El Grupo Fintech,
del financista mexicano David Martínez, concretó la adquisición de la totalidad
del paquete accionario de Telecom Argentina por 960 millones de dólares. La
operatoria aprobada comprende también a las subsidiarias de Telecom Italia con
participación en la filial Argentina, como Telecom Italia International,
Telecomunicaciones, Nortel Inversora Tierra Argentea y SOFORA. En el caso de
esta última, su principal accionista es el Grupo Werthein, dueño del 32%.
Sofora controla Nortel Inversora que, a su vez, es propietaria de 54,4% de
Telecom Argentina. Otro 45,23% se distribuye en oferta pública, aunque la
compañía está llevando a cabo un proceso de recompra de acciones propias para
salir del mercado bursátil. Y otro 0,03% es propiedad de accionistas Clase C.
En este nuevo
esquema, entonces, los Werthein son socios de David Martínez, que habría pasado
a ser el principal asesor financiero de CFK y que cumple un rol clave en la
compleja negociación con el Fondo Elliot de Paul Singer. Fintech y Gramercy son
los encargados de triangular la negociación entre el gobierno y Elliot para
llegar a un acuerdo y evitar el riesgo de un default técnico, algo que podría
ocurrir si la Corte
Suprema de los EE.UU. rechaza definitivamente aceptar la
apelación del Estado argentino contra la sentencia de segunda instancia que
ordena el pago de US$ 1330 millones a Elliot y otros fondos acreedores.
El caso es que
Martínez cumpliría un rol estelar en la segunda mitad de la presidencia de
Cristina y, según trascendió ayer, ingresaría también al negocio petrolero a
través de CGC, una empresa de Eduardo Eurnekian. Esta posición privilegiada le
haría aspirar a objetivos cada vez mayores, ya que también es dueño del 40% de
Cablevisión y está sentado en la mesa de negociaciones que integran Héctor
Magnetto y el titular de la
AFSCA, Martín Sabbatella. Caracterizado por su audacia, el
financista mexicano apuntaría ahora a comprarle a los Werthein su participación
en TELECOM. Las presiones para forzarlos a vender ya habrían empezado y una de
las variantes sería el ingreso de Cristóbal López como socio de Martínez en
TELECOM.
Las relaciones del
gobierno nacional con los Werthein tienen sus claroscuros. El 26 de marzo del
2012, Adrián Werthein fue víctima de un secuestro express cuando transitaba en su
camioneta por el Acceso Oeste, a la altura de la localidad bonaerense de
Ciudadela, partido de Tres de Febrero, junto a su esposa, Fabiana Ricagno, y un
custodio. Fuentes policiales informaron que el hecho se produjo en los primeros
minutos del día en la zona oeste del conurbano, mientras la pareja regresaba a
su casa y fue sorprendida por al menos cuatro delincuentes armados, que se
tirotearon con el custodio del empresario.
El vicepresidente
de Telecom y su mujer fueron llevados cautivos y más tarde liberados ilesos en
inmediaciones del puesto de peaje de Villa Madero, partido de La Matanza, mientras que la
camioneta BMW fue encontrada incendiada más tarde en una zona de la calle
Carhué, del barrio porteño de Mataderos. Este extraño secuestro sin rescate y
con el detalle del incendio de la camioneta, algo inusual en un hecho de este
tipo, tuvo una clara interpretación. Por ese entonces, el gobierno presionaba
fuertemente a Daniel Hadad para que le vendiera C5N a Cristóbal López, lo que
finalmente ocurrió. Pero el 50% de C5N era propiedad del Grupo Werthein y el
atípico secuestro habría sido parte de las presiones que se ejercieron sobre el
poder para que el zar del juego edificara su imperio mediático. Este
antecedente haría ahora que en el entorno de los Werthein se estén adoptando
precauciones ante la inminencia de nuevos embates, en este caso para
desalojarlos de TELECOM.
Tras las pistas
Trascendió
asimismo que en la
Secretaría de Inteligencia se habría activado un monitoreo
integral sobre los puntos débiles del Grupo Werthein, tal vez con vistas a
disponer de elementos de presión para definir una compra hostil por parte de
los amigos del poder. Las líneas de investigación que se estarían siguiendo
serían múltiples. Por ejemplo, se investigaría la participación de Adrián
Werthein en una logia masónica que lideraba -o lidera- el dueño de Ledesma,
Carlos Pedro Blaquier. La logia habría funcionado como un proyecto para
preparar un esquema político empresario postcristinista. Pero el poderoso
Blaquier habría pagado muy caras sus ambiciones, ya que pocos meses más tarde la Cámara Federal de
Salta confirmó su procesamiento por delitos de lesa humanidad cometidos durante
la última dictadura. Es por considerarlo partícipe necesario de los crímenes de
lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar, y en
particular en la “Noche del Apagón”.
Una segunda línea
de investigación se refiere a la supuesta existencia de lavado de dinero en los
movimientos financieros de varias empresas del Grupo Werthein, de acuerdo a
actuaciones reservadas que habría iniciado de oficio el titular de la UIF, José Sbatella.
En esta agenda
investigativa, también figuran las contrataciones del grupo con varias
consultoras de imagen y las derivaciones de distinto tipo que tendrían las
mismas.