miércoles, 15 de septiembre de 2021

¿Avanza la derecha? ¿Dónde están los votos del peronismo? por Mario Firmenich

 


Las elecciones de las PASO 2021 arrojan un resultado que puede calificarse como catastrófico para el #FrentedeTodos, apenas 2 años después de haber vencido en las elecciones presidenciales y de gobernadores de 2019 con muy amplia ventaja y obteniendo un respaldo electoral del orden del 50% de los votos.

En 2021 Juntos por el Cambio lo supera a nivel nacional por un 10% de los votos válidos y en Provincia de Buenos Aires lo supera por un 5% de los votos válidos. Además, aparece como “revelación” el partido de la extrema derecha liberal con #Milei en Capital Federal con un 13% de los votos. Por otra parte el abstencionismo fue el más alto de la historia.

¿Se derechizó y se despolitizó la sociedad argentina en 2 años? ¿Desapareció el peronismo como espacio sociológico?

Un análisis certero de lo sucedido requiere ir a los datos numéricos de la elección comparándolos con los datos numéricos de 2019.

Esta elección de 2021 es una PASO y ya se ha visto que las PASO, cuando los partidos presentan lista única en su interna, tienden a tener un abstencionismo mayor porque para el votante no se decide nada. De hecho, como suele decirse, las PASO se convierten en una “encuesta gigante”; siendo rigurosos, se trata de un censo sobre las intencionalidades políticas.

Una comparación válida debe hacerse entre dos elecciones PASO. Pero la elección de 2021 ha tenido el significado político de un plebiscito sobre la gestión del gobierno presidido por Alberto Fernández. Por lo tanto políticamente es válido comparar estas PASO con las PASO de 2019 cuando se decidió las candidaturas de la fórmula presidencial.

¿Se verifica en estas PASO un abstencionismo con significado político?

El padrón electoral de 2019 era de 33.848.339 empadronados y los votantes totales fueron 25.859.967. Es decir que hubo una participación de 76,04% y una abstención de 23,96%. Este nivel de abstención (mayor al de una elección general) tiene el significado político de que con lista única no hay incentivos para ir a votar. No es una abstención que tenga sentido de desinterés o de protesta.

El padrón electoral de 2021 es de 34.385.460 empadronados y los votantes totales fueron 23.230.194. Es decir que hubo una participación de 67,55% y una abstención de 32,45%.

Con un padrón con 537.121 votantes potenciales más que en 2019, en esta elección los votantes se redujeron en más de 2.600.000 personas. Este abstencionismo tiene significado político, cosa que ya se había notado en las elecciones provinciales previas. Por eso también ahora son políticamente significativos el voto en blanco y el voto anulado, que sumados fueron 1.481.403.

En las PASO de 2021 se negaron a elegir representantes, de una forma u otra, un total de 12.636.669 ciudadanos; una abstención del 36,75% del padrón en un país con voto obligatorio.

¿Quiénes son los que se negaron a elegir diputados? ¿Cuál es el significado político de esta actitud? ¿Qué relación tiene con el plebiscito sobre la gestión del gobierno del Frente de Todos a mitad de su mandato?

¿Se verifica una derechización de la sociedad argentina?

En 2019 el voto de centro-derecha, derecha y extrema derecha se expresó del siguiente modo:




En términos absolutos el espacio de la derecha aumentó unos 500.000 votos entre 2019 y 2021, aumento que no llega al 1% del padrón electoral. La evidencia indica que no existe un desplazamiento masivo del voto hacia la derecha.

En términos de porcentaje de los votos válidos el resultado de las PASO 2021 da la imagen distorsionada de que #JuntosporelCambio ha crecido muchísimo, obteniendo más del 40% de los votos, y por eso le ha sacado una ventaja de 10% al Frente de Todos. Pero la realidad es que no ha tenido ningún crecimiento significativo. El millón de votos que aumenta Juntos por el Cambio sale casi íntegramente del millón de votos que pierde la alianza Consenso Federal por su disolución.

