRO y en alguna medida el FA/Unen, a pesar
de que su conciencia falaz los lleva a algunos a denominar como centroizquierda
lo que en verdad es un nuevo tipo de centroderecha y hasta de derecha a secas.
De este nuevo estilo de gobierno inmaterial salen candidatos para la vida
política desprovistos de mínimas espesuras históricas, actores populares,
presuntos cómicos, presentadores de la televisión nocturna, siempre que
consideren que el botín político no sea inferior al papel que ya ejercen de
directores de conciencia de un consumo cultural sin historia ni fundamentos
reales en el genuino arte popular de masas, tal como fue concebido por la
modernidad. Como resultado de esto, se han devaluado trágicamente palabras como
izquierda y derecha (aun con las deficiencias que provienen de su uso
dicotómico) y es así que los partidarios de políticas represivas duras con
pérdida de derechos individuales, de modificaciones regresivas en los regímenes
de tributación, de pérdida de conquistas laborales, de alineamiento con las
potencias y sus siglas emblemáticas, FMI, DEA, OEA, se resisten a asumirse como
de derechas y prefieren apropiarse con ensueño juvenil de la camiseta del
centroizquierda. En el baile de máscaras de la política argentina hay quienes
pretenden colocarse un ropaje que no les corresponde. Pero esta no
correspondencia es parte sustancial del drama de la hora.
VIII
Cada día que pasa la encrucijada
estrecha expectativas, acorrala posibilidades. No es imaginable que una
experiencia política que descartó el canon típico de la política nacional sea
declarada como un episodio travieso que, de pronto, fuese absorbido por los
sistemas de dominio más menguados y dispuestos a sumarse a una nueva era de
“normalización”. De entre los muchos conceptos que se escuchan, resalta el de
“unidad del movimiento”. Si el kirchnerismo del “loco” pudo imaginar que el
peronismo se adentraría en sus llamados renovadores, hoy un rumor no tan
subterráneo susurra que hay que llevarse al “loco” para que impere el peronismo
como abstracción incrustada en una única forma inmóvil de la historia nacional.
La prueba de la elasticidad del justicialismo, como en los cuentos de
Scherezade, cada vez aumentando su indiscriminada admisión de nuevos prodigios,
es que el paladín con el que muchos buscan cerrar las originales evidencias que
comenzaron a percibirse desde mayo de 2003 proviene de los astilleros y cámaras
de seguridad del Tigre, pero en acepciones más versátiles puede identificarse
en los movimientos de quien, al revés que en la mitología clásica, parece
haberse transformado en el anhelado Minotauro Justicialista sosteniendo el hilo
de Ariadna que lo lleve desde su despacho gubernamental en la poco laberíntica
ciudad de La Plata hacia destinos mayores. Así, se apocaría el mito,
retrocedería el país.
No es decir nada nuevo que una parte
del PJ confluyó con la corporación agromediática (el massismo es hijo de esa
confluencia) en los días de la resolución 125. En esos tiempos calientes en los
que tantas cosas fueron puestas sobre la mesa, y en los que los actores
asumieron sus papeles en el drama de la historia, el kirchnerismo encontró su
nombre y su potencia, pudo darle palabras a su desafío y a su proyecto. En esos
días, también, algo inevitable volvería a sacudir al peronismo. Hoy, cuando
todo sigue estando en disputa y bajo la forma del riesgo, regresa la amenaza de
la restauración.
Lejos, muy lejos del espíritu de lo
fundado por Néstor Kirchner, se encuentra el diagrama de aquellos que buscan
concretar el final de un ciclo pronunciando otro nombre muy diferente al que
talló de manera inesperada lo mejor de un país que se reencontró con una oportunidad
que ya no alcanzaba siquiera a imaginar. Un nombre, el del kirchnerismo, que
tendrá que enfrentarse a sus límites y contradicciones, a sus debilidades y a
sus errores, pero que, sobre todo, tendrá que profundizar el núcleo desafiante
y novedoso que introdujo en el interior de una sociedad desesperanzada. Y
tendrá que hacerlo sin renunciar a esa impronta, sabiendo que no es posible ni
justo replegarse hacia una política testimonial preparándose para otro tiempo
más lejano que, cuando supuestamente llegue, volverá a encontrar un país
desolado por la inclemencia de los poderes corporativos.
