DATOS DEL INDEC. Son 11,5 millones. Esto incluye a
jubilados, asalariados, autónomos, titulares de planes o los que cobran una
renta.
El mapa de la distribución del ingreso no solo muestra una
fuerte desigualdad. Marca que mucha gente dispone de ingresos muy bajos y, en
algunos casos, insuficientes. La estadística oficial dice que la mitad de
las casi 23 millones de personas que tienen ingresos -sea porque
trabajan, cobran una jubilación o disponen de una renta- reciben menos de $ 5.000 por mes.
Son datos del INDEC del IV Trimestre de 2014
difundidos ayer y proyectados a todo el país. Un año atrás, esa cantidad de
gente recibía menos de $ 4.000.
Así, la mejora nominal en un año fue del 25%,
muy por debajo de la inflación real que rondó entre el 36 y 38%, según las
mediciones no oficiales. Esto significa que, por la mayor inflación, hubo un
manifiesto deterioro del ingreso de la gente que afectó con más fuerza a los
que menos ganan.
El universo de los que tienen algún ingreso
incluye a los ocupados, ya sea que trabajen en blanco o en negro, en relación
de dependencia, por su cuenta, como profesionales, a los jubilados y
pensionados, beneficiarios de planes sociales o viven de una renta.
De esta manera, a pesar de las ayudas o
prestaciones en dinero que mucha gente recibe del Estado, el reparto de la
torta muestra grandes contingentes de trabajadores, jubilados o cuentapropistas
con ingresos muy reducidos en relación a las necesidades básicas de las
familias.
Es que
esas 11,5 millones personas debe mantener un hogar. Y de esta información
oficial surge que cada integrante de esas familias dispone de menos $ 100 por
día para alimentarse, vestirse y cubrir el resto de las necesidades como salud
o vivienda.
Si se desciende en la escala de ingresos,
surge que el 30% de los que tienen ingresos -7 millones de personas– dispone de
menos de $ 3.100 mensuales o, en promedio, menos de 60 por día porque, en
muchos casos, deben compartir ese ingreso con sus cónyuges o hijos.
Ese valor no cubre el costo de una canasta
básica “de pobreza”. Por eso, en base a las cifras del INDEC se calcula que la pobreza
alcanza al 30% de la población total. Es sabido que el INDEC dejó de
medir la indigencia y la pobreza.
Una parte de esta gente de ingresos tan bajos
son asalariados informales, cuentapropistas, subocupados, jubilados o
pensionados con el haber mínimo o gente que cobra algún plan de empleo. Por
ejemplo, a fin de 2014, casi 1,5 millón de pensiones no contributivas percibían
$ 2.200 mensuales.
Según el
INDEC, el 57% de la población percibe algún ingreso y el 43% son personas sin
ingresos -en su mayoría chicos o adolescentes- que dependen de sus familias.
En tanto, la mitad de las personas con
ingresos inferiores a los $ 5.000 percibe el 22,3% del ingreso total. Y la otra
mitad se queda con el 77,7% restante.
En el Norte del país los ingresos son todavía
menores. Por ejemplo, en Posadas (Misiones), Resistencia (Chaco), Corrientes,
Santiago del Estero, Salta, Formosa o San Juan, la mitad percibe menos de
3.800.
En el Sur, los ingresos son mayores, como en
Tierra del Fuego donde la mitad percibe menos de $ 12.000, pero el costo la
canasta básica para un matrimonio con 2 hijos es bien superior: a febrero era
de $ 15.769 según la Dirección de Estadísticas y Censos de ese distrito. En la
Ciudad de Buenos Aires, la mitad percibe menos de $ 7.000 cuando la canasta básica para una familia tipo sumaba
$ 12.655, según la Dirección de Estadísticas porteña.
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