jueves, 16 de septiembre de 2021
miércoles, 15 de septiembre de 2021
¿Avanza la derecha? ¿Dónde están los votos del peronismo? por Mario Firmenich
Las elecciones de las PASO 2021 arrojan un resultado que puede
calificarse como catastrófico para el #FrentedeTodos, apenas 2 años después de
haber vencido en las elecciones presidenciales y de gobernadores de 2019 con
muy amplia ventaja y obteniendo un respaldo electoral del orden del 50% de los
votos.
En 2021 Juntos por el
Cambio lo supera a nivel nacional por un 10% de los votos válidos y en
Provincia de Buenos Aires lo supera por un 5% de los votos válidos. Además,
aparece como “revelación” el partido de la extrema derecha liberal con #Milei en
Capital Federal con un 13% de los votos. Por otra parte el abstencionismo fue
el más alto de la historia.
¿Se derechizó y se despolitizó la sociedad argentina en 2 años?
¿Desapareció el peronismo como espacio sociológico?
Un análisis certero de lo
sucedido requiere ir a los datos numéricos de la elección comparándolos con los
datos numéricos de 2019.
Esta elección de 2021 es
una PASO y ya se ha visto que las PASO, cuando los partidos presentan lista
única en su interna, tienden a tener un abstencionismo mayor porque para el
votante no se decide nada. De hecho, como suele decirse, las PASO se convierten
en una “encuesta gigante”; siendo rigurosos, se trata de un censo sobre las
intencionalidades políticas.
Una comparación válida
debe hacerse entre dos elecciones PASO. Pero la elección de 2021 ha tenido el
significado político de un plebiscito sobre la gestión del gobierno presidido
por Alberto Fernández. Por lo tanto políticamente es válido comparar estas PASO
con las PASO de 2019 cuando se decidió las candidaturas de la fórmula
presidencial.
¿Se verifica en estas PASO un abstencionismo con significado político?
El padrón electoral de
2019 era de 33.848.339 empadronados y los votantes totales fueron 25.859.967.
Es decir que hubo una participación de 76,04% y una abstención de 23,96%. Este
nivel de abstención (mayor al de una elección general) tiene el significado
político de que con lista única no hay incentivos para ir a votar. No es una
abstención que tenga sentido de desinterés o de protesta.
El padrón electoral de
2021 es de 34.385.460 empadronados y los votantes totales fueron 23.230.194. Es
decir que hubo una participación de 67,55% y una abstención de 32,45%.
Con un padrón con 537.121
votantes potenciales más que en 2019, en esta elección los votantes se
redujeron en más de 2.600.000 personas. Este abstencionismo tiene significado
político, cosa que ya se había notado en las elecciones provinciales previas.
Por eso también ahora son políticamente significativos el voto en blanco y el
voto anulado, que sumados fueron 1.481.403.
En las PASO de 2021 se
negaron a elegir representantes, de una forma u otra, un total de 12.636.669
ciudadanos; una abstención del 36,75% del padrón en un país con voto
obligatorio.
¿Quiénes son los que se
negaron a elegir diputados? ¿Cuál es el significado político de esta actitud?
¿Qué relación tiene con el plebiscito sobre la gestión del gobierno del Frente
de Todos a mitad de su mandato?
¿Se verifica una derechización de la sociedad argentina?
En 2019 el voto de centro-derecha, derecha y extrema derecha se expresó
del siguiente modo:
En términos absolutos el
espacio de la derecha aumentó unos 500.000 votos entre 2019 y 2021, aumento que
no llega al 1% del padrón electoral. La evidencia indica que no existe un
desplazamiento masivo del voto hacia la derecha.
En términos de porcentaje
de los votos válidos el resultado de las PASO 2021 da la imagen distorsionada
de que #JuntosporelCambio ha crecido muchísimo, obteniendo más del 40% de los
votos, y por eso le ha sacado una ventaja de 10% al Frente de Todos. Pero la
realidad es que no ha tenido ningún crecimiento significativo. El millón de
votos que aumenta Juntos por el Cambio sale casi íntegramente del millón de
votos que pierde la alianza Consenso Federal por su disolución.