Buena parte del crecimiento cuantitativo de 500.000 votos de la derecha es la captación del voto joven de Capital Federal que Milei consiguió con sus 238.522 votos. Como realidad sociológica, este voto representa el espacio histórico de la derecha liberal en la Ciudad de Buenos Aires, que había perdido su representación política desde la desaparición del partido de Alsogaray.

Si descontamos estos votos, el corrimiento de votos hacia la derecha no supera los 300.000 votos en todo el país.

¿Cómo perdió votos el Frente de Todos y cuántos perdió?

En las PASO de 2021 el Frente de Todos obtiene un 31,3% de votos a nivel nacional. A primera vista pareciera que su respaldo se ha reducido al “voto duro” del peronismo, que en realidad su nivel histórico ha estado cerca del 35%. Pero los porcentajes de la elección de 2021 son engañosos, porque los votos se miden como proporción de un total muy inferior dado el abstencionismo y los votos en blanco y nulos.

En las PASO de 2019 el Frente de Todos obtuvo 12.205.085 votos, que representaron un 47,78% de los votos válidos.

Es sabido que cuando un frente hegemonizado por el peronismo obtiene cerca del 50% de los votos, esto se debe a que un sector de votantes independientes, mayoritariamente de clase media, se vuelca a la alianza con el movimiento popular.

El sector independiente representa aproximadamente un 15% de los votos válidos en una elección presidencial con participación del orden del 85%. En las PASO de 2019 la participación fue sólo de 76,4%, de modo que podemos aceptar que el aporte del voto independiente ha sido menor que en la elección general. Si estimamos el voto independiente en 10% de los votos válidos en aquella elección, entonces los votos peronistas del Frente de Todos en las PASO de 2019 podemos estimarlos en 9.650.651 (37,78% de los votos válidos).

En las PASO de 2021 el Frente de Todos obtuvo 7.107.973 votos. Esto significa que el Frente de Todos ha perdido más de 5 millones de votos entre 2019 y 2021. La mitad de esos votos los ha perdido en la Provincia de Buenos Aires.

Era previsible para cualquier análisis político objetivo sobre la gestión del gobierno nacional que el peronismo había perdido en los últimos dos años el apoyo que había obtenido de los sectores de clase media políticamente independientes. El deterioro de la imagen de Alberto Fernández en las encuestas reflejaba ese fenómeno político. Esto explica la pérdida de 2.554.434 votos.

Por lo tanto hay una pérdida de 2.542.678 votos que corresponden a ciudadanos peronistas que le han retirado su apoyo al gobierno del Frente de Todos y lo han hecho en todo el territorio nacional, afectando a la representatividad de caudillos provinciales que parecían incombustibles.

¿A dónde han ido los 5 millones de votos que perdió el Frente de Todos?

De acuerdo a lo ya visto, está claro que los votos perdidos por el Frente de Todos no han ido a los partidos del espacio de la derecha.

Parece claro que los 2.629.773 personas menos que votaron en 2021 respecto de 2019 son votantes del Frente de Todos que se sumaron a la abstención como crítica a la gestión gubernamental.

Las candidaturas peronistas críticas de Randazo y Moreno obtuvieron aproximadamente 500.000 votos que forman parte de la pérdida de votos del Frente de Todos.

Por otro lado, los conjuntos de los pequeños partidos de izquierda tuvieron la mejor elección de su historia, aumentando en casi 1.000.000 de votos a nivel nacional.

Estas tres categorías suman más de 4.100.000 votos de los 5 millones perdidos por el Frente de Todos.

Una parte de 1.481.403 votos en blanco y anulados seguramente también corresponden a la pérdida de votos del Frente de Todos. Y es probable que en algunas provincias haya habido desplazamiento de votos del Frente de Todos hacia algunos partidos provinciales.

La pérdida de los dos millones y medio de votos peronistas se explica por la suma de los 500.000 votos de candidaturas disidentes y 2 millones de los 2.600.000 votos menos que hubo en esta elección respecto de la de 2019, que se sumaron al abstencionismo.

