El fiscal
del caso AMIA trabó además un embargo por 200 millones de pesos.
Aseguró que existe una "confabulación criminal" que también incluye a
Héctor Timerman, Luis D'Elía, Andrés "el Cuervo" Larroque y
Fernando Esteche, entre otros, para "desvincular en forma
definitiva" a Teherán. Las escuchas telefónicas y el papel de Mohsen
Rabbani.
El fiscal
especial para el caso AMIA, Alberto Nisman, denunció a la presidente Cristina
Kirchner y a otros miembros del Gobierno a quienes acusó de "decidir,
negociar y organizar la impunidad de los prófugos iraníes en la causa AMIA con
el propósito de fabricar la inocencia de Irán" en la investigación por
el atentado perpetrado en Buenos Aires en 1994; pidió su declaración
indagatoria y un embargo de 200 millones de pesos.
De
acuerdo a la presentación de Nisman -realizada en medio de presiones
y la intención oficial de apartarlo de la investigación- que quedó radicada
en el juzgado federal de Ariel Lijo, el Gobierno ideó un "sofisticado
plan delictivo" destinado a favorecer a Irán y desvincular
definitivamente a los sospechosos que son buscados por la Justicia argentina.
El fiscal
cree que la "maniobra" comenzó dos años antes de que se firmara el
Memorando de Entendimiento con Teherán en 2013 y contó con la participación del
canciller Héctor Timerman, el diputado nacional Andrés
"Cuervo" Larroque y el piquetero Luis D'Elía. En su escrito,
Nisman incluye los contactos que se mantuvieron nada menos que con Mohsen
Rabbani, uno de los máximos responsables por el ataque terrorista según la
Justicia argentina y con pedido de captura.
En el
extenso escrito presentado hoy, Nisman expone como parte de las pruebas
charlas telefónicas que involucran a los protagonistas del complejo tratado.
Según el fiscal, las instrucciones partían de la propia Presidente quien
instruía a Larroque, que a su vez indicaba a D'Elía y Esteche, todos
nexos locales de Irán. Por parte del estado religioso, el vínculo en la
Argentina es un representante iraní sin cargo diplomático, aunque con el
verdadero poder real. Se trata de Jorge Alejandro "Yussuf" Khalil.
En su
exposición escrita Nisman explica que las motivaciones que llevaron a la
concreción del pacto fueron estrictamente económicas. La Argentina, necesitada
de energía, negociaría con Irán impunidad a cambio de "granos y carne".
Sin embargo, para poder cumplir con este acuerdo se necesitaría algo más: garantizar
la caída de las circulares rojas que pesan sobre varios funcionarios del
régimen iraní, hecho que no ocurrió.
En una de
las escuchas en la que está involucrado, Khalil señala: "Los tipos
quieren restablecer relaciones, que lo van a hacer multidimensionalmente eso. A
nivel gobierno, te digo, a nivel Estado... lo que tiene que ver con establecer
relaciones entre los dos Estados", consta en la presentación judicial.
"El tema que necesita Argentina es petróleo... hay un verdadero interés
en empezar y entablar las relaciones comerciales de gobierno a gobierno".
Esos dichos de Khalil corresponden a mayo de 2013.
En otra
conversación que involucra a D'Elía, el ex piquetero afirma: "Ahí
hablé con Julio (De Vido, Ministro de Planificación), acá hay urgencia
energética". El ex funcionario kirchnerista se reunió con el ministro
y dio cuenta a Kalhil, su vínculo en el armado del pacto, de ese
encuentro. "Ellos están dispuestos a mandar a la gente de YPF con nosotros
a hacer negocios allá. Está muy interesado en cambiar lo de aquellos por granos
y carne. La reunión fue porque la pidió la Jefe, ¡eh!... Estamos al más alto
nivel".
La
reunión por el petróleo iba a tener inicialmente dos sedes posibles: Caracas
-a pedido de la Argentina- o Beirut, Líbano. Sin embargo, al
permanecer vigentes las circulares rojas -el verdadero interés de Irán- esas
cumbres se frustraron. En ese sentido, en otra charla mantenida entre D'Elía
y Khalil, el enviado iraní le reprocha: "De Vido tiene que saber que
Timerman no cumplió con algunas cosas, esto es así de claro, no cumplió con
algunas cosas". El iraní hacía referencia al pedido de captura
internacional que pesa sobre sus jefes, responsables del atentado a la AMIA.
