miércoles, 10 de octubre de 2018

OTT: Netflix se lleva el 15% del consumo de banda ancha del mundo


OTT: Netflix se lleva el 15% del consumo de banda ancha del mundo
The Netflix Inc. website and logo are displayed on laptop computers arranged for a photograph in Washington, D.C., U.S., on Tuesday, Jan. 21, 2014. Netflix Inc., the largest subscription streaming service, is expected to release earnings data on Jan. 22. Photographer: Andrew Harrer/Bloomberg via Getty Images
La plataforma de contenido Netflix explica el 15% del consumo total de banda ancha en todo el mundo. El dato lo reveló un estudio del Global Internet Phenoman Report a partir de una investigación que comenzó en 2017.
Detrás de Netflix recién aparece con el 13% de la banda global los servicios de streaming en formato HTTP y Youtube, con el 11%.
Banda ancha y OTT
El informe reabrió el debate sobre las OTT, es decir, servicios que consumen banda ancha por encima de lo normal (Over The Top). Se trata de aquellos servicios que, como Netflix o YouTube, pueden consumirse directamente desde los smartTV, sin acceder a un navegador. Algunos números son verdaderamente reveladores: en horarios pico, Netflix puede llegar a explicar el 40% del consumo global.
El estudio fue realizado por el fabricante de tecnología para navegación digital canadiense Sandvine y publicado en Vanity.
Fuente:  Revista Fibra 

martes, 9 de octubre de 2018

SAOCOM: el satélite argentino que sólo Japón logró construir y que la NASA quiere, en órbita desde hoy



SAOCOM: el satélite argentino que sólo Japón logró construir y que la NASA quiere, en órbita desde hoy
De 3 toneladas de peso y fabricado íntegramente en el país, servirá para generar sistemas de alerta temprana de inundaciones elaborar mapas de riesgo de enfermedades de los cultivos, vigilancia del mar argentino frente a la pesca ilegal, y también para dar soporte a la gestión de emergencias ambientales
El satélite más grande y complejo jamás construido íntegramente en Argentina espera paciente dentro del cohete lanzador su tiempo de gloria. Ese que alcanzará una vez que sea colocado en el espacio a unos 620 kilómetros de la Tierra y comience a brindar valiosos datos de suelo y agua.
El cohete, un Falcon 9 Block 5 de la empresa SpaceX, perteneciente al multimillonario emprendedor Elon Musk, será lanzado este domingo pasada las 23 horas locales en la Base Vandenberg en California, que administra la Fuerza Aérea de los Estados Unidos,
Unos 30 argentinos ultiman los detalles del satélite en la base militar, mientras otros cientos lo hacen desde nuestro país. Pero hay muchos otros ojos pendientes de este lanzamiento y comienzo del trabajo concreto del primer satélite de radar argentino. Esos ojos pertenecen a científicos, ingenieros y empresas de diversos países que no pueden creer que en Argentina se haya desarrollado esta capacidad tecnológica partiendo desde cero.

Su construcción real demandó 5 años, pero el proyecto data desde 1998. En estos 20 años su planificación, financiamiento y construcción atravesó 7 gobiernos (Menem, De la Rúa, Duhalde, Kirchner, Fernández de Kirchner y Macri), con todas las crisis económicas y políticas que conocemos.

Es tan impresionante el desarrollo argentino que basta saber cuántos países lograron este hito. Sólo uno: Japón. La agencia espacial japonesa JAXA tiene en su haber dos satélites-radar en banda L, el Alos I y II que operan en forma plena y exitosa. Inclusive, la NASA está muy interesada hoy en tener este tipo de tecnología en el espacio y por eso se asoció a la India para construir una serie de satélites similares.
Las aplicaciones que tienen los aparatos japoneses y los beneficios que generan no paran de crecer, tanto en uso civil como militar (defensa). Ejemplos de su accionar indican que el satélite Alos detectó un posible deslave (desmoronamiento de tierra por acción del agua), lo que permitió evacuar a tiempo a los ciudadanos de una pequeña ciudad japonesa de montaña antes que el barro arrasara con las viviendas.
En tanto, el satélite Alos II monitorea el mar de Japón y la navegación china y norcoreana en aguas militarmente "calientes", anticipando la ubicación de distintos barcos de guerra, ya sea por su fotografía, como también por la estela que deja en el agua.

"Los japoneses se han sorprendido muchísimo con este proyecto argentino. Como cada misión satelital compleja, el aparato es sometido a muchas instancias de revisión y prueba por ingenieros argentinos y de otras agencias espaciales que participan como jurado pertenecientes a varias agencias espaciales de EEUU, Japón, Canadá y Europa. Ellos no podían creer que estuviéramos haciendo este complejo satélite desde cero, sin ningún know how previo. No había experiencia en Argentina en la construcción de un instrumento de radar polarimétrico, con una antena muy grande y mucha sensibilidad en sus integraciones", explicó a Infobae la Investigadora Principal de la Misión SAOCOM de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Laura Frulla.