El incremento de un millón de votos de los partidos de izquierda se explica con los votantes independientes que perdió el Frente de Todos, así como también el resto del abstencionismo, parte de los votos en blanco y nulos y alguna fuga de votos hacia algunos partidos provinciales.






domingo, 5 de septiembre de 2021

viernes, 3 de septiembre de 2021

Vuelta al trabajo: 67 por ciento elige la “modalidad flexible”

 


El último sondeo de Newmark revela expectativas de CEOS y empleados respecto del regreso a las oficinas. El “futuro híbrido” y una información clave para brindar empleo de calidad.

“Aún no sabemos con exactitud cuál será el día de apertura total, pero está claro que la organización de los espacios y la interacción entre los empleados no son ni serán como antes” reflexiona Sofía Speranza, responsable de comunicación y marketing de Newmark, a propósito de los resultados de la última encuesta anual de la firma: un sondeo a través del cual la compañía de real estate corporativo estudió a fondo la percepción de la experiencia pasada y expectativas futuras de CEOs y empleados de 190 empresas.

A la hora de valorar cuán preparadas estaban las compañías para el trabajo remoto, por partes iguales -44% en cada caso- señalaron que su empresa estaba “completamente” y “medianamente” preparada, mientras que apenas un 12% aseguró que “no estába preparada”.

Varios elementos respaldan la última afirmación: un 61% de las empresas proveyó a sus colaboradores de computadora portátil, 40% de teléfonos celulares, 25% de mobiliario, 19% les pagó internet y 20% la telefonía móvil.

Tiempo y espacio

En cuanto a la situación de las compañías, cabe mencionar que el 63% de las encuestadas alquila sus espacios de trabajo, 26% es propietaria y 11% es a la vez inquilina y propietaria. El 18,5% utiliza, además de sus oficinas, espacios de coworking. Del lado de los empleados el 87% de los consultados trabaja desde la casa, el 1% en espacios de cowork y el 2% en work cafés, mientras que el 17% lo hace desde cualquier lugar.

La mayoría de los CEOs indica que la productividad mayormente se mantuvo estable (39%) o incluso se incrementó (33%); mientras que entre los empleados la mayor percepción fue que se mantuvo estable (39%), aunque también un buen número (19%) opina que esta disminuyó. Los aspectos que la mayoría define como “críticos” son las distracciones (principalmente de la familia y las tareas domésticas) seguidos por cuestiones de equipamiento y mobiliario.

Más del 32% de los empleados dice que en forma remota trabaja más horas de las que lo hacía en el horario habitual de oficina. El 31% respeta el horario de oficina, mientras que el 16,6% dice trabajar “la misma cantidad de horas, pero en distinto horario”. Solo el 8,9% señala que desde casa trabaja menos horas que en la oficina.

Volver

“¿Qué es lo que más valoras del espacio de tu oficina?” fue la pregunta que motivo que un 36% colocara en primer lugar “el espacio abierto”, otro tanto “el entorno y el barrio”, un 20% “la cafetería” y 11% “el área de recreación”

Si algo queda claro es que la experiencia de vincularse con los compañeros es algo que el trabajo remoto no puede suplir. De ahí que la sociabilización y las reuniones de equipo son las principales razones por la cual aparece el deseo de volver a la oficina: 87% de los CEOs mencionó como razón número 1 “sociabilizar”, 71% poder tener reuniones de equipo y 66% “cambiar de ámbito”, con unos resultados muy similares para el caso de los empleados

El 44% de los CEOs considera que dos días en la oficina y tres remoto sería el ideal para la modalidad flexible; en tanto el 31% prefiere el esquema tres en la oficina y dos desde casa. El 80% considera ofrecer espacio para más del 50% de la dotación de sus colaboradores.

Por el lado de los empleados, la respuesta sobre el esquema coincide: el 40% cree que la modalidad dos días en la oficina y tres remotos es la ideal, mientras que el 33% elige el formato “tres y dos”.

