jueves, 29 de septiembre de 2016
miércoles, 28 de septiembre de 2016
Estadísticas del Indec: el 32,2% de las personas son pobres en la Argentina
Son
datos del segundo trimestre. El 6,3% de la población es indigente. Hay más de 8
millones de pobres
El procesamiento de los datos de la Encuesta
Permanente de Hogares que el nuevo Indec
hizo entre abril y mayo, determinó que 32,2% de los habitantes de los 31
grandes distintos urbanos no fue capaz de reunir ingresos por todo concepto
para comprar las canastas básicas de alimentos y de servicios escenciales.
En conferencia de prensa, el equipo de técnicos a
cargo del director del Indec, Jorge Todesca, explicó que "sobre una
población urbana de 27,2 millones de habitantes, 8,77 millones se encontraban
en estado de pobreza y 1,7 millones en condición de indigencia", esto es
no contó con recursos monetarios para adquirir la canasta básica de alimentos.
En los 31
aglomerados urbanos habitan unas 8,77 millones de personas en estado de pobreza
Sobre la una población urbana total del país de unas
39 millones de personas, se estima que la franja que no pudo reunir los
ingresos monetarios para comprar la canasta básica total de alimentos y
servicios, involucró a un rango de 12,6 millones de personas.
Se trata de un valor a tono con la estimación que el
11 de agosto dio a conocer el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad
Católica Argentina.
Cabe recordar que el 23 de abril 2014 el ex ministro
de Economía Axel Kicillof anunció que el Indec "hasta nuevo aviso se suspendía la difusión de último relevamiento
de la EPH correspondiente al segundo semestre del 2013″, sin dar
ningún tipo de explicaciones técnicas.
El índice de indigencia fue estimado para el segundo
trimestre de 2016 en 6,3% de una población urbana de 27,2 millones habitantes;
y 4,8% de los hogares.
La extrapolación de la estimación parcial al total del
país, con el agregado de las poblaciones rural, esto es poco más de 43,5
millones de personas, arroja que la pobreza afecta a 14 millones de habitantes
y la indigencia a unas 2,7 millones de personas.
jueves, 22 de septiembre de 2016
miércoles, 21 de septiembre de 2016
¿QUÉ SIGNIFICA 3G, 4G, 5G Y LTE?
Estas
redes de conexión a internet han ido evolucionando, brindando cada vez mayor
velocidad a nuestros dispositivos móviles
La velocidad de conexión a
internet de los nuevos smartphones permiten ahora transmitir un video a través
de internet en tiempo real, lo que significa una gran capacidad de velocidad de
transmisión de datos móviles.
En 1980, los celulares
analógicos de la primera generación (1G), solo servían para hacer llamadas y
enviar mensajes de texto.
En 1990 salieron a la venta
los 2G, los cuales harían posible la conexión a internet, lo que se conoció
como “telefonía digital”. Sin embargo, los usuarios demandaron que la conexión
fuera más rápida y vino en respuesta la telefonía móvil 3G y 4G. Pero ¿qué
significa las letras E y H que aparecen a veces en la pantalla del celular?
EDGE o EGPRS
La letra E que aparece en la
pantalla del celular a un costado del nivel de intensidad de señal móvil,
significa que el terminal está conectado al servicio EDGE o EGPRS, acrónimo en
inglés de Enhanced data Rates for GSM of Evolution (tasas de datos mejoradas
para la evolución de GSM), es decir una GPRS, mejorado. Y que permite una velocidad
de descarga de archivos un poco mayor.
Esta conexión permite
alcanzar velocidades de hasta 384 kbps y recibir datos móviles pesados, como
grandes archivos adjuntos de correo electrónico y navegar más rápido en
internet.
La tecnología EDGE es un puente
entre las redes 2G y 3G, que puede funcionar en cualquier red GPRS y que haya
sido actualizada a través de la activación de un software opcional.
Es decir, si el equipo no
logra conectarse a la red 3G o 4G, podrá hacerlo a esta red y así navegar por
internet.
3G
Erasmo Rojas, director para
Latinoamérica y el Caribe de 3G Americas, organización que promueve el
despliegue fluido de esta tecnología en América Latina, señaló que “Esta red
móvil que en algún momento se pensó que era sólo para hablar, hoy puede ayudar
a disminuir la brecha de información”.
