El 11 de julio, el gobierno de Michel Temer logró que el Senado
sancione la legislación con que busca volver a darle competitividad a su
mercado
Aun en medio de la crisis
política e institucional que atraviesa su país, Michel Temer logró que el
Parlamento aprobase una radical reforma laboral con la que aspira, al menos,
sacar a Brasil de la recesión económica luego de dos años.
La reforma impulsada por
Temer tuvo una fuerte oposición gremial -hubo tres paros generales en los
últimos meses- y sufrió incontables modificaciones en el Parlamento, pero su
esencia fue aprobada este 11 de julio en el Senado (ya en abril había sido
aprobada en Diputados), remplazando muchas de las reglamentaciones laborales
vigentes desde 1943.
La ley transforma
profundamente las reglas de contratación y empleo para, según promete el
gobierno, dotar de competitividad al mercado brasileño, generar nuevo empleos e
incorporar al país al siglo XXI.
Los puntos centrales de la nueva ley laboral que ya entró en vigencia
son:
–Los acuerdos por sector,
empresa e individuales tienen preeminencia sobre la legislación vigente. Los contratos privados pasan a ser más
importantes que las convenciones colectivas.
-No se modifican la cantidad
de días de vacaciones, horas laborables por semana ni el aguinaldo. Pero se
pueden fraccionar de diferentes maneras. Las vacaciones se podrán dividir hasta
en tres periodos y podrá haber jornadas laborales de hasta 12 horas (aunque
luego con 36 horas de descanso) sin superar las 44 horas semanales del límite
establecido.
-Se autoriza la "jornada intermitente", con el
pago de salarios sobre una base horaria o por jornada, y no mensual. Podrá
haber contratos parciales de hasta 30 horas semanales o 26 horas y 6 horas
extras.
-La contribución sindical, hasta ahora obligatoria y equivalente a un
día de salario al año, pasa a ser voluntaria.
-Se reglamenta el trabajo
desde el hogar (homeworking) con reembolso para los gastos del empleado.
-Amplia las posibilidades de tercerizar tareas, incluso la principal
de la empresa.
-La empresa podrá negociar
las condiciones de trabajo por una comisión no sindical de representantes de
los trabajadores.
-Se permite que las
embarazadas trabajen en ambientes no del todo salubres si presentan un
certificado médico que asegure que no hay riesgo para ella o el feto.
–Flexibiliza las condiciones de despido. El monto de las
indemnizaciones no estará atado por el salario del trabajador y el preaviso
baja de 30 a
15 días.
– Se ponen condiciones para los litigios laborales.
El litigante debe establecer a comienzo del juicio cuánto dinero desea recibir
de compensación al término del proceso, deberá comparecer a todas las
audiencias judiciales (salvo fuerza mayor) y pagar las costas del juicio si pierde
(a menos que no tenga recursos suficientes).
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