"Sólo Japón dispone de satélites con banda L que permiten estudiar la superficie terrestre en general. Las aplicaciones del aparato se adaptan a múltiples necesidades. Los científicos japoneses lograron conocer el instrumento radar argentio al detalle y quieren verlo funcionar ya", remarcó la doctora en Física egresada de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.

Nicolás Renolfi, jefe del proyecto Saocom en Invap, la empresa que construyó el satélite, precisó a Infobae que el Saocom 1A es un satélite de órbita baja con fines científicos y llevará un radar de apertura sintética, que aportará imágenes en blanco y negro, con una resolución espacial de entre 10 y 100 metros, con diferentes ángulos de observación.

"La gran diferencia con las cámaras es que no necesita de la luz, la imagen podrá atravesar una tormenta e, incluso, penetrar el terreno en centímetros o metros, dependiendo de las características. Los objetivos principales son la medición de humedad desde el espacio y ayudar en emergencias", explicó.
Las imágenes podrán ser tomadas independientemente de las condiciones meteorológicas y de la hora del día, de distintas zonas de la Tierra, en tiempo real, y se podrán hacer en 3D. "Fotos tomadas de una misma montaña en verano y en invierno con nieve permitirán saber el caudal de agua previsto. En el caso de las zonas inundadas, permitirá tener un detalle de cada región. Además tendrá aplicaciones de defensa, ya que puede monitorear en tiempo real el mar argentino y divisar por ejemplo si se está cometiendo una pesca ilegal", remarcó el ingeniero electrónico, que trabaja en Invap desde el año 2000.
"Este logro demuestra que en Argentina se puede, y que no hay que achicarse. Uno no sabe cómo lo va a hacer, pero sabe que lo puede hacer. Nosotros no sabíamos nada de radares. Y menos de colocar uno sobre un satélite", afirmó el experto.

UN SATÉLITE ÚNICO

Enmarcado en el Plan Espacial Nacional, el SAOCOM 1A (Satélite Argentino de Observación con Microondas) fue desarrollado y construido por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) junto con empresas y organismos como INVAP, VENG y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), con participación de unas 80 empresas de tecnología e instituciones del sistema científico-tecnológico del país y la colaboración de la Agencia Espacial Italiana (ASI).
El proyecto se inició en 2008, dando comienzo a la construcción del satélite concretamente en 2013, en distintos puntos del país: Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Río Negro. Después de 5 años, un récord para la construcción de un satélite tan complejo como este, el aparato se encuentra en cuenta regresiva para su lanzamiento y puesta en órbita.
La misión SAOCOM llevará al espacio una compleja tecnología de observación de la Tierra. Se trata de un instrumento activo que consiste en un Radar de Apertura Sintética (SAR, por sus siglas en inglés), que trabaja en la porción de las microondas del espectro electromagnético, particularmente la banda L.
Tiene tres paneles solares y una plataforma de servicio de 4,7 m de altura por 1,2 m de lado. Observará el planeta de día y de noche, con lluvia o nubes y podrá trasmitir gracias a su antena radar de siete paneles.
Una vez en el espacio, la antena radar del satélite emitirá hacia la Tierra pulsos en microondas que interactuarán con los elementos de la superficie. Esos pulsos volverán a la antena y brindarán información de los elementos que puedan encontrar en la Tierra (hielo, vegetación, suelo, agua, edificios, barcos, etc.). Allí el satélite recibirá esos pulsos y generará paquetes de datos que enviará al Centro de Control de la Misión, ubicado en Córdoba, Argentina.
El satélite, de 3 toneladas de peso, está específicamente diseñado para que pueda servir a la agricultura y a la hidrología, pero también, por ejemplo, permitirá la generación de modelos digitales de elevación del suelo, modelos hidrológicos, para generar pronósticos de inundaciones o sequías, entre otros muchas aplicaciones.
Se trata de un proyecto desarrollado en colaboración con la Agencia Espacial Italiana (ASI) e integra de manera operacional, junto con los satélites italianos COSMO-SkyMed, el SIASGE (Sistema Italo-Argentino de Satélites para Gestión de
Emergencias).
El SIASGE estará integrado por dos satélites SAOCOM 1A y 1B, provistos por la CONAE y cuatro satélites de la Constelación Italiana COSMO-SkyMed, de la ASI. Este conjunto de satélites permitirán obtener información certera y actualizada de incendios, inundaciones, erupciones, terremotos, avalanchas, derrumbes y deslaves.
Los 6 satélites se encontrarán ubicados en órbitas polares a la misma altura, en distintos planos orbitales, de tal manera que el conjunto funcione como un instrumento con un enorme ancho de visión sobre la tierra. Esto permitirá un monitoreo en tiempo casi real, ya que se obtendrá actualización de la información cada 12 horas, especialmente necesario para el monitoreo y seguimiento de la evolución de catástrofes. Las imágenes, unas 225 fotos por día, podrán ser tomadas independientemente de las condiciones meteorológicas y de la hora del día, de distintas zonas de la Tierra, en tiempo real, y se podrán hacer en 3D.