Esta tecnología vio la luz
por primera vez en el mundo en el año 2001
La tecnología 3G tenía como
objetivo facilitar la transferencia de archivos multimedia, la conectividad
permanente inalámbrica y una velocidad hasta siete veces más rápida que la
conexión telefónica estándar.
H y H+
En ocasiones aparece la letra
H en la pantalla que significa que estamos conectados a una red HSDM o High
Speed Downlink Packet Access (acceso ascendiente de paquetes a alta velocidad).
Este tipo de conexión también se conoce como 3.5G, 3G+ o Turbo 3G y puede
llegar a alcanzar velocidades de 14 mbps en condiciones óptimas.
4G
La red 4G es la más
veloz desarrollada hasta el momento, sin embargo, no todos los terminales ni
todas las tarjetas SIM son compatibles con ella.
En México solo el 60 por
ciento del territorio nacional cubre esa red.
Según la Unión Internacional
de Comunicaciones (UIC), para que una tecnología pueda etiquetarse como 4G, las
velocidades máximas de transmisión de datos deben ser de 100 megabites en
movimiento y 1 gigabyte en reposo.
LTE
Se trata de un complemento
que optimiza una red 4G haciendo que la navegación sea aún más rápida,
generalmente se suele adicionar a la red una vez alcanzada la velocidad 4G para
una mejor descarga y utilización de datos móviles.
5G,
el futuro
Empresas como Samsung y otros
gigantes tecnológicos ya están desarrollándola y se espera que alcance
velocidades de hasta 1 gigabyte por segundo, y eso la haría 100 veces más
rápida que la 4G, incluso con LTE.
Lo que significaría poder
descargar películas en tan solo un segundo, pero se espera que eso se vuelva
realidad hasta el 2020.
jueves, 15 de septiembre de 2016
EL 66° Congreso de la FOEESITRA eligió al Secretariado Nacional 2016 - 2020
ELECCION del
secretariado nacional de la FOEESITRA en el 66* congreso
miércoles, 14 de septiembre de 2016
El regreso de los zombies K: ¿son funcionales a Macri?
D’Elía, Hebe de Bonafini, Moreno, Aníbal Fernández y
compañía le auguran el peor final al Gobierno. Hasta dónde pueden llegar. Y
cómo pasaron de ser ídolos sociales a monstruos.
En las películas apocalípticas el causante final
del desastre suele ser el propio hombre, y el show de horror made in Argentina
2016 no es ajeno a esa regla. Mientras una indiscutible mayoría se rasga las
vestiduras cuando aparecen los bolsos de José López o se acumulan causas contra
Cristina Kirchner y el resto de sus antiguos funcionarios, las preguntas
incómodas son: ¿dónde estaban hace un par de años los paladines de la Justicia
que hoy se pavonean por Comodoro Py ante las cámaras de tevé? ¿Qué decían
algunos medios que ahora denuncian la sistematizada corrupción K, cuando los
Kirchner repartían publicidad oficial y negocios millonarios? Y la duda más
importante: ¿cómo CFK ganó con el 54% en el 2011 y mantuvo una alta imagen
positiva durante su segundo mandato, para que ahora una mayoría militante sueñe
con verla cargando su cruz hasta su crucificación? Si hay zombies en las
calles, es porque se alimentan de nuestras propias culpas.
A la hoguera. “Nunca más voy a ser funcionario ni
candidato”, dice el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Aunque Moreno
asegura que es porque “ya dio todo”, es difícil no pensar que así está lavando
responsabilidades propias pero también ajenas. Como si fuera una reversión
mucho menos trágica del asesinato de José Ignacio Rucci, en ese entonces
Secretario General de la CGT, el otrora hombre superpoderoso del antiguo Gobierno
K paga con su muerte política el costo de un nuevo relato oficial que calme las
aguas. Moreno, que dijo que “ni Videla le sacó la comida a la gente como
Macri”, aparece hoy alejado de las primeras líneas de mando, sin ser recibido
públicamente por Cristina en el Instituto Patria u en otro lugar, y ahora con
la declaración pública de que no ambiciona un nuevo cargo.
El antiguo funcionario es, junto a Amado Boudou,
Aníbal Fernández, Luis D’Elía, Fernando Esteche, Hebe de Bonafini y varios más,
una de las caras de la demonización que gran parte de la sociedad pide y
necesita. Son las caricaturas que engrosan la tragicomedia que el Gobierno
mandó a distribuir en cada acto oficial, en cada discurso, presentación o
entrevista: es la nueva edición del libro de la “pesada herencia”, excusa
marketinera que, gobierno tras gobierno, vuelve a ser best seller nacional.