Khalil, en contacto telefónico con Rabbani,
lo pone al tanto de las negociaciones con el gobierno argentino. La réplica del
imputado en la causa es la siguiente: "Irán fue el primer comprador de
Argentina y ahora no compra casi nada... pero puede cambiar... aquí hay algunos
sectores del gobierno que me dijeron que están listos para vender petróleo a la
Argentina... y también comprar armas".
El trato
entre ambos era frecuente y de sumisión por parte de Khalil: "Sheik,
quédese tranquilo que yo hoy a la noche, cuando llego a mi casa, le mando un
informe de todo todo lo que estoy haciendo". Corría mayo de 2013 y el
máximo sospechoso del atentado terrorista a la AMIA conocía más detalles
del pacto que los familiares de las víctimas, quienes no conocían nada sobre
las negociaciones.
La
Justicia argentina solicitó la captura nacional e internacional del ex
presidente iraní Ali Akbar Hashemi Bahramaie Rafsanjani; del ex ministro de
Relaciones Exteriores, Ali Akbar Velayati; del ex ministro de Inteligencia, Ali
Fallahijan; del ex jefe de la Guardia Revolucionaria, Mohsen Rezai; del ex jefe
de las Fuerzas Quds y ex ministro de Defensa, Ahmad Vahidi; del ex Agregado
Cultural de la Embajada de Irán en Buenos Aires, Mohsen Rabbani; del Tercer
Secretario de la Embajada, Ahmad Reza Asghari y del ex embajador de la
República de Irán en nuestro país, Hadi Soleimpanpour.
Siguiendo
el escrito de Nisman el "plan criminal" se inició el 23 de enero de
2011 en un viaje que el canciller Timerman hizo a Damasco, Siria.
Posteriormente viajó a Aleppo, donde se entrevistó con el jefe del
régimen Bashar Al-Assad. En el curso de ese viaje el funcionario
argentino se reunió con su par iraní, Ali Akbar Salehi. El canciller del
régimen se lo comunicó por escrito al por entonces presidente de Irán: "Argentina
no está más interesada en resolver aquellos dos atentados... en cambio prefiere
mejorar sus relaciones comerciales", según consta en el escrito. El
ministro iraní reconocería dos años después sus encuentros con su colega
argentino, pese a la negativa sistemática de Timerman.
El
interés iraní en el memorandum, sin embargo, cayó luego de la frustración que
significó la rotunda negativa de Interpol de dejar caer las circulares rojas
emitidas contra los sospechosos del acto terrorista. El pacto ingresó al Parlamento
iraní el 10 de marzo de 2013, apenas cinco días antes de que el organismo
internacional ratificara la vigencia de los pedidos de captura. El 16 de ese
mismo mes, el canciller Salehi repudió públicamente la resolución de
Interpol. El tratado nunca recibió tratamiento parlamentario.
Khalil,
el nexo del régimen con el gobierno argentino, ilustró el malestar de Teherán
con un condenable giro lingüístico: "Hay un poquito de desazón de
allá... de allá hay desazón. Me parece que el ruso este de mierda se mandó
alguna. Estaba firmado algo, donde estaba el tema de las cautelares",
en referencia a Timerman y su supuesta promesa sobre la caída de las
circulares rojas.
En
noviembre de 2012, antes de que se aprobara el tratado y en otro de los
contactos telefónicos entre Larroque y D'Elía con Khalil, los dirigentes
argentinos le piden al iraní que no concurra a una marcha a favor de Palestina.
El delegado iraní informó lo siguiente: "Me imagino que los troskos van
a empezar con mensajes en contra del gobierno, cosa que yo no quiero... no
queremos hacer algo que irrite... no queremos irritar al gobierno argentino...
no voy a hacer nada para irritar al gobierno argentino. Estamos arreglando un
problema mayor para nosotros. Aparte fue un pedido del gobierno. Yo estuve
hablando con D'Elía y con el Cuervo Larroque y me pidieron eso y yo lo
transmití a Safir... y el Safir me dijo lo mismo... 'no hagamos algo que pueda
molestar'".
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