USO CIVIL Y COMERCIAL
La utilidad de los satélites Saocom tienen un abanico de aplicaciones, tanto civiles como también comerciales. "La misión es parcialmente comercial. Es una situación espejo a los italianos Cosmo Skynet. Todo usuario que quiera la información para comercializarla, deberá pagarla. Pero quienes la quieran para uso acádémico, institucional o gubernamental, será gratuita. Para ello, deben previamente firmar una licencia de uso en el marco del convenio con Conae para que esos datos no terminen en manos privadas", comentó Frulla

En el ámbito comercial, será de mucha utilidad para el productor agropecuario, por ejemplo. Frulla comentó las instancias que van desde el satélite al productor: una vez obtenidas las imágenes, se envían a la estación receptora que la Conae tiene en la localidad cordobesa de Falda del Carmen, donde son procesadas para generar distintos niveles de información que se convertirán en los insumos para las diferentes aplicaciones para la agricultura y la hidrología.

"Una vez procesadas, el productor va a poder ingresar a nuestra web desde su dispositivo (tablet, celular o notebook) y le suministrará al programa las características de su campo y las condiciones meteorológicas, y un software le va a devolver el reporte en forma de texto o gráficos con una estimación de rinde, o el contenido de humedad en el suelo, o la posibilidad de fertilizar de acuerdo a la situación que desee conocer", concluyó la especialista.

Fuente : INFOBAE 07.10.2018

sábado, 6 de octubre de 2018

Cómo es la base argentina que explora el universo



Viva estuvo en la Estación Malargüe, Mendoza, de la Agencia Espacial Europea. Será clave en una inminente misión a Mercurio. 
La antena DSA 3 se despereza como un gigante en la noche desértica. Apoyada en su base de hormigón, despliega sus articulaciones mecánicas y orienta su cabeza, un reflector de 35 metros de diámetro, hacia Marte, hacia la misión Mars Express, lanzada en junio de 2003, con la que intercambia información en este instante: a 74.702.289 km de distancia. La vemos iluminada de un verde fosforescente, bajo una vía láctea al alcance de la mano, parados a la intemperie, entre volcanes y la cordillera nevada. Qué importa la temperatura bajo cero: sobre nosotros, la luna plateada y el planeta rojo, lluvias de estrellas, satélites en órbita, lechuzas y murciélagos que revolotean entre los paneles del plato. Sacamos fotos con el teléfono: hay que alardear de que somos testigos privilegiados del vasto universo. Pero, zas, no podemos mandarlas por whatsapp. No, no hay caso. Acá no hay señal. El arte de arruinarnos los instantes mágicos.

La Estación de Seguimiento de Satélites de Malargüe de la ESA (Agencia Espacial Europea) es un sitio desde el que podés comunicarte con planetas remotos pero no con tu esposa (evitemos las alegorías); el punto donde confluyen la más sofisticada tecnología espacial y los puesteros con sus rebaños de chivitos: siglo XXI y siglo XIX. Está 45 km al sur de la ciudad de Malargüe, de 23.000 habitantes: desde ahí tomamos la ruta 40 y empalmamos con la 186; barro tal vez, piedras, sedimentos volcánicos, serruchos inhumanos; los riñones se agitan como maracas y los glúteos rebotan como viejas pelotas Pulpo. Parte del convenio firmado en 2009 entre la ESA y la Argentina incluía la pavimentación de esta ruta, por parte nuestra. Pero sólo vemos trabajadores viales en huelga, maquinarias varadas y después la nada.
A los saltos, Diego Pazos, director de operaciones satelitales de Telespazio Argentina, responsable del equipo de Mantenimiento y Operación de Malargüe, nos explica el funcionamiento de las antenas de espacio profundo –que permiten el contacto con misiones a más de 150.000.000 de kilómetros– y nos cuenta travesías más arduas por la 186. Una vez, un desperfecto mecánico de la 4x4 lo dejó al borde del camino. Mientras esperaba al auxilio, tuvo la pésima idea de tomar una piedra. Un alacrán le aguijoneó una mano. En la estación, se miró en un espejo: “Era el muñeco de Michelin”. Tuvieron que tratarlo de urgencia con corticoides.
La DSA 3 aparece en miniatura en el parabrisas y va creciendo. Mide 40 metros: la distancia y las montañas la empequeñecen. Y el volcán Malacara, enfrente, con manchas de lava que le dan un aire de cabeza veteada de caballo. “Está formalmente activo –explica Pazos, ingeniero, apicultor y músico de rock–. En la estación tenemos planes de contingencia y evacuación para cualquier tipo de actividad volcánica, cenizas volcánicas, sismos (la estructura de la antena está enclavada a 15 metros de profundidad, en el basalto volcánico, zona sísmica tipo 3), inundaciones, incendios, nevadas fuertes, granizo, vientos arrasadores. Estamos en un lugar salvaje y aislado. Tenemos que prever todo. Los hospitales quedan muy lejos; una ambulancia o un carro de bomberos tardarían horas. El único evento de fuego que tuvimos lo apagamos nosotros.”

