jueves, 26 de marzo de 2015

TELEFÓNICOS: Adhesión al PARO del 31 de Marzo


La mitad de la gente con ingresos vive con menos de $ 5 mil al mes


DATOS DEL INDEC. Son 11,5 millones. Esto incluye a jubilados, asalariados, autónomos, titulares de planes o los que cobran una renta.
El mapa de la distribución del ingreso no solo muestra una fuerte desigualdad. Marca que mucha gente dispone de ingresos muy bajos y, en algunos casos, insuficientes. La estadística oficial dice que la mitad de las casi 23 millones de personas que tienen ingresos -sea porque trabajan, cobran una jubilación o disponen de una renta- reciben menos de $ 5.000 por mes.
Son datos del INDEC del IV Trimestre de 2014 difundidos ayer y proyectados a todo el país. Un año atrás, esa cantidad de gente recibía menos de $ 4.000.
Así, la mejora nominal en un año fue del 25%, muy por debajo de la inflación real que rondó entre el 36 y 38%, según las mediciones no oficiales. Esto significa que, por la mayor inflación, hubo un manifiesto deterioro del ingreso de la gente que afectó con más fuerza a los que menos ganan.
El universo de los que tienen algún ingreso incluye a los ocupados, ya sea que trabajen en blanco o en negro, en relación de dependencia, por su cuenta, como profesionales, a los jubilados y pensionados, beneficiarios de planes sociales o viven de una renta.
De esta manera, a pesar de las ayudas o prestaciones en dinero que mucha gente recibe del Estado, el reparto de la torta muestra grandes contingentes de trabajadores, jubilados o cuentapropistas con ingresos muy reducidos en relación a las necesidades básicas de las familias.
Es que esas 11,5 millones personas debe mantener un hogar. Y de esta información oficial surge que cada integrante de esas familias dispone de menos $ 100 por día para alimentarse, vestirse y cubrir el resto de las necesidades como salud o vivienda.
Si se desciende en la escala de ingresos, surge que el 30% de los que tienen ingresos -7 millones de personas– dispone de menos de $ 3.100 mensuales o, en promedio, menos de 60 por día porque, en muchos casos, deben compartir ese ingreso con sus cónyuges o hijos.
Ese valor no cubre el costo de una canasta básica “de pobreza”. Por eso, en base a las cifras del INDEC se calcula que la pobreza alcanza al 30% de la población total. Es sabido que el INDEC dejó de medir la indigencia y la pobreza.
Una parte de esta gente de ingresos tan bajos son asalariados informales, cuentapropistas, subocupados, jubilados o pensionados con el haber mínimo o gente que cobra algún plan de empleo. Por ejemplo, a fin de 2014, casi 1,5 millón de pensiones no contributivas percibían $ 2.200 mensuales.
Según el INDEC, el 57% de la población percibe algún ingreso y el 43% son personas sin ingresos -en su mayoría chicos o adolescentes- que dependen de sus familias.
En tanto, la mitad de las personas con ingresos inferiores a los $ 5.000 percibe el 22,3% del ingreso total. Y la otra mitad se queda con el 77,7% restante.
En el Norte del país los ingresos son todavía menores. Por ejemplo, en Posadas (Misiones), Resistencia (Chaco), Corrientes, Santiago del Estero, Salta, Formosa o San Juan, la mitad percibe menos de 3.800.
En el Sur, los ingresos son mayores, como en Tierra del Fuego donde la mitad percibe menos de $ 12.000, pero el costo la canasta básica para un matrimonio con 2 hijos es bien superior: a febrero era de $ 15.769 según la Dirección de Estadísticas y Censos de ese distrito. En la Ciudad de Buenos Aires, la mitad percibe menos de $  7.000 cuando la canasta básica para una familia tipo sumaba $ 12.655, según la Dirección de Estadísticas porteña.


domingo, 22 de marzo de 2015

A cuánto debería subir el mínimo no imponible de ganancias?





El llamado impuesto al trabajo volvió a quedar muy atrasado con respecto al alza de los precios y los salarios. Hoy impacta sobre los que ganan más de $15.000 brutos. Algunos especialistas calculan que debería estar en $24.000 y otros hasta $80.000 para no ser tan regresivo. 