Según los encuestados, esta es la modalidad que podría complementar las ventajas y libertades que ofrece el home office con los beneficios que los lugares de trabajo otorgan, no solo para los colaboradores sino también para la cultura organizacional.

Universo heterogéneo

Pasado un año y medio de “experiencia remota” y dado el incipiente regreso a las oficinas de la mano de la campaña de vacunación Newmark decidió reeditar el ambicioso estudio que encaró el año pasado. Para eso encaró dos encuestas diferentes: una para CEOs y otra para empleados, con preguntas compartidas y algunas otras dirigidas a cada grupo en particular. Ambas se difundieron mediante campañas de mail, redes sociales y whatsapp.

Sobre el universo de 190 empresas de todo el país que integraron el estudio vale aclarar que el 27%de los encuestados trabaja en compañías con más de 500 empleados, que el 40% de la población encuestada tiene entre 20 y 50 años y que de los que respondieron 65%son hombres y 34, mujeres.

“Esta información es súper relevante para comprender mejor las necesidades de nuestros clientes y colaborar con todos los desafíos de estructurar el tan deseado regreso”, señala Mayling Contreras, analista de research en Newmark, sin dejar de resaltar que se requieren soluciones eficientes, que permitan contar con empleo de calidad y dimensionen el rol vital que los espacios de trabajo tienen de cara a ese objetivo.

En esa línea Speranza concluye que tanto las reuniones en equipo como la sociabilización y la capacidad de concentración son algunos de los factores que no han encontrado una réplica satisfactoria en el año de pandemia que llevamos. “De ahí que los espacios de trabajo cumplen con una función que el empleo remoto no puede reemplazar”.

https://www.lanacion.com.ar/economia/vuelta-al-trabajo-67-por-ciento-elige-la-modalidad-flexible-nid03092021/


lunes, 30 de agosto de 2021

JOSÉ ESPEJO, el secretario de la CGT amigo de Evita que volvió al llano como un trabajador más

 


70 años atrás, tuvo un papel destacado en el Cabildo Abierto que promovió la candidatura de Eva Duarte a la vicepresidencia. Un año después, dejó su cargo: estuvo preso, se fugó a Chile y acabó sus días vendiendo café y galletitas para subsistir

En contraste con el poder que tuvo mientras dirigía la Confederación General del Trabajo, los últimos años de José Espejo, uno de los grandes impulsores de la candidatura de Evita a la vicepresidencia, transcurrieron en el llano. Más allá de los cargos que ocupó, el dirigente gremial se destacó por haber sido el hombre de confianza de Eva Duarte de Perón.

Espejo inició su tarea gremial en la fábrica de galletitas Bagley, donde se desempeñó como delegado y, después de pasar por algunas funciones en el gremio, por recomendación del secretario de Alimentación Raúl Costa, llegó a entablar un vínculo muy cercano con Eva Perón. “Mi abuelo fue aceptado por Evita, fue ella su primera impulsora. Su relación era de mucha confianza”, relata su nieto Damián Ferraris. Con este apoyo indispensable, y con el aval del resto de los sindicalistas, Espejo asumió como secretario general de la CGT en 1947.

Su relación con Evita

Evita y Espejo forjaron un vínculo muy leal y de confianza tanto en la actividad social como en lo personal. En este sentido, Ferraris desmiente la versión que se muestra del sindicalista en la película “Eva Perón: la verdadera historia”: “Está mi abuelo aplaudiendo como un obsecuente y me da bronca porque no era así”, aclara.

El vínculo también se reflejaba en el plano personal y hasta familiar ya que la esposa de Perón fue una de las invitadas más especiales en el casamiento de Espejo con Beatriz Beverati, también muy querida por Evita. “Antes mi abuelo tenía otra mujer que no le caía bien a Evita y creo que eso influyó bastante en que no siguiera esa relación”, cuenta su nieto y agrega: “Con mi abuela hubo un buen sentimiento”.