Buena parte del
crecimiento cuantitativo de 500.000 votos de la derecha es la captación del
voto joven de Capital Federal que Milei consiguió con sus 238.522 votos. Como
realidad sociológica, este voto representa el espacio histórico de la derecha
liberal en la Ciudad de Buenos Aires, que había perdido su representación
política desde la desaparición del partido de Alsogaray.
Si descontamos estos
votos, el corrimiento de votos hacia la derecha no supera los 300.000 votos en
todo el país.
¿Cómo perdió votos el Frente de Todos y cuántos perdió?
En las PASO de 2021 el
Frente de Todos obtiene un 31,3% de votos a nivel nacional. A primera vista
pareciera que su respaldo se ha reducido al “voto duro” del peronismo, que en
realidad su nivel histórico ha estado cerca del 35%. Pero los porcentajes de la
elección de 2021 son engañosos, porque los votos se miden como proporción de un
total muy inferior dado el abstencionismo y los votos en blanco y nulos.
En las PASO de 2019 el
Frente de Todos obtuvo 12.205.085 votos, que representaron un 47,78% de los
votos válidos.
Es sabido que cuando un
frente hegemonizado por el peronismo obtiene cerca del 50% de los votos, esto
se debe a que un sector de votantes independientes, mayoritariamente de clase
media, se vuelca a la alianza con el movimiento popular.
El sector independiente
representa aproximadamente un 15% de los votos válidos en una elección
presidencial con participación del orden del 85%. En las PASO de 2019 la
participación fue sólo de 76,4%, de modo que podemos aceptar que el aporte del
voto independiente ha sido menor que en la elección general. Si estimamos el
voto independiente en 10% de los votos válidos en aquella elección, entonces
los votos peronistas del Frente de Todos en las PASO de 2019 podemos estimarlos
en 9.650.651 (37,78% de los votos válidos).
En las PASO de 2021 el
Frente de Todos obtuvo 7.107.973 votos. Esto significa que el Frente de Todos
ha perdido más de 5 millones de votos entre 2019 y 2021. La mitad de esos votos
los ha perdido en la Provincia de Buenos Aires.
Era previsible para
cualquier análisis político objetivo sobre la gestión del gobierno nacional que
el peronismo había perdido en los últimos dos años el apoyo que había obtenido
de los sectores de clase media políticamente independientes. El deterioro de la
imagen de Alberto Fernández en las encuestas reflejaba ese fenómeno político.
Esto explica la pérdida de 2.554.434 votos.
Por lo tanto hay una
pérdida de 2.542.678 votos que corresponden a ciudadanos peronistas que le han
retirado su apoyo al gobierno del Frente de Todos y lo han hecho en todo el
territorio nacional, afectando a la representatividad de caudillos provinciales
que parecían incombustibles.
¿A dónde han ido los 5 millones de votos que perdió el Frente de Todos?
De acuerdo a lo ya visto,
está claro que los votos perdidos por el Frente de Todos no han ido a los
partidos del espacio de la derecha.
Parece claro que los
2.629.773 personas menos que votaron en 2021 respecto de 2019 son votantes del
Frente de Todos que se sumaron a la abstención como crítica a la gestión
gubernamental.
Las candidaturas
peronistas críticas de Randazo y Moreno obtuvieron aproximadamente 500.000
votos que forman parte de la pérdida de votos del Frente de Todos.
Por otro lado, los
conjuntos de los pequeños partidos de izquierda tuvieron la mejor elección de
su historia, aumentando en casi 1.000.000 de votos a nivel nacional.
Estas tres categorías
suman más de 4.100.000 votos de los 5 millones perdidos por el Frente de Todos.
Una parte de 1.481.403
votos en blanco y anulados seguramente también corresponden a la pérdida de
votos del Frente de Todos. Y es probable que en algunas provincias haya habido
desplazamiento de votos del Frente de Todos hacia algunos partidos
provinciales.
La pérdida de los dos
millones y medio de votos peronistas se explica por la suma de los 500.000
votos de candidaturas disidentes y 2 millones de los 2.600.000 votos menos que
hubo en esta elección respecto de la de 2019, que se sumaron al abstencionismo.