“Encontramos un Estado plagado de despilfarro,
clientelismo y corrupción, y la corrupción mata”, dijo Macri pocos meses
después de haber asumido, dando las líneas generales sobre las que iba a girar
la política de este año. Y en ese camino a los tumbos, natural de los primeros
meses de un Gobierno, se encontraron con un tesoro inimaginado: una realidad
que, engrosada por bolsos millonarios, testaferros arrepentidos y causas
hiperpolémicas, le permitía al macrismo construir con lujo de detalles el nuevo
discurso oficial. Y en ese armado teatral son protagonistas, irónicamente, los
que lejos estuvieron de haber sido los máximos responsables de las penurias de
las que se los acusa. Esto está lejos de significar que estos políticos no
hayan caído en irregularidades o en actos impropios de su oficio: pero, de la
misma manera en que María Julia Arsogaray no fue la principal orquestadora del
despilfarro menemista -aunque fue la única que cumplió tiempo en prisión, luego
de una investigación por una tapa de NOTICIAS-,
ni D’Elía ni Moreno ni Boudou, elegidos en última instancia por el voto
popular, causaron por sí solos la debacle económica de los últimos años del
país.
Si te he visto… “Ellos no son las figuras
principales del kirchnerismo, son personajes extravagantes que todo movimiento
amplio tiene”, dijo, a modo de queja, una de las personas que se encarga hoy de
la comunicación del círculo chico de Cristina. La protesta, un ejemplo de los
aires que ahora corren, esconde la doble cara de este fenómeno: para que
alguien vaya al caldaso, hay que entregarlo esposado primero.
De la misma manera en que Alsogaray o la
Coordinadora del radicalismo cargaron sobre su espalda todos los demonios del
gobierno del que participaron, ahora la gran mayoría del kirchnerismo le da la
espalda a los personajes que creó y hasta ridiculiza a los que ayer idolatraba.
Se reniega de los millonarios fondos que cobraba D’Elía para mantener su
aparato punteril en Buenos Aires, Boudou aparece como un excéntrico barbudo que
se cuela en las manifestaciones, Aníbal es el impresentable a quien el propio
kirchnerismo le pedía “que se quede callado” durante las últimas elecciones, y
Moreno es un divertido personaje del que reírse con culpa cuando aparece peleándose
en la tevé. Hoy la presencia de cualquiera de ellos quema y mancha, y si bien
no se los puede excluir, están muy lejos de ser los invitados de honor de las
fiestas.
“Seguir
analizando las políticas a través de las personas es incorrecto, las elecciones
no se resuelven por los individuos o los candidatos, sino por el proyecto que
representan”, le dice a NOTICIAS Agustín Rossi, uno de los hombres más cercanos
hoy a Cristina Kirchner. Detrás de la correcta declaración del ex diputado
nacional y actual del Parlasur se puede buscar otra rázon: a algunos es mejor
perderlos que encontrarlos. Los números coinciden con esta última postura.
Según una encuesta de la consultora Management & Fit, la mala imagen de
Julio de Vido, Boudou, Moreno y Aníbal es de 51%, 58%, 71% y 54%
respectivamente. En el Gobierno lo viven como una certeza y festejan en cada
ocasión: cada vez que una cámara enfoca a Cristina o a alguno sus políticos más
odiados, la buena percepción hacia Macri sube.
sábado, 10 de septiembre de 2016
¿Cuántos kirchneristas quedan?
Mientras
la sangría de dirigentes no se detiene, en el entorno de la ex mandataria creen
que aún mide bien en los sectores populares y el año próximo podría recuperar
adherentes
El 12 de diciembre de 2015, 48 horas después
de que Cristina Kirchner dejara el poder, Alejandro
Granados fue el primero en darse de baja del kirchnerismo: al asumir
en Ezeiza, afirmó que era "un intendente del Partido Justicialista",
"un intendente peronista" y que nada tenía que ver con el Frente
para la Victoria.
Aquella tarde, esa declaración hizo
vibrar los teléfonos del grupo de comensales que casualmente estaba en el
primer piso del restaurante que Granados tiene en Ciudad Evita: Verónica
Magario y Fernando Espinoza almorzaban en "El
Mangrullo", luego de la ceremonia de traspaso de mando junto con
parte del gabinete de ex funcionarios kirchneristas que
encontraron refugio en La Matanza, además de legisladores y ex
intendentes. Las palabras de Granados fueron repudiadas por los
presentes, aunque ya entonces hubo un conato de distanciamiento al momento de
los brindis, en boca del ex intendente de San Vicente Daniel Di
Sabattino.