Por eso, el futuro tiene algunas líneas
previsibles que pueden extraerse de todo lo actuado, y todas las zonas
imprevisibles que se imaginen, pero es necesario advertir que las derechas
mundiales, activas en nuestro país, se hallan esperando el derrumbe violento o
inducidamente degradado de gobiernos populares latinoamericanos, buscando
referencias en poderes mundiales que manejan la ilegalidad de un orden que también
dice ser ley republicana, deshilachando las necesarias autonomías políticas
nacionales. Pasivamente, sectores amplios de la población aceptan el
desfondamiendo al que pueden someterla los mandos generales mediáticos,
clientes de los poderes generales de la globalización de los que éstos, a la
vez, son clientes. Hay una lucha que, de definirse de cierta manera,
significaría la abrupta entrada de la Argentina en una globalización incierta y
maniatada, sea la que provenga de las viejas áreas imperialistas o de las
acciones económicas mundiales de las nuevas formas de capitalismo en las viejas
naciones de Oriente, ante el que hay que evitar ser la nueva periferia de la
nueva metrópolis que obligue a economías reprimarizadas. Una amenaza inminente
deviene de la presión para la firma del tratado de libre comercio entre el
Mercosur y la UE, cuya matriz se inscribe en el paradigma neoliberal.
Había épocas en que se buscaba al buen
burgués. Ahora se busca al manso grupo político que, sea cual fuere, muestre
sus mejores méritos en la subordinación a este neomesianismo empresarial.
Dicho lo cual, no parece haber dudas de
que un desemboque de la encrucijada argentina en un gobierno dirigido por los
neoconservadorismos de cualquier cuño acentuaría todos los rasgos, sumariamente
comentados aquí, de un retroceso nacional. Anuncios programáticos de esta
regresión ya se hacen en los gabinetes de servilismo colectivo camuflados en
los movimientos populares. Es la entrada compulsiva a la globalización
acrítica. Es cierto que hay derechas de las derechas, así como derechas nuevas
y derechas viejas, globalizaciones de color amarillo –la política como
equivalente de las producciones Disney– y globalizaciones de color naranja,
fundadas en antiguas leyendas nacionales ya fosilizadas. Cada ciudadano podrá
alojar en las urnas su sentimiento sobre el “mal menor”, lo que es tan doloroso
como la ausencia de grandes alternativas que recojan la vivacidad de un legado.
Pero no descartemos que nuevos reagrupamientos puedan hacer verosímil –de modo
no ofensivo ni inocuo– esta previsión esperanzada en cuanto a que no quede en
los dominios de los emisarios de retroceso –interno y externo al peronismo– un
próximo capítulo de la historia nacional.
El kirchnerismo pudo ser definido como
la extravagancia de una historia nacida de lo inesperado y que se deslizó por
una grieta mal cerrada del muro de un país desguazado. El resultado de este
acto dispuso una interpelación colectiva y excepcional que parecía provenir de
otros tiempos y de otros corazones, y que a lo largo de esta década obtuvo
numerosas interpretaciones y valoraciones. Pero no puede discutirse que se
manifestaba en la encrucijada de un presente que pudo, gracias a su aparición a
deshora, desviar una ruta de carencia, injusticia y desolación para dirigirse,
a veces con la intemperancia de lo inaudito, a veces con medidas que
reclamarían mayores precisiones, hacia la reconstrucción y la reparación de una
sociedad descreída. No puede negarse que, hijo de la ironía de la historia,
miles y miles se descubrieran de nuevo alborozados por antiguas y nuevas
militancias, de esas que entrelazaron el legado con la modernidad. La hora
dilemática del kirchnerismo es ésta: seguir conmoviendo el sentido común de una
sociedad que nunca imaginó que pudiera ser contemporánea de un giro histórico o
desembocar en la resignada aceptación de un fin de ciclo que se materializaría
en candidaturas que nada han tenido que ver con el ímpetu rupturista de lo
iniciado en mayo del 2003. Las cenizas de la resignación flotan en el aire
entremezcladas con los destellos de la transformación. El peligro de la
regresión está afuera y adentro. No hay cartillas ya escritas. Hay una
responsabilidad. La nuestra es seguir reafirmando lo que ha significado y sigue
significando la apelación del kirchnerismo, que de ser palabra desconocida pasó
a ser palabra pronunciada con los distintos matices y dificultades bien
conocidos. No puede ahora ser una palabra caída.
Con esta apelación, que recoge lo mejor
de una década preñada de novedades y transformaciones y que también se hace
cargo de las dificultades y de los desafíos que se abren de cara al futuro, nos
comprometemos, una vez más, a defender las iniciativas del gobierno nacional
consustanciadas con los intereses de las mayorías populares. Un camino signado
por la voluntad inquebrantable de Cristina de avanzar, hoy como ayer, con las
banderas de un país más justo. De esa voluntad acompañada por millones de
compatriotas saldrá la mejor opción para dar la batalla electoral del 2015.