El incremento de un
millón de votos de los partidos de izquierda se explica con los votantes
independientes que perdió el Frente de Todos, así como también el resto del
abstencionismo, parte de los votos en blanco y nulos y alguna fuga de votos
hacia algunos partidos provinciales.
miércoles, 8 de septiembre de 2021
martes, 7 de septiembre de 2021
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domingo, 5 de septiembre de 2021
Los 70 : una lectura del pasado que nos reduce a este horrible presente....
Fuente: https://www.infobae.com/opinion/2021/09/05/los-70-y-una-lectura-del-pasado-que-nos-reduce-a-este-horrible-presente/
viernes, 3 de septiembre de 2021
Vuelta al trabajo: 67 por ciento elige la “modalidad flexible”
El último sondeo de Newmark revela
expectativas de CEOS y empleados respecto del regreso a las oficinas. El
“futuro híbrido” y una información clave para brindar empleo de calidad.
“Aún no sabemos
con exactitud cuál será el día de apertura total, pero está claro que la
organización de los espacios y la interacción entre los empleados no son ni
serán como antes” reflexiona Sofía Speranza, responsable de comunicación y
marketing de Newmark, a propósito de los resultados de la última encuesta anual
de la firma: un sondeo a través del cual la compañía de real estate corporativo
estudió a fondo la percepción de la experiencia pasada y expectativas futuras
de CEOs y empleados de 190 empresas.
A la hora de
valorar cuán preparadas estaban las compañías para el trabajo remoto, por
partes iguales -44% en cada caso- señalaron que su empresa estaba
“completamente” y “medianamente” preparada, mientras que apenas un 12% aseguró
que “no estába preparada”.
Varios elementos
respaldan la última afirmación: un 61% de las empresas proveyó a sus
colaboradores de computadora portátil, 40% de teléfonos celulares, 25% de
mobiliario, 19% les pagó internet y 20% la telefonía móvil.
Tiempo y espacio
En cuanto a la
situación de las compañías, cabe mencionar que el 63% de las encuestadas
alquila sus espacios de trabajo, 26% es propietaria y 11% es a la vez inquilina
y propietaria. El 18,5% utiliza, además de sus oficinas, espacios de coworking.
Del lado de los empleados el 87% de los consultados trabaja desde la casa, el
1% en espacios de cowork y el 2% en work cafés, mientras que el 17% lo hace
desde cualquier lugar.
La mayoría de los
CEOs indica que la productividad mayormente se mantuvo estable (39%) o incluso
se incrementó (33%); mientras que entre los empleados la mayor percepción fue
que se mantuvo estable (39%), aunque también un buen número (19%) opina que
esta disminuyó. Los aspectos que la mayoría define como “críticos” son las
distracciones (principalmente de la familia y las tareas domésticas) seguidos
por cuestiones de equipamiento y mobiliario.
Más del 32% de
los empleados dice que en forma remota trabaja más horas de las que lo hacía en
el horario habitual de oficina. El 31% respeta el horario de oficina, mientras
que el 16,6% dice trabajar “la misma cantidad de horas, pero en distinto
horario”. Solo el 8,9% señala que desde casa trabaja menos horas que en la
oficina.
Volver
“¿Qué es lo que
más valoras del espacio de tu oficina?” fue la pregunta que motivo que un 36%
colocara en primer lugar “el espacio abierto”, otro tanto “el entorno y el
barrio”, un 20% “la cafetería” y 11% “el área de recreación”
Si algo queda
claro es que la experiencia de vincularse con los compañeros es algo que el
trabajo remoto no puede suplir. De ahí que la sociabilización y las reuniones
de equipo son las principales razones por la cual aparece el deseo de volver a
la oficina: 87% de los CEOs mencionó como razón número 1 “sociabilizar”, 71%
poder tener reuniones de equipo y 66% “cambiar de ámbito”, con unos resultados
muy similares para el caso de los empleados
El 44% de los
CEOs considera que dos días en la oficina y tres remoto sería el ideal para la
modalidad flexible; en tanto el 31% prefiere el esquema tres en la oficina y
dos desde casa. El 80% considera ofrecer espacio para más del 50% de la
dotación de sus colaboradores.