Nueve meses después de ese episodio,
Magario asestó al kirchnerismo una puñalada de la que le será difícil
recuperarse: la gobernante del mayor distrito en manos del peronismo fue
taxativa al sostener que "la etapa de Cristina cerró en diciembre de
2015" y que ahora viene "la etapa de los peronistas".
Entre la actitud de Granados y la de Magario
hay diferencias: si el primero no tardó en negar su pertenencia al espacio donde
había reportado en los últimos años -luego de haber sido, a su turno, menemista
y duhaldista-, la segunda se tomó su tiempo y, cuando lo
hizo, "rescató" la "construcción" de Néstor y Cristina
Kirchner -"Yo vi cómo se recuperó la Argentina, y La Matanza", dijo-.
Pero también hay un denominador común, que se extiende incluso más allá de las
fronteras del FpV e incluye a muchos peronistas que hoy reportan en
el Frente Renovador de Sergio Massa y que el martes estuvieron en el acto de
homenaje a Antonio Cafiero: la voluntad de poner punto final al liderazgo
de la ex presidente dentro del peronismo.
Sea por estampida -las rupturas del Bloque
Peronista y el Movimiento Evita- o por goteo, lo cierto es que desde el 10 de
diciembre hasta la fecha el kirchnerismo, entendido el reconocimiento de
Cristina Kirchner como la conductora que ella misma ha negado ser, se ha
reducido. Pero ¿cuánto?
Entre la provocación, el chiste y la aguda
observación del gran analista político que es, el escritor Jorge Asís
solía decir, allá por 2009, que "el kirchnerismo entero entra en una van,
en un avioncito como el que trajo a Antonini Wilson": el núcleo duro,
decía, "son 12". Su argumento era, en parte, que el peronismo era
"rehén" del kirchnerismo, a fuerza de látigo y billetera.
Un repaso por la actualidad del kirchnerismo
obliga a recalcular: al "avioncito" de 2009 habría que sumarle La
Cámpora, un par de "Miles" y algunos otros leales que resisten con
aguante, siempre unidos y organizados… Digamos, alcanzaría con un Embraer
E-190 de los que usa Aerolíneas Argentinas para vuelos de cabotaje, que cuenta
con 96 plazas.
Como "La Jefa" viaja en turista,
los 8 asientos de la clase ejecutiva podrían ser ocupados por la única
gobernadora que hoy le responde, Alicia Kirchner (Santa Cruz),
el ex jefe de los espías Oscar Parrilli -acompaña a la ex
mandataria a sol y sombra-, los diputados Máximo Kirchner, Axel
Kicillof, Julio de Vido y Eduardo "Wado de Pedro",
las titulares de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y
de Abuelas, Estela de Carlotto, si es que desea usar su ticket
después de haber declarado que no es "amiga" de Cristina Kircher y
acusar a Bonafini de ser "la preferida" de la ex presidente.
Primera en la clase económica –primus
inter pares– viajaría la propia Cristina Kirchner, acompañada
por el ex candidato a vicepresidente Carlos Zannini, las
cuatro senadoras y los otros 20 diputados camporistas, junto a sus
compañeros de militancia José Ottavis y Mariano Recalde. En
la cola para el check-in estarían los intendentes Juan Patricio
Mussi (Berazategui), Jorge Ferraresi
(Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada), el ex jefe de
Gabinete Aníbal Fernández, el ex secretario de Comercio Guillermo
Moreno, el piquetero Luis D'Elía, el ex
vicepresidente Amado Boudou, los ex radicales Leopoldo
Moreau y Leandro Santoro, el líder de Quebracho Fernando
Esteche, el ex titular del Afsca Martín Sabbatella, el
legislador del Mercosur Gabriel Mariotto, el ex ministro
de Defensa Agustín Rossi y su hija Agostina,
ex directora del Banco Nación, el ex embajador en Bolivia Ariel
Basteiro, el ex diputado Carlos Raimundi, el ex
ministro de Trabajo Carlos Tomada, el ex titular de la
AFIP Ricardo Echegaray, el sindicalista Hugo Yasky,
los diputados Héctor Recalde, Edgardo Depetri, Carlos Heller, Nilda
Garré, Juliana Di Tullio y Diana Conti, el ex titular de Radio y
Televisión Argentina Tristán Bauer y la ex ministra
de Cultura Teresa Parodi. Si bien el vuelo está limitado
a dirigentes políticos, el periodista Diego Brancatelli tiene
un lugar reservado en su carácter de preprecandidato en el partido de
Ituzaingó. En la lista de pasajeros se encuentra el titular del
gremio de los porteros Víctor Santa María, pero aún no
confirmó su reserva luego de romper con el bloque del FpV en la
Legislatura porteña. ¿El ex gobernador de Buenos Aires Daniel
Scioli? Él quiere, pero el kirchnerismo siempre lo mira con
desconfianza. En cualquier caso, podría utilizar la butaca que
algún desprevenido reservó para Milagro Sala.