Buenos
Aires, mayo 26 de 2014
lunes, 26 de mayo de 2014
PRESENTACIÓN del LIBRO: Telefonicos Formación para la acción. Conocimiento colectivo. Imaginación y futuro de los Trabajadores en nuestra Argentina Actual
Una experiencia enriquecedora
ahora ya tiene un registro escrito, para que muchos más puedan aprovecharla. Se
realizó en el auditorio de FOETRA la presentación del libro que reconstruye dos
comprometidos y productivos años (2012-2013) de formación sindical desarrollado
por FOETRA Sindicato de las Telecomunicaciones y el Ministerio de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social de Nación en el marco del Programa de Fortalecimiento
y Sistematización de la Práctica Sindical (FORSA).
A través de este programa, los
trabajadores pudimos reflexionar en conjunto sobre la labor diaria y el trabajo
colectivo, posibilitando reconocernos como herencia y porvenir de una larga
historia de resistencias y de luchas que nos compromete y nos conmueve. Las
reflexiones, experiencias y propuestas sistematizadas en el libro tienen como
horizonte mejorar y fortalecer la organización de los trabajadores y
trabajadoras y el sindicato en los lugares de trabajo.
La jornada, que incluyó la entrega
de ejemplares del libro a 200 trabajadores que cursaron el programa de
formación, se cerró con un debate acerca de la producción colectiva contenida
en el libro, en el que participaron Claudio Marín, Secretario Adjunto de
FOETRA, Paula Rey Fortes y Alejandro Tagliacozzo, secretarios de Cultura y Capacitación,
y de Asuntos Profesionales de FOETRA, respectivamente, Ricardo Gringras,
Coordinador del Programa de Apoyo a la Formación Sindical del Ministerio de
Trabajo, Norberto Galasso, Secretario General de la Corriente Política Enrique
Santos Discepolo. el abogado laboralista Guillermo Gianibelli y Nicolás
Panichelli, Gerente de Control de la CNC.
Fuente: http://www.foetra.org.ar/presentacion-del-libro-telefonicos-formacion-para-la-accion-conocimiento-colectivo-imaginacion-y-futuro-de-los-trabajadores-en-nuestra-argentina-actual/jueves, 22 de mayo de 2014
ES LEY el combate del Trabajo En Negro
En una sesión que culminó con 227 afirmativos,
3 negativos y 4 abstenciones, Diputados aprobó el proyecto de ley para la Promoción
del Trabajo Registrado y Prevención del Fraude Laboral. La norma contó con el
respaldo de los principales bloques de oposición.
En la jornada de ayer la Cámara de
Diputados aprobó y convirtió en ley la iniciativa del Ejecutivo para la
Promoción del Trabajo Registrado y Prevención del Fraude Laboral. Tras casi
doce horas de discusión, la votación arrojó 227 afirmativos, 3 negativos y 4 abstenciones.
La iniciativa del Frente para la Victoria recibió el respaldo en general de los
bloques de la UCR, el Frente Renovador, la mayoría de los integrantes del PRO,
el GEN, el Partido Socialista, Libres del Sur y la Coalición Cívica, entre otros,
quienes plantearon sus disidencias en la discusión en particular.
En tanto, se expresaron en contra el Frente de Izquierda y
el macrista Federico Sturzenegger, quienes habían presentado dictámenes de
minoría. También un dictamen de minoría había sido presentado por el bloque de
Unidad Popular del legislador ceteísta Víctor De Gennaro que prefirió
abstenerse porque según De Gennaro: “no se mejora la situación ni se permite un
cambio cualitativo en la lucha contra el trabajo no registrado”.
Para el diputado Héctor Recalde, miembro informante del
oficialismo, la propuesta de La Rosada “propicia que se cumplan las leyes que
existen”, a través de la reducción de las contribuciones patronales.
Recalde explicó el texto, que establece que las empresas que
empleen hasta cinco trabajadores serán parte de un régimen definitivo por el
cual no pagarán más contribuciones patronales. En tanto, las que posean hasta
15 trabajadores gozarán de un descuento del 100 por ciento en contribuciones
patronales por cada empleo nuevo que tomen, durante el primer año.El diputado y
ex abogado de la CGT destacó la pérdida de beneficios a las empresas que no
formalicen a sus empleados y la creación de un “Registro Público de Empleadores
con Sanciones Laborales”, al considerar que servirá “para el control popular”.
Desde los bloques de del GEN y la UCR enunciaron su
acompañamiento, pero marcaron diferencias particulares y centraron sus
discursos en la alta carga fiscal que afrontan los trabajadores.
