En una muy completa nota publicada en el diario inglés The Guardian, el periodista
Green Greenwald explica cómo funciona el programa XKeyscore.
Esa
herramienta digital es utilizada por la Agencia Nacional
de Seguridad (NSA, por sus iniciales en inglés) de Estados Unidos para buscar,
sin autorización previa, bases de datos con email, chats y registro de búsqueda
de millones de personas.
Greenwald
fue uno de los periodistas que canalizó las filtraciones de Edward Snowden, ex
contratista de la CIA
ahora asilado en Rusia tras.
El
XKeyscore es el sistema de más amplio alcance para inteligencia (espionaje) en
Internet. Así lo dice la propia NSA en el material de entrenamiento para su
personal y así lo confirmaron oficiales de inteligencia ante la comisión del
Senado previa a la votación que derrotó la moción para limitar el espionaje
masivo por parte del gobierno de Barack Obama.
Snowden
había dicho, en una entrevista con Greenwald publicada el 10 de junio pasado:
“Sentado en mi escritorio, puedo grabar a cualquiera, desde usted o su
contador, hasta un juez federal o incluso al presidente si cuento con una
dirección de email”.
Lo
acusaron de mentiroso, pero el material de entrenamiento al que tuvo acceso el
periodista estadounidense (abogado constitucionalista, además) y que está
publicado en la nota, explica cómo los analistas (como el propio Snowden)
pueden usar esa y otras herramientas para hurgar en bases de datos estatales o
privadas.
El
programa permite acceder a los contenidos de e.mails y chats, además de los
datos de remitentes y destinatarios, la ubicación geográfica de ellos y el
tiempo de las comunicaciones. Los operadores necesitan una autorización legal
para aplicar este sistema sólo si los espiados son ciudadanos estadounidenses;
si son extranjeros, no. Sin embargo, incluso la primera aparente limitación es
fácilmente evitable por los técnicos.
Hay
que recordar que esta política de espionaje no es una iniciativa individual de
ningún “ultra”, sino que ha sido aprobada por el Congreso. Además, como
indicábamos en un post anterior (“Permiso para espiar”), a pesar de la
desconfianza generalizada sobre los fines del espionaje entre el público en general,
las encuestas muestran un considerable porcentaje de aprobación hacia estas
formas de inteligencia invasivas de la privacidad y violatorias de derechos
civiles.
¿Paranoia generalizada, psicosis,
complejos de otra índole? ¿Simple cuestión de ideología? En todo caso, el
problema no admite respuestas simplistas.
By
Alejandra Conti – La Voz
del Interior
La nota de The
Guardian se puede leer aquí http://bit.ly/15aTRpw
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