Hay problemas para recibir llamadas, enviar SMS y conectarse a Internet. Se sienten fuerte en Capital, GBA y la Costa. Especialistas explican que faltan antenas y que el radioespectro quedó chico.
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Con al menos 10 millones de aparatos en las calles, los teléfonos inteligentes son todo un éxito de ventas. Pero el enorme tráfico de información que generan viene causando congestiones cada vez más severas en las redes celulares, cuya capacidad, según expertos, no se amplió al ritmo explosivo de la demanda y hoy está saturada. Como resultado, para millones de usuarios, el servicio se convirtió en una pesadilla cotidiana
"Se escucha mal. ¿Puedo llamarte a un teléfono fijo?". "¿Cómo que no te avisé? ¡Te mandé un SMS!". "Dice que llamaste, pero a mí nunca me sonó". "Llevo 5 minutos queriendo abrir la página, pero se queda cargando". Frases como esas ya son habituales entre muchos argentinos, resignados a convivir con "agujeros negros" de señal, llamados que se cortan, SMS demorados y una conexión a Internet lenta e intermitente, entre otros inconvenientes.
Los problemas, que No Distinguen Empresas, se sufren en las zonas más pobladas y se agravan en horas pico . Y generan inconvenientes tanto a los clientes afectados como a quienes intentan contactarlos. En la ciudad de Buenos Aires, se reportan serias fallas en todo el centro y en barrios como Retiro, Recoleta, Palermo y Caballito . También son críticas varias zonas del Conurbano –en especial, los partidos del sur– y los principales centros de veraneo.
"La gente accedió a teléfonos con muchos más servicios, pero LAS REDES NO TUVIERON UN PROGRESO ACORDE EN SU INFRAESTRUCTURA, y no pueden transmitir todos los datos que hoy la gente pretende. Por eso, los canales se saturan y el servicio se resiente", explicó Gabriel Venturino, experto en telecomunicaciones de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.
Consultadas, Movistar y Personal prefirieron no hablar de las fallas, mientras que en Claro las describieron como problemas puntuales de un servicio aceptable . En todos los casos, destacan que el tráfico de datos creció más del 70 por ciento en el último año. Mencionan también sus millonarios planes de inversión y que les resulta muy difícil instalar antenas, por las regulaciones municipales y la resistencia de los vecinos. Aún así, expertos y entidades de consumidores las cuestionan por no haber invertido más y por prometer –y facturar– servicios que no pueden brindarles a todos sus usuarios en forma aceptable.
"Para dar servicio a más y mejores aparatos, debían instalar más radiobases (antenas), pero eso no se hizo lo suficiente en los últimos años. Por eso ahora, en ciertas zonas, hay más usuarios que canales disponibles y todo colapsa", consideró Claudio Muñoz, experto en telecomunicaciones del ITBA.
De todos modos, los especialistas consultados coinciden en que parte de las culpas son del Estado . En especial, porque la porción del radioespectro destinada a los celulares –una suerte de "autopista" por la que viajan todos los datos, hoy embotellada– quedó demasiado chica para las necesidades actuales , y hace años que se viene demorando su ampliación.
Hernán Galperin, investigador en telecomunicaciones de la Universidad de San Andrés, detalló que hoy las empresas operan en 135 megahercios (MHz): la mitad que Chile y un tercio que Brasil. "Deberían asignar más frecuencias, como se está haciendo en todos los países del mundo, imponiendo condiciones de despliegue de red, calidad de servicio y otras cuestiones", propuso Galperín. Y sostuvo que "las indefiniciones del Gobierno" en ese sentido retrasaron las inversiones necesarias .
¿Qué otra solución existe? Saltar a la tecnología LTE (Long Term Evolution : evolución a largo plazo) o 4G, ya desarrollada en países de Europa y Asia, Estados Unidos y Brasil, entre otros. "Permitiría mejorar el servicio con las antenas existentes –indicó Muñoz–, pero requiere nuevas frecuencias o liberar las que usan los celulares básicos." Chile y México adoptarán el 4G este año, pero en Argentina sólo "se están haciendo pruebas", según contó Muñoz. Mientras, otra estrategia que analizan las compañías para aliviar las redes es derivar parte del tráfico de Internet a puntos fijos de Wi-Fi en las zonas más críticas, reveló Venturino.
Pero mientras sean proyectos y se sigan vendiendo aparatos con capacidades de computadoras, nadie pronostica que el servicio pueda mejorar a corto plazo. Y hoy, por mucho que se gaste en un smartphone, ninguna red permite aprovecharlo al máximo. Frustrado, el dueño de un moderno Samsung Galaxy S3 lo grafica con crudeza: "Siento que tengo una Ferrari para andar por caminos de ripio"