Por su parte, Sturzenegger, quien votó en contra pese a que
el resto de su bloque lo hizo a favor, consideró que el proyecto del Gobierno
es una “manzana envenenada”. “Tiene algo atractivo: la baja de aportes. Y algo
complicado: la creación de un registro laboral que tendrá poca efectividad y
probablemente solo sirva para una mayor concentración de poder en el
Ejecutivo”, subrayó el extitular del Banco Ciudad.
Por el Frente de Izquierda, Néstor Pitrola aseguró que la
medida “desfinancia” a la Anses y cuestionó a las “grandes cúpulas sindicales”,
que -según dijo- hacen “la vista gorda con el trabajo en negro”. ”No hay
ningún motivo para que esta ley vaya a mejorar la situación”, añadió Pitrola.
EJES del PROYECTO
La normativa sancionada ayer cuenta con 5 ejes principales:
Refuerzo de la fiscalización; Nuevas Sanciones a evasores; Sistemas de
incentivos a micro y pequeñas empresas; Creación de una unidad de investigación
del fraude laboral; y un Régimen de convenios de corresponsabilidad gremial.
1. Refuerzo de la Fiscalización
Nacional: El proyecto
propone dotar al Estado Nacional y al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social (MTEySS) de nuevos instrumentos legales que potencien su capacidad de
control del fraude laboral y el trabajo infantil. La idea es minimizar las
diferencias de recursos que tienen los diferentes estados provinciales para
volcar a la inspección laboral, y garantizar un piso de acceso a los derechos
laborales uniforme a lo largo del país.
2. Nuevas sanciones a evasores: La nueva normativa contempla la creación de un Registro
de Empleadores con Sanciones Laborales (REPSAL) donde se incluirán a quienes
empleen trabajadores no registrados o incurran en fraude laboral detectado por
el MTEySS, AFIP, el RENATEA, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo y por
los organismos provinciales.
Los empleadores que fueran descubiertos en esa práctica
ilegal permanecerán en el Registro por un tiempo en el cual no podrán acceder a
los beneficios de políticas públicas (subsidios o incentivos) ni realizar
algunas operaciones comerciales. El Registro busca aumentar la sanción y, a la
vez, potenciar la condena social como forma de disuasión al fraude laboral.
3. Sistema de Incentivos a los micro y
pequeños empresarios: Se
propone una instancia que supere lo punitivo. Para ello el proyecto de ley
dispone la creación de un Régimen de Seguridad Social especial para
micro-empleadores de baja facturación. Este régimen implicara descuentos en
cargas sociales y ART, y un descuento de contribuciones patronales por dos años
en aquellas pymes que contraten nuevos trabajadores.
4. Creación de una unidad especial de
investigación del fraude laboral: El empleo informal incluye diversas formas. Para
poder controlar el fraude laboral se combinarán la inspección del trabajo
tradicional que recorre el territorio con nuevas formas más cualitativas y
multidisciplinarias de seguimiento de las cadenas de valor, los movimientos
financieros, y la construcción de indicadores mínimos de trabajadores en
sectores difíciles de fiscalizar.
Para sistematizar y coordinar estas actividades, se dispone
la creación de una unidad especial encargada del control de formas variadas de
violación de la normativa laboral (entre ellas el trabajo no registrado y la
subcontratación fraudulenta) en sectores complejos de fiscalizar con las herramientas
tradicionales.
5. Convenios de corresponsabilidad
gremial: La ley
propone ampliar la potestad para firmar convenios de corresponsabilidad Gremial
en el sector agrario y afines. Este mecanismo permitirá que empresarios,
trabajadores y Estado acuerdan el salario, las condiciones de trabajo y la
registración a la seguridad social de trabajadores en sectores con mucha
estacionalidad tradicionalmente complejos para la formalización de sus
vínculos.
martes, 20 de mayo de 2014
lunes, 19 de mayo de 2014
ESTATUTO para los TELEOPERADORES de CENTROS de ATENCION de LLAMADAS (Call Centers)
Honorable
Cámara de Diputados de la Nación
PROYECTO DE LEY
Texto facilitado por los firmantes
del proyecto. Debe tenerse en cuenta que solamente podrá ser tenido por
auténtico el texto publicado en el respectivo Trámite Parlamentario, editado
por la Imprenta del Congreso de la Nación.
El Senado
y Cámara de Diputados...
ESTATUTO PARA LOS TELEOPERADORES DE CENTROS DE ATENCIÓN DE
LLAMADAS (CALL CENTERS)
DISPOSICIONES GENERALES
ARTÍCULO 1°.- OBJETO. El presente
Estatuto regirá las relaciones laborales que se entablen en el sector privado
entre los teleoperadores y sus empleadores por el trabajo que se preste en los
centros de atención de llamadas, también denominados "call centers".