Circulamos por el parque científico de 10 km de radio que rodea a la estación. Ahí está prohibida cualquier actividad –petrolera, minera, otras– que perturbe la función de la antena, operada desde Alemania junto con otras dos casi gemelas: la DSA 1, en Australia, y la DSA 2, en España. Entre las tres cubren los 360 grados de rotación de nuestro planeta y se combinan para explorar la galaxia. “Con Malargüe, que es la más difícil y remota, la ESA logró la independencia operativa para misiones Deep Space. Antes teníamos que utilizar estaciones de la NASA en estas longitudes”, nos dirá Marc Roubert, francés, ingeniero en mantenimiento de la ESA.

Pero eso será en un rato, porque ahora cruzamos la garita de entrada. El árido terreno de la estación, de apenas un kilómetro cuadrado, a 1.550 metros sobre el nivel del mar, está protegido por un cerco infrarrojo y circuitos cerrados de TV. Aunque el principal visitante, fuera de puesteros y animales salvajes, es el viento helado que a veces no permite caminar ni abrir puertas. Cuando sopla a menos de 120 km por hora, la antena se mantiene operable. No es raro que lo haga a 140 o 150, y que haya que llevar a la DSA 3 a una posición de resguardo. Cuando la nieve la congela –en invierno se llega a los 20 grados bajo cero–, hay que practicar otras maniobras.
Adentro, en un ambiente controlado, aséptico, futurista, con calefacción, nos reciben los seis argentinos y el italiano que forman el equipo de mantenimiento y operación. No hay mujeres: la única que visita la estación es una consultora en seguridad, higiene y medio ambiente. En los pasillos brillan imágenes de las misiones monitoreadas actualmente desde esta base, inaugurada en diciembre de 2012 a un costo de más de 50 millones euros. Entre otras, Mars Express (estudia la atmósfera y la geología de Marte), ExoMars (procura determinar si hubo vida en ese planeta) o Gaia (mide la posición exacta de millones de estrellas). La expectativa más inmediata está puesta en la BepiColombo, que será lanzada a Mercurio el 19 de octubre.
Pazos nos lleva a conocer el interior de la DSA 3, una especie de submarino. Nos habla de equipos que trabajan en altísima tensión, de ondas electromagnéticas de altísima potencia, de sistemas de refrigeración a altísima presión. Cuando le pedimos que abandone lo técnico, y nos diga qué sensaciones, qué reflexiones metafísicas o filosóficas le provoca el contacto con el espacio, contesta: “La verdad, somos muy fríos con eso. Sé que no es lo que quieren escuchar. Nos da lo mismo operar una misión a Marte, Venus o Mercurio. Nos motiva confirmar parámetros, seguir entrenándonos, estar en la cresta de la ola tecnológica. Acá vivimos hitos espaciales. Pero sólo hubo algarabía cuando Philae (módulo de aterrizaje de la sonda Rosetta) hizo landing en un cometa. Nuestro trabajo es recibir y emitir información, sin fallas.”

De pronto, junto a un panel metálico del que se extraen computadoras ultrachatas, Pazos lanza, amable pero firme: “Traten de no apoyarse en nada. Pueden parar la transmisión desde la sonda”. Entonces notamos que habíamos estado a punto de apoyarnos en una perilla roja de emergencia: los planes de contingencia no contemplaron la torpeza de los enviados de Viva. Y ahora hay que distender. Preguntamos, en broma: ¿Pagan mucho de luz? La respuesta es en serio y con la boleta de agosto en mano: 342.979 pesos. Tarifazo galáctico.
Nos salva la convocatoria al almuerzo. Una empresa gastronómica –en la estación no se cocina– mandó viandas con un lomo excelso y rusa. Hay opciones para vegetarianos o personas a dieta. Todo ideal, salvo unos gritos que quiebran el silencio de montaña. Es Horacio Pagani, desde un televisor, en Estudio fútbol. Alrededor de la mesa, activados por la crispación, los operadores también tienen sus polémicas, tamizadas por el humor y disueltas por el profesionalismo y el espíritu de equipo. Temas: política (hay grieta), fútbol (también, obvio), porteños vs. mendocinos y resto del mundo (el rechazo que causamos es planetario), argentinos vs. italiano (hasta lo sometieron a bullying de baja intensidad cuando Uruguay eliminó a Italia en el Mundial 2014, poniéndole La celeste, de Jamie Roos). A Pazos suelen esconderle su plato de Racing, que ahora es cedido al autor de esta nota, otro fanático del equipo de Avellaneda.

