El
gerente de Operaciones, Marcelo Tesoro,
buscaría beneficiar a una firma a través de una contratación directa para
comprar equipos de almacenamiento de datos. El vínculo con el empresario
Gustavo Ammaturo, que estuvo preso.
"Hecha la regulación, hecho el negocio" podría ser uno de los refranes que rige la vida
económica argentina. En el caso de la Empresa Argentina de Soluciones
Satelitales Sociedad Anónima (ARSAT),
el DNU
que regula y convierte en servicio público a las telecomunicaciones parece
haber sido el resultado de un terreno que estaba preparado. Con una serie de
condimentos que huelen a otra época, de grandes negocios entre el Estado y
algunos privados: un gerente que apela a
contratación directa (cuando lo más transparente es licitación pública
nacional e internacional), un empresario
allegado que estuvo preso, y las lógicas tensiones internas por esta
decisión.
El
tema fue destapado por una reciente investigación del periodista Carlos
Pagni, que hizo foco en la puja interna suscitada en ARSAT por las
contrataciones de compañías proveedoras. El gerente cuestionado, a cargo del
área de Operaciones, se llama Marcelo
Tesoro; el empresario que estuvo
preso (en la famosa Causa de los Cuadernos) es Gustavo
Ammaturo; la empresa que estaría designada para ganar la contratación
directa es la finlandesa Nokia, que está lejos de ser una empresa de tecnología
de punta, como lo fue en algún momento gracias a sus celulares, ya históricos y
desplazados por la estadounidense Apple o la china Huawei, entre otras. ...
El
tironeo interno responde a que la gestión llevada adelante por el gerente de
Operaciones, Marcelo Tesoro —vuelto
a nombrar en ese cargo este año por el actual presidente de ARSAT, Pablo
Tognetti — busca volver a hacer una contratación directa de equipamiento de almacenamiento
de datos al proveedor Nokia; es decir sin pasar por una
licitación limpia y eludiendo al directorio de la empresa en un proceso
transparente. Entre 2012 y 2013, periodo
en el que Tesoro también era director y gerente de Operaciones de ARSAT, se le
compró equipamiento a la misma empresa. En 2013 Tesoro dejó la gerencia de
Operaciones, aunque continuó en su cargo de director.
Oposición interna en ARSAT
Las
intenciones de Tesoro provocaron un escándalo y chocan con el resto de la
cúpula de ARSAT, que entiende que la gestión tiene que solucionar una situación clave
para el país a través de un proceso lícito y trasparente. En la actualidad, la Argentina tiene administrada
por el Estado nada menos que una red de 36.000 kilómetros
de fibra óptica y son muchas las empresas privadas que, a través de ARSAT,
brindan sus prestaciones de telefonía, de Internet, de transmisión de
televisión por cable, por el cual el Estado, a su vez, cobra. Tesoro utiliza, puertas adentro,
argumentos técnicos un tanto livianos para no pasar por el proceso licitatorio
legítimo y reglamentado para contratar a este quinto proveedor. Pero lo cierto es que detrás de sus alegatos se
esconden intereses personales. Y es que Tesoro, a su vez, es representante del
gremio de las Telecomunicaciones FOETRA y mantiene
vínculos estrechos con Gustavo Ammaturo, empresario detenido el año pasado por
orden del juez Bonadio —ahora excarcelado— por estar implicado en la llama "Causa
de los Cuadernos", acusado de pagar coimas al ex funcionario del
Ministerio de Planificación Federal, Roberto Baratta.
Tesoro, con
anterioridad y en funciones en ARSAT, había comprado equipamiento a Ammaturo, que luego se
reveló como defectuoso. A su vez, Ammaturo está
vinculado a Guillermo
Schor-Landman en la Fundación Iberoamericana de Telemedicina. Schor-Landman
es, junto a Edmundo Poggio,
asesor de la Subsecretaría de Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones (TIC) que depende de la Jefatura de Gabinete y que maneja Martín
Olmos. Ambos
son miembros y también ASESORES de FOETRA.
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