Ferraris destaca cómo era el trato de Eva con los sindicalistas. “Cuando veía que alguno estaba pasando por arriba de sus ingresos o sus posibilidades, que alguno tenía más plata que la que tenían que tener, lo encaraba y le decía, ‘explicame, ¿en qué andás? ¿cómo hiciste para tener esto?’”

Los últimos años de Espejo

Ferraris relata que Evita le dijo a su abuelo que se fuera porque toda la vida lo iban a perseguir por haber estado tan cerca de ella. Y así fue. José Espejo renunció a su cargo en la CGT al año siguiente de la muerte de Eva Perón, se compró un camión y hasta 1955 vendió vinos, lejos del primer plano y de la exposición que había tenido durante sus años al frente de la Confederación General del Trabajo. Mi abuelo decía que había terminado su cargo y volvía a ser un trabajador. Siempre defendió el trabajo y a los trabajadores. ÉL DECÍA QUE VOLVÍA AL LLANO”.

Tras la caída de Perón, se refugió en la embajada de Haití, de donde escapó para organizar la huelga general contra la dictadura de Aramburu, la autodenominada Revolución Libertadora. Cuando fracasó la huelga, Espejo fue detenido el 19 de noviembre y acusado junto a Perón de traición a la patria por el juez Botet.

Desde ese momento, estuvo preso en la penitenciaría de Las Heras -hoy desaparecida-, después lo llevaron al barco Bahía Buen Suceso, y terminó en Río Gallegos. En la prisión de la capital santacruceña se encontró con el empresario peronista Jorge Antonio, Héctor Cámpora, John William Cooke y Guillermo Patricio Kelly, con quienes empezó a planificar la fuga. “Los guardiacárceles eran laburantes, eran peronistas, entonces no los trataban lo mal que querían que los traten”. Finalmente se concretó la fuga y logaron pasar a Chile, donde Espejo trabajó durante un año como taxista con un auto prestado por los sindicalistas chilenos. Pero, al regresar a la Argentina durante la presidencia de Arturo Frondizi, la policía lo arrestó, lo torturó y estuvo otros seis meses en prisión. Además, al ser detenido, le robaron todas sus pertenencias y hasta debió tragarse una carta de Perón con instrucciones para que no la viera la policía.

Espejo también enfrentaba duros problemas personales. Su lealtad a Eva le costó caro y no lo dejaban trabajar por su cercanía a ella, por lo que su casa fue rematada. Para mantener a su familia y, consecuente con su lucha por los trabajadores, salió a ganarse el sustento como lo había hecho siempre. Junto a un amigo comenzó a venderle café a los vendedores ambulantes del barrio de San Nicolás, en Junín al 181 y, luego, se dedicó a la venta de pollos. Finalmente terminó comprando galletitas en las fábricas para revenderlas a los almacenes porteños. De esta manera transcurrieron sus últimos años. “Creo que el ejemplo de mi abuelo exalta aún más a la figura de Evita. Ella sabía elegir la gente que estaba a su lado, que no la traicionó nunca, ni estando muerta”.

Tras una vida dedicada a la lucha sindical, José Espejo murió en 1980 tal como Eva Perón hubiera deseado. Como un descamisado más, como un trabajador hasta sus últimos días.

Por Facundo Giampaolo

https://www.infobae.com/sociedad/2021/08/30/jose-espejo-el-secretario-de-la-cgt-amigo-de-evita-que-volvio-al-llano-como-un-trabajador-mas/

 


miércoles, 25 de agosto de 2021

Fondo Compensador Telefónico: Informe de Acción Social


 

El TELETRABAJO en la pos- pandemia ***

 


Se necesita romper con estereotipos, normas sociales y concepciones profundamente arraigadas que operan como mecanismos de segregación en el mercado laboral.

Con la llegada de la pandemia, la capacidad para trabajar desde casa pasó de opción deseable por la flexibilidad y la reducción de ciertos costos, a un determinante clave para la continuidad de las tareas laborales en general.