Cuando entramos en confianza pero no completamos la digestión, Guillermo Maresca, técnico electromecánico de Luján de Cuyo, Mendoza, nos muestra un frasco que decora su oficina: en un líquido ambarino, acaso formol, aunque sólo miramos de reojo, se amontonan una yarará, una tarántula, un escorpión, un murciélago, una avispa “matacaballos” y un cucarachón rojo. Muertos, por si pregunta Susana. “Lindo escabeche, ¿no?”, bromea Maresca, que instalaba sistemas de aire acondicionado y que ahora se siente “en la Fórmula 1 para mi especialidad”. “También siento el orgullo malargüino de trabajar con misiones en el espacio”, agrega.
Afuera hay animales más grandes que los que colecciona: liebres, guanacos, zorros, pumas y aves de todo tipo: choiques (ñandúes), caranchos, cóndores, loros barranqueros. Un zorro solía acercarse al límite perimetral de la estación en busca de comida. Los operadores lo tomaron casi como mascota hasta que un día desapareció. Al poco tiempo lo encontraron muerto, probablemente envenenado por algún puestero que mata depredadores –zorros, pumas– para que no maten a su ganado.

Fabricio Cinta, técnico en electrónica con orientación en telecomunicaciones y, según su definición, “vieja gloria futbolística de El Porvenir de San Rafael”, hace una suerte de stand-up a la hora de los postres. Luego, habla de los vecinos de la estación: hombres trashumantes con los que conviven en cooperación y armonía. “Los crianceros hacen queso de cabra, curten cueros, crían y carnean chivitos. Muchos viven sin energía eléctrica, en puestos de barro con cocina a leña. Sólo tienen radio, AM 790, por la que se pasan mensajes. También hay otros con buenas camionetas.” Los viernes, día de parrillada, un criancero les provee la materia prima. “Nos hace elegir un chivito entre los que están pastando y al rato lo tenemos en la parrilla”, dicen los técnicos, sin culpa y sin que reaccione el único vegetariano. La zona para fumar es una especie de terraza vidriada. El vino (Mendoza, recordemos) está prohibido. Y, si no lo estuviera, jamás lo delataríamos.
En la cocina, que es eléctrica, porque la estación no tiene gas, hay un corcho con máximas: “Sin ingenieros la ciencia es sólo filosofía” (la preferida de Pazos); “Hay que intentar ser el mejor, pero nunca creerse el mejor” (Juan Manuel Fangio). Los técnicos trabajan de lunes a viernes de 8 a 17, si no quedan aislados por la creciente de arroyos o por fenómenos climáticos; el resto del tiempo cumplen “guardias pasivas”. Las órdenes suelen llegar desde Alemania a cualquier hora argentina, sobre todo si desde allá detectan alguna complicación. “Es común que hagamos el peligroso camino de la 186 en medio de la noche. Venimos con dos camionetas, por las dudas”, explican sin quejas .

Los operadores reciben capacitación en tecnologías de vanguardia. “La ESA tiene estándares altos. A veces hacemos cursos en Alemania; otras, vienen ellos acá”, nos dice Juan Pablo Galera, ingeniero en electrónica y telecomunicaciones de San Rafael. Otra exigencia es hablar inglés. Todos lo manejan; los más rezagados reciben clases particulares del malargüino Rafael Cara, alias Kato, personaje de El avispón verde. Además de profesor de inglés, Kato es técnico superior en higiene y seguridad, y se encarga de la administración y compras. “Trato de comprar insumos locales, aunque si necesitás un termómetro láser, digamos que se hace difícil.”
Leonardo Olmedo es técnico en electrónica recibido en Hurlingham. Aunque nació en CABA, aclara que no es el típico porteño agrandado, “palangana, como le dicen acá”. Y sigue: “En 2007, con mi mujer decidimos mudarnos a Malargüe, donde habíamos pasado las vacaciones un año antes. Estábamos cansados de la locura de Buenos Aires; veníamos mal del laburo. Yo arreglaba computadoras y manejaba las redes de internet de un colegio. Nuestro proyecto era distribuir internet en Malargüe. Nos vinimos, dejando atrás a las familias. No fue fácil.” Terminó trabajando para la ESA. “A la salida, arreglo computadoras en Malargüe, donde alcancé la paz total. Malargüe es una ciudad de primera... Ponés segunda y te fuiste”, bromea, un tanto aporteñado.