ARTÍCULO 2°.- ÁMBITO DE APLICACIÓN
PERSONAL. A los fines del presente, se considera teleoperador a toda persona
que desempeñe tareas de atención, recepción o emisión de conexiones telefónicas
o telemáticas para recepción de reclamos o denuncias; recepción de solicitudes
de información o asesoramiento sobre aspectos técnicos, comerciales o
administrativos; venta y promoción de productos o servicios; contactos de fidelizacion
de clientes; realización de encuestas e investigaciones de mercadeo; o
cualquier otro servicio que se proporcione a través de medios telefónicos o
telemáticos.
ARTÍCULO 3°.- ÁMBITO DE APLICACIÓN
TERRITORIAL. Las disposiciones de esta ley serán aplicables en todos los
centros de atención de llamadas que desempeñen su actividad en el territorio de
la República Argentina, ya sea que actúen como entes especializados en el rubro
o como unidades funcionales incorporadas dentro de una institución, organismo o
empresa, incluidos también los que recepten o emitan llamadas desde o hacia el
exterior del país.
Los teleoperadores que presten sus
servicios en dichos centros de atención se regirán por el presente Estatuto,
sea que el contrato de trabajo se haya celebrado en el país o fuera de él, en
tanto se ejecute en su territorio.
ARTÍCULO 4°.- JORNADA DE TRABAJO. La
jornada de trabajo diaria no podrá exceder de SEIS (6) horas, y será
equivalente, en cuanto a condiciones, escala salarial y demás cláusulas que se
pacten individualmente, a la jornada establecida en la ley 11.544 o a la
establecida por convenio colectivo.
El trabajo prestado por el teleoperador
no podrá exceder de CINCO (5) días por semana.
ARTÍCULO 5°.- HORAS NOCTURNAS. La
jornada de trabajo íntegramente nocturna no podrá exceder de CINCO (5) horas y
TREINTA (30) minutos, entendiéndose por tal la que se cumpla entre la hora
VEINTIUNA (21) de un día y la hora SEIS (6) del siguiente. Cuando se alternen
horas diurnas con nocturnas se reducirá proporcionalmente la jornada o se
pagarán los minutos de exceso como tiempo suplementario según las pautas del
artículo 201 de la ley 20.744 (T.O 1976)..
ARTÍCULO 6°.- DESCANSOS. El trabajo
prestado por el teleoperador estará sometido a los siguientes descansos:
a) Descanso hebdomadario: el
empleador deberá proceder de forma tal que a cada trabajador le corresponda el
goce del descanso semanal, en al menos DOS (2) fines de semana por mes
trabajado. Este precepto no se aplicará a aquellos trabajadores que desempeñen
exclusivamente sus tareas los fines de semana.
b) Descanso durante la jornada
diaria: el trabajador gozará de un descanso de QUINCE (15) minutos cada DOS (2)
horas efectivamente trabajadas.
c) Descanso compensatorio: el
trabajador que por razones de servicio deba trabajar en feriados nacionales,
percibirá sus haberes con un incremento del CIEN POR CIENTO (100%).
d) Pausa entre llamadas: los
sistemas de comunicaciones deberá garantizar una pausa mínima de QUINCE (15)
segundos entre llamadas, a los efectos de permitir el descanso del
teleoperador.
e) Descanso entre jornadas: el
trabajador gozará entre jornada y jornada de un descanso mínimo de DOCE (12)
horas.
ARTÍCULO 7°.- LICENCIA POR EXÁMENES.
El teleoperador gozará de DOS (2) días corridos por examen, con un máximo de
VEINTE (20) días por año calendario. El beneficio se otorgará a estudiantes de
instituciones de nivel medio y superior públicos y/o privados reconocidos
oficialmente.
ARTÍCULO 8°.- REMUNERACIÓN. El
teleoperador percibirá una remuneración fija que no podrá ser en ningún caso
inferior al salario mínimo vital y móvil o al salario básico establecido en el
convenio colectivo, si éste fuere superior.
ARTÍCULO 9°.- INCENTIVOS Y
COMISIONES. Para el caso de que se pacten incentivos o comisiones, los mismos
deberán sumarse al salario y adicionales establecidos por la legislación y
convenios colectivos, debiendo ser fijados por escrito y pudiendo ser
modificados posteriormente siempre que otorguen condiciones más beneficiosas
para el trabajador.