Por el lado de
los empleados, la respuesta sobre el esquema coincide: el 40% cree que la
modalidad dos días en la oficina y tres remotos es la ideal, mientras que el 33%
elige el formato “tres y dos”.
Según los
encuestados, esta es la modalidad que podría complementar las ventajas y
libertades que ofrece el home office con los beneficios que los lugares de
trabajo otorgan, no solo para los colaboradores sino también para la cultura
organizacional.
Universo heterogéneo
Pasado un año y
medio de “experiencia remota” y dado el incipiente regreso a las oficinas de la
mano de la campaña de vacunación Newmark decidió reeditar el ambicioso estudio
que encaró el año pasado. Para eso encaró dos encuestas diferentes: una para
CEOs y otra para empleados, con preguntas compartidas y algunas otras dirigidas
a cada grupo en particular. Ambas se difundieron mediante campañas de mail,
redes sociales y whatsapp.
Sobre el universo
de 190 empresas de todo el país que integraron el estudio vale aclarar que el
27%de los encuestados trabaja en compañías con más de 500 empleados, que el 40%
de la población encuestada tiene entre 20 y 50 años y que de los que
respondieron 65%son hombres y 34, mujeres.
“Esta información
es súper relevante para comprender mejor las necesidades de nuestros clientes y
colaborar con todos los desafíos de estructurar el tan deseado regreso”, señala
Mayling Contreras, analista de research en Newmark, sin dejar de resaltar que
se requieren soluciones eficientes, que permitan contar con empleo de calidad y
dimensionen el rol vital que los espacios de trabajo tienen de cara a ese
objetivo.
En esa línea
Speranza concluye que tanto las reuniones en equipo como la sociabilización y
la capacidad de concentración son algunos de los factores que no han encontrado
una réplica satisfactoria en el año de pandemia que llevamos. “De ahí que los
espacios de trabajo cumplen con una función que el empleo remoto no puede
reemplazar”.
miércoles, 1 de septiembre de 2021
lunes, 30 de agosto de 2021
JOSÉ ESPEJO, el secretario de la CGT amigo de Evita que volvió al llano como un trabajador más
70 años atrás, tuvo un papel destacado en el Cabildo Abierto que
promovió la candidatura de Eva Duarte a la vicepresidencia. Un año después,
dejó su cargo: estuvo preso, se fugó a Chile y acabó sus días vendiendo café y
galletitas para subsistir
En contraste con el poder
que tuvo mientras dirigía la Confederación General del Trabajo, los últimos
años de José Espejo, uno de los grandes impulsores de la candidatura de Evita a
la vicepresidencia, transcurrieron en el llano. Más allá de los cargos que
ocupó, el dirigente gremial se destacó por haber sido el hombre de confianza de
Eva Duarte de Perón.
Espejo inició su tarea
gremial en la fábrica de galletitas Bagley, donde se desempeñó como delegado y,
después de pasar por algunas funciones en el gremio, por recomendación del
secretario de Alimentación Raúl Costa, llegó a entablar un vínculo muy cercano
con Eva Perón. “Mi abuelo fue aceptado por Evita, fue ella su primera
impulsora. Su relación era de mucha confianza”, relata su nieto Damián Ferraris. Con este apoyo
indispensable, y con el aval del resto de los sindicalistas, Espejo asumió como
secretario general de la CGT en 1947.
Su relación con Evita
Evita y Espejo forjaron
un vínculo muy leal y de confianza tanto en la actividad social como en lo
personal. En este sentido, Ferraris desmiente la versión que se muestra del
sindicalista en la película “Eva Perón: la verdadera historia”: “Está mi abuelo
aplaudiendo como un obsecuente y me da bronca porque no era así”, aclara.
