Según el ODSA-UCA, con base en datos de EPH-INDEC, se registró en el 1° trimestre 2024 un fuerte incremento de las tasas de indigencia (20%) y de pobreza (55%), siendo estas las tasas más altas desde 2004. Este deterioro social tuvo lugar en el marco de una crisis macroeconómica insostenible, así como resultado de una política de shock (ajuste) aplicada en diciembre 2023 y durante el primer trimestre 2024.
A partir del 2° trimestre de 2024 se observa una mejora estadística en estos indicadores. Esto debido a la caída de la inflación y a una recuperación parcial de las remuneraciones, haberes y transferencias, sin caída neta del empleo ni pérdida de programas sociales. Esta tendencia positiva en las estadísticas de pobreza parece continuar durante el 3° trimestre de 2024.
Asimismo, esta mejora estadística observada en los índices de pobreza no se traduce todavía en una mayor capacidad de consumo de los hogares, debido al mayor peso que han pasado a ocupar en el presupuesto familiar el aumento de las tarifas y servicios.
Sin duda, en el contexto de la actual crisis, la relativa estabilidad alcanzada brinda a los hogares un alivio sustantivo, pero la efectiva salida de la pobreza sólo se habrá de lograr con más y mejores empleos, en el marco de más y mejores inversiones productivas y en capital humano.
En los primeros días de diciembre se presentará el Informe anual ODSA-UCA (2004-2024), en el cual se actualizarán datos de pobreza, pobreza multidimensional, inseguridad alimentaria, malestar psicológico y otros de interés para hacer una evaluación más integral de las deudas sociales estructurales, en su reciente e histórica evolución.
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