La nueva compañía que se forme tras la fusión entre Cablevisión y Telecom
abre chances de que se produzcan eventuales compras en el sector. Aunque todo
estará sujeto al rol de los reguladores, las conversaciones ya están en curso y
el mercado hace sus apuestas sobre el próximo gran anuncio
La bolilla comenzó a
rodar. Arrancó una nueva etapa para
el sector de las telecomunicaciones y las principales compañías ultiman sus
apuestas.
Es cierto
que el anuncio de la fusión entre Cablevisión y Telecom sacudió a muchas de
ellas, y al mercado en su conjunto. Incluso, antes de los tiempos
previstos.
De ahora
en más, las firmas que quieran seguir participando tendrán que poner muchas fichas, con todo el
riesgo que ello implica, si es que quieren sacar rédito del nuevo
contexto.
Caso
contrario, verán acrecentadas sus chances de perder, ya que las nuevas
tecnologías y modalidades de consumo avanzan a pasos muy acelerados.
En lo que
respecta a la jugada de Cablevisión,
en el sector no hay dudas de que la operación contará
con el aval del Gobierno, a través de sus dos
organismos regulatorios: el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), y la Comisión
Nacional de Defensa de la Competencia (CNCD).
El primero está a cargo de Miguel de Godoy. El segundo viene siendo conducido
por Esteban Greco.
Por lo
pronto, los referentes de esta actividad coinciden en afirmar que la transacción se aprobará pero con condiciones. En cuanto a los
topes de espectro existentes, ese límite hoy es de 140 Mhz, si bien el ahora ex
ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, confirmó a iProfesional que subirá a
entre 180 Mhz y 200 Mhz.
La futura nueva empresa (Cablevisión-Telecom) podría superar ese límite y estaría obligada
a devolver bandas.
Tal
situación ya tiene antecedentes en
Argentina, cuando en 2004 se produjo la fusión Unifón-Movicom, y es de prever que
no genere mayores inconvenientes.
El
acuerdo entre ambas empresas deberá contar con el aval de Defensa de la Competencia, que
tendrá que analizar minuciosamente cómo afectará a todos los segmentos del
mercado.
Por lo pronto, la penetración de Cablevisión + Telecom en
cada segmento es la siguiente:
-
En banda ancha, alcanzará el 55% de participación
-
En telefonía móvil quedará en torno
al 33% del
share
-
En telefonía fija permanecerá estable
(cerca del 50%)
-
En televisión paga,
rondará el 40%
El
segmento de banda ancha será aquel que obligue a
las autoridades a tomar las decisiones más relevantes y polémicas.
No sólo
porque los ojos de empresarios, analistas y de buena parte de la sociedad
estarán puestos en él. También, para que quede garantizado el "juego limpio" y que los
consumidores reciban un servicio de mejor calidad al actual y acorde a
los precios que pagan.
Habrá
casi dos meses para estudiar las estrategias futuras. Las asambleas de ambas
compañías se darán cita a fines de agosto y se descuenta que, cada una por su
lado, aprobará el acuerdo previo de fusión. Concretado este paso,
el análisis pasará a los entes regulatorios. La CNCD puede conocer el acuerdo
definitivo hasta siete días después de ocurrido.
"La
fusión obligará a analizar los límites de espectro, la banda ancha fija, la
relación entre contenidos y redes de distribución y los contenidos en
exclusividad. Todo eso deberá inspeccionarlo Defensa de la Competencia",
anticipó a iProfesional un
experto del sector "telco".
Por lo
pronto, lo vinculado al ítem "contenidos"
será un tema clave a evaluar,
habida cuenta de las controversias y
pasiones iracundas que genera el Grupo
Clarín en la Argentina.
Desde
principios de año, Cablevisión actúa como empresa escindida del multimedios,
pero eso no quita que se tejan infinidad de especulaciones, ya por el sólo hecho
de que ambas poseen los mismos
accionistas. Por lo pronto, será el Estado el que deba marcarle
a Cablevisión el terreno en el que deberá
desenvolverse, con todo lo que eso implica.
Hagan
sus apuestas
En relación con las movidas que se dan sobre el paño verde, el Gobierno será el encargado de echar a rodar la bolilla y de cantar "no va más" en el momento justo.
¿Qué hay de los players? ¿Jugarán todos o
algunos preferirán observar?
De cara a
lo que viene en materia tecnológica, a las nuevas modalidades y hábitos de
consumo, pareciera que no les quedará otra que hacer sus apuestas (y muy grandes por cierto).
Si bien resta ver qué movimientos hará cada
uno, ya se van planteando varios tipos de escenarios, algunos precisos, otros
más especulativos.
El hecho
de que se dé por descontada la fusión
Cablevisión-Telecom abre un primer interrogante: ¿qué harán las demás firmas, como Telefónica,
Claro, Supercanal, Telecentro, DirecTV, entre otras?
Por lo
pronto, Carlos Slim,
dueño de América Móvil, propiedad de Claro, habría mantenido un encuentro con
Alberto Pierri,
su par en la local Telecentro.