ARTÍCULO 10.- SALARIO POR DÍA DE
DESCANSO NO GOZADO. Queda prohibida la ocupación del teleoperador desde las
TRECE (13) horas del día sábado hasta las
VEINTICUATRO (24) horas del día
domingo, salvo los casos de excepción que la reglamentación prevea, en cuyo
caso el trabajador gozará de un descanso compensatorio en la semana siguiente,
de goce íntegro y continuado entre las TRECE (13) horas y las VEINTICUATRO (24)
horas del día siguiente.
Cuando el teleoperador prestare
servicios entre las TRECE (13) horas del día sábado y las VEINTICUATRO (24)
horas del día domingo, medie o no autorización, sea por las circunstancias
previstas en el artículo 203 de la ley 20.744 o por estar comprendido en las
excepciones que con carácter permanente o transitorio se dicten, el empleador
estará obligado a abonar el salario habitual con el CIEN POR CIENTO (100%) de
recargo, sin perjuicio de su obligación de otorgar franco compensatorio.
ARTÍCULO 11.- FRANCO COMPENSATORIO.
En el caso en que el trabajador prestare servicio conforme el artículo
anterior, el empleador estará obligado a otorgar el franco compensatorio en la
semana siguiente, con las modalidades dispuestas en el artículo 204 de la ley
20.744. Su omisión será considerada infracción grave de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 3° del anexo II de la ley 25.212 y sancionada
conforme se establece en dicha normativa. El trabajador podrá disponer por sí
el goce del franco compensatorio omitido a partir de la semana subsiguiente y
hasta la extinción del vínculo laboral, previa comunicación formal de ello
efectuada con anticipación no menor de VEINTICUATRO (24) horas a su efectivo
goce y con indicación de su extensión en caso de acumulación de francos no
gozados.
Si a la extinción del vínculo
quedaran subsistentes francos compensatorios pendientes de goce, el trabajador
tendrá derecho a percibir los salarios pertinentes con un incremento del CIEN
POR CIENTO (100%).
ARTÍCULO 12.- CAPACITACIÓN. El
empleador dispondrá la realización de programas de capacitación continua con la
finalidad de atender las necesidades de preparación de su personal, los cambios
tecnológicos, la reestructuración funcional o por servicios, exigidas para la
evolución y el desarrollo de sus tareas. Asimismo, el empleador deberá proveer
al trabajador con la información necesaria para atender las medidas de
seguridad y la correcta utilización de los elementos de trabajo que le sean
dados.
La concurrencia a las actividades de
capacitación y entrenamiento correspondientes tendrá carácter obligatorio para
los trabajadores designados.
El período mediante el cual el
trabajador estuviere afectado a tareas de capacitación, aún cuando sea para
comenzar a prestar el servicio designado, devengará derecho a percibir
remuneración y se desarrollará respetando las horas máximas de jornada laboral
y las condiciones establecidas en el presente estatuto.
ARTÍCULO 13.- INFRAESTRUCTURA Y
CONDICIONES AMBIENTALES. Los establecimientos en los cuales se desarrolle la
actividad del teleoperador deberán respetar condiciones de seguridad
ambientales, como asimismo deberán proveer al empleado los elementos necesarios
a los efectos de que éstos puedan desarrollar su tarea en condiciones seguras,
salubres y que respetan la integridad del mismo.
El Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social designará al organismo de contralor del presente Estatuto, el
que deberá además establecer los parámetros mínimos de higiene y seguridad
ambiental.
ARTÍCULO 14.- PROCESO Y CONTROL DE
TRABAJO El empleador deberá comunicar al teleoperador, al inicio de la relación
laboral, el tiempo máximo fijado por llamada. El mismo podrá ser modificado
posteriormente, debiendo ser definido en función de la tarea asignada, la
antigüedad y la experiencia del teleoperador. Dicha modificación deberá ser
previamente notificada al trabajador. A los fines del establecimiento del
límite de duración máxima de las llamadas, se garantiza la efectiva
participación de la asociación profesional de trabajadores de la actividad.
La supervisión o control del trabajo
mediante escuchas deberá ser comunicada previamente al trabajador y tendrá
únicamente fines correctivos, no pudiendo en ningún caso aplicarse reducciones
salariales.
ARTÍCULO 15.- EXÁMENES MÉDICOS. El
teleoperador deberá someterse a los exámenes médicos que se detallan:
a) Examen preocupacional, tomando en
cuenta las exigencias del puesto, el que deberá incluir como mínimo, la
realización de estudios visuales y auditivos;
b) Exámenes médicos anuales, los
cuales consistirán en examen clínico completo, audiometría, examen de la vista,
examen neuropsiquiátrico y psicológico, electroencefalograma, análisis de
orina, radiografía de tórax y columna, sin perjuicio de otros que el organismo
de contralor determine..
