martes, 21 de agosto de 2018

El misterio de las señales que llegan de otras galaxias y desconciertan a los astrofísicos



Son ondas de radio que duran sólo unos instantes. Se especula que podrían provenir de una civilización lejana.

Entre los grandes misterios que bordean nuestro Universo figuran las explosiones rápidas en radio (por Fast Radio Bursts o FRB). Se trata de escurridizas señales que atraviesan el espacio con una potencia equivalente a 500 millones de Soles y que se especula, podrían provenir de una civilización avanzada. Un equipo de investigadores hizo pública una reciente detección desde una fuente espacial desconocida que desconcierta a los astrofísicos.

Un equipo de investigadores de la McGill University acaba de hacer pública en Astronomers Telegram una nueva manifestación. La señal fue alcanzada el 25 de julio por el Observatorio Astrofísico Dominion, en la Columbia Británica de Canadá, utilizando el Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment (CHIME) y recién ahora se ampliaron los detalles. La particularidad es que fue detectada en la frecuencia de 580 MHz, casi 200 megahercios más baja que la de cualquier otro pulso de radio que haya sido registrado.
Los FRB son eventos transitorios que duran apenas unos milisegundos y se observan en radio. "La mayor parte de los 30 FRBs fueron detectados por el radiotelescopio Parkes a una frecuencia de 1.4 GHz. Recientemente, fue captado un FRB por el telescopio canadiense CHIME a 580 MHz, ampliando así el rango de frecuencias en el que se manifiestan estas fuentes", expone Florencia Vieyro, del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR)  e investigadora del CONICET.
La medida de dispersión de los FRBs, una magnitud que se relaciona con el medio que tuvo que atravesar la luz para llegar hasta la Tierra, es una evidencia de que estos fenómenos son de origen extragaláctico, lo que implica que son muy energéticos.
"La intensidad de las señales de radio (o luminosas, si vamos al caso) disminuye con la distancia. Esto significa que si algo que está dos veces más lejos, en realidad es cuatro veces menos brillante. O dicho de otro modo, si vemos desde aquí dos cosas que brillan con la misma intensidad, pero una está dos veces más lejos que la otra, eso quiere decir que la más lejana es cuatro veces más intensa", destaca el doctor Matías Tuero, del Instituto de Física La Plata (IFLP-CONICET).
Estas señales procedentes del espacio llegan a la Tierra en forma de ondas. "La frecuencia, o longitud de onda, está directamente relacionada con la energía de la onda electromagnética, es decir,la luz. El espectro electromagnético es el conjunto de la radiación electromagnética de distintas frecuencias. En esta escala, el rango más bajo lo ocupa las ondas de radio, le siguen las microondas y luego las infrarrojas. En el medio está la luz visible, las únicas ondas electromagnéticas que pueden detectar nuestros ojos. En el otro extremo del espectro lo ocupan los ultravioleta, los rayos X y los rayos gamma", detalla Vieyro.
La pregunta que flota en el vacío es: ¿de dónde provienen los FRB? Ya que es difícil imaginar procesos naturales capaces de generar pulsos de radio con semejante potencia. Y además, que no fueran regulares (la mayoría de los FRB son pulsos únicos) lo que lleva a considerar el colapso y mezcla de dos estrellas de neutrones. Otras hipótesis incluyen agujeros negros, pulsares con estrellas compañeras, implosiones de cadáveres estelares o magnetares.
Su procedencia da mucho lugar para la especulación, inclusive proponiendo un origen artificial de una civilización súper avanzada. Lo cierto es que nuestra galaxia tiene unos 100.000 años luz de diámetro. Eso quiere decir que nada con origen galáctico puede estar más allá de esa cantidad. Los Fast Radio Burst parecen provenir de distancias del orden de los 3.000 millones de años luz, esto es, 30.000 veces más lejano. Lo que quiere decir que la fuente es 900 millones de veces más intensa", destaca Tuero.
Unos años atrás los investigadores descubrieron con asombro que por lo menos 16 FRBs procedían del mismo punto del espacio, una única fuente más allá de nuestra Vía Láctea. Fue tal el desconcierto que varios físicos de Harvard llegaron incluso a proponer que las misteriosas señales podrían ser la prueba de una tecnología alienígena extraordinariamente avanzada.
"La confirmación de su origen llegó finalmente a fines de 2016, cuando se detectó la galaxia huésped del único FRB que se repite. Esta detección fue posible gracias a la interferometría, una técnica usada en astronomía que se basa en combinar la radiación electromagnética captada por distintos telescopios para conseguir una imagen resultante de mejor calidad. Observar a través de un telescopio de un sólo disco tiene un límite, pero si se combinan diferentes telescopios se puede lograr un mayor detalle de una región en particular con una resolución muy alta", sintetiza Vieyro.
En caso de que la ciencia logre avanzar hasta descubrir el origen de estos estallidos de radio, se podrá abrir una nueva ventana al Universo.
"Servirán para probar modelos y avanzar nuestro conocimiento de la física que entra en juego en estos escenarios extremos, para conocer la tasa de formación de este tipo de objetos en el Universo temprano. En esta última década se inició una revolución en la astrofísica observacional en donde combinando la información de varios instrumentos (detectores de neutrinos, de rayos cósmicos, de ondas gravitacionales, de rayos gamma, rayos X, y ópticos) somos capaces de entender mucho mejor todos estos fenómenos. La observación con detectores de radio y la detección de FRBs es otro aporte más para completar el rompecabezas", subraya Tuero

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