En Argentina, antes de la irrupción del Covid-19 un 17% de las personas asalariadas trabajaba en forma remota, pero para las mujeres el porcentaje era del 14%, mientras que para los varones ascendía al 20%. Sin embargo, la viabilidad del teletrabajo asociada a las características de las ocupaciones es superior para los empleos en los que están mayormente insertas las mujeres: 35% de las asalariadas podría teletrabajar en función de las tareas que realiza, mientras que solo el 21% de los varones estaría en condiciones de hacerlo.

¿Cómo se explica este fenómeno? De acuerdo con datos de la Encuesta Permanente de Hogares de 2019, una mujer de igual edad, nivel educativo y antigüedad, en la misma región y en el mismo sector, tiene en promedio menor probabilidad de acceder a un empleo formal (-5 pp.) y a puestos directivos o gerenciales (-3 pp.) que un hombre.

Como consecuencia de este acceso asimétrico a las ocupaciones en el mercado laboral, a medida que nos movemos hacia arriba en la escala salarial las mujeres ven reducido su potencial de teletrabajo en relación a los varones. El cierre de la brecha entre el teletrabajo efectivo y el tecnológicamente factible podría representar una oportunidad inédita, la de hacer extensivas ventajas asociadas al teletrabajo —como mayor flexibilidad horaria, practicidad y ahorro de ciertos costos—, y para aumentar la tasa de participación laboral femenina en términos generales.

Pero en fenómenos complejos como la desigualdad, nada es tan lineal. Hay espacio para incentivar el teletrabajo entre las mujeres y eso es positivo para sostener los ingresos en el corto plazo y aumentar su tasa de participación, pero a la larga podría contribuir a perpetuar desigualdades estructurales, asociadas al acceso asimétrico a ocupaciones en el mercado laboral y al uso del tiempo en el hogar.

Según la Encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo de 2013, mientras el 58% de los varones realiza trabajo doméstico no remunerado (TDNR), el porcentaje asciende a 89 en el caso de las mujeres, que dedican en promedio 6,4 horas semanales a estas tareas, 3 más que los varones.

Por eso, lo que necesitamos son medidas de implementación de teletrabajo con perspectiva de género y flexibilidad para promover un mejor equilibrio trabajo-familia y una mayor corresponsabilidad en el hogar. La reciente ley Nº 27.555 sobre teletrabajo representa avances en este sentido.

Sin embargo, es necesario hacer más. Debe buscarse la integración de estas políticas con otras de más largo alcance y profundidad que apunten a romper con estereotipos, normas sociales y concepciones profundamente arraigadas que operan como mecanismos de segregación en el mercado laboral.

*** Ramiro Albrieu  y *** Pablo de la Vega son Investigador principal y analista del programa de Desarrollo Económico de CIPPEC, respectivamente

 

martes, 24 de agosto de 2021

De INTERNET, enojos, estafadores y ladrones **


La pretensión del gobierno de "ir por todo" en este caso en el sector TIC ...

 

A casi un año del dictado del DNU 690 que declaró servicio público a la telefonía móvil, internet y la TV por suscripción, el presidente Alberto Fernández volvió a insistir días pasados con esta política, señalando que internet sería servicio público se enoje quien se enoje. Redoblando su apuesta agregó que iba a terminar con la estafa y el robo de las tarifas. Trató así de estafadores y ladrones a absolutamente todo el universo de prestadores de servicios de internet. Un conjunto heterogéneo de empresas que en circunstancias económicas complejas llevan conectividad a millones de argentinos poniendo su esfuerzo y trabajo, que invierten y generan empleo genuino no merecen ser tratados como tahúres.

Entendemos que el profesor de derecho penal no ha utilizado la acción de estafar y robar en el sentido técnico del código penal, sino en forma "coloquial" para señalar el presunto abuso en que incurrirían las empresas a cambio de lo que dan.