El mismo desprevenido podría llegar a afirmar
que son pocos, pero conviene no exagerar, pues es cierto lo
que afirman en el entorno de la ex mandataria: si el año próximo Kirchner
mide bien en las encuestas, muchos volverán a abrazar el creo kirchnerista con
la misma intensidad con que hoy la gambetean. Es lo que explica, por
ejemplo, que algunos intendentes del segundo y tercer cordón del conurbano
que el año pasado recibieron el apoyo de la Rosada y hoy respiran aires
renovadores eludan pronunciarse contra ella.
miércoles, 7 de septiembre de 2016
El mismo perro con distinto collar
Un
paraguas donde siguen entrando todos
La
"renovación" convocó a los que ganaron las elecciones y también a los
derrotados.
El peronismo que quiere volver, el
que todavía sangra por haber tenido que resignar los dos mayores premios del
poder en diciembre -la Nación, la Provincia- se juntó ayer en el NH City de la
calle Bolívar, el mismo hotel que fue búnker del FpV la noche de la derrota de
la fórmula Scioli-Zannini.
Pero no hubo llantos desgarrados como en la
noche del 22 de noviembre, sino una puerta abierta a las ilusiones de
reagruparse para ganar las legislativas del año que viene, paso previo al
ansiado retorno. La épica peronista encontró en su historia el capítulo de
“la Renovación” encarnada
en la figura de Antonio Cafiero para darle un anclaje histórico a la nueva
batalla por el resurgimiento. La “Renovación” (de la que fue parte Carlos
Menem) surgió de la derrrota de 1983, y se constituyó formalmente en 1985.
“Organizás
o te manotean el peronismo”, resumió un ideólogo de la
movida. “¿Quién manotea? Massa, Cristina, Vidal desde la Provincia”, analizó.
Puertas abiertas: “Si tenemos que ir a Tigre, vamos, pero todos juntos, no de a
uno”. Todo vale si es para volver, es el mensaje.
Los “renovadores” de hoy son todos ex K,
algunos furiosos y con los más altos cargos en la última década. Pero en una
docena de discursos, al matrimonio Kirchner jamás se los mencionó. El plan es gestar un “centro de gravedad” que meta presión a Massa,
de un lado, y del otro al cristicamporismo.
La foto mostró arriba del escenario a
intendentes y gobernadores peronistas, a “los ganadores”, con lugar para el
titular del PJ, José Luis Gioja, Ginés González García y la sorpresa del
massista Felipe Solá. Scioli debió contentarse con verlo desde abajo, junto a
otros “perdedores”. “Esto es el peronismo”, se explicó con
laconismo. Abajo estaban Alberto Fernández, el triunviro cegetista Héctor Daer,
el canillita Omar Plaini, el taxista Omar Viviani. Y un grupo importante del
bloque Justicialista en Diputados -que rompió con el FpV en febrero- encabezado
por Oscar Romero. Diego Bossio se fue porque no lo dejaron subir, según se
contó.
Junto a caras más frescas y jóvenes, otras muy lejos de la renovación,
como los intendentes Julio Pereyra (Florencio Varela) y Alberto Descalzo
(Ituzaingó), o el gobernador formoseño desde hace 21 años, Gildo Insfrán. Pero
la cosa era tomar distancia de Cristina y del kirchnerismo, hoy el pasado, el
escollo que arrastra el descrédito de la corrupción y un rosario de causas
judiciales. De las listas se hablará en marzo, aseguran. Resumió un armador del
encuentro: “Somos una comparsa que arrancó, con alegría”.
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