El mínimo no imponible de ganancias no se actualiza desde septiembre de 2013 y quedó otra vez muy atrasado con respecto al alza de los precios y de los salarios. Se calcula que unos dos millones de trabajadores hoy pagan el tributo. La CGT oficialista descuenta que la Presidenta subirá el mínimo en los próximos días de cara a las próximas elecciones y a bajar los reclamos de las paritarias que llegan al 40%. Los gremios del transporte harán un paro nacional el 31 de este mes porque no quieren pagar más ganancias.

¿Cuánto sería una cifra razonable?

El titular de la CGT oficialista, el metalúrgico Antonio Caló, es un optimista. Está convencido que "muy pronto" el gobierno modificará el mínimo no imponible y las escalas del impuesto a las Ganancias sobre la cuarta categoría que reclaman todas las centrales sindicales.En declaraciones a DyN, Caló sostuvo: "estoy seguro que el impuesto a las Ganancias será modificado durante el proceso de las discusiones paritarias y para eso, falta poco tiempo".

La gran pregunta es a cuánto debería subir el mínimo no imponible, decisión que, según lo dicho por el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, está en el "joystick" de la Presidenta. Los distintos proyectos de ley para establecer un mecanismo similar al de las jubilaciones, con actualizaciones automáticas de acuerdo a la inflación o al índice de salarios del INDEC, fueron descartados por el gobierno. 

Para Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Responsabilidad Fiscal (IARAF), el mínimo no imponible de ganancias debería subir a sueldos mayores de $24.000 brutos (hoy impacta a partir de los $15.000 por mes tanto para trabajadores solteros como casados). "Así se mantendría el poder adquisitivo contando la inflación de los últimos dos años", le dijo a TN.com.ar. Su equipo armó un plan de reforma tributaria para el precandidato a presidente José de la Sota y allí fijó un nuevo mínimo no imponible de $17.300 pero con cambios en las distintas escalas que se aplican a medida que sube el sueldo, congeladas desde el año 2000, otro punto que suma a la "abierta inequidad" del impuesto, según Humberto Bertazza, presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas.

Esta inequidad del impuesto la creó el ministro de Economía de la Alianza, José Luis Machinea a fin de 1999. Por presión de más recaudación fiscal del FMI para renovar los créditos al país, dio el primer paso para transformar un tributo que era sólo para los altos ejecutivos en otro para aquellos que no ganan tanto. Las subas cada dos años y por debajo de la inflación de precios y sueldos durante la década pasada hizo que más asalariados paguen este tributo.

El mínimo de ganancias pasó en el año 2000 a aquellos que ganaban $4.500 y Machinea armó un esquema de escalas muy seguidas entre sí por las que con un leve aumento del sueldo, el empleado pasa a pagar mucho más del impuesto. 

Para medir la presión impositiva cabe destacar que en el año 2000, el salario mínimo vital y móvil era de $200. Representaba el 5% del piso de $4.500 de sueldo que comenzaba a pagar ganancias. Hoy, el salario mínimo es de $4.716 (creció 2.389% desde ese momento) pero paga ganancias quien gana más de $15.000. La relación salario mínimo- piso de sueldo del impuesto a las ganancias es hoy de 31%. Para volver a un equivalente de 5% como en el año 2000, el mínimo no imponible debería arrancar para sueldos de más de $80.000.

Otra forma más simple de calcular el mínimo no imponible más justo sería multiplicar por la inflación. El IARAF toma un alza de precios real de 1.071% entre 2001 y 2014, por lo ganancias debería hoy arrancar en sueldos de $48.000 aproximadamente

Lo concreto es que si la Presidenta no modifica el impuesto, tomando un alza salarial promedio del 30% para este año, un empleado casado con un sueldo estimado en $23.000 le va a dejar al fisco el equivalente a 1,9 sueldos en impuesto a las ganancias. La tentación para el gobierno de no tocar nada en este punto es grande. En febrero, la AFIP recaudó $25.000 millones por ganancias, un 35% más que un año atrás. La cifra anual podría superar los $220.000 millones, monto muy codiciado para un año que se espera un déficit fiscal en torno al 5% del PBI. 

Otra actualización de ganancias es reclamada por todo el arco sindical, tanto el afín al gobierno como el más opositor. Una suba sería muy bienvenida por los votantes en un año de elecciones. Y serviría también para moderar los reclamos de paritarias luego de una primera ronda con los gremios docentes que osciló entre 28% y 40 por ciento, un acelerador de la inflación que dejó una vara alta para las negociaciones que siguen.