El
argentino habría valuado su compañía en u$s500
millones. La cifra parece exagerada, si se tiene en cuenta
que David Martínez,
dueño de Fintech, pagó u$s968
millones por la participación que adquirió de Telecom
Italia.
En el
comparativo, Telecom
Argentina ostenta más de 4 millones de clientes de
telefonía fija, 20
millones de abonados móviles y 1,8 millón de banda ancha. Es decir, alcance en
todo el país, al menos desde lo móvil.
Telecentro, en cambio, posee
cerca de 500.000 abonados, concentrados
en parte de la Capital y en parte del GBA, de acuerdo a los datos que se
manejan en el mercado.
Esto se
traduce en un costo de u$s833
por cliente, cifra muy elevada si se tiene en cuenta que en la
Argentina la inversión en telecomunicaciones acumulada ronda los u$s400 por habitante, de
acuerdo con un estudio de la consultora especializada Ovum.
El único
país que se arrima a esa cifra por abonado es Chile, que lidera la región, con
unos u$s800. Pero
lo cierto es que, a nivel local, se está aún muy lejos de contar con un mercado
abierto, ordenado y movilizador de nuevas apuestas como el trasandino.
Jugadores
sin etiqueta
Slim quiere contar con una red de mejor alcance. Esta es una condición que impone para jugar fuerte en estas épocas de convergencia telco en Argentina.
Pierri sabe de las
necesidades de los grandes players y quiere sacar la mejor tajada. Más aun, porque la suya es
una compañía ordenada. Algo que, pareciera, no
ocurre con Supercanal,
de Vila-Manzano.
Esta
última también suele estar en la mira de las compañías que quieren tener una
llegada directa a los hogares. Su área de influencia directa se concentra
en Mendoza, pero
también extiende su alcance a Cuyo,
parte del oeste argentino y Córdoba. Contaría con otro medio millón de clientes.
El
problema con la firma cuyana es el desorden, un aspecto que es mirado muy de
cerca por los potenciales
inversores. DirectTV es
otra que deberá ver cómo encara sus apuestas. Sobre esta compañía se tejen todo
tipo de versiones.
Una de
ellas es que podría avanzar en un acuerdo con Telefónica. Una jugada de este tipo
-similar a la de Telecom-Cablevisión- beneficiaría a ambas firmas en su batalla
contra el Grupo Clarín.
En lo que
se refiere al rubro satelital, la competencia brilla por su ausencia, ya
que DirecTV ostenta
el monopolio tecnológico de
este servicio por aire.
Y si
bien no puede brindar Internet, cuenta con un permiso
provisorio para probar distintas tecnologías de conectividad: satélite en banda
KA en la zona de Azul y Olavarría, LTE en Córdoba, y fibra óptica en Mendoza.
Telefónica y Claro, en tanto, elevaron sus reclamos al Gobierno para que
les permita entrar en el negocio de la TV paga por satélite.
El saliente ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, deslizó que podría haber
una chance de habilitarlas, posibilidad que
también fue señalada a iProfesional por
una importante fuente del mercado. Sin embargo, esta incursión no sería tan sencilla, al menos en lo
inmediato.
Para
estos jugadores, habilitar el satélite les permitiría tener
más equilibrado el mercado en relación al inicio de la competencia. Algunos
expertos descreen de que esto pueda ocurrir.
Si el
objetivo del Gobierno es que las “telcos” inviertan en infraestructura,
habilitarles el
satélite echaría por tierra esa chance. Pero permitirles esa posibilidad
equilibraría más el mercado. Y esa condición es necesaria para que todos hagan
sus apuestas más fuertes. En otras palabras, para
que hagan las inversiones más grandes.
Los
que esperan
Alrededor de la ruleta hay otros apostadores, por cierto, más pequeños.
Se trata
de los operadores independientes. Es decir, de las
cooperativas de telecomunicaciones que esperan para ingresar en el negocio de
la telefonía móvil hace
ya más de una década.
El Enacom
podría abrirles el juego. Hasta ahora, y de acuerdo con lo asegurado en
reiteradas oportunidades por fuentes oficiales, esto finalmente ocurrirá.
Tanto la Red Intercable, que anticipó un
acuerdo con Nextel para ser su Operador Móvil Virtual (OMV), como la asociación
entre las cámaras CABASE, CATEL y CATIP, están realizando los trámites
pertinentes para obtener la licencia.
Este aval oficial les daría la
chance de brindar servicios
convergentes en localidades más pequeñas, lo que
beneficiará a usuarios de esas zonas que no son bien atendidos por las grandes
compañías. Las decisiones que se vayan a tomar de ahora en más abrirán el
juego, habilitará a más players y promoverá una mayor cantidad de
apuestas.
Si no se
tienen presente todos los factores, con sus respectivos límites, la concentración perjudicará a
los usuarios y
no habrá nuevas inversiones, como espera el Gobierno.
Por lo pronto, resta esperar en qué momento
caerá el "no va más".
Publico I.Profesional . com
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