El vínculo también se
reflejaba en el plano personal y hasta familiar ya que la esposa de Perón fue
una de las invitadas más especiales en el casamiento de Espejo con Beatriz
Beverati, también muy querida por Evita. “Antes mi abuelo tenía otra mujer que
no le caía bien a Evita y creo que eso influyó bastante en que no siguiera esa
relación”, cuenta su nieto y agrega: “Con mi abuela hubo un buen sentimiento”.
Ferraris destaca cómo era
el trato de Eva con los sindicalistas. “Cuando veía que alguno estaba pasando
por arriba de sus ingresos o sus posibilidades, que alguno tenía más plata que
la que tenían que tener, lo encaraba y le decía, ‘explicame, ¿en qué andás?
¿cómo hiciste para tener esto?’”
Los últimos años de Espejo
Ferraris relata que Evita
le dijo a su abuelo que se fuera porque toda la vida lo iban a perseguir por
haber estado tan cerca de ella. Y así fue. José Espejo renunció a su cargo en la CGT al año
siguiente de la muerte de Eva Perón, se compró un camión y hasta 1955 vendió
vinos, lejos del primer plano y de la exposición que había tenido durante sus
años al frente de la Confederación General del Trabajo. “Mi abuelo decía que había terminado su
cargo y volvía a ser un trabajador. Siempre defendió el trabajo y a los
trabajadores. ÉL DECÍA QUE VOLVÍA AL LLANO”.
Tras la caída de Perón,
se refugió en la embajada de Haití, de donde escapó para organizar la huelga
general contra la dictadura de Aramburu, la autodenominada Revolución
Libertadora. Cuando fracasó la huelga, Espejo fue detenido el 19 de noviembre y
acusado junto a Perón de traición a la patria por el juez Botet.
Desde ese momento, estuvo
preso en la penitenciaría de Las Heras -hoy desaparecida-, después lo llevaron
al barco Bahía Buen Suceso, y terminó en Río Gallegos. En la prisión de la
capital santacruceña se encontró con el empresario peronista Jorge Antonio,
Héctor Cámpora, John William Cooke y Guillermo Patricio Kelly, con quienes
empezó a planificar la fuga. “Los guardiacárceles eran laburantes, eran
peronistas, entonces no los trataban lo mal que querían que los traten”.
Finalmente se concretó la fuga y logaron pasar a Chile, donde Espejo trabajó durante un año como taxista
con un auto prestado por los sindicalistas chilenos. Pero, al regresar a la
Argentina durante la presidencia de Arturo Frondizi, la policía lo arrestó, lo
torturó y estuvo otros seis meses en prisión. Además, al ser detenido, le
robaron todas sus pertenencias y hasta debió tragarse una carta de Perón con instrucciones
para que no la viera la policía.
Espejo también enfrentaba
duros problemas personales. Su lealtad a Eva le costó caro y no lo dejaban
trabajar por su cercanía a ella, por lo que su casa fue rematada. Para mantener
a su familia y, consecuente con su lucha por los trabajadores, salió a ganarse
el sustento como lo había hecho siempre. Junto a un amigo comenzó a venderle
café a los vendedores ambulantes del barrio de San Nicolás, en Junín al 181 y,
luego, se dedicó a la venta de pollos. Finalmente terminó comprando galletitas
en las fábricas para revenderlas a los almacenes porteños. De esta manera
transcurrieron sus últimos años. “Creo que el ejemplo de mi abuelo exalta aún más a
la figura de Evita. Ella sabía elegir la gente que estaba a su lado, que no la
traicionó nunca, ni estando muerta”.
Tras una vida dedicada a la lucha sindical, José Espejo murió en 1980
tal como Eva Perón hubiera deseado. Como un descamisado más, como un trabajador hasta sus últimos días.
Por Facundo Giampaolo
https://www.infobae.com/sociedad/2021/08/30/jose-espejo-el-secretario-de-la-cgt-amigo-de-evita-que-volvio-al-llano-como-un-trabajador-mas/
sábado, 28 de agosto de 2021
viernes, 27 de agosto de 2021
miércoles, 25 de agosto de 2021
El TELETRABAJO en la pos- pandemia ***
Se necesita romper con
estereotipos, normas sociales y concepciones profundamente arraigadas que
operan como mecanismos de segregación en el mercado laboral.