El diez por ciento del tiempo de antena es usado, por convenio, para proyectos científicos nacionales. “La Argentina no tiene hasta el momento misiones Deep Space. La CONAE está desarrollando otros proyectos, como el relevamiento de estrellas usando la antena como un radiotelescopio”, sostiene Pazos. Al margen del trabajo, mucho, no es fácil llenar las horas libres. Casi todos juegan al paddle, que en Malargüe parece tan en auge como en la Buenos Aires de los ‘90. Uno de los fanáticos es Diego Aloi, ingeniero industrial al frente del equipo. Su acento nos suena chileno, aunque lo adquirió en Mendoza capital. Es el italiano. Hasta los 11 años vivió allá, en un pueblito del norte. Hasta que sus padres emigraron a Mendoza. Serio, riguroso, dice que, aunque lleva más de dos décadas acá, no se acostumbra a los chistes con múltiples sentidos, a la impuntualidad y a la cena después de las 8.
Se vienen misiones de la ESA apasionantes, no sólo la de Mercurio. Euclid, en 2021, para mapear la geometría del universo oscuro; Juice, en 2020, que llegará a Júpiter en 2029. Augusto de Nevrezé, el más joven del equipo, de 32 años, ingeniero en electrónica, sueña con eso. Trabajó en el Observatorio Pierre Auger, de Malargüe, en donde se busca el origen de los “rayos cósmicos”. Después viajó al sur, para trabajar en la industria del gas y del petróleo. En 2016 se enteró de que iba a ser padre y volvió a Mendoza y acá está. Junto a su escritorio pegó fotos de astronautas. Tiene aspecto de científico y pasión astronómica: “Soy fanático del espacio. Me siento orgulloso de sumar un granito de arena en esta industria. Todo lo que está más allá del universo visible y palpable es fascinante. Este es mi lugar en el mundo”.

BepiColombo: misión Mercurio
El 19 de octubre se lanzará BepiColombo, misión de la ESA en cooperación con JAXA, Agencia Espacial Japonesa, a Mercurio. El viaje durará más de 7 años: recién a fines de 2025 estará orbitando ese planeta, a temperaturas de 350 grados.“La estación de Malargüe va a estar involucrada en la misión desde el lanzamiento, en Kourou, Guayana Francesa –explica Diego Pazos–.
BepiColombo está formada por dos sondas que orbitarán Mercurio. Para evitar daños por la alta temperatura, el satélite tiene que girar: si orbitara de manera estática, el sol le pegaría de un lado y se reduciría la vida útil o no se podría operar. La motivación es desarrollar tecnología, industria, materiales y, por supuesto, explorar el universo. Mercurio está cerca del Sol y, en cierta forma, se parece a la Tierra. Se estima que explorándolo se podrá explicar parte de la formación de nuestro planeta.”

Fuente. Revista Viva

jueves, 4 de octubre de 2018

UNO de CADA 5 TRABAJADORES TIENE RETENCIONES


Impuesto a las ganancias: lo pagan 560.000 trabajadores más que en 2015

Los números indican que sobre 1.939.994 retenciones de Ganancias, 1.638.433 son trabajadores en relación de dependencia. 

 

A casi 2.000.000 trabajadores en relación de dependencia, jubilados y pensionados les retuvieron de sus sueldos y haberes en julio pasado el impuesto a las Ganancias. Es casi la misma cantidad que en igual mes del año pasado, pero son 250.000 más que en 2016 y 745.000 más que en 2015.

Los números fueron aportados por el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, en el informe que brindó el miércoles en la Cámara de Diputados

Los números indican que sobre 1.939.994 retenciones de Ganancias, 1.638.433 son trabajadores en relación de dependencia. En este caso, son 85.000 menos que en 2017, pero 270.000 más que en 2016 y 560.000 más que en 2015. Todas estas cifras son similares al promedio de cada año. Y representan casi el 20% de los 9 millones de asalariados del sector público y privado registrados. O sea, uno de cada 5 trabajadores tiene retenciones en Ganancias.

 

Del Informe se desprende que más trabajadores están alcanzados por el impuesto a las Ganancias que tres años atrás, a pesar que en términos reales los ingresos de los trabajadores, y también de los jubilados y pensionados, en términos reales tuvieron una importante reducción por la vía de una mayor inflación.

Este año están pagando Ganancias, los solteros con un ingreso neto (después de los descuentos de Jubilación y obra social) de más de $ 30.000 y los casados con 2 hijos con más de $ 40.000 netos.

Peña señaló que la alícuota promedio estimada para la cuarta categoría que engloba a empleados en relación de dependencia y jubilados-pensionados en 2017 fue del 25%. Ese porcentaje de descuento se aplica sobre el excedente del minino no imponible y otras deducciones.

El Jefe de Gabinete también señaló que "respecto a la posibilidad de exceptuar el aguinaldo del pago de ganancias de cuarta categoría, el Ministerio de Hacienda informa que no ha recibido indicación alguna y además, no hay facultad para hacerlo desde el Poder Ejecutivo ya que debe realizarse por Ley y compete al Poder Legislativo".