Ahora bien, a un año del citado DNU el organismo de regulación técnica del sector, el ENACOM, ha sido incapaz de dar a conocer algún estudio que indique el costo de los servicios y si las utilidades son razonables o no. Tampoco ese plazo ha sido suficiente para elaborar con bases serias algún mecanismo automático de regulación de tarifas que le aporte algo de racionalidad a una decisión errada, pero por sobre todo innecesaria. Si la economía de la regulación de las telecomunicaciones es compleja podrían haber probado con la correspondencia entre la calidad comprometida y la efectivamente entregada en la relación contractual prestador-cliente (o usuario si les gusta más). Hay para ello un reglamento de calidad de servicio. También aquí sería interesante conocer las auditorías realizadas para verificar su cumplimiento. Una vez más ello podría darle algún auxilio al Presidente en sus temerarias afirmaciones.

Como en casi todo el estado argentino es más fácil dedicarse a las declaraciones rimbombantes que al trabajo efectivo. Pero no hay que ser injusto con el Presidente, hace tiempo que la vara de la regulación del sector está baja; casi que parece una política de estado.

La pretensión del gobierno de "ir por todo" en este caso en el sector TIC también le termina quitando legitimidad a su accionar. Nadie discute el carácter esencial de internet para la vida actual, pero ¿se puede sostener seriamente lo mismo de la TV por suscripción? Recordemos que hay TV de aire gratuita. Acá parece que se trata de una "vendetta": embrómense porque el gobierno anterior dijo que la TV por cable es un servicio tic y no audiovisual.

Otra reflexión que merecen las palabras del Presidente es confundir un eventual instrumento de política pública -el servicio público- con un objetivo en sí mismo. El objetivo debería ser que internet llegue al 100 % de los argentinos con una calidad funcional significativa y a precios accesibles.

Las calificaciones jurídicas no necesariamente hacen que los servicios sean mejores, más abundantes o más baratos. Si fuera así declaremos ya mismo a toda provisión de bienes y servicios como "servicio público", empezando por la alimentación y la educación (aunque pensándolo bien esto último mejor no, a ver si la Ctera no puede extorsionar más con los paros).

Si las cosas no han resultado peores es porque hay cinco medidas cautelares otorgadas y vigentes que han hecho del decreto casi letra muerta, pero son pocos los que están dispuestos a invertir fuertemente en medio de litigios. Desde su perspectiva el gobierno estaría en el peor de los mundos: por un lado, fracasa en su objetivo de controlar precios y por el otro siembra un manto de incertidumbre cuyos resultados, de mantenerse esta situación, se verán en el mediano plazo. De más está decir que un estado quebrado y sin crédito no puede sustituir la inversión privada.

En efecto, mientras discutimos sobre teorías jurídicas, Chile ya licitó el 5G y en breve comenzará el despliegue de estas redes y Brasil, Colombia, México, Costa Rica y República Dominicana se aprestan a seguir sus pasos. El 5G será un deseo imaginario más con la incertidumbre generada por el DNU 690/2020 o por una ley que quiera subsanar algún vicio de incompetencia, porque el problema con esta norma no es sólo de forma sino de fondo. El 5G es un paso más en la transformación económica que ha introducido la digitalización de la economía. No es solo poder navegar más rápido o jugar mejor a los e-sports. Será fundamental para la productividad industrial en los años por venir. El problema no es tanto el servicio público (que en Argentina como teoría jurídica por cierto no ayuda) como los controles de precios y la incertidumbre que, ya sabemos, son fatales para la inversión y la innovación y sin ellas no hay competencia y consecuentemente mejora de calidad y precios.

A un año del DNU 690, el gobierno parece empecinado en imponer el control de precios en este sector a través del instrumento del servicio público. Debería recordar que en política hay algo peor que prometer y no cumplir: Prometer algo errado y cumplirlo. Acá también hay que corregir y no enojarse señor Presidente y que la Argentina vaya para adelante.

** por  Hector Huici

Abogado especialista en servicios públicos. Ex secretario de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Nación (23 de Agosto