Siguen creciendo las villas en el GBA. Son un 16% más de las que habia que hace 10 años, según un estudio en los 30 municipios que rodean a la capital Argentina
Gran Buenos Aires, 508.144 familias, 864 villas y asentamientos. Empezar por las cifras es dar forma a eso que muchos prefieren no mirar. Poner el foco sobre algo que de tan visible se vuelve invisible, o se invisibiliza, un término que no aparece en los diccionarios pero que es cada vez más recurrente. Ayer, la ONG "Un techo para mi país" presentó el primer relevamiento sobre villas y asentamientos del Gran Buenos Aires. Un tema sobre el que, hasta ahora, había muy poca información. Y que es fundamental para desarrollar programas que apunten a generar igualdad de oportunidades.
Para hacer este trabajo recorrieron los 30 partidos que constituyen la aglomeración metropolitana más importante del país: es la superficie que concentra casi un cuarto de la población, y que produce la mayor parte de su actividad económica.
"Llamamos villa a las conformaciones altamente hacinadas, en las que casi no hay calles sino más bien pasillos, con crecimiento hacia arriba y que son más difíciles de urbanizar. Mientras que los asentamientos respetan la trama, cierto lineamiento de calles, lotes y espacios destinados para actividades o servicios", define Agustín Algorta, Director Social Nacional de UTPMP. Mientras que en el primer cordón del conurbano la proporción de villas y asentamientos es pareja (55,1% y 44,9%, respectivamente), entre el segundo y el tercero predominan los asentamientos. El partido que más tiene es La Matanza: 156.
El proceso de expansión hacia los anillos periféricos de la Ciudad se acentuó entre los años 30 y 40 del siglo pasado alrededor de la traza de los ferrocarriles. Pero, aunque el 66,3% de las villas y asentamientos se conformó hace más de 15 años, en el 65,4% se sigue construyendo. "Tras la crisis de 2001 se registró un período de reactivación económica que fue acompañado por la implementación de programas de vivienda dirigidos a los sectores populares. Aún así, durante la década 2001-2011 se evidencia un crecimiento significativo de asentamientos nuevos (16,7%) y un fuerte proceso de aumento de la población (55,6%) en los que ya estaban", señalan en el informe.
En cuanto a la composición, en el 68,1% de las urbanizaciones informales conviven grupos migratorios provenientes del interior del país. Y en el 82,8% hay grupos migratorios de países limítrofes. "A medida que las familias desarrollan nuevos núcleos, permanecen en el mismo terreno", explica Algorta. Sólo el 17,5% de las nuevas generaciones se mudan a una vivienda fuera del barrio, lo que no necesariamente significa el cambio a una urbanización formal.
"La persistencia de las villas y asentamientos informales en el Gran Buenos Aires no hace más que evidenciar el gran déficit en relación al acceso a servicios e infraestructura urbana adecuada por parte de los diferentes sectores de la sociedad. La escasa oferta de tierras aptas para el desarrollo residencial dotadas de una infraestructura de servicios sumada a una política de vivienda insuficiente contribuye a que se sigan desarrollando procesos informales", señala María Laura Raffo, una de las responsables del estudio. Según muestran los datos de la encuesta, sólo en el 16% de las urbanizaciones informales se han implementado programas de vivienda por parte del Estado. La mayoría, entre 2009 y 2010.
El 52,4% de las villas y asentamientos se levantan sobre tierras fiscales y el 22,9% en tierras privadas. Un 35,3% está sobre lechos de arroyos o ríos, el 33,6% cerca de caminos de alto tráfico y el 21,9%, de basurales.
En el 85,2% de los casos no cuentan con redes cloacales, que se suplen con pozos ciegos (34,1%) o con cámara séptica (20%). Y el 79,9% no cuenta con desagües pluviales, lo que produce anegamientos constantes o la presencia de aguas estancadas, que favorecen el desarrollo de infecciones o enfermedades.
En cuanto a los servicios públicos, el 83,4% no tiene acceso a la red de gas y deben recurrir al envasado (garrafas), muchísimo más caro que el servicio público subsidiado. Y un porcentaje pequeño tiene acceso a las redes públicas de agua potable y electricidad.
El 84,3% de las villas y asentamientos cuenta con una escuela primaria pública a menos de diez cuadras, porcentaje que se reduce al 57,6% para el nivel secundario, una situación que influye en el grado de deserción escolar y repitencia para este nivel. Si bien en el 67,7% de los casos se puede acceder a un centro de atención primaria en ese radio, únicamente el 7% tiene un hospital cerca.
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