Puerto Madero: Telecom pone en
venta su emblemático edificio
Telecom habría decidido poner en venta la emblemática
torre de 15 pisos ubicada en Puerto Madero, sobre la
avenida Alicia Moreau de Justo 50. El grupo empresario analiza el monto: quiere
US$150 millones por el primer edificio de oficinas construido en el barrio más
joven de la ciudad.
La torre diseñada por el estudio de arquitectura
estadounidense Kohn, Pedersen, Fox Associates (KPF), asociados con el estudio
argentino Hampton-Rivoira y construido por Benito Roggio Construcciones por
encargo de la misma empresa, fue inaugurada el 18 de febrero de 1998.
La estrategia sería comenzar a ofrecerlo en marzo pero
los brokers inmobiliarios consideran que el precio requerido por la compañía es
demasiado alto. Como premisa, analizan los números de las ventas de algunos
activos corporativos de IRSA de los últimos meses ubicados en zonas cercanas, a
un promedio de US$3500/m² (dólar MEP): teniendo en cuenta que esta torre tiene
Si bien el grupo venía “coqueteando” con la decisión
desde hace tiempo, ahora sí sería irreversible. Telecom estaría siguiendo la
tendencia que se impuso este año para las empresas grandes de achicar metros o
dejar sus torres para continuar con nuevos métodos de trabajo como el home office,
la descentralización y la flexibilidad. La
idea es desprenderse de este activo no estratégico, mudar sus oficinas
centrales y poner en marcha un plan de oficinas satélites (aquellas que se
ubican en zonas menos céntricas son más pequeñas y generan gastos más
controlados para las empresas, además de estar más cerca de las zonas en las
que viven los empleados). De hecho, el
año pasado ya había alquilado metros en Optima, el complejo de oficinas ubicado
sobre la Panamericana a la altura del Unicenter, en zona Norte. A estos
metros se suman los del inmueble ubicado en Hornos en el barrio de Barracas
–que heredaron con la compra de Cablevisión- y otros edificios del microcentro
porteño, muchos de los que no pueden desprenderse por las condiciones que se
firmaron en el pliego de privatización.
Un dato de color que circuló en la década de los
noventa fue que cuando los directores de IRSA, propietarios del terreno donde
se construyó, fueron a relevar la tierra -aún un baldío-, tuvieron que tirar
los zapatos por las condiciones en que habían quedado.
La decisión de la compañía de poner su torre en venta
se da en un contexto particular con un mercado de oficinas totalmente
planchado. Para empezar, no hay ninguna empresa activa en el mercado que busque
(c) Carla
Quiroga - La Nacion
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