Con la llegada de la pandemia, la capacidad para trabajar desde
casa pasó de opción deseable por la flexibilidad y la reducción de ciertos
costos, a un determinante clave para la continuidad de las tareas laborales en
general.
En Argentina, antes de la irrupción del
Covid-19 un 17% de las personas asalariadas trabajaba en forma remota, pero
para las mujeres el porcentaje era del 14%, mientras que para los varones
ascendía al 20%. Sin embargo, la viabilidad del teletrabajo asociada a las
características de las ocupaciones es superior para los empleos en los que
están mayormente insertas las mujeres: 35% de las asalariadas podría
teletrabajar en función de las tareas que realiza, mientras que solo el 21% de
los varones estaría en condiciones de hacerlo.
¿Cómo
se explica este fenómeno? De acuerdo con datos de la Encuesta Permanente de
Hogares de 2019, una mujer de igual edad, nivel educativo y antigüedad, en la
misma región y en el mismo sector, tiene en promedio menor probabilidad de
acceder a un empleo formal (-5 pp.) y a puestos directivos o gerenciales (-3
pp.) que un hombre.
Como consecuencia de este acceso
asimétrico a las ocupaciones en el mercado laboral, a medida que nos movemos
hacia arriba en la escala salarial las mujeres ven reducido su potencial de
teletrabajo en relación a los varones. El cierre de la brecha entre el
teletrabajo efectivo y el tecnológicamente factible podría representar una
oportunidad inédita, la de hacer extensivas ventajas asociadas al teletrabajo
—como mayor flexibilidad horaria, practicidad y ahorro de ciertos costos—, y
para aumentar la tasa de participación laboral femenina en términos generales.
Pero
en fenómenos complejos como la desigualdad, nada es tan lineal. Hay espacio
para incentivar el teletrabajo entre las mujeres y eso es positivo para
sostener los ingresos en el corto plazo y aumentar su tasa de participación,
pero a la larga podría contribuir a perpetuar desigualdades estructurales,
asociadas al acceso asimétrico a ocupaciones en el mercado laboral y al uso del
tiempo en el hogar.
Según
la Encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo de 2013, mientras el
58% de los varones realiza trabajo doméstico no remunerado (TDNR), el
porcentaje asciende a 89 en el caso de las mujeres, que dedican en promedio 6,4
horas semanales a estas tareas, 3 más que los varones.
Por
eso, lo que necesitamos son medidas de implementación de teletrabajo con
perspectiva de género y flexibilidad para promover un mejor equilibrio
trabajo-familia y una mayor corresponsabilidad en el hogar. La reciente ley Nº
27.555 sobre teletrabajo representa avances en este sentido.
Sin
embargo, es necesario hacer más. Debe buscarse la integración de estas
políticas con otras de más largo alcance y profundidad que apunten a romper con
estereotipos, normas sociales y concepciones profundamente arraigadas que
operan como mecanismos de segregación en el mercado laboral.
*** Ramiro Albrieu y *** Pablo de la Vega son Investigador
principal y analista del programa de Desarrollo Económico de CIPPEC,
respectivamente
martes, 24 de agosto de 2021
De INTERNET, enojos, estafadores y ladrones **
La pretensión del gobierno de "ir por todo" en este caso en el sector TIC ...
A casi un año del dictado del DNU 690 que declaró servicio público a la telefonía móvil, internet y la TV por suscripción, el presidente Alberto Fernández volvió a insistir días pasados con esta política, señalando que internet sería servicio público se enoje quien se enoje. Redoblando su apuesta agregó que iba a terminar con la estafa y el robo de las tarifas. Trató así de estafadores y ladrones a absolutamente todo el universo de prestadores de servicios de internet. Un conjunto heterogéneo de empresas que en circunstancias económicas complejas llevan conectividad a millones de argentinos poniendo su esfuerzo y trabajo, que invierten y generan empleo genuino no merecen ser tratados como tahúres.
Entendemos que el profesor de derecho penal no ha utilizado la acción de estafar y robar en el sentido técnico del código penal, sino en forma "coloquial" para señalar el presunto abuso en que incurrirían las empresas a cambio de lo que dan.
