El golpe experimentado por ·#Huawei - la mayor fabricante de equipos de alta tecnología de la República Popular, y número 1 en el desarrollo de la 5-G en el plano global – debido a la estrategia de acoso y destrucción de EE.UU. ha sido verdaderamente formidable.
Así, por ejemplo, sus ingresos han caído 29,4% en los primeros 6 meses del año, comparado con igual periodo del año anterior, la mayor disminución de toda su historia. El sector más afectado de su actividad fue el de consumos electrónicos – “·#smartphones” -, históricamente su actividad estrella; y al que EE.UU. ha prohibido el acceso a los “chips” (semiconductores) de fabricación norteamericana, que son el insumo absolutamente central para la manufactura de los teléfonos inteligentes.
El resultado es que los ingresos de este sector de vanguardia, donde el núcleo de la producción son los “smartphones” 5-G, se ha derrumbado más de 47% en el primer semestre del año, lo que ha provocado un virtual cese de su producción fuera del mercado chino.
El dominio de los “chips” es el rubro crucial en la estrategia de acoso y destrucción contra Huawei de EE.UU.; y es lo que le otorga a la superpotencia norteamericana la iniciativa en esta puja global entre la primera potencia del mundo y la principal compañía “hightech” de la República Popular.
Lo que está en juego es la primacía en el dominio de las tecnologías de avanzada de la Cuarta Revolución Industrial entre las dos superpotencias, donde la 5-G tiene un nítido carácter estratégico. En definitiva, lo que se está disputando es la estructura del poder global en el siglo XXI.
También Huawei ha experimentado una brutal caída en las ventas de equipos de infraestructura “hightech”, destinados a las grandes empresas de telecomunicaciones de China y del mundo.
En este segundo negocio estrella de la compañía de #Shenzhen, los ingresos han disminuido 14,2% en los primeros 6 meses del año.
Huawei, en breve, ha perdido en un año 14 puntos porcentuales de su participación en el mercado global; y su lugar lo han ocupado Apple y Samsung, de EE.UU. y Corea del Sur respectivamente; y todo indica que esta tendencia negativa se acentuará en los próximos 2/3 años, con una aceleración creciente hasta entonces.
Lo que ha crecido exponencialmente son las actividades “software” de la compañía china: las soluciones digitales para el transporte, la educación, y las “ciudades inteligentes”, tanto en China como en el mundo, que han mostrado un alza de 18,2% en el primer semestre respecto a igual periodo del año pasado.
Como regla, sin embargo, un error letal es subestimar a Huawei, y en general a la República Popular. Si EE.UU. lo comete en un brote de arrogancia, tendría perdida la batalla en el largo plazo.
Hay dos puntos fundamentales que favorecen la posición de la empresa china. En primer lugar, el mercado de la República Popular es el principal – de lejos – para las exportaciones de “chips” estadounidenses. Se puede argumentar, sin temor a la ironía, que el fenomenal auge de la demanda china de semiconductores norteamericanos es la que financia e impulsa la capacidad innovadora de EE.UU. en este rubro crucial.
En segundo lugar hay que subrayar la ubicación de la República Popular en la economía global: es la principal socia comercial de 144 países en el mundo (de los 192 representados en Naciones Unidas). En términos de la economía mundial, el crecimiento excepcional de la demanda china la ha convertido en el país absolutamente “indispensable” del capitalismo del siglo XXI, ante todo para EE.UU.
La respuesta de Huawei al desafío existencial que implica la ofensiva norteamericana es característicamente innovadora y sistemáticamente audaz.
Huawei sabe que en el mundo de hoy el dominio del futuro otorga el poder en el presente. Por eso apuesta, ya no a la 5-G, sino al liderazgo de la plataforma súper-intensiva que va más allá de la instantaneidad, que es la 6-G, que todavía no existe, pero existirá inexorablemente.
Por eso ha aumentado más de 40% sus inversiones en investigación y desarrollo en 2020; y las ha llevado a 15,6% del total de sus ingresos que superaron US$330.000 millones el año pasado, y aspira a duplicarlas-en los próximos 5/10 años.
De ahí que haya logrado 5.464 nuevas patentes – entre ellas, más de 30% sobre la 6-G – en los últimos 12 meses; y se ha convertido en el líder indiscutido de la propiedad intelectual “hightech” de la WIPO (“World Intelectual Property Organization” de Naciones Unidas).
Es lo mismo que está haciendo la República Popular en su estrategia de fondo para responder a la ofensiva norteamericana en una etapa de exacerbada confrontación. Por eso apuesta todas sus cartas, y prácticamente la totalidad de sus inversiones, a la creación de lo que todavía no existe, pero que está absolutamente confiada que sucederá: las tecnologías de avanzada de la siguiente etapa de revolución industrial, más allá incluso de la actual cuarta manifestación.
La regla esencial establecida por Mao en su “Estrategia de Guerra Prolongada” es que la única forma de dominar una tendencia es acelerarla (es lo que en Occidente con un criterio distinto del valor del tiempo se denomina más prosaicamente “huir hacia adelante”).
https://www.clarin.com/economia/huawei-apuesta-futuro-desafia-ee-uu-_0_kGCmmFngR.html
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