Será obligatorio para el empleador
entregar al trabajador copia de los exámenes citados sin requerimiento previo.
Dicha información constituirá el legajo médico del trabajador.
ARTÍCULO 16.- RIESGOS DEL TRABAJO.
Dentro de los NOVENTA (90) días a partir de la publicación de la presente, la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo deberá establecer disposiciones
relativas a los riesgos específicos del trabajo de los teleoperadores, sin
perjuicio de las exigencias contenidas en la legislación vigente.
ARTÍCULO 17.- DISPOSICIONES
APLICABLES. Salvo colisión con lo establecido por el presente, se declaran
aplicables las disposiciones establecidas por ley 20.744 (T.O 1976) y convenios
colectivos que regulen la actividad en cuanto importen conceder mayores
beneficios al trabajador.
ARTÍCULO 18.- PERÍODO DE ADECUACIÓN.
Los centros de atención de llamadas tendrán noventa (90) días para adecuar su
situación a lo establecido por la presente ley.
ARTÍCULO 19.- Comuníquese al Poder
Ejecutivo."
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Una de las tantas consecuencias
negativas y de más difícil sustitución, de la imposición del neoliberalismo ha
sido el desarrollo de modalidades de trabajo precarizadas, flexibles, que
facilitaron a las empresas, políticas de tercerización y/o relocalización de
actividades. Los llamados "call centers" o "centros de atención
de llamadas" son una de esas modalidades.
En aquellos momentos, frente a la
tendencia de creación de empleos en el sector servicios, tanto para el mercado
interno como fundamentalmente para la relocalización de actividades de empresas
internacionales, subsidiarias de firmas globales consideradas como proveedores
de servicios empresariales a distancia y como una forma de inserción
subordinada al mercado global, la Argentina llegó a ser polo de atracción
global para ellos, junto a India y Malasia, movidos por las ventajas
comparativas que el país ofrecía en el marco de la hegemonía neoliberal para
los trabajos de baja calidad: disponer de mano de obra calificada y barata
(especialmente jóvenes estudiantes bilingües), un amplio uso extendido de la
tecnología de la información y de buenas comunicaciones, un huso horario
favorable y bajos costos laborales, entre otras.
Dentro de los servicios, hay una
distinción entre las prestaciones de mayor o menor rutina, como la recopilación
y tratamiento de datos, la administración de reclamos y servicios básicos de
atención de llamadas y otras con mayor contenido técnico y prestaciones más
específicas como el telemarketing y la asistencia post venta (de complejidad
mediana) y el diseño y administración de sitios web, contabilidad, de procesos
empresariales de alta especialización y que requieren alta calificación.
De acuerdo a lo presentado en el
estudio de Andrea Del Bono "Tercerización de servicios en la argentina:
empleo y gestión de RRHH en los call centers" en nuestro país ...
"Hoy en día es muy corriente que los servicios de atención al cliente se
subcontraten a una empresa tercerizadora especializada en gestionar las
operaciones de Call Centers y Contact Center (CC); en el caso argentino esa
tendencia se reflejó en el crecimiento explosivo de la actividad de los CC
tercerizados y en la conformación del sector de Empresas Tercerizadoras de Call
Centers (ETCC). Asimismo, la importancia que tiene hoy para el sector de ETCC
la exportación de servicios nos lleva a considerar que el así llamado boom de
los Call Centers offshore (CC offshore) confirma la evolución de algunas ETCC,
que comenzaron brindando servicios poco complejos y poco especializados y que
ahora incursionan en el terreno de la exportación como proveedoras de SED de
mayor valor agregado."
En principio trabajar en un
"call center" se presenta como atractivo para jóvenes y
particularmente para mujeres, por la flexibilidad horaria que facilita la
continuidad de los estudios, por lo que no es casual que la mayoría de los
empleados en este tipo de empresa estén comprendido en la franja etaria que va
de los 18 a 29 años, siendo incluso para muchos de ellos, su primera
experiencia en el mercado de trabajo y que la mayor parte de ellos posean
estudios secundarios, terciarios y universitario. Ahora bien, no es fácil
trabajar allí: hay alta rotación en los puestos y horarios de trabajo, no
suelen ser buenas las condiciones ambientales y de salubridad del entorno
laboral, hay problemas con los encuadres convencionales, despidos masivos,
falta de regulación y hasta falta de representación gremial.