Ahora bien, a un año del citado DNU el organismo de regulación técnica del sector, el ENACOM, ha sido incapaz de dar a conocer algún estudio que indique el costo de los servicios y si las utilidades son razonables o no. Tampoco ese plazo ha sido suficiente para elaborar con bases serias algún mecanismo automático de regulación de tarifas que le aporte algo de racionalidad a una decisión errada, pero por sobre todo innecesaria. Si la economía de la regulación de las telecomunicaciones es compleja podrían haber probado con la correspondencia entre la calidad comprometida y la efectivamente entregada en la relación contractual prestador-cliente (o usuario si les gusta más). Hay para ello un reglamento de calidad de servicio. También aquí sería interesante conocer las auditorías realizadas para verificar su cumplimiento. Una vez más ello podría darle algún auxilio al Presidente en sus temerarias afirmaciones.
Como en casi todo el estado argentino es más fácil dedicarse a las declaraciones rimbombantes que al trabajo efectivo. Pero no hay que ser injusto con el Presidente, hace tiempo que la vara de la regulación del sector está baja; casi que parece una política de estado.
La pretensión del gobierno de "ir por todo" en este caso en el sector TIC también le termina quitando legitimidad a su accionar. Nadie discute el carácter esencial de internet para la vida actual, pero ¿se puede sostener seriamente lo mismo de la TV por suscripción? Recordemos que hay TV de aire gratuita. Acá parece que se trata de una "vendetta": embrómense porque el gobierno anterior dijo que la TV por cable es un servicio tic y no audiovisual.
Otra reflexión que merecen las palabras del Presidente es confundir un eventual instrumento de política pública -el servicio público- con un objetivo en sí mismo. El objetivo debería ser que internet llegue al 100 % de los argentinos con una calidad funcional significativa y a precios accesibles.
Las calificaciones jurídicas no necesariamente hacen que los servicios sean mejores, más abundantes o más baratos. Si fuera así declaremos ya mismo a toda provisión de bienes y servicios como "servicio público", empezando por la alimentación y la educación (aunque pensándolo bien esto último mejor no, a ver si la Ctera no puede extorsionar más con los paros).
Si las cosas no han resultado peores es porque hay cinco medidas cautelares otorgadas y vigentes que han hecho del decreto casi letra muerta, pero son pocos los que están dispuestos a invertir fuertemente en medio de litigios. Desde su perspectiva el gobierno estaría en el peor de los mundos: por un lado, fracasa en su objetivo de controlar precios y por el otro siembra un manto de incertidumbre cuyos resultados, de mantenerse esta situación, se verán en el mediano plazo. De más está decir que un estado quebrado y sin crédito no puede sustituir la inversión privada.
En efecto, mientras discutimos sobre teorías jurídicas, Chile ya licitó el 5G y en breve comenzará el despliegue de estas redes y Brasil, Colombia, México, Costa Rica y República Dominicana se aprestan a seguir sus pasos. El 5G será un deseo imaginario más con la incertidumbre generada por el DNU 690/2020 o por una ley que quiera subsanar algún vicio de incompetencia, porque el problema con esta norma no es sólo de forma sino de fondo. El 5G es un paso más en la transformación económica que ha introducido la digitalización de la economía. No es solo poder navegar más rápido o jugar mejor a los e-sports. Será fundamental para la productividad industrial en los años por venir. El problema no es tanto el servicio público (que en Argentina como teoría jurídica por cierto no ayuda) como los controles de precios y la incertidumbre que, ya sabemos, son fatales para la inversión y la innovación y sin ellas no hay competencia y consecuentemente mejora de calidad y precios.
A un año del DNU 690, el gobierno parece empecinado en imponer el control de precios en este sector a través del instrumento del servicio público. Debería recordar que en política hay algo peor que prometer y no cumplir: Prometer algo errado y cumplirlo. Acá también hay que corregir y no enojarse señor Presidente y que la Argentina vaya para adelante.
** por Hector Huici
Abogado especialista en servicios públicos. Ex secretario de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Nación (23 de Agosto