Fuente: https://www.clarin.com/economia/impuesto-ganancias-pagan-560-000-trabajadores-2015_0_dvWQfAhgm.html

 

lunes, 1 de octubre de 2018

Beneficios de ser afiliado…

Beneficios de ser afiliado…

 

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sábado, 29 de septiembre de 2018

viernes, 28 de septiembre de 2018

Osvaldo IADAROLA. Intervención en VI congreso ordinario de FATTEL - Chaco 2018.



Reforma del estatuto de FATTEL : Congreso Extraordinario. Chaco 2018

El IV congreso extraordinario Chaco 2018 aprobó la reforma de estatutos de FATEL. En este vídeo los cambios más significativos que se introdujeron en la reforma


La POBREZA alcanzó el 27,3% y hay más de 11 millones de pobres

La POBREZA alcanzó el 27,3% y hay más de 11 millones de pobres

Según las cifras reveladas por el Indec, hay 750.000 más personas en situación de pobreza si se compara con seis meses atrás.

En 6 meses la pobreza aumentó del 25,7% al 27,3% de la población urbana. Son 11.150.000 pobres. De ese total, la indigencia creció del 4,8 al 4,9%, unos 100.000 indigentes más de acuerdo a los datos del INDEC.

Esto pasó por el deterioro de los ingresos de la gente, la mayor inflación y la menor ocupación, y se descuenta que marcará un incremento de ambos indicadores sociales claves

Si se incluye la población rural, el total de pobres alcanzaría 12.500.000 personas.

La anterior medición del INDEC, del segundo semestre de 2017, arrojó una pobreza del 25,7%, equivalente a 10.400.000 pobres. En tanto, de esos totales, la indigencia fue del 4,8% y 1.900.000 indigentes.

La presidencia de Mauricio Macri arrancó con una pobreza del 32,2% en el segundo trimestre de 2016, para disminuir al 30,3% en el segundo semestre de ese año, al 28,6% en el primer semestre de 2017 y al 25,7% en la segunda mitad de ese año.

El INDEC no difundió datos anteriores "dado que, conforme a la emergencia estadística, el INDEC ha dispuesto que las series publicadas con posterioridad al primer trimestre de 2007 y hasta el cuarto trimestre de 2015, deben ser consideradas con reservas".

Al abarcar la primera mitad de 2018, las cifras oficiales comprenden un primer trimestre positivo –con aumento de la actividad y el empleo- con un segundo donde cayó muy fuerte la producción más allá de la sequía, aumentó el desempleo, se disparó la inflación y hubo una caída muy fuerte de la ocupación y de los ingresos de los asalariados informales.

En consecuencia el aumento de la pobreza y la indigencia está amortiguado por los datos de principios de año.

Para la segunda mitad de este año se descuenta que la pobreza seguirá en aumento porque se espera una caída de la actividad de entre el 3 y 4% y un incremento de la inflación, con salarios y jubilaciones rezagados. Ese dato se conocerá recién en marzo de 2019.

© Ismael Bermudez

https://www.clarin.com/politica/datos-oficiales-pobreza-alcanzo-27_0_qJOnSwUzB.html

 

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Velocidad de Internet: cuando no llega la contratada

Velocidad de Internet: cuando no llega la contratada

¿A qué llamamos Velocidad de Internet?

¿Qué son los megas?

No llegan los megas contratados

Cómo hacer un test de velocidad de manera correcta

 

No hay semana donde alguno de nuestros clientes no tenga dudas respecto a su velocidad de Internet. Es normal. Cuando contratas una conexión, esperas que esos 100, 200 o 300 megas, lleguen siempre, a todas horas y en toda circunstancia. Pero la realidad es otra, y no es que las compañías de telecomunicaciones traten de engañar al usuario, sino que existen una gran cantidad de situaciones y factores que influyen en la famosa velocidad del Internet. En este artículo vamos a profundizar en ellos para que sepas por qué, a veces, la velocidad no es la contratada.

¿A qué llamamos Velocidad de Internet?

Test de velocidad de Internet Antes de entrar en materia, lo mejor es tener claro a qué nos referimos cuando hablamos de la velocidad de Internet.

Cuando un usuario contrata una conexión a Internet, como por ejemplo pro FIBRA, se ofertan una serie de modalidades con unas velocidades asociadas. Veamos una:

300/30 Mbps

¿Qué significan estos valores? Pues que tenemos:

Una velocidad de descarga: de Internet hacia nuestro router de 300 Mbps.

Una velocidad de subida: de nuestro router hacia Internet de 30 Mbps.

Como su nombre indica, la descarga nos permite bajar documentos, archivos, ver películas, cargar páginas webs, etc. Por su parte, el canal de subida nos habilita para enviar correos electrónicos, archivos, subir fotos a la nube, etc.

Muy bien, pero ¿qué es eso de Mbps? Pues son lo que coloquialmente llamamos megas.

¿Qué son los megas?