Asimismo, en dicho documento se
aclara que ... "En muchos países, el nuestro es uno de ellos, las ETCC
tienen problemas para reclutar agentes calificados y, sobre todo, para
retenerlos en el tiempo. Mientras que el desgaste de los trabajadores de CC ha
sido siempre una característica que atraviesa la actividad, en el caso de las
empresas tercerizadoras de las que nos hemos ocupado, el problema se acentúa
debido a la competencia "a la baja" de las empresas que aspiran a
competir en el mercado de exportación de servicios. Asimismo, tampoco es
auspicioso el hecho de que las ETCC se mueven atraídas sobre todo por los bajos
costos más que por la expertise de los recursos humanos disponibles".
En el contexto de la desregulación,
la actividad se desarrolló sin marcos legales que de cuenta de sus
especificidades y menos aún, proteja a los trabajadores. Así puede entenderse
que no legislar aún sobre este tema es una deuda pendiente que tiene el
Congreso y que con este proyecto vamos a saldar.
Esa falta de regulación específica
se tradujo en numerosas complicaciones para los trabajadores que terminaban
desprotegidos. Una de ellas es que la actividad desarrollada se enmarcara en
regulaciones no adaptadas. Así es común englobar la actividad del teleoperador
en el convenio de los empleados de comercio.
Y esta cuestión es fundamental
porque, entre otras cuestiones, la actividad requiere una mirada y comprensión
especial debido a la particularidad de sus tareas cotidianas. Es un trabajo
sedentario y repetitivo que presenta reconocidas características de insalubridad
producto de su alta exigencia psíquica y mental que resulta en un desgaste muy
alto en los trabajadores que suelen tener stress, irritabilidad, intolerancia y
agresividad social, además de problemas visuales, dolores en la espalda y
cuello propio de estar sentados frente a computadoras, así como disfonías
crónicas y hasta nódulos en las cuerdas vocales y/o pérdida de la voz gracias a
la sobre exigencia del uso de la voz y muchos otros trastornos respiratorios,
digestivos, etc. Estas cuestiones tienden a agravarse porque generalmente la
infraestructura y las condiciones ambientales son inadecuadas.
El proyecto que se presenta busca
definir un marco regulatorio en cuanto a los derechos laborales y las
obligaciones que deben ser respetadas por teleoperadores y empleadores,
definiendo ciertas condiciones laborales para su actividad.
Este proyecto encuentra sus
antecedentes en uno presentado en el año 2005 (4676-D-05) por los entonces
diputados Miguel Bonasso, Julio Accavallo, Alberto Piccinini, José Roselli,
Alejandro Filomeno, Francisco Gutiérrez, Claudio Lozano, Juliana Marino y
Araceli Méndez de Ferreyra que contó, en su elaboración, con la colaboración de
la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina
(FOETRA) Sindicato Buenos Aires y en la media sanción del Senado (CD 91-S-
2011) del 27 de julio de 2011 que agrupó a los proyectos 3557/10 del senador
Ramón Mestre y 4439/10 de las senadoras María de los Angeles Higonet, Blanca
Osuna; Ana María Corradi de Beltrán, Roxana Latorre, Lucía Corpacci, Graciela
Di Perna, Carlos Verna y que fuera sancionada por unanimidad.
En definitiva, este proyecto recoge
los intentos de darle marco normativo al tema y tomó en cuenta los planteos
elaborados por la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República
Argentina, así como estudios que se realizaron sobre la actividad del
teleoperador, entre ellos "Telegestión: su impacto en la salud de los
trabajadores" de Julio César Neffa y otros investigadores (1998); "La
tarea de los operadores telefónicos y sus condiciones de trabajo en las
empresas concesionarias de la ex Ente" de Verónica Lascano y Federico
Vocos, del Taller de Estudios Laborales y "Condiciones y medio ambiente de
empleados telefónicos afectados al servicios de telegestión (112, 110, 114,
000): diagnóstico preliminar y recomendaciones" de Juan Jorge Fariña y
Carlos Gutiérrez de la Cátedra de Psicología, Etica y Derechos Humanos de la
Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (2001), "Operativo
Call Center 2010" informe del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social; "Tercerización de servicios en la argentina: empleo y gestión de
RRHH en los call centers" Andrea del Bono (CONICET - CEIL-PIETTE - UNLP) y
Laura Henry (CONICET - CEILPIETTE) (2008); "Experiencias laborales
juveniles. Los agentes telefónicos de call centers offshore en Argentina",
Trabajo y Sociedad, vol. IX, nº 10, Santiago del Estero, Argentina. (MTEySS).
Del Bono, A. y Bulloni, M. (2008).
Por lo
expuesto y atento a la necesidad de darle un marco legal que mejore las
condiciones de trabajo de este sector, es que solicitamos a nuestros pares que
acompañen con su voto la sanción del presente proyecto de ley.
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