Los megas. Otro de los grandes malentendidos al hablar de velocidades de Internet. Habitualmente, usamos la palabra megas tanto para hablar de Megabytes como de Megabits. Salvando las distancias, es como hablar de gramos o toneladas, pues son unidades diferentes. Te explicamos la diferencia:

 

Mbps: con la "b" en minúscula, hace referencia a Mega bits por segundo, que es la unidad de medida estándar que utilizan todos los proveedores de Internet al hablar de velocidad o ancho de banda. A veces se ve escrito como mbps, pero esto es incorrecto, pues la m minúscula es abreviatura de mili.

MBps: con la "B" en mayúscula, significa Mega bytes por segundo, que parece igual pero no es lo mismo, pues 1 byte equivale a 8 bits. Esta unidad es la que solemos ver en casi todos los ordenadores o dispositivos cuando vemos alguna velocidad de transferencia.

Para que lo veas todavía más claro, vamos a calcular estos megas en bits, que es la unidad más pequeña de información en los ordenadores:

1 Mb (Megabit)= 1.024 Kb (Kilobits)= 1.048.576 bits

1 MB (Megabyte)= 1.024 KB (Kilobytes) = 1.048.576 bytes = 8.388.608 bits

¿No es lo mismo verdad? Por eso es importante fijarnos en las unidades que aparecen en los test de velocidad o las que vemos en Windows o páginas de Internet. Podemos estar mezclando bits con bytes.

Sega Megadrive

¿Recuerdas la Sega Megadrive? Era una consola con una CPU de 16 bits, es decir, 2 bytes 😉

No llegan los megas contratados

Cuando hacemos un test de velocidad y vemos que no alcanzamos los megas contratados, pueden existir varias causas:

¿Usamos una página de test independiente?

Es muy importante utilizar una página independiente de tu operador de telecomunicaciones. Una perfecta es Fast.com de Netflix, que te dará el valor en Mbps.

¿Hacemos el test desde un único dispositivo?

Fíjate en el punto donde explicamos lo de la velocidad de descarga y subida, hemos puesto en negrita la palabra router. ¿Por qué? Pues porque lo que el proveedor garantiza es la velocidad hasta tu router. A éste, pueden conectarse decenas de aparatos, de modo que la velocidad total se reparte entre ellos. Para que un test de velocidad sea real, tienes que asegurarte de que sólo está conectado al router el dispositivo donde estás ejecutando la prueba.

¿Estamos usando WIFI para el test?

No recomendamos usar WIFI para hacer pruebas de velocidad. Además de la razón del punto anterior, se le suma que la señal WIFI es propensa a recibir interferencias de otras WIFIS de vecinos, y por si fuera poco, es muy difícil alcanzar 300 Mbps mediante WIFI. Las redes WIFI a 2.4 GHz transmiten a 54 Mbps como máximo, tendrías que usar redes de 5 GHz, tanto en el router como en el dispositivo, para superar los 300 Mbps y no ser un cuello de botella.

 

En nuestros routers, podras desactivar la WIFI mediante un botón en el lateral, etiquetado como WLAN. Al hacerlo se apagará la luz WLAN de la parte superior y la WIFI no estorbará en el test. ¡No olvides volver a conectarlo más tarde!

¿El cable de red y la tarjeta son de Giga?

Algo similar al tema del WIFI a 2.4 GHz sucede si utilizamos una tarjeta de red o cable de 100 Mbps. Nuestro test nunca superará esa cifra. Para que la prueba sea fiable debemos utilizar una tarjeta ethernet capaz de transferir a 1 Gbps. También el latiguillo o cable de red debe ser de categoría 6.

¿El ordenador está subiendo o bajando algo de a Internet?

Es importante que el ordenador o dispositivo desde donde hacemos la prueba de velocidad esté lo más ocioso posible, esto es, que no tenga otras aplicaciones o programas haciendo un uso intensivo de la conexión a Internet (P2P, actualizaciones de Windows, envío de ficheros por mail…).

 

Cómo hacer un test de velocidad de manera correcta

Si tenemos en cuenta todas las causas del punto anterior, la forma perfecta de hacer un test de velocidad sería:

Si nuestra conexión es de Fibra Óptica

Ordenador con tarjeta a Giga

Latiguillo ethernet categoría 6 conectado a router y ordenador

Router con WIFI desactivada

Ordenador sin aplicaciones o tareas en segundo plano

 

Esquema de como hacer un test de velocidad correcto

Si nuestra conexión es por radioenlace:

OJO: no desconectar el cable de red Ethernet que nos conecta con nuestra antena de radioenlace

Ordenador con tarjeta a Giga

Latiguillo Ethernet categoría 6 conectado a router y ordenador

Router con WIFI desactivada

Ordenador sin aplicaciones o tareas en segundo plano

Esquema de test de velocidad para radioenlace WIFI

 

José Luis Martínez

https://www.prored.es/blog/fibra-optica/velocidad-de-internet-no-llega-la-contratada/